Mundomanga: Pesadilla antes de Navidad (Asuka) y ZN recomienda: GON, de Tanaka

9
1964
Pesadilla antes de navidad: Navidad sin alma

 

Edición original: Tim Burton´s Nightmare Before Christmas USA
Fecha de edición: noviembre de 2007
Guión: Tim Burton, Jun Asuka
Dibujo: Jun Asuka
Blanco y negro, 184 páginas.
PdA (6)

 

Sinopsis: Jack, el esqueleto experto en asustar a los niños, el aclamado como mejor asustador de todos los tiempos, el rey de la oscuridad, está cansado de su posición. En la ciudad de Halloweeen, lo brutal es bonito y los valores establecidos son otros, totalmente opuestos a los que nosotros conocemos. Pero Jack descubre un pasadizo hacia otra realidad, la de la ciudad de la Navidad, donde la felicidad y el amor imperan. Tan impregnado quedará de ese sentimiento que intentará portarlo a su universo. Pero realmente habrá captado Jack el espíritu de la Navidad o su intento quedará en desastre? Que podrá hacer Sally, una muñeca de trapo, amando en silencio a su esqueleto favorito?

Entre líneas: Estamos delante de una adaptación al cómic de la magnífica película de animación de Tim Burton. Como tal, resulta muy fidedigna, repasa concienzudamente el argumento y, lo más importante, respeta el diseño de personajes de este extravagante autor que pasó por las filas de Disney. Nos volveremos a encontrar con el cabezota Jack, a la dulce Sally, al incompetente alcalde y al resto de personajes, fielmente representados, incluido el hombre del saco Oogie Boggie. Las localizaciones que vemos en stop motion en la pantalla también están bien representadas, incluyendo el pueblo y la ladera del pequeño montículo que se alarga al caminar por él y que ha acabado siendo el icono de la película, con la gran Luna al fondo, con el permiso de Jack. Pero algo falla.

Y es que hay algo en este cómic que no me ha acabado de gustar. Primero, y eso es más culpa mía, que lo compré pensando en una versión manga de la historia. El nombre de la autora, la joven Jun Asuka, así lo indicaba. Pero hay poco de manga en este tomo. O como mínimo no lo he sabido encontrar. De hecho, no ha sido hasta el final del tomo, donde encontramos varias páginas de texto con bocetos y descripciones de la película, de cómo llegó a formarse este cómic, que no me he enterado de que esto pretendía ser un cómic shojo. Efectivamente, hay una historia de amor, pero para nada vemos las constantes del cómic para chicas en este volumen: si acaso los inexistentes fondos en este tipo de cómic, aunque aquí tampoco es tan evidente. Así que esta contradicción pesa encima de mi valoración del cómic, aunque reconociendo que en parte es culpa mía.

Una vez leído, y pensando en ello durante los siguientes días, en medio de un mar de dudas de si me gustaba o no, necesitaba llegar a una conclusión para incluirla en este texto: Parece que estemos delante del storyboard de la película, es decir, el trasvase plano a plano en papel de lo que el director, Henry Selick, gran amigo de Burton, tenía en la cabeza. Es muy correcto, pero le falta algo. Le falta la magia de la animación stop motion, que crea una ilusión a partir de movimientos milimétricos de objeto inanimados, con un trabajo de decenas de personas detrás. Le falta la música, del genial Danny Elfman y traducida al castellano por Tony Cruz. Esas canciones, algunas de las cuales están incluidas en el tomo, residen incrustadas en la memoria colectiva de los que gustamos del estilo gótico y recargado de Burton. El medio no está hecho para reproducir canciones, y la autora hace su mejor apuesta para que atatareemos lo que recordamos mientras vemos a los personajes cantar, pero quizá habría sido una buena apuesta distribuir parte de la tirada con la inclusión de la banda sonora, tanto para los que la disfrutamos en su momento como los nuevos compradores. Aunque entiendo que es difícil coordinar y poner de acuerdo las dos editoras, la de música con la de papel. Y para redondear, el producto, una vez leído el texto final de tomo y vistos los créditos, parece ser un producto de merchandising más para engrosar las tiendas japonesas, que aún hoy están llenas de productos relacionados con la película de 1993. El monstruo Disney suele convertir en cómic sus éxitos más preciados en cine, pero no pasan de ser meras adaptaciones y como mínimo un servidor no tiene la percepción de que sean considerados cómics de primera. Aunque a veces se puede dar en el clavo y encontrar un autor que después despuntaría como el español Munuera en la adaptación a papel de la producción de Dreamworks La Ruta Hacia el Dorado. Estas adaptaciones, relegadas a las cajas de ofertas baratas de los supermercados una vez ha pasado el furor de la película en cuestión, sólo sirven para rellenar estanterías durante las semanas de estreno del film, siendo retiradas cuando han cumplido su función. En este caso el resultado es muy correcto, pero quizá su objetivo era estar en las estanterías japonesas más que en las de cualquier otro sitio, aunque su calidad le hace merecedor de un pequeño espacio en tales abarrotados espacios.

Hablando de estanterías, la edición de esta obra también tiene sus pros y sus contras: mientras que los textos y bocetos finales dan bastante información, la primera impresión del producto no es muy buena: después de una portada con el título en un buen relieve y la trascripción en inglés y castellano de un par de canciones relacionadas con la Navidad, nos damos cuenta de lo grande que son los dibujos. En efecto, tenemos delante una versión más europeizada de un cómic, más alto que un tomo japonés normal, y con un número similar de páginas (tirando a la baja). El resultado es que nos acordamos mucho de esas primeras y viejas ediciones de manga en nuestro país, cuando Norma y sobretodo Planeta bebían de la americana Viz Communications, adaptando sus cómic books a libretos de 24 o 36 páginas pero con los dibujos originales japoneses muy grandes, viñetas inmensas y mucho espacio en blanco, incluso en títulos de autores que usan tramas y rellenan sus obras, como Shirow. Estos cómic books eran similares a los de superhéroes americanos, para así facilitar la entrada al mercado USA. Pero mientras los dibujos de cómics de superhéroes estaban pensados para ser reproducidos ya a esta escala, resulta que originalmente los mangas están pensados en ser editados en tankoubon, el típico tomo que ahora todos conocemos (aunque el paso previo de muchas de las series sean esos inmensos tomos de más de 500 páginas que las grandes editoriales publican semanalmente o mensualmente serializando todo tipo de historias en mal papel pero de dimensiones parecidas a las de una revista o a las de este mismo cómic en su versión española, creando el mismo efecto de “agrandamiento” de las viñetas). Así pues, con el agridulce recuerdo de esas primeras intentonas de edición de manga en nuestro país (con sus cosas buenas y malas, entre ellas el inicio de historias míticas pero a la vez de cancelación de muchas por “falta de ventas”) te aventuras en los páramos de la Ciudad de Halloween, aunque ya algo molesto con la edición. Según Amazon la versión americana es más pequeña y más estrecha, lo que ayudaría a la percepción como “manga” y haría que los dibujos se redujesen y esa sensación desapareciese. Otro detalle anotado por alguien en algún foro externo, es el tipo de letra escogido para la ocasión, algo muy parecido a la sosa “Comic sans”, algo demasiado mecánico y frío por el tipo de historia que cuenta. Cierto es que al principio, en la gran primera canción, el tipo de letra es más recargado y gótico, pero esto se pierde en otras canciones, como por ejemplo en la canción de Oogie Boggie, mezcla de jazz y espectáculo de Broadway. Difícil debe ser escoger una fuente para cada canción, pero algo se podría haber intentado. También tengo que reconocer que pasé todo el volumen sin darme cuenta de esto, y fue solo al buscar información para la reseña que leí ese forero que anotaba este detalle. O sea que si no me di cuenta pues tampoco pasa nada, aunque ahí queda.

No he hablado del dibujo, precioso para algunos y horrible para otros. Personalmente, teniendo en mente mangas que me han gustado mucho como Shin Chan tienen el dibujo que tienen, ya me va bien, aunque por momentos parezca muy amateur. Lo básico, que es representar a los personajes que todos conocemos está logrado y con creces: el estilizado Jack, la dulce Sally hecha de retazos, Santa Claus y el alcalde. Y cómo no Oogie Boggie, el hombre del saco (literalmente). Usa tramas y otros “efectos especiales” para representar velocidad, electricidad, etc. Pero no se puede decir que sea “manga”.

Valoración: Así pues, nos encontramos con un buen producto pero a medio camino, que quizá tenía más sentido en Japón que aquí (aparentemente la fiebre por la película y lo que le rodea no baja después de más de 10 años. Aquí también se mantiene viva, pero quizá no tanto). Un producto por encima de la media del merchandising pero que no consigue desprenderse de esa idea del “cómic barato para tirar después”, más por parte de la productora que por el buen interés de la autora. Un cómic hecho en Japón pero sin muchas de los resortes típicos de lo que ahí se cuece. Es “manga”? Sí, porque manga es todo cómic hecho en Japón, sea el típico shonen o un señor que dibuja para Marvel. Es “manga”? No, porque no contiene mucho de los puntos que hacen reconocible un manga como se conoce en Occidente, o sea, ojos grandes, caras alargadas y puntiagudas en su parte inferior, largas historias, narrativa que usa muchas páginas para explicar una acción, tramas, sensación de movimiento cinemático, etc. Un producto que por mucho que se esfuerce no llegará nunca a igualar la poesía y calidad de la versión original animada. Pero que tampoco por ello tiene que ser malo, siendo agradable su lectura y recordando las sensaciones que se tuvieron cuando se entrenó el film. Quizá una versión distinta de los hechos habría diferenciado el producto de otros merchandising, con un argumento original o tomando los personajes para crear algo nuevo. Pero claro, entonces estaríamos escribiendo que por qué no se ha seguido al pie de la letra la magnífica película. Nunca estamos contentos.

En definitiva, un cómic competente pero que tiene que luchar contra su propia versión animada de la que bebe y unos errores de edición que se podrían haberse mejorado. Pese a todo es una buena elección para los que no conozcan la película sobretodo para estas nuevas generaciones que compran manga, aunque precisamente al no seguir el estilo marcado por otras obras puede resultar novedoso para ellos o condenarlo a quedarse en la tienda al no encontrar los chavales los resortes típicos del shojo al que el texto final alude y delimita la obra.

GON: El espectáculo de la naturaleza

 

Edición original: Gon vol 1 JAP
Fecha de edición: noviembre de 2007
Guión y dibujo: Masashi Tanaka
Blanco y negro y color, 144 páginas.
LA Cúpula (9)

 

Sinopsis: Gon es un descendiente directo de los dinosaurios, pero con la particularidad de haber sobrevivido hasta la actualidad. O eso parece. Se trata de un dinosaurio bajito, cabezón, pero con una fuerza increíble tanto en piernas como en sus terribles mandíbulas. Viajaremos con él por varios paisajes, desde el desierto más traidor hasta las montañas nevadas más inhóspitas. Su fuerte carácter le servirá para sobrevivir en la naturaleza más Darwiniana, pero cuando sea necesario ayudar ahí estará dispuesto a dejarse la piel.

Entre líneas: Corrían los primeros años de la década de los 90 y una serie de dibujos animados era lo más comentado en esa época: Dragon Ball. Primero su anime, y después el manga original crearon el boom las consecuencias del cuál aún se perciben hoy en día. En esos momentos todo el merchandising se concentraba en esa serie, y las editoriales de cómic buscaban alguna serie parecida para repetir éxitos. Pero dentro del género de manga de luchas, Goku era único e irrepetible. Entre tanta edición en cómic book que intentaba explotar el fenómeno, mezcla de violencia y erotismo, apareció un personaje que descolocó a muchos pero que gustó también a los que buscaban “algo más”. Para empezar, una editorial que editaba cosas hentai como Minifaldas, Revoltosas, u otras series de médicos y enfermeras calentorros, probó suerte con algo distinto. La Cúpula en 1993 empezó la publicación de esta obra de Tanaka, y además fue pionera (o contemporánea), de las primeras series publicadas en tomo, junto con el famoso pack de El puño de la Estrella del Norte y Bastard!. Mientras que las dos series de Planeta eran tomos relativamente pequeños, La Cúpula decidió editar las aventuras del dinosaurio en tomos más grandes, incluso un formato extraño hoy en día, que queda entre el tankoubon típico de 7 o 8€ y los especiales o integrales tipo Fushigi Yuugi. La decisión era acertada, ya que el detalle con el que están hechas las viñetas se habría perdido en una reproducción más pequeña. Así pues empezaron las andaduras de Gon en nuestro mercado, y de alguna forma ha quedado como una serie única, separada del resto, quizá por su aperiodicidad y su forma única de narrar.

En efecto, Gon es único, ya que no hay ni una mísera palabra en todos los tomos. Nos encontranos delante de un manga mudo, sin un solo bocadillo de texto, ni tan solo una onomatopeya que reproduzca los gritos de un animal atacado por el cabezudo dinosaurio, o el ruido de un árbol caído por la fuerza descomunal del bichejo. Pero pese a esto, la maestría del autor nos permite entender lo que pasa sin articular vocablo. La expresividad de los personajes nos transmiten sus emociones y estado de ánimo. Normalmente su posado más habitual es la de estar extremadamente serios, como si el juego de la supervivencia del más fuerte les tuviera constantemente en alerta. Pero también tiene sus momentos de relax y diversión. El hecho de que el cómic sea mudo hace que su lectura sea muy rápida, aunque tenemos suficientes motivos para pararnos en cada viñeta. Y es que uno de los motivos para leer este cómic son los excelentes dibujos y representaciones de todo tipo de fauna y flora. El autor, totalmente al margen del mercado nipón, que exige a los dibujantes entregas mensuales o incluso varias semanales, crea historias auto-conclusivas con todo lujo de detalle. El dibujo sumamente detallado y hasta gótico no significa una carga para la vista, sino una cascada de visiones a cada una más impresionante. Cada viñeta es un cuadro es un pensamiento que lleva conmigo desde que lo vi por primera vez. Tiene un dominio total sobre la anatomía de todo tipo de animales, sabiendo reproducir hasta el más mínimo detalle en cada una de las muchas viñetas. El mismo Gon es paradigma de esto: su dura piel de miles de pequeñas piezas sexagonales, apareciendo en cada uno de los dibujos en los que aparece el personaje (la mayoría, evidentemente). Pero no solo los animales, de los más pequeños hasta los más grandes, están excelentemente dibujados, sino que la flora también recibe su detallado apartado. Desde bosques sumamente densos y oscuros (con especies autóctonas dependiendo si estamos en una zona amazónica o más polar), con tenues haces de luz llegando a lo más hondo de sus entrañas, hasta grandes extensiones de desierto bajo un sol abrasador o de nieve inacabable hasta el horizonte. Seguir dando ejemplos sería fútil, dicen que una imagen vale más que mil palabras. Creo que esta frase se cuajó cuando alguien vio el dibujo de Gon, no digo más.

Gon es todo un personaje, y sólo él ya es motivo suficiente para comprar el cómic. Vamos a dejarlo claro: Gon es un cabrón. Solo se preocupa por dormir y comer. Hará cualquier cosa por conseguir comida o agua, desde enfrentarse a grandes depredadores hasta modificar el curso de las aguas subterráneas de un río para que él pueda beber tranquilamente. Este carácter se ve potenciado sobretodo en los primeros tomos, y hay quién dice que los últimos volúmenes el autor convierte el personaje en un defensor de los débiles. Bien, si es cierto que la actitud varia algo al pasar los tomos, no es cierto que tal dulcificación del carácter de Gon sea exclusivo de tomos avanzados. Ya en el tercer tomo vemos una mezcla de los dos estilos: putear a una pobre hembra de Dingo (perra autóctona del Sudeste asiático y Australia) que solo quiere dar de comer a sus hijos da paso a la protección de unos cachorros de lobo que van cayendo en las garras de un gran depredador como el tigre siberiano. O sea que hay un poco de todo, incluidas las humillaciones. El único momento en el que el bichejo de dos patas está tranquilo y angelical es cuando duerme, con su babilla y sin enterarse de terremotos o ciclones, literalmente. Y está para comérselo. Este estilo de vida marca mucho el argumento: comer ingentes cantidades de pescado y dormir a pierna suelta y feliz de la vida le da al cómic una áurea de costumbrismo animal, de vivir el día a día sin importar donde se está ni qué pasará mañana.

Se podría decir que estamos delante de un auténtico documental sobre animales, tan válido como los de National Geographic. La sensación de acercar una cámara silenciosa y diminuta a las cercanías de Gon nos permite admirar la belleza de la naturaleza, la crudeza de la selección natural, pero también el compañerismo que se puede formar entre miembros de un mismo clan o incluso de distintas razas. Concretamente hay dos estilos de historias que se repiten varias veces: el autor nos muestra en diversas ocasiones, de forma magistral, que la pirámide alimenticia es cruel e implacable, pero que también se puede romper a veces. A destacar la primera historia del tercer tomo, una bajada por un río amazónico que sirve de ejemplo de selección natural pero también de sorpresas que te puedes encontrar. El humor también tiene cabida en este río de la vida y Gon se lo pasa en grande con unos delfines. Otra característica que se repite a menudo es la que se podría resumir como David vence a Goliat. La selección natural tiene estas cosas, y los grandes animales (depredadores mamíferos, grandes escuálidos) harían bien de no confiar de su tamaño. Gon puede con todo, solo o con compañía de miles de pequeños enemigos que te pueden llevar a la muerte segura. Y tendrás suerte si lo dejan en humillación, como ese tiburón que se las prometía felices o ese ave rapaz que tiene que aprender a convivir con los que antes eran su alimento.

Valoración: Gon es muy especial, tanto el personaje como el título en sí. De hecho se podría considerar como el manga por antonomasia, ya que los kanjis que forman la palabra manga dan la idea de “dibujo caprichoso” o “el dibujo antes que la letra”. Este caso maximiza esta idea, olvidando por completo los bocadillos para hacer recaer toda su narrativa en unos animales casi con reacciones humanas. La contradicción de ser algo “no habitual” en el mercado con el hecho de encarnar la idea más básica del manga como se concibió en siglos pasados hace aún más apetecible su lectura.

El dinosaurio atrae inmediatamente por su forma de ser y filosofía de vida, y el cómic en sí es una rara avis, siguiendo el buen ejemplo de incluir, entre historia e historia, de dibujos a color de las especies que participan en cada una de las cápsulas, con su nombre traducido y el nombre científico en latín. Se publicó en un momento en el que imperaban los kamehameha y las chicas ligeras de ropa, y hay que felicitar a La Cúpula por su valentía en ese momento y en la idea de relanzarlo actualmente, con un escenario muy distinto. Es de suponer que su nicho de mercado actual será los que se interesan por el manga más serio, más seinen, aunque tampoco podemos decir que Gon sea seinen. Quizá nos olvidemos un poco de las etiquetas y disfrutemos de este espectáculo visual que Tanaka nos ofrece página tras página. Largamente agotado en las tiendas (como mínimo yo no lo veía desde hace años), su reaparición debería ir más allá de las fronteras del manga como otros títulos han hecho, como Monster, Adolf u otras de Osamu Tezuka, y gozar de una segunda juventud haciendo disfrutar a los fans de las buenas historias. Su dibujo, el carácter impreso a Gon y la oportunidad de observar la belleza y crueldad de la naturaleza desde una butaca VIP deberían ser suficientes motivos para agenciarse con todos los tomos de ipso facto, pero si no puede ser, probad algunos y veréis como quedáis prendados de este extraño ser que pulula por el mundo, y por nuestras estanterías. Alzamos las espadas para saludar al dinosaurio de tres pezuñas rogando se quede mucho tiempo más entre nosotros, para goce de los que no le conocíais. Bienvenido de vuelta a casa, amigo, ha sido todo un placer recuperar tu lectura.


Gon lanzándose al vacío sin temor

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WWfan!
WWfan!
26 diciembre, 2007 14:34

Gon está bien.

fletcher!!
26 diciembre, 2007 20:04

y cuanto vale el tomo de GON?

Fletcher!!

q-cho
q-cho
26 diciembre, 2007 22:47

feliza navidad gon y uds negativos!!

Dicker
Dicker
Lector
26 diciembre, 2007 23:21

Gon es una maravilla, tanto en dibujo, que es un espectáculo, como por sus historias, con sus puntitos tiernos y cabroncetes.

Gon es un simpático cabroncete.

Frank Einstein
27 diciembre, 2007 9:24

Gon es una maravilla, pero el de Pesadilla… buff.

jessica jones
3 enero, 2008 14:15

Esto va enserio??????

Con las buenas cosas de verdad que hay por ahi de manga y se habla de Pesadilla o.o

Y de paso malditos nuevos goticos que se han apropiado de Jack.

MENA
MENA
7 enero, 2008 12:33

Yo tengo los tomos 1 a 8 de Gon y puedo decir que es mi comic preferido y el que mes vaces he releido o mejor dicho redifrutado, porque de leer poco.
Sabéis si hay un tomo 9 o posteriores al 8?

Chemoloky
Chemoloky
21 enero, 2008 20:48

Hola, me compre el manga de pesadilla antes de navidad y me encuentro que tiene pares blancas de paginas en medio de la edici´n. ¿Alguien sabe si esto es normal o me ha salido rana? Por jemplo en la pagina en la que Jack Noel le regala la cabeza a un niño , se ve la escena en la que sus padres le preguntan ¿Que te ha regalado Papa Noel Hijo? y al pasar la página las dos caras siguientes estan en blanco, y en la siguiente ya salen otros niños huyendo de sus regalos, me extraña que se hayan tragado la escena más famosa en la que el niño sujeta la cabeza de un muñeco zombie.
Gracias.

Jordi Querol Rielo
2 septiembre, 2010 20:07

Chemoloky, acabo de ver tu pregunta. Estaba repasando el manga y mi texto por un tema de inventario que estoy haciendo y he visto que habias preguntado lo de la página en blanco. Aunque tenga poco interés actualmente o ya sepas la respuesta después de casi dos años de preguntarlo, te comentaré que efectivamente era un fallo de tu cómic, ya que en el mío aparece claramente la cabeza de muñeco zombie y las dos páginas de forma correcta.
Sé que es poco probable que leas esto a día de hoy pero ya que tenía el tomo al alcance lo he mirado (además me acordaba de haberlo leído). Poco podrás hacer hoy en día, pero es para dejar constancia. Si hubieses dejado alguna forma de contacto (blog personal, etc) me hubiese dirigido ahí.
Siento no haber visto la pregunta antes, so sorry!!!!