Taxi, conduzca por la sombra
Volvemos al Millarworld para una nueva serie. Así como últimamente estábamos viendo más de una continuación (con American Jesus o Nemesis por ejemplo) hoy toca comenzar con una historia recién creada, que tampoco es raro, este mismo año salió El Rey de los Espías y lo que queda por venir. Total, que Mark Millar está que no para y desde Panini tienen en él su principal apuesta por el indie USA, publicando sus obras prácticamente mes a mes. Hoy es el turno de hablar de Night Club, vampiros con máscaras de luchadores de wrestling. Ahí es nada.
En este caso, al igual que pasaba con la segunda parte de Nemesis y con la futura Big Game, que acaba de finalizar en USA, Mark Millar acude a un dibujante español, es el turno de Juanan Ramírez. El autor ha pasado por múltiples editoriales americanas, aunque lleva unos años realizando trabajos para Marvel, con muy buen resultado, todo sea dicho. Hacer gala del gran talento que se exporta desde España sería reiterativo, en esta web tenemos muchas entradas dedicadas a autores de nuestro país, tanto por sus trabajos aquí como por los realizados para el extranjero, simplemente digamos que no nos extraña nada que Millar se haya fijado en Juanan Ramírez para su proyecto.
Su estilo de corte realista, con algunos trazos sucios pero buena definición de los personajes sirve muy bien al estilo habitual de Mark Millar. Además la narrativa de Ramírez marca muy bien el movimiento, lo que es perfecto para una de las historias de acción del autor británico. Si a eso añadimos que ese toque sucio del dibujante caracteriza mejor a los personajes, a los vampiros, tenemos todo un acierto por parte del escritor a la hora de escoger compañero de viaje. También Fabiana Mascolo realiza buenas elecciones. Sus tonos apagados para la mayoría de páginas contrastan muy bien con la sangre y los colores fuertes de los disfraces de los protagonistas. Con tan solo echar un vistazo al primer capítulo vemos que estamos ante un apartado gráfico notable que fácilmente se puede calificar como lo mejor del cómic.
Danny García es un chico de diecisiete años, de familia humilde, que se dedica a hacer cabriolas con su bici hasta que acaba muy mal en el hospital. Ahí un vampiro le convierte para salvarle la vida y así que pueda formar parte de su grupo. El capítulo uno tiene todos los tópicos que la sinopsis nos puede hacer imaginar. La apertura del tomo es el abc de Millar cuando pone el piloto automático para manufacturar una nueva obra que pueda ser adaptable por Netflix (cosa que va a suceder), presentación, acción y cero sorpresas para un puñado de páginas que, aún careciendo de imaginación alguna, resultan entretenidas. y el siguiente capítulo no cambia.
Los autores tiran de todos los tópicos vampíricos. Las ratas, los murciélagos, el poder convertirse en humo y un largo etcétera están presentes en esta apertura, nada nuevo en el Millarworld. Los autores hacen que Danny y sus amigos sean una especie de Spiderman oscuro, de hecho realizan la propia comparación entre la mordida del vampiro y la picadura de la araña, sin cortarse un pelo. Pero todos sabemos que al autor de Kick-Ass le van las macarradas, por lo que no tarda en volverse más sangrienta. ¿Algo nuevo? Pues no, parece que a ratos se influencia a sí mismo acercándose a muchas de sus obras donde juega con el bien y el mal de forma simplista y en otros simplemente hace un What if…? del propio Peter Parker y amigos. Ahora bien, hay que admitir que al llegar a la mitad del tomo, y sin seguir siendo muy original, un pequeño giro en el rumbo de la vida de los protagonistas hace Night Club un poco más interesante.
Decir que hasta los villanos son arquetípicos es quedarse corto, pero lo cierto es que no llegan a tener siquiera desarrollo alguno. Se vuelve más interesante cuando toma decisiones que jamás veremos en las dos grandes, en especial aquellas que hace avanzar a los personajes. De esta forma consiguen que la segunda mitad del cómic sea considerablemente mejor, en el sentido de ofrecer puro entretenimiento superheroico, evidentemente con mucha más sangre de lo habitual.
Si bien el final puede resultar algo soso, en la línea de los primeros capítulos, es decir, demasiado normal hasta el punto de que uno se puede imaginar perfectamente cómo va a ser la segunda parte, lo cierto es que cuando acabamos deja la sensación de haber disfrutado de un buen apartado gráfico con Juanan Ramírez y haber pasado el rato con otra historia entretenida de Mark Millar. Ni entre las mejores pero lejos de estar entre las peores.
Lo mejor
• Es un tomo entretenido que mejora en la segunda parte.
• Su apartado gráfico.
Lo peor
• La historia es lo mismo de siempre, cien por cien predecible y llena de estereotipos.
Guión - 6
Dibujo - 8
Interés - 6.5
6.8
Nocturno
Una historia sencilla, sosa por momentos y entretenida en general, con un dibujo estupendo.
