Edición original: Planetes Vol. 1-4 JAP
Fecha de edición: abril/octubre de 2005
Guión y dibujo: Makoto Yukimura, Blanco y negro, 230-330 págs.
Panini Cómics (8,5)
Sinopsis: Año 2075. Los viajes espaciales son una realidad. Pero la población humana del espacio trae consigo algunos inconvenientes. Uno de ellos es la basura espacial que se acumula en torno a nuestro planeta. Hachirota Hoshino trabaja en una empresa especializada en recoger esta basura espacial. Junto con dos compañeros más, la lucha del dia a dia es interminable, ya que cada vez hay más restos que flotan en el espacio. Hoshino quiere ir más lejos, tener una nave propia, vagar sin rumbo y no regresar a la Tierra. Pero varios sucesos y el conocer varias personas hará cambiar su forma de ver las cosas.
Entre líneas: Desde tiempos inmemoriables, desde que el hombre es hombre, que los seres humanos hemos mirado hacia el cielo. Algunos con miedo, sentimiento deudor de cientos de años de opresión religiosa haciendo creer que el Ser Superior nos evalúa y castiga. Otros, sin acritud, buscando un sosiego espiritual. Pero el primer hombre en la Tierra con conocimiento de sí mismo ya se preguntó: “¿Cómo puedo salir de aquí? Quiero ir a las estrellas, volar, dejar atrás esta tierra y explorar nuevos mundos”. Es una de las aspiraciones más antiguas de la Humanidad, que consciente que nunca podrá ser como un pájaro o un cometa, ha evolucionado progresando en la ciencia y los estudios para hacer este sueño realidad.
Estamos en el año 2075. El sueño de toda la Humanidad se ha hecho realidad: el hombre ha conquistado el espacio y navega tranquilamente por él, con tecnología avanzada. Los viajes espaciales son una constante y ya nada exclusivos. Pero igual que en la Tierra, allá donde va el hombre genera residuos (una manía como otra cualquiera). Y si en el mar estos residuos son más peligrosos para los seres autóctonos de los océanos, en el negro espacio se convierten en peligrosos para los propios humanos. Efectivamente, si cualquiera de estos residuos choca a altas velocidades contra una nave de pasajeros o de trabajo, la muerte y el drama están asegurados. De hecho, hay mucho miedo de el efecto Kessler, que se basa en que si dos cuerpos metálicos artificiales chocan en el espacio, crearán una serie incalculable de basura espacial (debris), alguna tan pequeña que irrecuperable, que a la vez serán potencialmente peligrosos porque cada una de ellas (y pueden haber millones) pueden causar otro choque.
El efecto Kessler, una auténtica catástrofe
Aquí es donde entra nuestro antihéroe, Hachirota Hoshino. Trabaja en una empresa recolectora de residuos espaciales, a bordo de una vetusta nave con otros tres tripulantes, la capitana fumadora empedernida Fee y el callado pero competente Yuri. Hoshino es un chico listo, activo, radical en sus opiniones y con los nervios a flor de piel. Pero por dentro es otra cosa: la llegada a la nave del tercer tripulante, la totalmente novata Tanabe hará que se le revuelvan las ideas internamente. El sueña en tener una nave, y no le importa los medios que tenga que usar para conseguir su meta. El más rápido pero difícil es el de enrolarse en la primera misión tripulada a Júpiter, un duro proceso de selección para un viaje de 7 años. Pero para eso tiene que enseñar a pasos forzados a Tanabe, recién salida del huevo. Además, esta chica es totalmente contraria a sus ideas: ella tiene el Amor como idea principal de lo que mueve el mundo. Es idealista, jovial, alegre, y choca constantemente con Hoshino. Es la primera persona que hace que su interior se revuelva, primero de odio hacia ella, pero después permitiendo que su discurso y su imagen y recuerdo vayan haciendo mella en él. A medida que va discurriendo los meses, el interior de Hoshino irá mutando para adoptar unas ideas totalmente contrarias a las que antes defendía. Será un proceso duro, angustioso, en el que afrontará la voluntaria soledad delante del vasto negro espacial. Considera que los astronautas tiene que ser suficientemente egoístas como para vivir solos y morir solos, sin querer volver a tierra firme, que no les asuste morir en un espacio tan inhóspito para ellos. Tienen que ser solitarios, egoístas, de malos modos y siempre cabreados. El Flower Power que representa Tanabe, que está en contra de cualquier hecho o actitud egoísta, junto con unos acontecimientos al borde de la muerte le harán replantearse esta cuestión y muchas otras.
Una de las fases alucinatorias de Hoshino y la Von Braun, lista para el viaje a Júpiter
Este manga consta de cuatro volúmenes, y se podría dividir la historia en 2 + 2, aunque hay cierto tema que continúa explicándose en el tercer tomo. En los dos primeros nos encontramos con el grupo de recogedores de basura, montados en la Toy Box, conocemos el día a día de la nave, el pasado de Yuri, la curiosa familia de Hoshino, y los intentos fútiles de Fee de fumar en espacios no reservados a tal fin. El tono es costumbrista, pero con la peculiaridad que están a cientos de kilómetros de tierra firme. Combina con mucho acierto comedia y drama, pero ningún personaje está encasillado en un área, sino que por ejemplo reiremos con Fee y sus ganas de fumar pasados por agua pero también veremos episodios tristes de su infancia en algo que podríamos llamar “los Estados Unidos aún con prejuicios racistas, en pleno siglo XXI”). En medio del tono jocoso, en los últimos instantes de cada uno de estos tomos, el cachondeo desaparece, y Hoshino se tendrá que enfrentar a sus propios males y fantasmas. Su peor enemigo es él mismo, y su particular viaje a los infiernos hace ganar muchos puntos a la historia, borrando por momentos cualquier atisbo de risa. Son unos diálogos densos, donde su otro yo, o conciencia, o parte oscura, o como quieras llamarle, le lee la cuartilla. En la primera lectura cuesta un poco enterarse de qué están hablando, pero uniendo la información que te va proporcionando más adelante te permite volver atrás y comprender lo que antes eran frases inconexas. Encarar los miedos de uno mismo, las divergencias de lo que quiere el corazón y lo que manda la cabeza, la diatriba entre ser egoísta y tener algún sitio al que volver, casi vuelven loco al protagonista. Este duro viaje interior dura hasta el tercer tomo, donde presenciaremos un renacimiento del personaje. Mientras tanto hará acto de presencia Tanabe, conoceremos a la familia Hoshino en un viaje forzado a Tierra, una organización terrorista, etc.
Abrir un tomo de PlanetES es una sorpresa, sobretodo en los dos últimos volúmenes. Si los dos primeros estaban dedicados a explicar el presente de los protagonistas, en estos dos últimos tomos presenciaremos varios flashbacks de algunos de los tripulantes de ToyBox. Pero el ambiente de la serie cambia, ya no hay tanto humor como antes, y una insistente sensación de angustia emana del relato. A ello contribuye Hoshino, en lo más profundo de su depresión, pero también oscuros sucesos en el pasado de algunos de los tripulantes. Lo inquietante es que todas estas situaciones, aparentemente sin conexión, estarán ligadas, a veces en primer plano, a veces rebuscando en los fondos de las viñetas, por una oscura figura. Esta figura se nos presenta, en los delirios de Hoshino, como una visita a la frontera entre la vida y la muerte, entre el abandonar el cuerpo y regresar a lo que más te importa (la nave, la familia, Tanabe,…), enfrentarse a tus miedos y convicciones más íntimas. Posteriormente esta figura aparece en varios flashbacks, dando al sensación de que todos estaban predestinados a unirse a varios kilómetros de distancia de la Tierra. Incluso esta figura desbloquea un problema infantil de una de las protagonistas, desapareciendo posteriormente una vez concluido el trabajo. A veces protectora, a veces amenazante, esta figura invita a Hoshino a adentrarse en la oscuridad de la mente siguiendo un reguero de sangre. Salir vivo de ello depende de él.
Decía que PlanetES está lleno de sorpresas, así lo confirma el último tomo, en el que Hoshino aparece ya testimonialmente, desviando el argumento hacia otros derroteros, creando de la nada nuevos personajes (que a la postre sabemos que solo le durarán un tomo), a cada uno más estrambótico, y recuperando un desgraciado suceso del primer volumen, con sus consecuencias. En efecto, en una estancia en la Luna, Fee, Yuri y Tanabe conocen varios nuevos personajes, del que sobresale un pavo que asegura provenir del espacio exterior. Ataviado con ropa rockera y un peinado a lo Elvis, asegura tener que aprender los modales y características de los terrestres para poder vivir con ellos. Las situaciones que esto traerá son hilarantes, no digo más. Aunque al final ya dudas si realmente estaba ido o decía la verdad. De guardia también es la familia de Fee, con un hijo rebelado constantemente y un marido totalmente permisivo. Fee también hará un viaje interior, mezclado con amenazas de guerra espacial, intentos de pararla, y el no saber si actuar de forma adulta o infantil, con recuerdos de su población natal en Michigan y de su tío, acusado injustamente de la desaparición de una niña. Pese estar en el Norte de los EEUU, el ambiente parece ser sureño, y toda la situación recuerda a los inicios del Ku Kux Klan. Todo esta amalgama de sensaciones, recuerdos, enfrentamientos en contra de la guerra y de su hijo, su situación como madre y recolectora de residuos está fantásticamente hilvanada.
Y con esto llegamos al fin del tomo, en que reaparece Hoshino, a punto de ver cumplido su sueño, pero es ya un Hoshino totalmente distinto al que conocimos en las primeras páginas del primer tomo. A modo de parlamento final para toda la humanidad, se glosa el objetivo final del manga: demostrar como el amor puede cambiar totalmente a una persona, convencida de que el astronauta bueno era el astronauta solitario, egoísta, en alguien al que le importa volver a la Tierra, tener un sitio al que regresar. Hoshino cambia su forma de pensar no solo por Tanabe, sino por todas las vicisitudes y peligros que corre en su entrenamiento para llegar a Júpiter, que van haciendo mella en su carácter hasta que su paseo por lo más bajo del ser humano le hace renacer con nuevas ideas.
Empecé a leer este manga mientras tenía en mente y con muy buena opinión a Moonlight Mile, que reseñé para ZN hace ya más de un año. En ese momento, con solo el primer volumen en las estanterías, me pareció correcto pero no más allá. Ahora, habiendo completado su lectura, puedo decir que me ha ilusionado poder acompañar a personajes como Hoshino, Tanabe, Sally, Goro, etc en sus experiencias vitales, conformando una constelación de estrellas brillantes, cada una con su historia detrás. Si os parece que he detallado demasiado lo que pasa en cada tomo os diré que me he quedado corto, hay mucho más! La suma de todas ellas y el profundo respeto que tiene el autor por el espacio dan forma a algo parecido a un “costumbrismo espacial”, presenciar el día a día de varias personas relacionadas con el espacio, aún cuando no estén en órbita incluso. Personajes con tres dimensiones, con su pasado y sus preocupaciones, con una definición tal que con un solo detalle en el dibujo entendemos que ese gesto que vemos lo hace al estar preocupado por algo o alguien, como un tic. Igual que en Moonlight Mile, el dibujo es precioso, con alto detalle tanto en anatomía como en maquinaria espacial y demás. Pero en esta ocasión el autor falla en un par de pequeños detalles: mientras que los personajes masculinos son todos distintos, los femeninos siguen por lo general un molde similar en todas las caras. Aún siendo reconocibles fácilmente, hay ciertos patrones que se repiten. No es nada excesivamente malo pero si destacable. Otro pequeño detalle es que el autor no parece dominar la habilidad de “rejuvenecer” la cara de un protagonista hasta su infancia, quedando algo deformada con un cuerpo más pequeño. Son pocas las ocasiones que veremos esto pero salta a la vista. Otra cosa que es fácilmente identificable es que el autor cambió detalles de los personajes principales (Hoshino y Fee básicamente), sobre la marcha al principio de la historia, habiendo una evolución en esos personajes desde un dibujo más simple y redondo hasta el ya conocido detalle y forma definitiva de los mismos. Incluso en pleno segundo tomo, la primera aparición de Tanabe no responde a lo que veremos inmediatamente después. En cambio, el dibujo y detalle en maquinaria espacial y otros complementos como tramas, viento, velocidad, ingravidez (muy conseguida esa sensación continuada de inexistencia del “arriba y abajo” en el espacio), etc están muy conseguidos desde el principio. Ninguno de estos detalles negativos son lo suficientemente graves para hacer sombra a los aspectos positivos.
Entre los mismos, aparte de los ya mencionados, destaca que, en las ocasiones requeridas, el autor se inventa parte del futuro de la carrera espacial para marcar hitos o sucesos que influirían en los años posteriores, el quinquenio 2075-2080. Otro factor positivo de la narración es la curiosa relación entre Hoshino y Tanabe. Aparte de sus ideas sobre el amor, que van haciendo mella en su compañero, se establece una relación de complicidad y amistad algo extraña pero muy tierna. No revelaré el final de esta relación, pero me ha recordado vivamente a la descrita en Lost in Translation, esa película de Sofía Coppola que reunía dos almas en pena en una ciudad extraña, y dibujaba una relación totalmente pensada en femenino y dedicada a ellas.
Hoshino tendrá que afrontar su pequeño universo con el vasto vacío espacial. Quiénes son esas dos personas de espaldas?
En este mundo donde todo está interrelacionado, el manga, como gran negocio que es en Japón, no podía ser menos. Igual que los fans de Lord of The Rings pueden estar interesados en músicas folk o épicas, o los graffiteros escuchar música hip hop, el manga tiene en los dibujos animados un espejo en el que mirarse, una forma de llegar a más gente, y a veces un sitio de donde sacar ideas. Desde los años 60, cuando Tezuka revolucionó el medio con éxitos, entre otros, como Jungle Emperor (que serviría posteriormente para inspirar el éxito de Disney El Rey León), cualquier historias en viñetas con algo de éxito ha sido pasada a anime, ya sea en forma de serie para TV, OVA (Original Video Adaptation), es decir, para video/videoclub, o película. Algunas versiones son increíblemente fieles al original, como Monster, y otras cambian algunas cosas o casi todo. Según el resultado, estos cambios pueden ser buenos o malos, caer bien a los aficionados o quedar como lo peor que se ha visto en mucho tiempo, defenestrado totalmente.
En el caso de PlanetES, se podría decir que mira su universo desde otra órbita. Añade bastantes cambios, pero al hacerlo desde el principio, te lo tomas como una versión de los hechos distinta. Lo que destaca de primeras es el añadido de bastantes nuevos personajes: la sección de deshechos tiene más miembros, entre ellos el jefe, un buen hombre, pero miedoso de sus jefes, que ven a toda la sección como un gasto innecesario; al subjefe, un pelota empedernido, y una secretaria que no abre boca más que para saludar al llegar y despedirse al salir, pero con una buena sorpresa en uno de los episodios. Los personajes añadidos no acaban en la sección de debris, sino que vemos a una chica con muchas ganas de progresar pero que chocará una y otra vez con la burocracia e intolerancia de su propia empresa. Este personaje nos sirve para analizar la complicada relación entre varios poderes existentes dentro de la misma empresa, líos, política, etc
Pero lo que más sorprende de la versión animada es el diseño de personajes: particularmente no me acaban de gustar, sobretodo esa Tanabe más infantil, perdiendo todo el encanto de su forma de ser en el manga. Los ojos también son mucho más pequeños e inexpresivos que en la historia dibujada. No es nada grave y te acabas acostumbrando, pero cuando tienes en mente el diseño del cómic, el del anime choca, y viceversa. Por lo demás el resto de personajes están correctamente adaptados, siguiendo los nuevos una pauta que los hace reconocibles al autor. En cuanto a las historias, coinciden algunas y otras no, debido a que se inició la producción de estos 26 episodios cuando aún no había salido el cuarto tomo del manga. Por eso se podría decir que, mientras que la versión en papel profundiza en ese costumbrismo espacial, en cómo el ser humano puede desenvolverse en un ambiente hostil, la versión animada se decanta por los aspectos políticos de la historia: la constante amenaza de cierre de la sección, totalmente deficitaria de por sí, estructura de la empresa, injusticias, etc La parte tecnológica de la serie también ha sido actualizada, añadiendo gadgets a la nave ToyBox, videopantallas, etc La música es muy importante en toda serie animada que se precie, recayendo aquí en piezas orquestadas mezcladas con instrumentos de viento hechos de madera, típicamente japoneses. Los openings y endings tampoco son de lo más habitual, queriendo desmarcarse así de las propuestas más shonen que pueblan las estanterías de las tiendas. Algo muy marcado en la serie de anime es el respeto al espacio, ya presente en el manga, pero reforzado aún más en TV. Ya desde el opening, un resumen de los acontecimientos vitales del ser humano en relación al espacio (primeras pruebas de cohetes, Sputnik, primeros animales en órbita, etc), el respeto es máximo.
Sólo me queda recomendar a todos los que gustéis de historias costumbristas, con algo de humor y algo de drama, que consigáis esta serie. No es tanto ciencia ficción sino “costumbrismo ficción”. La ciencia está presente, pero no de forma tan clara como en Moonlight Mile. Una balanza muy bien conseguida entre humor y pasajes dramáticos, con un guión excelentemente construido, donde tienes la sensación de que ninguna escena está fuera de lugar y que tiene en su misma concepción una misión que cumplir. Una vez leído el manga, podéis probar el anime, eso sí, a un precio bastante alto en España, aunque vale mucho la pena. La misma historia contada desde otro punto de vista aderezada con nuevos personajes y situaciones que en ningún caso suenan a relleno. La “niña bonita” de Panini (la han publicado en todos los países en los que han editado manga, con gran éxito) bien merece vuestra atención, no os defraudará. De latálogo de la editorial, en su vertiente manga, actualmente es lo único que me interesa, junto con el nuevo seinen Ikigami. Es bueno que Panini vaya nutriendo poco a poco de títulos a su línea seinen, para que haya un poco de variedad entre tanto título shojo para (pre)adolescentes.
Edición original: GOTH JAP
Fecha de edición: mayo 2006
Guión: Otsuichi;Dibujo: Kendi Oiwa; Blanco y negro, 224 págs.
Glénat (7,9)
Sinopsis: La raza humana es un mamífero que ha adoptado unas formas de relación sociales de compromiso, sacando a relucir lo mejor de cada uno y dejando en un rincón olvidado aquello que no se quiere o puede mostrar. Pero en nuestro interior habitan malos espíritus, malos pensamientos que nos hacen querer la destrucción del prójimo, rompiendo como un débil cristal el acartonado stablishment social. Deseos de matar afloran de debajo la estora, y el nivel del alma se enfría hasta llegar al 0 absoluto. Es hora de que los cuchillos hablen……
Entrelíneas: Este es un tomo algo especial: no es normal que en una industria como la del manga, acostumbrada a ver nacer series y más series con infinidad de tomos, encontremos ejemplos como el que nos ocupa. Cuatro historias, con un par de personajes fijos, y se acabó. Si no te gustó, mejor; si te atrajo, dos piedras. Lo que sí es habitual en el manga es la proliferación de series que escogen la violencia, la muerte o el terror psicológico como fuente de inspiración. Pero lo que no es tan normal es que estos mangas vayan más allá del recurso gráfico de la muerte en todas sus vertientes (¿he oído MPD Psycho?, vaya tela, ya le llegará el turno) y nos enseñen el alma pérfida, el vacío de sentimientos que lleva a un joven a matar de forma calculada, fría y reconfortante para él.
De esto trata Goth: un chico de instituto aparentemente normal a ojos de sus despreocupados amigos es en realidad un asesino. En el nuevo curso se fija en una chica de su propia clase, callada, a la que nadie hacer caso y a la que los chicos “banales” la tildan de”rara”. Por un suceso en el que se ve involucrado un profesor, se acerca a ella y se hacen amigos. Una relación malsana se establece entre ellos: ella sabe lo que él hace y él se siente atraído por cierta parte de su cuerpo de forma enfermiza. Ocurren varios casos, normalmente involucrando a la chica para que después sea el chico el que vaya a rescatarla. Con estos casos nos damos cuenta de que nos son los únicos que tienen al asesinato como algo normal. Un amable dependiente de una cafetería de moda puede ser un retorcido maníaco. Cualquier chaval de la calle puede disfrutar enterrando cuerpos vivos. Tan normal como quién se toma un zumo de tomate.
Lo que más impacta de este manga es el ambiente que da el autor al relato: las relaciones son frías, los pensamientos gélidos, las sonrisas falsas y maquiavélicas. Hay en el ambiente la sensación continua de que algo va a pasar, algo malo, escalofriante y perverso. Y algo que ayuda mucho a ese ambiente es imaginarse la voz del chico, en una de sus pesquisas con esa sonrisa maléfica, como la de una persona pausada pero diciendo exactamente lo que quiere, con un tono semi agudo pero pesado a la vez, portador de sus ideas más macabras o indagaciones en lo desconocido. Para los que sepáis quién es, imaginaos la voz del doblador Albert Trifol (Akitoki Houjou en INUYASHA o Shinji Ikari En EVANGELION) pero más pausada , como si cada frase fuese la última que oyeses de su boca antes de morir. El autor usa pausas dramáticas, violentas en sí mismas, envuelto de una tétrica poesía. Muchas veces son sus pensamientos los que llevan consigo esa áurea de maldad, esa voluntad de explorar el lado más tétrico de las personas, saber hasta dónde pueden aguantar una tortura para darles el golpe de gracia después. En esta situación, es normal que se hable o plantee el asesinato de alguien entre ellos dos de forma natural, que solo estén interesados en las noticias dignas de periódicos como El Caso o parte de la telebasura actual. Se aparta del ritual shonen/aventura/acción del “te voy a matar”, en medio de una pelea o cacería estilo Dragon Ball o Naruto: ellos no amenazan, matan cuando quieren, donde quieren y a quién quieren. Sin preguntas, sin respuestas, sin remordimientos.
El grafismo es fantástico para lo que quiere explicar el autor: nos encontramos con unos juegos de blanco y negro que resaltan lo mórbido de las situaciones. Tan él como ella van vestidos totalmente de negro, y se definen como góticos. Los dos bastante altos, sobretodo ella. El, con traje negro y camisa blanca, pelo corto negro y alma más negra aún. Ella, con uniforme escolar negro, falda incluida, cabello negro largo, larguísimo, y una peca debajo de un ojo, escoge este camino para ocultar un dramático pasado. La inclusión de enigmáticas mariposas (al estilo de los pétalos en el shojo) y otros elementos como calaveras, muñecos despedazados o serpientes, complementan algunas situaciones y es una constante en todo el trabajo. El dibujo, de fino trazo y pausado timing, enloquece en momentos puntuales para mostrarnos el nerviosismo o la cercanía de una muerte anunciada. Sin un patrón fijo en la planificación de página, juega con estas divisiones para crear más tensión. Viñetas muy recargadas junto con otras mínimamente dibujadas conviven a la perfección, transmitiendo cada una lo que quiere en su momento (violencia o terror en un caso, soledad o sorpresa en otro). Utiliza pocas tramas (en el escenario básicamente) y se decanta por niveles de gris para resaltar la semi oscuridad de un rostro.
Algo que no me ha gustado y no sé a quién achacarlo es cierto detalle en los bocadillos: los autores (o el traductor) tiende a abusar de las comillas. Hay de dos tipos: mientras que las dobles comillas están bien situadas, las simples aparecen en cualquier lado, alterando el orden normal de la lectura de una frase, ya que a lo entrecomillado le das un enfoque especial al leerlo. En unos momentos queda bien, pero considero que en muchos otros entorpece la comprensión de la frase, y te quedas preguntándote a qué vienen esas comillas.
Frase para enmarcar
Basado en una novela del propio guionista de las historias, este tomo único fue dibujado por Oiwa, en su primer o segundo gran trabajo. El guionista quedó impresionado del resultado, como comenta en el texto final del tomo, y más concretamente de cómo había imaginado el mangaka a la chica. Juntos escogieron cuatro de las seis historias originales para adaptarlas a papel, siendo la primera y la última casi obligatoria su inclusión, ya que incluyen la presentación de personajes, el caso que da título a la novela y la explicación del pasado oscuro de la chica. Que hayan decidido no hacer más historias puede ser beneficioso porque tiene fuerza como entidad, pero también tiene sus contras ya que desperdicias unos personajes que están rodados de forma intensa en un solo tomo (o sea, ya los conoces y no te importaría seguir con ellos mientras la calidad de las historias aguante) y el tomo en sí puede perderse en el maremagnum de novedades y tomos atrasados en las estanterías de las tiendas. La edición de Glénat es buena, con una buena reproducción de las hojas, buen papel y portada y contraportada metalizada con dibujo escondido que sale a relucir cuando la luz lo enfoca. Tal y como un cuchillo, que brilla a la luz de la luna………
Todos tenemos un cuchillo escondido. Muchos no lo podemos sacar a relucir porque ni tan solo somos conscientes que lo tenemos, ahogado por los convencionalismos de la sociedad…. otros lo encuentran y viven esa vida alternativa, matar o morir….. como decían en la película de culto Tetsuo, “matar es divertido” (tuve que rebobinar para volverlo a escuchar y salir del shock). Es la parte oscura de este monstruo llamado manga……….
Por el bien de todos, y de mi propia conciencia y bienestar psíquico, mejor que el mes que viene trate algo más alegre…… hasta dentro de 30 días!
Un comentario ajeno al post:
1º_ Al cargar la pagina se aprecian unos errores, y la seccion de «ARCHIVO» no carga, solo se ve la pantalla en blanco.
2º_ Cuando una reseña, o una revicion de lo que ha sido WWH, ya ha terminado en EEUU, la he leido, pero me han quedado algunas dudas, y queria comentarlas con vosotros.
Solo eso disculpen la interrupcion.
Ahora continuamos con la programacion habitual.
en su día tuve la opurtunidad de leer PlanetES y la verdad es que me dejo una sensación rara. no es un gran manga (almenos para mí). hay demasiada sensación de ya visto y tiene un final, un poco precipitado. tiene momentos buenos (la revelación de la chica de la Luna, etc…) pero hay algo que no termino de gustarme. quizás esa busqueda «obsesiva» por el verismo narrativo-visual que hasta cierto punto encorseta la narración o quizás sea, que hasta cierto punto huele (y bastante) a 2001 (la parte más cinetifico-possibilista de peli).
personalmente me hubiera gustado algo más de «imaginación». algo menos «realista», quizás algo más Shirow o Otomo, pero es lo que hay…
A mí Planetes me encantó. Coincido totalmente con Jordi en que desprende una sensación de angustia y de melancolía que te hace sentir raro, pero seguramente por eso mismo me gusta tanto este manga. Pocas veces recuerdo haber leído algo que te deje con un regustillo tan triste cuando lo terminas, y con ganas de más.
Del anime sólo he visto el primer episodio, pero no me pareció a la altura.
Me abstengo de comprar porque aún tengo pendiente la compra del comic, pero el anime de Planetes es una maravilla.
A mi me encantó, pero las partes de «empanada mental» me resultaron algo espesas, y si me dio la sensacion de que podria haber seguido contando historias de los protagonistas indefinidamente.
A mi el manga PlanetES también me gustó bastante (no he visto el anime).
A diferencia de lo que me ocurre normalmente con el manga (normalmente encuentro que estiran demasiado las tramas y eso les hace perder) con este pensé que podían haberla estirado un poco más 😉
GOTH lo apunto en la lista …
yo Planetes solo he visto el anime y me ha encantado de principio a fin! ^^
y es ke me gusta mucho la ciencia «ficción» en plan documentada, y si le añadimos personajes carismáticos ya me duermo feliz ^^
saludos^^