La yakuza, o crimen organizado japonés, es un estamento muy arraigado en la sociedad de dicho país. En el siglo XVII, los daimyō, los señores feudales que se disputaban el poder en el archipiélago nipón, tras la Batalla de Sekigahara reconocieron a TOKUGAWA Ieyasu como shōgun y quedaron bajo su mando, iniciando una era que duró más de 250 años y dando fin al largo período de guerra que había asolado el país. Dado que ya no tenían que luchar en grandes batallas, los nobles prescindieron del servicio de un elevado número de samuráis, quienes fueron perdiendo importancia progresivamente en el nuevo orden, viéndose abocados a la pobreza y a una vida callejera. Ante esta situación, algunos de estos samuráis errantes se organizaron en bandas que, manteniendo el código de los guerreros, ofrecían servicios de protección y que, poco a poco, se introdujeron en el ejercicio de actividades ilegales como el latrocinio, la extorsión, el proxenetismo, el contrabando, el juego, el tráfico de drogas y armas, etc.
El manga, al igual que otros campos de la cultura, ha supuesto un excelente terreno en el que plasmar la imponente presencia de la yakuza en la sociedad japonesa y son numerosos los autores que se han aventurado a utilizarla como un elemento determinante de sus historias. Así, KOIKE Kazuo y GOSEKI Kojima, entre otros, muestran, con un tratamiento tangencial, los inicios y las pautas de actuación de la yakuza en algunos capítulos de sus obras históricas sobre el Japón feudal, mientras que otros autores la han situado como el eje de la acción de sus historias. En este sentido, destaca la figura de IKEGAMI Ryoichi, dibujante de obras protagonizas por miembros de estas organizaciones, como Crying Freeman, Santuario o Adam y Eve.
El protagonista de My home hero es Tetsuo Tosu, un hombre de 47 que se gana la vida trabajando como comercial de juguetes, ama a su familia por encima de todo y dedica su tiempo libre a leer y escribir novelas policiacas, que publica en internet sin mucho éxito. Su única hija, Reika, es una joven universitaria que se independizó dos meses antes del comienzo de la historia y se trata de su ojito derecho, pero esta no dedica mucho tiempo a sus padres, por lo que Tetsuo aprovecha cualquier excusa para pasar por el barrio en el que ella reside para visitarla y comer juntos. Cuando ella acude a uno de estos encuentros con el rostro tapado con una mascarilla y unas gafas de sol, su padre descubre señales de golpes al retirárselas y ella se marcha abruptamente del restaurante.
Mientras Tetsuo pasea sin rumbo meditando sobre lo ocurrido, se cruza en su camino con un grupo de jóvenes y escucha a uno de ellos vanagloriarse de haber golpeado a una tal Reika tras haber discutido con ella. Sorprendido ante la coincidencia del nombre y dada la proximidad de la casa de su hija, decide seguirlos, llegando a un club de chicas, donde es sorprendido por un miembro de la yakuza, que le propina una paliza en un callejón, lo desnuda y lo fotografía junto a su identificación para extorsionarlo en caso de que vuelva a verlo por los alrededores. Lejos de amedrentarse, al día siguiente accede al apartamento de su hija mientras ella está en clase, donde un momento después entra el mismo joven que llamó su atención unas horas antes y al que, mientras permanece escondido en el armario, escucha hablar con alguien por teléfono y planear un golpe al negocio de su suegro. Cuando le informan de que un hombre apellidado Tosu lo había seguido el día anterior, este enfurece y se muestra decidido a matar a Reika.
Para proteger a su hija, Tetsuo mata al joven golpeándolo contundentemente con un objeto en la cabeza, e instantes después es sorprendido por su mujer ante el cuerpo inerte sobre un gran charco de sangre. Tras explicarle lo sucedido, ambos idean la forma de deshacerse del cadáver, siendo Tetsuo el responsable de ello mientras su mujer se lleva a su hija Reika de vuelta a casa y la mantiene distraída. Horas después, alarmados por la desaparición del joven, varios miembros de la yakuza comienzan a investigar lo ocurrido, sospechando rápidamente de Tetsuo, quien intentará ingeniárselas para despistarlos y proteger a su familia.
Uno de los aspectos más interesantes de esta historia es la contraposición que se produce entre el costumbrismo y la yakuza, la forma en que muestra como la tranquilidad de una familia corriente se ve interrumpida por la violencia y el peligro que rodean a la yakuza, condicionando su existencia para siempre, dejando una huella imborrable en su memoria. A pesar de carecer de la experiencia de su compañero, el desarrollo argumental realizado por YAMAKAWA Naoki no palidece ante el hábil manejo del pincel de ASAKI Masashi, que realiza un dibujo de corte realista y hace un interesante uso de planos y perspectivas para intensificar la tensión en ciertos momentos. Así, los autores sientan en este primer tomo las bases de una historia con mucho potencial, con personajes de sólida personalidad, con conductas y reacciones coherentes a las mismas. La unión del consistente trabajo argumental con la dinámica secuenciación de las viñetas se traduce en una ágil narrativa que incentiva el deseo de seguir leyendo para conocer qué va a ocurrir en el siguiente capítulo.
La edición de este manga corre a cargo de ECC Ediciones, siguiendo el formato B6 (130×180 mm) propio de los seinen, en rústica con sobrecubiertas a un precio de 8,95 euros cada uno. Se trata de una edición correcta, pero carece de las páginas originales a color, cuya inclusión habría sido de agradecer. La serie, que tendrá una periodicidad bimestral, cuenta actualmente con nueve tomos recopilatorios y continúa abierta en Japón.
VALORACIÓN GLOBAL
Guión - 7.8
Dibujo - 8.2
Interés - 7.6
7.9
Todo queda en familia
El primer número de My home hero es un ejemplo perfecto de buen hacer y de cómo sentar las bases para el desarrollo de una historia interesante. ECC Ediciones continúa ampliando su fantástico catálogo manga con otro seinen de apabullante personalidad y calidad, demostrando una vez más su buen ojo a la hora de licenciar series procedentes de Japón.
Lástima que lo publique ECC. Con toda la oferta que hay hoy en día de manga, el sueldo no llega para todo lo que me gustaría comprar y automáticamente se caen de la lista los de ECC por sus precios.
A ellos sólo les compro El león de marzo (una maravilla de manga al igual que el anterior de la autora, Honey & clover) y Perfect world.
Y Dorohedoro también me parece una joya pero son 10€ el tomo y por ahí no paso.
No seré yo quien se meta en la economía de cada uno, pero en este caso solo se trata de 45 céntimos más que si lo publicase otra editorial (poniendo el estándar seinen en 8,50€). No creo que sea algo exagerado.
En cualquier caso, si te interesa puedes buscarlo de segunda mano y conseguirlo más barato. Merece mucho la pena, como la mayor parte de la línea manga de ECC.
Hago el 90% de Milky Way y Tomodomo, 3 mangas de Planeta de 8€ cada uno, 7 mangas de Ivrea, 12 de Norma, más Bleach, Food wars, Knights of Sidonia y Banana fish de Panini y dos mangas de ECC.
A eso le sumamos tres grapas de DC y dos tomos y algún tomo clásico de Marvel, Image y europeo.
Colecciones que hacen los colegas y hacía yo (que lo único que no compran es manga), por mucho que me gusten ya no las hago, a esto le sumamos el tema del espacio.
Y hay mucho manga que no hago de las editoriales mencionadas (como Monster, Death note y alguna más) que según vaya acabando colecciones intentaré hacer.
ECC lo último de la cola por mucho que tenga varios mangas que quiera tener.
Al comprar tanto y muchos mangas que tengo pendiente de empezar, sumando lo que vayan sacando en el futuro, lo último de la cola se va a quedar ahí mucho tiempo.
Te entiendo, es imposible abarcarlo todo y cada uno antepone sus prioridades. Si alguna vez lo lees, te animo a que te pases por aquí a dejarnos tus impresiones.