La pasada semana apareció el primer número de New Thunderbolts, el relanzamiento de este grupo de villanos metidos a superhéroes que resurge cada vez que Los Vengadores desaparecen. Los encargados del relanzamientos no son autores estrella pero lo que sí son es muy fiables: Fabian Nicieza a los guiones y Tom Grummet a los lápices. Con Kurt Busiek, creador del grupo, como supervisor, o mejor dicho, como voz de la razón, que es la designación que le otorgan en los créditos. Lo que tienen de nuevo estos Thunderbolts básicamente es la alineación del equipo, que es de un soso que espanta. De los Thunderbolts originales quedan Mach (ahora IV), Pájaro Cantor y Atlas, a los que se irán sumando hasta completar el plantel el Capitán Marvel, Blizzard, Speed Demon, Joystick y El Hombre Radioactivo. Una formación bastante cutre la verdad, sin miembros tan interesantes como Piedra Lunar o Tecno, pero quien sabe, lo mismo son toda una revelación. El tono de la serie se perfila como absolutamente clásico, y es que con le enésima invasión atlante como amenaza del primer número queda patente que la serie tendrá un ambiente tradicional de superhéroes, lo que bien hecho no está mal, y en la anterior encarnación de los Thunderbolts se puede comprobar este hecho. Si el número inicial del primer volumen de la serie se cerraba con la sorpresa de que el grupo de superhéroes estaba constituido por supervillanos la sorpresa del segundo volumen está en el villano que financia a los nuevos T-Bolts. Y es una sorpresa entre comillas porque ya podían haber utilizado a un villano más conocido y respetado, como por ejemplo al Doctor Muerte, y no a este otro elemento que no debe de haber cometido una villanía en condiciones desde hace décadas. Es por lo tanto un relanzamiento descafeinado, con un gran dibujo y caracterización de personajes, pero con una falta de personajes más conocidos y atractivos que puedan atraer a más lectores. A ver si llega al año de vida…
