Incluso en su trabajo más flojo sigue brillando
«Nadie intenta silbar una melodía despreocupada, pero su garganta está demasiado seca para hacerlo…»
Hoy os traemos otra entrega de la colección que ECC dedica a la obra de Alberto Breccia, en concreto a la que empareja al dibujante uruguayo (más argentino si cabe) con el escritor Carlos Trillo. En esta colección podemos encontrar rediciones de obras tan emblemáticas como Buscavidas, Un tal Daneri, o Había otra vez… el lado oscuro de los cuentos infantiles y este Nadie con la colaboración de Trillo, y Sueños pesados o ¿Drácula, dracul, Vlad? ¡Bah…!, en solitario o junto a otros artistas. Estamos a la espera de más obras de este interminable titán y que con tanto cariño han tratado en esta impecable colección. Pero por el momento hablemos de lo que tenemos a día de hoy; hablemos de Nadie.
Nadie dijo que sería fácil
En este volumen, nos encontramos un recopilatorio de 14 historias cortas con Nadie como protagonista e hilo conductor. En ellas se mezclan tramas clásicas de espionaje, en las que Nadie aparece y desaparece a placer como lo hacen los agentes secretos más icónicos, y en las que se embarcará en misiones tan dispares como lo son una relación de pareja, o el tener que salvar el mundo.
Empezar diciendo que en este volumen hay dos partes muy diferenciadas. Una en la que los relatos son autoconclusivos, en las que Nadie, como personaje, queda relegado al misterio que acompaña a los personajes de esa índole y no consigue una evolución, quedando así su presencia como algo anecdótico, sin evolución. Estos relatos ocupan la primera parte del volumen, siendo los 6 primeros de ellos.
La segunda parte, que ocupa los restantes 8 capítulos, es donde verdaderamente comienza la historia de Nadie, cuando en el capítulo titulado El regreso del peligro amarillo, se nos presenta el que será el gran villano de la obra; Fu-Manchú. Su aparición es una de las mejores cosas que hay en el volumen, tanto en significado, como en la forma de hacerlo. A partir de ahí, la trama comienza a coger empaque, el personaje de Nadie empieza a evolucionar, y al fin logramos empatizar con él y no con las víctimas. Desgraciadamente desparece el personaje Payaso, que en la primera parte haría de su compañero y que tenía un atractivo que Nadie no conseguía. Pero quizás su desaparición era obligada para dejar espacio a que Nadie se pudiera desarrollar en toda su plenitud.
Entrando a los temas que tratan los relatos, y el tono que hay en ellos, podemos decir que es un tono frio y seco, con una temática muy variada. Entre los temas más representativos podemos hablar de traiciones del corazón, con giros de guion no especialmente sorprendentes, conjuras, o el por entonces manido tema de la guerra fría, con la espada de Damocles nuclear que parecía recorrer el mundo entero, y que quedaba reflejado en todos los estratos de la sociedad (esperemos no volver a ello). Pero sin duda el gran acierto de la obra fue a introducción de un villano como los de antaño, inalcanzable, que volvía una y otra vez con planes elaborados, entre los que encontraba tiempo para dedicarle una atención especial a su enemigo; Nadie.
La serie, que se publicó por entregas en la revista argentina Tit-Bits entre los años 1977 y 1978, fue cancelada en su decimocuarto capítulo. Sin embargo, pese a que en un principio la serie se quedó colgando por su interrupción, en 2008 Carlos Trillo reescribió las dos páginas finales otorgándole un final cerrado y muy adecuado para el personaje. Esa reescritura se puede percibir si comparamos la rotulación de las dos últimas páginas con las del resto de la obra.
Entrando en el dibujo, no es que Alberto Breccia no brille, porque sí que lo hace, sin embargo ésta es posiblemente una de sus obras menos lucidas. Se nota que la prisa que generaba las fechas de entrega le obligaron a trabajar sin dedicarle su conocido cariño a los trabajos que recordamos de él. No es un mal trabajo, las masas de negro siguen siendo espectaculares, y su uso narrativo de los espacios vacíos son posiblemente lo que hacen de esta obra una lectura más que agradable; pero por un motivo u otro se queda varios escalones por detrás de sus demás obras. El tratamiento del personaje de Fu-Manchu en las páginas es soberbio, y se nota que su entrada como personaje antagonista en la obra era algo que el propio dibujante necesitaba para crear una narrativa visual acorde con la clase de historia que encontramos en Nadie. Los rostros, como es inevitable en Breccia, al igual que sucede con las sombras, son muy expresivos, y un primer plano de uno de los personajes merece más la pena que todas las explicaciones que pueda dar ese rostro en el texto. Un maestro que, incluso en su trabajo más flojo, brilla con luz propia.
Lo mejor
• El personaje de Fu-Manchú, tanto su presentación como su mera inclusión en la obra.
• Que se cerrara la serie, de forma bastante coherente.
• Como serie de espías clásica funciona a la perfección.
Lo peor
• La desaparición del personaje Payaso.
Guión - 7
Dibujo - 8.5
Interés - 7
7.5
Espionaje clásico
Al final Nadie se presenta como una obra de relatos para pasar el tiempo, que no deja gran calado, pero que tampoco lo pretende. Se trata de un entretenimiento agradable que junto con la innegable maestría de Breccia se hace mucho más atractivo, pero que no alcanza la cota de sus otras obras.
Gracias por tu reseña. Es verdad que se trata de un trabajo menor de Alberto Breccia (y también de Carlos Trillo) pero aún así, en deteminadas viñetas, surge la genialidad del Maestro. Para el que busque el mejor trabajo de Breccia, le recomiendo Mort Cinder con guiones de H G Oesterheld.
Ojo al piojo a la pelicula con el de Breaking Bad que se llama Nadie, es un agente secreto…habría que ver si el guionista no tenia historietas argentinas en la casa…