El comienzo del Siglo XXI fue una época de cambio y renovación para Marvel Comics, que venía de una situación muy grave de casi bancarrota, teniendo claro que si quería recuperar la gloria pasada, debía cambiar la forma de hacer cómics. Joe Quesada había sido nombrado nuevo editor en jefe y era fiel a esta premisa, la cual alimentó trayendo a la editorial a autores que o bien nunca habían estado en la misma, o bien venían de otros ambientes y publicaciones como la independiente, el sello Vertigo de DC Comics, o directamente, la novela fantástica.
Este es el caso de
Morrison tenía claro todo lo que no había funcionado en los X-Men durante la pasada década, como también tenía claro que la mejor forma de escribir y retratar a estos personajes era la de Chris Claremont, Patriarca Mutante que nos brindó dos décadas de genialidad con G de Gen X. Así pues, decidió tratar de repetir lo que Claremont ya nos contó pero no en su literalidad, si no en su espíritu, buscando innovar dando un giro de ciento ochenta grados a la franquicia, a la par que mantenía intacta la base más genuina de ésta para que no dejara de ser reconocible. Aquello no era si no lo que Morrison llevaba haciendo años en el mundo del cómic, con sus obras repletas de ideas alocadas, imposibles y lisérgicas, que sin embargo brindaban homenaje a cómics e historias pasadas a las que amaba profundamente.
En el caso de la Patrulla X, lo primero que Morrison tuvo claro (decisión muy criticada a día de hoy pero que no es si no hija de un tiempo pasado y acomplejado en el que los cómics de superhéroes tenían que parecer otra cosa distinta a lo que eran) es que había que eliminar los coloridos trajes superheroicos, dando a los personajes un aspecto más similar al que tenían en el cine, y vistiéndolos de cuero negro, con algún que otro detalle amarillo que nos dejara claro que pertenecían a los X-Men.
En segundo lugar, Morrison comenzó su colección con un gran golpe de efecto, destruyendo Genosha y a la población mutante que allí residía (en la que se encontraba Magneto) a manos de una nueva villana, Cassandra Nova, nada más y nada menos que la hermana melliza del Profesor Xavier a la que éste había asesinado en el útero materno y que se había concebido a sí misma gracias a su magnífico poder mental que le permitió sobrevivir en la mente de su hermano hasta que pudo independizarse de ésta.
Una idea tan loca y tan imposible, como genial. Puro Morrison. Esta nueva villana es la protagonista absoluta del primer arco argumental que aparece en este tomo y que da título al mismo, en el que los alumnos de Xavier deben de enfrentarse a la extinción llevada a cabo por Casandra Nova, villana que no por ser malvada está equivocada respecto a la premisa sobre la que se sostiene toda la serie: Los mutantes van a acabar sustituyendo plenamente a la raza humana en poco más de tres generaciones y el Homo Sapiens está aquí para ser reemplazado.
Al dibujo de este arco está
El último número del tomo, el 117 está dibujado por
Por otro lado, tenemos otro número apaisado, esto es, con orientación horizontal, en el que la Patrulla X rescata a Xorn, un nuevo mutante que dará mucho que hablar y que será uno de los mejores personajes de esta etapa, al menos hasta que se realice un descubrimiento muy concreto sobre él que muchos lectores todavía hoy consideramos imperdonable. No obstante, ya llegará el momento de hablar de ello en su tomo correspondiente. Este número tan especial, nada más y nada menos que un annual está dibujado por un
Además el tomo cuenta no solo con preciosos bocetos de Quitely, si no con el llamado “Manifiesto Morrison” un documento de seis páginas en las que el particular guionista escocés nos cuenta cuáles son sus planes para la franquicia mutante una vez que fue elegido para escribir ésta y en el que, a pesar de zamparos algún que otro spoiler, descubriréis detalles muy curiosos, como que Morrison estaba empeñado en utilizar en su etapa a Moira McTaggert y a Coloso (por aquel entonces muertos y sin planes de resurrección por una Marvel que le dejó muy claro que aquello no era posible) y que no tenía pensado hacer nada con Emma Frost, personaje que sin embargo se convirtió en uno de los más importantes de su etapa y de los mejor escritos, comenzando en este tomo, su curiosa relación con Scott Summers, de la que tocará hablar en otro momento.
En cuanto al formato tenemos un cómic en tapa dura, por un precio imbatible de quince euros, con un gramaje por página más que adecuado y duradero, en una colección en la que Panini ha prometido (lo que podéis ver en su página en la ficha de los siguientes tomos) que el precio por tomo siempre será el mismo a pesar de que en unos haya más páginas que en otros. Comienza aquí la mejor reedición de esta etapa que ahora no tenéis excusa para adquirir.
Guión - 9
Dibujo - 7
Interés - 9
8.3
G de Genial
Panini comienza la nueva y magnífica reedición de la etapa de Grant Morrison al frente de la franquicia mutante.
A mi entender, un primer tomo que muestra lo que tiene que ser un buen cómic de supers. Personajes bien perfilados y que interactúan entre ellos con sus dramas propios y compartidos dejando espacio para su evolución. Nuevas amenazas que no son refritos de otras ya resueltas. Una historia a largo plazo sin olvidar que cada cómic tenga algo que contar por si mismo. Quietly un prodigio y Sciver no está nada mal. Releer los X-Men de Claremont se me hace algo pesado, espero que se me entienda, pero con estos New X-Men de Morrison repito encantado. Si, la cosa decae un poco así que avanzan los números pero eso ja es otra historia.
Me encanta esta etapa, en especial este tomo. El dibujo de Quitely sencillamente espectacular.
Para mi la segunda mejor etapa de toda la historia de los X-Men solo por detrás de Claremont hasta la Caída de los Mutantes.
Y de hecho desde ahí prácticamente ya todo lo que se ha hecho con Uncanny/X-Men es entre correcto e infumable quitando los Astonishing de Whedon y poco más.
Si Claremont fue el que puso en el mapa a los mutantes, Morrison fue el que los modernizó de cara a un nuevo milenio.
Esto si que es un serión. Esta si es una maravilla de serie de superhéroes. Morrison haciendo una etapa brutal de los mutantes que no ha habido narices a igualar en 20 años. Anda que no tienen que tomar colacao los Cates, Aaron, King o Bendis de hoy del escocés. No hay color.
Y no, no es nostalgia. Cuando esto se editó yo tenia 11 años y ni me enteré de que existía. Leí la etapa de Morrison de la biblioteca de mi ciudad hace 2 años. Y me pareció brutal.
Ya comenté hace tiempo que la etapa de Morrison en los X-Men, revisada en la distancia y con la debida perspectiva, me parece irregular, lo cual no quitá que, en conjunto, sea una de las mejores etapas de toda la historia de los X-Men, solo por detrás del trabajo de Claremont y algo superior a la muy reivindicable aportación de Whedon.
Y digo irregular porque está repleta de ideas geniales y bien desarrolladas (sacar a los mutantes del armario y darles un nuevo contexto social, dotar de protagonismo a un desfile de secundarios tan bizarro como genial, Cassandra Nova, la evolución del personaje de Emma, los U-men, Quentin Quire y su cruzada política, Xorn…) como otras pobremente expuestas o directamente torpes (la enésima e innecesaria revisión del origen de Lobezno, Xorn… en su revelación final…)
Para mí la etapa de Morrison en los X-Men tiene dos puntos álgidos que, por muchas razones, bien podrían considerarse entre lo mejor que se ha escrito sobre los mutantes: su arranque, «E de Extinción», y «Revuelta en la mansión». Curiosamente ambos dibujados prodigiosamente por uno de los mejores dibujantes con los que cuenta actualmente el medio: Frank Quitely.
Concuerdo con los que consideran esta etapa como la segunda mejor de la Patrulla-X, solo por detrás de la de Claremont. También coincido en que Morrison es un tanto irregular; tiene muy buenas ideas y no teme innovar, pero no le iría mal tener un buen editor pegado a él a todas horas que le fuera diciendo «pule esto», «pule esto otro», «esto seguro que hay una manera mejor de explicarlo».
Lo curioso es que, a diferencia de Hickman, Morrison (al menos en su etapa en la Patrulla-X) puede manejar conceptos más o menos densos, pero nunca le veo ser deliberadamente ambiguo o críptico. Por poner un ejemplo, el «intercambio de cerebros» que se produce en cierto número es algo que en el momento en que se produce ya te dan las pistas suficientes para que deduzcas lo que ha ocurrido, y yo me pasé los números siguientes expectante a ver qué ocurría cuando se revelara la sorpresa. Eso no quita que al final de su etapa parece que empieza a resolver las cosas deprisa y corriendo, y creo que se podía quitar toda la parte de «Bienvenidos al mañana», o sencillamente sustituirla por un número dedicado exclusivamente a tener a los personajes charlando entre ellos acerca de qué van a hacer en el futuro, y no nos perderíamos nada.
Claro, pero también es válido mencionar que Morrison prácticamente estaba trabajando en solitario y solamente le importaba su propia colección, por eso podía mantener el control total de las revelaciones y desarrollos (casi nada de los demás títulos importa a la hora de leer a Morrison, excepto que aparecen por ahí Sage y Bishop de X-treme X-men en un momento puntual), mientras que Hickman muy abiertamente hace parte de un equipo y eso incluye colaborar y coordinar con otros autores cosas como el próximo crossover X of Swords entre los distintos títulos de la línea mutante.Y bueno, ya sabemos que Morrison hacia el final de su etapa mutante no se sentía nada cómodo con Marvel y ya estaba pensando en irse a otro lado.
Una gran etapa, publicada en su momento, aquí en Argentina, por ConoSur, que hacía a mi entender, un buen trabajo con las grapas, hasta que llegó Panini y se fue todo al cara…ehhh. En fin. Yo tengo un problema con Frank Quitely, sus caras. Me parecen feas, sobre todo en las mujeres, a las que, a mi parecer, tiene solo un par de variantes, y siempre son iguales. En cuanto a narrativa, y demás, es maravilloso, pero esas caras…En cuanto a Leinil Yu, es algo que nunca entenderé la defensa que se hace de este dibujante, en ese Annual, particularmente, es otra muestra de la mediocridad del trabajo de este artista, no hay absolutamente ningún trabajo de él, de esa época o actual, que me parezca mas que pasable.
En cuanto a la historia, la verdad que Morrison empieza muy bien, y se va desinflando, la revelación de Xorn te saca completamente del juego, as como toda la resolución ´del asunto de Jean Grey y otras cosas. No obstante es una de las mejores etapas que he leído de los X-Men, a los cuales sigo de forma intermitente.