MundoManga: Mazinger Z y Z Mazinger, de Go Nagai. No es lo mismo tubérculo….

Regresamos después de un par de meses de parón con todo un clásico, uno de los personajes más conocidos del manganime a nivel mundial (incluso para la gente que ya no lee cómics o que incluso no ha leído nunca manga), una serie que conmocionó a todo un país que salía de una oscura noche de 40 años. Mazinger Z paralizó el país como lo hizo en su momento V, y su popularidad ha llegado hasta nuestros días. El autor no ha dejado de trabajar, muchas veces teniendo como base la historia original. Hoy os presentamos el manga original, creado en 1972, y uno de los remakes, el perteneciente a 1999, que le da una vuelta de tuerca a la situación. Pertenecen a una colección de RBA que debía incluir más series pero que su aventura comercial acabó con estas dos series.

Glosar toda la obra de Go Nagai y su importancia dentro del mundo del manga excede de las posibilidades y dimensiones del presente texto. Los links de la Wikipedia (1 y 2) dan una visión bastante clara de su producción, por lo que sería redundante repetirlo aquí. Sería apasionante bucear en su obra como objeto de estudio de otro post, pero aquí estamos para presentaros las dos obras que la editorial RBA ha editado estos últimos años. Solo recalcar que gracias a Nagai actualmente podemos disfrutar de series que podríamos llamar “evolución desde Mazinger Z”. Nos referimos a series, por un lado, en las que los mechas (robots mecánicos, Nagai inauguró este género) están al servicio del orden. Serían los casos de Gundam o Patlabor, dos grandes sagas que no han tenido éxito en nuestro país. Por otro lado, la lucha del bien contra el mal representado en gigantescos seres ha dado fruto en series como Neon Genesis Evangelion, más alejada del canon Gundam para decantarse a la lucha por el poder, por la defensa de la Tierra, se llamen los enemigos brutos mecánicos o Ángeles. En todas ellas se ve la influencia de Nagai y sus robots, hasta el punto en que el autor hizo que el robot no solo fuera una carcasa, sino que cualquier daño inflingido en su estructura dañase al propio conductor. Es decir, Koji, Shinjii o Asuka no están a salvo en las carlingas de los EVAs o el planeador de Mazinger, sino que están conectados de alguna forma (explicado burdamente en Mazinger Z debido a su antigüedad y de forma más “científica” en Evangelion) con el robot, con lo que cualquier daño les repercute a ellos.

El periplo de publicación de estas dos obras (10 tomos en total) ha sido curioso. Si echamos la vista atrás, recordamos como en Junio de 2007, RBA anunciaba la edición de estos dos mangas, pero también de otras dos series relacionadas: Great Mazinger, que enlaza directamente con el final de la serie original, y UFO Robo Grendizer, también de los años 70, hasta completar 18 tomos entre las cuatro series. Pero la parte mala de la noticia saltaba cuando se decía que la edición sería limitada a ciertas ciudades del país y ciertos puntos de venta. Es decir, una prueba. Algunas de las ciudades donde se distribuyeron esos primeros 10 tomos son Barcelona, Sabadell y Valencia, aunque la verdad es que fue una distribución bastante exigua, según los recuerdos que tengo de ese año. Y no tuvo nada de éxito porque se llegó a cancelar después de editar los primeros 5 tomos de Z Mazinger (la serie original de 1972 debía seguir después, para luego unirla con su continuación natural Gran Mazinger y UFO Robo Grendizer), incluyendo las suscripciones a toda la obra. O sea, que en un primer momento, de las cuatro series previstas apareció solo la primera (la basada en mitología griega Z Mazinger) mientras que el resto quedaron inéditas. Incluso se llegó a rumorear que la serie podría ampliarse a los 28 tomos con la inclusión al menos de Devilman, pero todo quedó en eso, un rumor.
Un año más tarde, en Octubre de 2008, RBA vuelve a sacar la colección, ahora a nivel nacional y con la previsión de publicar al menos las dos series básicas, que son las que nos ocupan hoy. Y ya en verano de 2009, se vuelve a redistribuir, aunque ya sin incluir ninguna serie nueva, por lo que imaginamos que Gran Mazinger y el resto se habrán quedado en el limbo, posiblemente por las justas ventas de las dos primeras series. Y personalmente, conseguí parcialmente estas obras a través de eBay, me imagino que de alguien que se compró la primera tanda (o incluso se suscribió), a 2007 la serie se cancela, y el fan de Mazinger vende sus tomos a un conocido usuario de compra/venta de cómics en ebay, llegando a mis manos de forma parcial, y completando la colección con redistribuciones posteriores. Así pues una vida accidentada la de este Mazinger Z. Y aún se podría haber publicado otro manga sobre el robot, creado también en 1972, como el que veis en las fotografías inferiores, con un dibujo aún más vetusto que el que nos ocupa y del que se pueden extraer varios paralelismos de situaciones, brutos mecánicos y personajes entre el mismo y las otras dos versiones publicadas en España.

MAZINGER Z, de Go Nagai: Un clásico revivido

Por comodidad, en el texto nos referiremos al manga original como Maz-Z, y al remake como Z-Maz.

Sinopsis: El pérfido Doctor Infierno quiere conquistar Japón y luego toda la Tierra. Para eso, cuenta con al ayuda de un increíble tesoro que ha encontrado en una isla griega: unos enormes gigantes que en la antigüedad habían luchado para matar los enemigos que querían tomar la isla. Suponiendo una tecnología avanzadísima de los griegos perdida hasta el día de hoy, Hell y su subordinado mitad hombre mitad mujer Ashler se disponen a matar al profesor Kabuto, antiguo compañero de Infierno que no quiso entrar en el juego de conquistar el mundo a través de la violencia y la muerte. Kabuto muere, pero entrega a Koji, su nieto, un arma poderosísima, un robot de fuerza extraordinaria para combatir el mal, llamado Mazinger Z. Y deberá usarlo incluso sin saber muy bien como dominarlo, porque la pareja Infierno/Ashler ya está atacando con dos de sus brutos mecánicos….. Pero recibirá ayuda de otro robot, Afrodita, comandado por Sayaka Yumi, el padre de la cuál dirige el Instituto de Investigaciones Fotoatómicas y ha estado probando formas de defender el país en caso de graves ataques, gracias al Japanium, un desconocido metal muy resistente. A partir de aquí se sucederán las luchas contra los más feos pero imaginativos brutos mecánicos de Hell, mientras que Koji irá aprendiendo el manejo de Mazinger Z de manos de Sayaka, creándose una relación de amor-odio entre los dos jóvenes. ¿Conseguirá Hell sus objetivos?

Entre líneas: De los dos títulos que hoy reseñamos, este es posiblemente el que más recuerdos traiga a los que, ya entrando en los 40, vieran por primera vez la serie animada en 1978/9 por TVE. El instituto y su particular figura, Koji, Sayaka, Boss, todo el elenco de malos (aparte de los ya mencionados, el Conde Brocken, Pigman, etc), la extraña dualidad sexual de Ashler, en definitiva, un ambiente que recuerda mucho a la versión animada.

El título contiene una mezcla bastante bien equilibrada de dramatismo y humor, bastante más acertada que el camino tomado en el remake que veremos más abajo. En la tarea ayudan muchos los secundarios, Boss, Mucha, el robot que le construyen a Boss más adelante, los entuertos entre Sayaka y Koji, su aprendizaje para ensamblar el planeador en la cabeza del robot, el carácter chulesco de Kabuto, la competencia entre los esbirros de Hell, etc.

La historia se desarrolla en pequeñas historias, protagonizadas por las luchas contra los varios robots que va sacando Hell para que Ashler o sus competidores aplasten a Mazinger. Muchas veces no pasan de pequeñas escaramuzas de poco calado argumental, cosa que hace que la sensación de calidad baje. Pero hay unas cuantas historias que se prolongan en el tiempo que llegan a un nivel bastante aceptable. Una segunda lectura confirma que el manga va de menos a más, y ya desde el tercer tomo (incluso antes) se suceden buenas historias, culminando con un especial en la última mitad del último tomo dedicado a Hell y sus circunstancias, la feroz competencia entre él y el abuelo de Koji, tanto en lo tecnológico como en lo personal, aspirando a la misma chica, su infancia desgraciada, como se formó su carácter, pasando por hechos históricos como la segunda guerra mundial y su acercamiento al nazismo, como conoce al Conde Brocken (aquí hay una mezcla de mad doctor que experimenta con judíos que recuerda mucho a Mengele y un homenaje velado a Frankestein), consiguiendo humanizar el personaje y conocer su pasado. Con varias sorpresas finales y un “epic ending” Pero antes de esto, el autor se sirve de elementos naturales que incorpora a los brutos mecánicos para atacar al carismático robot, ya que van apareciendo el fuego, la lluvia, el aire (tifones), la electricidad, la nieve abundante, para pasar a ataques varios, como un francotirador, ataques en espiral, etc.

Algunos capítulos se centran en aspectos “sociológicos”, como en el que un nuevo alumno llega a la escuela, sufriendo las bromas de todos los alumnos, menos de Shiro, el hermano de Koji, que le enseña a ser fuerte. Por desgracia, Ashler se aprovecha de su debilidad para “regalarle” un bruto con el que poder hacer frente a los niños que se reían de él. Como es natural, el bruto está programado para destruir la ciudad, obviando las órdenes que le da el pobre chaval que se ve responsable de tanta destrucción. La moraleja, una vez destruido el bruto, es que uno debe tener fuerza interior y confianza en si mismo. Aparte de esto, hay una cierta progresión en los brutos mecánicos, por ejemplo es muy evidente que Mazinger necesita poder volar llegado un punto, ya que la tecnología de su adversarios ya ha alcanzado ese logro. La solución no llega en un único capítulo, ya que hubiese tenido muy poco calado, sino que se prolonga en varios. La serie se beneficia de otros capítulos más largos y algo más complejos argumentalmente, como la visita del Mazinger a un país tropical con un problema de guerrillas muy grave (involucrando al robot en cuestiones sociales y más reales como el hambre y las injusticias, más allá de la fantasía de la lucha contra robots malignos) o la aparición de un misterioso robot en las postrimerías de la historia que anuncia un relevo generacional. O una incursión en la ciencia ficción donde los humanos seríamos comida para peces gigantescos de otra dimensión (incluyendo portales ínter dimensionales al estilo películas años 50, o series como La Dimensión Desconocida).

La polémica acompañó la emisión de la serie de TV a finales de los 70: que si era demasiado violenta, que era muy erótica, que eso no era para niños, etc. El país se paralizaba las sobremesas del fin de semana para seguir cada uno de los capítulos de la serie. En efecto, el ataque de “Pechos fuera!” de Afrodita podía parecer el súmmum de la indecencia, pero con los años la idea que ha fructificando es de que la serie era muy original, pero al fin y al cabo eran luchas de robots, no había enfrentamiento cuerpo a cuerpo, y que de violenta nada. Las tijeras de la censura hicieron su trabajo. Hasta que muchos años después, a mediados-finales de los 90 las TV autonómicas (en mi caso TV3) emitieron los 92 capítulos originales, y la historia cambió para siempre: una serie mucho más adulta que la que se recordaba de 1978/9, mucho mas larga (solo se emitieron como máximo la mitad de los capítulos, salteados y sin orden), la excitación de poder ver más allá de la captura del robot en manos de Ashler, y sobretodo…… la violencia intrínseca de algunos capítulos, sobretodo esas escenas donde los esbirros de Ashler y Brocken se mataban entre sí a pies del propio Mazinger o del bruto de turno, ya fuera por malentendidos en las órdenes o por el odio manifiesto que existía entre los dos perritos falderos principales de Dr Infierno. Y ahora se confirma esa violencia con la edición de RBA, con muertes a traición, grandes dosis de destrucción de ciudades (ver relación con Godzilla más adelante), y sobretodo muertes en primer plano hasta el punto de que el propio Koji se ve obligado a matar con sus propias manos. Una violencia que añade dramatismo y un poco de profundidad a una serie que de otra forma sería algo repetitiva pese a algunos buenos arcos de historia que nos presenta el autor. En lo que respecta al erotismo, hay constantes referencias entre la relación de los dos jóvenes, la aparición de Misato, la dualidad de Ashler, etc Anotar que el autor ya había publicado manga hentai anteriormente, con lo que el tema era habitual en él y lo incluyó de forma natural en la serie que le tenía que dar fama mundial.

Algunas fuentes destacan lo novedoso que era en el momento el papel de Sayaka: efectivamente, al principio de la serie Sayaka ya sabe conducir “su” Afrodita, ya que había tenido entreno anteriormente a conocer a Koji, mientras que éste se hace un lío con los mandos y los ataques, hecho que provocará los primeros malentendidos y primeras situaciones humorísticas a bordo del robot, que se comporta como un bebé que empieza a erguirse. En esos momentos Sayaka es la líder, la que tiene la información. Pero realmente esta situación rápidamente da la vuelta y el auténtico experto es Koji, mientras que Sayaka queda relegada a ser “carne de cañón” para los sucesivos brutos mecánicos, siempre cayendo derrotada, partida a trozos, fundida, escarmentada y enfadada con Koji, hasta el punto que ella mismo lo verbaliza en el manga en más de una ocasión, que “no sirvo para nada”. O sea que me parece que era más una excusa para meter humor que un intento de reclamar atención sobre el estado de la mujer en lo laboral y personal. Realmente pocas veces Sayaka puede ayudar de forma activa al Mazinger, aunque alguna hay.


En cuanto al dibujo, aunque siempre que hablemos de Mazinger pensemos en Go Nagai, es cierto que tiene un equipo de colaboradores. En este caso, el trabajo de llevar al papel los guiones del maestro es de Gosaku Ota, que seguiría colaborando con Nagai en el futuro. Aunque añejo, se trata de un dibujo de trazo nervioso, ideal para una serie de acción como esta. Combina la austeridad de ciertas viñetas prácticamente sin fondo y entintado relativamente fino (como si estuviésemos hablando de un shojo) con viñetas cargadas de nerviosismo, movimiento y pasión, el entintado enloquece y los semblantes de los protagonistas se desencajan. También hay abundantes splash pages coincidiendo con grandes ataques del robot o espectaculares escenas de destrucción. En estas, el dibujo sube enteros, usando tramas, espectaculares explosiones etc También usa recursos como el negativo, o sea, intercambiar el blanco y el negro, en viñetas donde se quiera transmitir sorpresa, miedo o la recepción de una noticia fatal. A resaltar también algunos encuadres de las batallas con los brutos mecánicos, dotando de dinamismo las escenas de acción. Para acabar, también tenemos momentos humorísticos, con superdeformeds o caras más simplificadas o caricaturizadas, o la inclusión de los propios autores dentro del manga, en los márgenes o con el efecto de “levantar” la viñeta para decir algo.

La mayoría de planchas y su desarrollo no va más allá de lo funcional, pero hay un par de ejemplos de buena narrativa en poco espacio. Es el caso de la historia de Jenover M9, el francotirador, en la que encontramos un par de páginas donde el factor velocidad para recargar el arma / reunir puños lanzados para lanzarlos otra vez se resuelve de forma dinámica y sin cortar la acción para pasar la página, aumentando su valor cuando nos damos cuenta que la secuencia empieza en un ralentí de la acción estilo “tiempo bala” finalizando en una frenética recarga de armamento. Es como en un buen duelo de western alternando escenas de recarga de armas dejando en vil quién es más rápido, y por tanto, superviviente. Y todo en dos páginas.

La edición es bastante buena aunque algo cara. Con las tapas metalizadas y con algo de relieve, páginas a color, una traducción ajustada (dramática cuando es necesario e incluyendo licencias en los momentos de humor, con un castellano muy campechano y licencias como canciones populares españolas que se ajustan muy bien al tono general), buena rotulación, y con la particularidad de haber sido impreso en Taiwán por la propia empresa madre que gestiona todo lo relacionado con Nagai (Dynamic), con un papel correcto.

Valoración: En definitiva, Maz-Z es un manga muy correcto que gana en una segunda lectura, más alejada de lo que la nostalgia pueda “ensuciar” una primera aproximación. Lo que al principio pueda parecer una sucesión de batallitas contra el bruto mecánico de turno sin mucha profundización y resoluciones de la trama algo abruptas, un repaso a la obra nos redescubre ciertos aspectos, como que los argumentos realmente interesantes empiezan bastante pronto (en el segundo tomo ya hay atisbos de que la historia mejorará), y da la impresión de que el manga termina en su mejor estado de forma, con varias historias consecutivas de buen nivel, con el apoteósico final cocido a fuego lento y con tiempo suficiente. Mezclar una ficción como la de un robot gigantesco con asuntos más reales como una guerra de guerrillas en un país tropical no hace más que alimentar la calidad de la serie, y aunque estas implicaciones sociales no abunden, sí es un apunte de que llegado un momento concreto el autor tuvo que buscar otras temáticas que el simple ataque de un bruto que se aprovecha de algún elemento natural (desde lava hasta la electricidad) para derrotar al robot y a todo el Instituto de Estudios Fotoatómicos y poder conquistar el mundo. Sin ser una lectura de altos vuelos, si entretiene lo suficiente, manteniendo el interés y preguntándote qué se ingeniará los Hell, Ashler, Brocken, Gorgon y compañía para derrotar la creación de Junzo Kabuto. El éxito fulgurante del pase por TV a finales de los 70 marcó tanto que aún hoy la marca “Mazinger Z” es conocida, con múltiples ítem de merchandising en el mercado durante todos estos años y un recuerdo especial de los que la vieron en la sobremesa de los fines de semana a finales de los 70. Esos niños que disfrutaban a la vez de Mazinger y de otros productos que han quedado en la memoria audiovisual de este país (Los Payasos de la Tele o V, por ejemplo) son ahora padres de familia, y el negocio de la nostalgia hace que aparezcan productos para que los niños de ahora vean lo que veían sus padres a su misma edad. Así pues, el recuerdo del robot de aleación Z ha perdurado a través de los años, y ahora vuelve a estar de nuevo en el candelero con la publicación de estos mangas y la salida al mercado de la nueva serie de animación creada en Japón sobre el personaje (Shin Mazinger Z), que confiando en la distribuidora Selecta Visión, es “considerada por los fans de M-Z la mejor adaptación desde los años 70”, claro que van a decir lo contrario, aunque los diseños son bastante respetuosos con los originales. La calidad de al menos varias historias de este manga original nos hace cuestionarnos qué sorpresas nos habría deparado la lectura de las obras que estaban previstas inicialmente en la colección de RBA, sobretodo Great Mazinger y Devilman, uno de los mejores personajes de Nagai de entre su prolífica carrera. Un autor que ha conseguido que a 2010, un servidor pase de una mezcla de nostalgia y escepticismo por la vigencia de las historias a estar sobradamente satisfecho con su compra y lectura.

NOTA: Como otros reconocidos autores japoneses harían por esa época (Matsumoto y su universo o Toriyama unos cuantos años más tarde), Nagai usó otros personajes creados por aquél entonces como invitados especiales en el manga. Son el caso de Devilman y Cute Honey. El primero es un demonio que descubre la bondad de los seres humanos, poniéndose en su lugar y luchando contra otros demonios que quieren aniquilar la raza humana. Es un personaje con mucho carisma, que en las pocas páginas que comparte con Koji y Sayaka ya deja impronta de su personalidad. Cute Honey es una de las primeras heroínas del manga con gran carga erótica, convirtiendo una aplicada y modosita chica japonesa amante de la cocina y servir al marido en una guerrera de armas tomar. Recordemos que Nagai era un autor con ya cierto éxito dentro del mundo del Hentai, en el que había introducido escenas de lesbianismo, sexo oral o el humor grueso, combinándolo con el target para toda la familia. En su serie propia otorga un papel protagonista en un manga de acción a una mujer, toda una novedad por aquél entonces. La lástima es que no aprovecha la fuerza de Honey para ayudar a Mazinger, y Misato no vuelve a convertirse en la heroína mientras está con los chicos del Instituto Fotoatómico.

Z MAZINGER, de Go Nagai: Dioses ávidos de sangre

Sinopsis: Koji Kabuto es un chaval que va con su grupo de amigos a ver los restos aparecidos en una montaña en Japón los cuales demostrarían que los griegos vivieron en esas tierras. Una vez ahí, se produce un terremoto y Koji cae en un agujero, donde encuentra los restos casi inertes de un antiguo Dios, Zeus, que recluido en un cuerpo metálico le confía en sus últimos halos de vida su poder y la tarea de defender la Tierra de los malvados Dioses que la menosprecian. Pero los Dioses siguen queriendo conquistar la Tierra, sobretodo porque un semi cyborg llamado Hell Gigandes lidera una serie de brutos mecánicos que la quieren destruir. Pero deberá verse las caras con el renacido Zeus, comandado por Koji, que junto con la ayuda de la Diosa Afrodita harán frente a toda la horda de Dioses mecánicos. La jerarquía de los Dioses irá enviando súbditos para matar a Afrodita por su traición y esclafar a esos seres inmundos que son los humanos.

Entre líneas: Este remake de 1999 de la serie original de Mazinger Z contiene varios de los elementos característicos de la serie: descubrimiento del robot, constatación de los enemigos a batir, presentación de secundarios, capítulos auto conclusivos de luchas contra brutos mecánicos (aquí Dioses de carne y hueso que vendieron su piel al diablo para así conseguir casi la inmortalidad y cuerpos mecánicos para poder hacer la guerra entre ellos), el Instituto (aquí convertido en Isla de la Ciencia futurista), los conflictos con Sayaka, el aprendizaje del vuelo, etc, pero hay varios aspectos que sí cambian:

El más notorio es la importancia que adquiere la historia de los griegos, sus Dioses, y las luchas entre ellos. Es más, conocemos a Zeus en su momento de lucha contra todos los Dioses que le atacan por proteger un planeta de “hormigas” como es la Tierra, y parte de la jerarquía de los Dioses, empezando por Hades, con su fortaleza en la Luna. La verdad es que se recuerda mucho más las conversaciones entre los Dioses malignos y otros personajes involucrados en la traición de Afrodita que los avatares de Koji con su Z, dejando de lado a muchísimos secundarios, entre ellos Sayaka, que ya no comanda ningún robot. Es precisamente Afrodita, la Diosa de la Belleza, la que se pone de parte de los humanos al compartir las mismas ideas de Zeus: proteger a los humanos al descubrir su bondad (si ella lo dice…) y fragilidad. Con esto, gana en popularidad y centra la atención del manga, ya que toda la retahíla de Dioses que retará al Z Mazinger lo hará de alguna forma u otra para hacer cambiar de opinión a Afrodita o directamente para aniquilarla: un viejo “novio” suyo (se deja ver con bastante claridad que Zeus y Afrodita eran pareja, aunque la mitología tanto puede asegurar que ella era hija de él como que Afrodita era mayor que Zeus), su padre Poseidón que reniega de ella públicamente pese a estar contrariado internamente, etc. Así pues, ya no es que un mad doctor como en la serie original quiera conquistar Japón y el mundo entero, ahora son Dioses los que quieren destruir el planeta, además de querer eliminar a Afrodita. Es una vuelta de tuerca, otra visión del argumento que en principio tenía que darle originalidad pero que acaba yendo relativamente en su contra. Asistimos también a las estrategias dentro del mundo de los Dioses, mostrando apoyo o rechazo a otros Dioses con ciertas acciones, no queriendo ofender a tal Dios por inmiscuirse en zona prohibida, o zonas controladas por otros Dioses. Es también una guerra de posiciones, de mensajes encubiertos entre rangos, donde el superior a ti también tiene un superior, al que crees lo no va más en contra de los humanos hasta que no aparece otro más fuerte. Recuerda las peores épocas de Dragon Ball cuando la historia se limitaba a una escala de poder, presentando un enemigo más fuerte que el otro, sin más. Otro cambio es el de las luchas en sí: mientras que en el manga original veíamos un uso de los elementos naturales para intentar destruir a Mazinger, seguido por una serie de situaciones que implicaba al robot en cuestiones sociales, aquí esto desaparece y toma más importancia QUIÉN ataca que COMO ataca, la jerarquía de la guerra antes que la técnica usada, y la contienda se suele resolver con cuatro golpes. Pocas veces ves al Mazinger en verdadero peligro y sufrir por él El concepto de multi-universo tampoco se aprovecha demasiado, ya que una vez Afrodita explica a los humanos que hay muchos Universos uno encima del otro, y que hay guerras infinitas en ellos entre muchos Dioses, el concepto no vuelve a aparecer, hasta el punto de que uno se olvida de todo ello, quedando como un único universo, no se incide más en ello. Lo que sí queda claro es que los Dioses se han convertido, gracias a las corazas metálicas que se les otorgó, en seres arrogantes, pagados de sí mismos, entregados a la guerra constante sin un ápice de compasión, con una jerarquía rígida y considerándose enemigos todos contra todos.

Otros cambios menores pero que son significativos implican la relación entre Koji y sus enemigos: antes, incluso siendo su Némesis, Koji e Infierno/Ashler se sentían muy cercanos. No es que se vieran las caras muy a menudo (que sí lo hicieron), ya que las bases de ataque de Ashler solían estar a kilómetros de distancia, pero eran unos enfrentamientos más equitativos, más mundanos, y la rivalidad era mayor. Incluso habían llegado a estar codo a codo superados por las circunstancias. Pero en este remake las figuras de Infierno y Ashler (ya no digamos del resto, Gorgon, Pigman, etc que ni aparecen) quedan diluidas delante del poder de los Dioses y sus trifulcas, quedan a la sombra de las grandes figuras como Hades, Poseidón o Ares. Ellos mismos, al pertenecer a la estirpe de los Dioses aún sin serlo, se “desconectan” de la lucha directa y carnal contra sus enemigos del Instituto Fotoatómico, y la serie pierde esa característica tan arraigada en la versión de los 70. De hecho creo que se llegan a cruzar una vez, en el último tomo, posiblemente el mejor de todos, si no fuera por su final, demasiado abrupto. No son los únicos que desaparecen, el profesor Yumi, el trío de expertos, en menor medida Boss,…. y se introducen otros, como el hermano policía de Boss pero que no llega a desarrollarse y la sorpresa de que el personaje de Shiro, antes hermano de Koji y con las hormonas locas por Sayaka, ahora es hermano de ésta, sin explicación alguna (o que causa sonrojo) ni importancia real. Insisto que todos sucumben a las guerrillas internas y enfados continuos de los dioses con Afrodita y entre ellos.

El dibujo es espectacular, pero engañoso: detrás de impresionantes grandes escenas de destrucción, con multitud de explosiones, edificios derrumbados y muerte, o de la recargada imagen que se da de las fortalezas demoníacas, con aspecto realmente dantesco e infernal, nos encontramos con un dibujo de personajes muy arquetípico, acartonado, muy simple, tanto físicamente como en personalidad. Tampoco ayuda la poca planificación de las luchas que, excepto en algunas ocasiones, no nos depara puntos de vista espectaculares. Hay algunos efectos interesantes, como mostrar el Mazinger a lo lejos, envuelto en neblina, da un efecto muy bueno, o la visión desde la azotea del robot, mirando hacia abajo, como debe sentir Koji estar ahí arriba. Pero son eso, excepciones, y encima no demandan gran capacidad de dibujo de personajes, por lo que se puede “otorgar” el mérito a los supuestos ayudantes del autor que se encargan de todo menos de los personajes humanos, en manos de Nagai (supuestamente), notándose la diferencia. Sin saberlo a ciencia cierta, es la impresión que da. No es horroroso, e incluso en una primera lectura preferí ese dibujo espectacular al del primer manga, pero luego uno se da cuenta de lo poco expresivo que resulta ser, por mucha explosión que le metas detrás. Además, es muy constante, sin variar ya sea una escena sin acción como una repleta de movimiento. Es como el dibujo de Gantz, muy bueno, pero frío, al estar hecho por ordenador. Eso sí, los dioses están bien diseñados acorde con los fondos, o sea, la misma calidad.

Valoración: Go Nagai se ha pasado 30 años explicando la misma historia. O al menos iniciar una historia con varias constantes para luego explorar ciertas temáticas. Sin ir más lejos, las revistas actuales japonesas traen consigo un nuevo manga de Mazinger, solo guionizado por Nagai. En la versión que nos ocupa, decidió dar más relevancia al origen místico del robot, dando protagonismo al mundo griego que vio como un ser superior como Zeus les protegía de los salvajes Dioses del Olimpo. Cierto es que la historia empieza bien, sin muchos alardes, la presentación de Z Maz es imponente, y el primer capítulo sirve para introducir a todos los secundarios regulares y alguno de nuevo. Pero todo lo “social” que podrían tener los primeros capítulos de la serie original (como afectan las noticias de Koji y su robot en su familia, o la relación de Koji con los compañeros de clase), se diluye rápidamente, pasando a un pase sin pausa de enemigos, cada uno más grande, que por una razón u otra están en contra de que Afrodita ayude a los humanos y quieren verla muerta.

Con una estructura muy repetida en los diversos capítulos (escena semi erótica de Koji con su recauchutada entrenadora, enfado de Sayaka, situación de peligro, lucha con el enemigo y final feliz), la serie no tiene mucha variación. Pese a tener algunas novedades (ahora las alas de Z-Maz las pilota el novio de la entrenadora, e incluyen una espada “a lo Caballero Arturo” y armas en la parte posterior de las alas; Ashler ya no son uno sino cuatro mitades, etc), casi todo se reduce al enfado del Dios de turno y su plan de invasión y exterminio de la Tierra y su protectora Afrodita. El desarrollo es bastante plano y hay muchas menos historias que en la serie original (siendo las dos de 5 tomos parecidos), ya que las viñetas son de tamaño mucho mayor, por lo que la narrativa se resiente. Aún teniendo algunos buenos momentos, la serie pierde mucha de la gracia que tenía la anterior: prácticamente no hay humor, los personajes secundarios humanos quedan relegados al mínimo, no tienes la sensación de que los personajes (y el propio lector) sufran con los acontecimientos (las tribulaciones de Koji en la serie original sobre si conseguirá ganar a ese monstruo son habituales, humanizando al personaje, mientras que aquí actúa como un héroe clásico sin miedo ni temor), ni los “malos de siempre” tienen relevancia, siendo sustituidos por el rango de Dioses, ni hay incursiones en aspectos sociales o de ciencia ficción (más allá de que consideremos “normal” que un chaval comande un robot de varios pisos de altura), ni los diálogos son igual de “naturales” (muy lograda la traducción del manga clásico, con frases y exclamaciones muy bien encontradas, enfrente de los a veces aburridos diálogos entre Dioses de Z Mazinger, sin chispa, siempre gritándose entre ellos para parecer más fuertes o enojados. Posiblemente los originales ya eran así, ya que los traductores son los mismos en sendas colecciones), ni muchos otros detalles. El único baluarte de esta “nueva” serie es Afrodita, su presencia e intenciones, hasta el punto de que es la única razón por lo que conservaría este manga.
Ya hemos comentado que el dibujo es en sí mismo un pro y un contra: mientras que todos los escenarios, ciudades, objetos inanimados e incluso los robots, Dioses y brutos mecánicos están muy bien realizados, no podemos decir lo mismo de los personajes humanos. Sin ser horripilante, se nota en falta más “calidez” en el dibujo de facciones, más detalle, más variedad de expresiones. El “dibujo de fondo” ( o sea, todo loque no es un ser humano) está muy detallado, recargado, con espectaculares explosiones y escenas de destrucción. En este aspecto, es bastante interesante el diseño de alguno de los Dioses (como Ares o Hades), junto con el del mismo Z Mazinger, más estilizado que su antepasado de los setenta. Pero ni incluso así salva a un manga correcto por la mínima, una “actualización mirando hacia el pasado” que puede gustar a los que les interese o tengan curiosidad por la mitología griega, pero que a su vez deja de lado muchos personajes y situaciones que daban variedad a la serie clásica.

There can be only one: Así pues, ¿con cuál me quedo? Diferencias entre mangas

Lo bueno que tiene Maz-Z son las relaciones personales. La mayor parte se la lleva la relación Koji-Sayaka, pero también hay sitio para un Shiro, el hermano de Koji, que también va detrás de Sayaka, aunque mucho más joven (es un crío), o para la evolución de la enemistad entre Koji y Boss (en la serie original la transformación en amistad es mucho más lenta pero a la vez más rica en matices y situaciones cómicas, mientras que en Z- Maz se vuelven amigos en un par de capítulos). Y no solo del lado de los buenos, los piques entre Ashler y Brocken básicamente son antológicos, y como Infierno debe mediar entre ellos, usando esa competencia para intentar acabar con Mazinger. Incluso llegan a haber capítulos donde Koji o el robot pierden protagonismo enfrente los dos esbirros de Hell, rivales para ver quién consigue el favor de su amo. También se tiene la sensación de que la serie original da mucha más importancia a esos “seres pequeños”, que son los humanos, visto desde la perspectiva del Mazinger, que su remake, mucho más pendiente de los Dioses, sus batallitas internas y declaraciones grandilocuentes (se pasan el dia gritando! ¡¿Será que por gritar parecen más malos?!). En Z-Maz, se tacha casi de un plumazo a Sayaka, no es que no aparezca, pero no pilota nada, ya que la Afrodita que aparece es un ente propio y no es hasta el final de la serie que Sayaka se le es asignada un robot (aquí evito spoiler). Precisamente la Afrodita que aparece al principio del manga es posiblemente el motor del mismo, ya que toda la maquinaria asesina de los Dioses se mueve por culpa de su traición a los suyos. Aunque también influye su diseño, que hace justicia a su apelativo “Diosa de la belleza”. Vamos, que Mazinger debe ir un poco loco detrás de ella, aparte de que se crea un paralelismo “de pareja” entre ellos dos (Dioses) y sus posteriores habitantes (Koji y Sayaka). Pese a esto, esas “relaciones humanas” que tanto proliferaban en la serie original aquí se reducen casi a la aparición de la exuberante Jun, experta piloto y entrenadora, con lo que todos los chicos van locos y Sayaka siente que ya no es el centro de atracción. Cierto que aparecen otros personajes y novedades, como el novio de un que se encarga de pilotar las alas del Z-Maz, o de un hermanito de Sayaka, que aparece casi de la nada (hasta se llega a vislumbrar un cierto arrepentimiento del autor en el diálogo por la “torpeza” al introducir un personaje tan íntimamente relacionado con Sayaka de forma tan brusca), pero no aportan mucho a la trama. Realmente lo que se recuerda de Z-Maz es la recreación de las estancias de los Dioses, sus relaciones, el in crescendo de poder al ir atacando al Z-Maz, en definitiva sus escenas exclusivas, y sobretodo Afrodita. Pero esto, que al principio es positivo, y análogamente a la calidad del dibujo, luego tiende a ser negativo, porque Z-Maz acaba siendo algo frío, demasiado potenciado en los Dioses, dejando de lado casi a Koji y compañía, incluso Ashler y Brocken pierden peso.

En ciertos momentos se podría considerar este primer manga de Mazinger como un “kaiju manga”, la contrapartida en papel de las películas de Godzilla, en su papel de protector de Japón (no será casual ver la figura entrecortada del Mazinger en el Sol de Japón (su bandera) o con Fujiyama al fondo (su símbolo)). En esta ocasión, el robot no pasa primero por querer destruir el país y luego ser su exponente en defensa como pasó en las “kaiju eiga”, pero si que hay ese sentimiento de que “alguien debe protegernos del exterior, llámese bruto mecánico o cultura USA”, y les vale un dinosaurio mutado por radiación (Gojira), un robot creado de una aleación secreta (nuestro Mazinger), o un niño robot de fuerza sobrehumana, con mísiles en los pies para volar y unas orejas que recuerdan a un ratón muy conocido (Astroboy).

Queda claro entonces que el vencedor es el primer manga de 1972, en el caso que solo os podáis comprar una de las colecciones. Si os acercáis con curiosidad siendo lectores de otro tipo de cómic, o simplemente queréis revivir parte de las aventuras de la serie animada, Mazinger Z es vuestro manga. Por otro lado, Z Mazinger queda como un experimento, no excesivamente malo pero tampoco una maravilla, apoyado por toda la historia mitológica de los Dioses Griegos, con lo que lectores interesados en este mundo pueden encontrar algún plus más a su lectura. El resto solo veremos luchas intestinas entre Dioses y su rabia porque dos de ellos se han aliado con los humanos, enviando hordas de brutos mecánicos para acabar con todos ellos. Al menos tenemos la parte gráfica (o parte de ella) con la que deleitarnos, con toneladas de destrucción, y como no la presencia de la siempre esbelta y bella Afrodita.

Para finalizar, reseñar un par de aspectos que demuestran hasta donde llegó la pasión en España por este robot: la picaresca española es conocida en el mundo entero. Pues en máximo apogeo de la serie en nuestro país, a alguien se le ocurrió la idea de hacer un cómic falso sobre el personaje. Y no solo uno, sino dos! En aquella época, se estrenó una película japonesa donde había un robot y un científico loco, era “Mach Baron”, pero aquí aprovecharon el tirón y la llamaron Mazinger Z, EL Robot de las Estrellas. Y ni tan solo se parecía el robot! Además, la Editorial Valenciana compró los derechos de la película (cualquier cosa era buena para hacer negocio del boom) y le encomendó a José Sanchis, autor de Pumby, una serie de cómics basados en el personaje de la película, pero que también llamarían Mazinger Z. Toma ya! Por otro lado , la conocida Grijalbo Dargaud publicó 6 cómics a color con versiones sacadas de las historias reales de Mazinger, con una copia de los dibujos y los diseños, abarcando capítulos importantes como la creación del robot o la instalación de las alas para volar. Actualmente, todos estos cómics aún se venden en Salones y webs como eBay.



Pero saltemos al presente. La distribuidora Selecta Visión ha presentado la nueva colección El Verdadero Mazinger Z, la serie que desde hace unos meses se está produciendo en Japón , sin ser un remake sí son nuevas situaciones con los personajes de siempre, con unos diseños bastante respetuosos con los originales. En un principio se creía que sería una versión animada de Z Mazinger que os hemos presentado aquí, pero se desmintió (y la verdad es que me alegro), asegurando que eran nuevas historias. Lo que sí se está aprovechando es para crear el manga derivado de la serie animada actual (la que editará Selecta) bajo el nombre de Shin Mazinger Zero. Pero es que además en la misma revista donde se publica Zero arrancó hace un tiempo Shin Mazinger Z Shôgeki! H-Hen, con unos diseños de personajes ya muy actuales, pero también muy alejados del manga original.


Imágenes de Shin Mazinger Zero, la nueva Minerva parece una chica Katsura……

Esta estatua está en el pueblo Pla de Santa Maria, urbanización Mas del Plata, y se construyó hace más de 20 años, y ahí sigue….. protegiendo a los habitantes. Lugar de peregrinación…..

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