Old Man Namor
«Antorcha… si estás condenado a la tumba por mi culpa… entonces bien haría en cavar la mía propia»
Hablar de Namor es hablar de uno de los personajes clave de la Casa de las Ideas. Tan clave, como que es previo a la creación de Marvel Comics en cuanto a tal. Y es que, Namor fue creado por Bill Everett para la publicación Motion Pictures Funnies Weekly #1 en Octubre de 1939, y, por tanto, está enclavado dentro de la era Timely, la editorial de Martin Goodman precursora de lo que años más tarde seria Marvel Comics.
Al igual que ocurriría con otros personajes como La Antorcha Humana Original, o el Capitán América, con la llegada en la década de los sesenta de Marvel Comics, la recién nacida editorial rescataría del olvido a aquellos personajes que hicieron grande a Timely y Atlas durante la Segunda Guerra Mundial para ahora sí, integrarlos dentro de aquel universo compartido que en aquel momento acababa de nacer.
Desde entonces, Namor ha sido un personaje fundamental para Marvel Comics, ya sea como villano, como antihéroe, o como aliado ocasional de distintos grupos y personajes que están tanto del lado del bien como del mal. Diseñado como el monarca por derecho propio del Trono de Atlantis, mitad humano, mitad atlante y uno de los primeros mutantes conocidos, se trata de uno de los personajes más complejos y ambiguos de Marvel Comics.
Por otro lado, no podemos negar que desde hace ya varios años, pero especialmente en el contexto actual, Marvel vive de las rentas de la nostalgia, sin apenas otorgarnos series no ya nuevas en cuanto a sus protagonistas, sino al menos nuevas en cuanto al enfoque y forma de ser contadas. Es por ello que, al igual que ocurre con DC Comics, suele resultar más interesante leer aquellas historias enclavadas dentro del contexto What If, Otros Mundos, etc, es decir fuera de continuidad.
Es en este tipo de aventuras en las que sus autores pueden desplegar toda la maquinaria que tengan pensada para los personajes en cuestión, sin temor a que lo que cuentan se deshaga en menos de un año, no pueda ser contado porque entorpece a otras colecciones, o simplemente no a que no encaje en los plantes editoriales de que se trate.
En ese sentido, no son pocos los universos alternativos, especialmente de futuros apocalípticos que Marvel ha hecho nacer con el paso de los años. El Viejo Logan, el Universo 2099 o la Era de Ultron son tan solo tres de entre muchos ejemplos posibles.
Pues bien, en esta ocasión, los futuros alternativos y la figura de Namor se dan la mano para trasladarnos a Litorales Conquistados, que nos lleva a un Universo Marvel en el que un conflicto entre la Tierra y los Kree ha terminado por fundir los casquetes polares, cubriendo toda la Tierra de Agua y dejando a la humanidad en una situación precaria y condenada a la extinción.
En dicho contexto, Namor, el Hombre Submarino, por fin es el monarca que siempre quiso ser. Toda la Tierra está cubierta de agua y por tanto le pertenece. Pero como buen monarca, él sabe que el liderazgo nunca trató sobre mandar y ordenar a sus súbditos, sino sobre cuidarlos y protegerlos. Y con una escasez de suministros y abastecimientos sin precedentes en la Tierra, ello no es posible en este Waterworld marvelita.
Es por ello que Namor decidirá tomar cartas en el asunto, buscando soluciones que perpetúen la vida de esa raza humana que siempre despreció y que ahora se ve obligado a proteger, acompañado para ello de la Antorcha Humana Original (su viejo compañero de aventuras bélicas en Los Invasores) y de Luke Cage.
La historia en sí, escrita por Christopher Cantwell (Iron Man, Doctor Muerte) resulta entretenida, pero se echa en falta un trabajo mayor en la construcción de mundos, o lo que es lo mismo, en la explicación de cómo la Tierra ha llegado al estado en el que se encuentra.
La serie da por sentadas muchas cosas que no se molesta en explicar adecuadamente, por lo que como lectores, da la sensación de que tenemos que convencernos a la fuerza de lo que se nos narra poque el cómic no consigue hacerlo con el juego de su historia.
Cuestión a parte es el dibujo de Pasqual Ferry. Suave en su líneas, y certero en todo lo que lleva a cabo, Ferry nos regala un Namor viejo y cansado dentro de un mundo postapocalíptico maravillosamente diseñado con toques juliovernianos aquí y allá que hacen de esta obra no un imprescindible, pero sí un cómic muy agradable en lo visual.
Apto para aquellos que estén cansados de leer siempre el mismo tipo de historias, y que solo le pidan a un cómic superheroico que les entretenga el tiempo suficiente.
Lo mejor
• Un punto de vista distinto y fresco para la Marvel actual.
• El dibujo de Pasqual Ferry.
Lo peor
• El guión de Cantwell no termina de estar trabajado, tejiendo una historia a la que se le ven las costuras.
Guión - 5
Dibujo - 7
Interés - 6
6
Entretenido
Christopher Cantwell y Pasqual Ferry narran un futuro más del Universo Marvel en el que Namor, el Hombre Submarino, tiene un papel clave.