Lejos de casa soy otro
Ed Brubaker y Sean Phillips están de vuelta. No es que se hubieran ido por mucho tiempo, hace unas semanas pudimos leer el final de la primera parte de Reckless. Así que hemos de sentirnos agradecidos por su nivel de producción, ni demasiado corto para que baje su calidad ni demasiado largo como para que los echemos de menos, porque realmente los trabajos de estos dos genios del género negro siempre merece la pena tenerlos cerca. Y Night Fever entra en esa categoría.
En este caso hay poco que decir sobre los autores pues les hemos dedicado mucho tiempo, desde reseñas de sus obras hasta artículos (como este que podéis leer aquí de Criminal) e incluso una guía de lectura. Simplemente son eso, unos auténticos genios creando historias que, si bien podemos encasillar en el noir, están lejos de ser todas iguales. Brubaker y Phillips saben siempre hacerlas distinguibles y únicas. No solo eso, sino que hasta van variando de longitud, las hay largas como Kill or be killed o Reckless, de volúmenes unitarios como Pulp, o múltiples historias cortas que van formando un todo al ambientarse en el mismo entorno, como es el caso de la mencionada Criminal.
Se nota que la pareja ha conseguido un nivel de libertad creativa enorme, que en los últimos tiempos les ha llevado a abandonar el formato en grapa para abrazar la novela gráfica y así poder manejar el ritmo narrativo a su antojo. Ya llevan unos añitos haciendo esto de manera exclusiva, véase Pulp y las cinco de Reckless, y seguirán haciéndolo pues ya hay futuro programado en forma de Where The Body Was, su siguiente trabajo que saldrá a la venta en Estados Unidos a mediados de diciembre. Pero de ese ya hablaremos en su momento, hoy toca centrarse en Night Fever, un tomo autónomo y autoconclusivo que mantiene su línea apegada al género negro pero sabiendo ofrecer algo diferente, con unos toquecitos de thriller y algo de misterio.
Para los lectores españoles supone una novedad, pues Panini Cómics es la encargada habitual de editar los trabajos de Brubaker y Phillips, sin embargo Night Fever llega a España de la mano de Norma Editorial. Para nosotros no hay una gran diferencia. Podemos echar en cara a Panini que pasaron unos años en los que nos dejaron colgados, con Kill or be killed a medias concretamente y sin saber del segundo volumen de Criminal, aunque luego aceleraron y se pusieron al día. Por otro lado la edición de Norma es más cara que, por ejemplo, el último de Reckless, mismas páginas y tres euros de diferencia. Pero también es verdad que Night Fever tiene mejor papel, de mayor gramaje para que no transparente y se vea mejor el color. Desde Norma suelen mimar sus ediciones y aquí parece que lo han querido demostrar especialmente para… ¿hacerse con los siguientes trabajos? Puede ser, ya veremos. Otra diferencia en el formato es el lomo, frente al curvado de Panini tenemos el recto que suele usar Norma en sus cartonés, que no desdice mucho en la estantería. En definitiva, es una buena edición un poco más cara.
Centrémonos en la historia ahora. tras esa enigmática y magnífica portada, sin duda entre las mejores que a realizado Sean Phillips, que no es decir poco, nos encontramos la que puede ser su obra más extraña, en un sentido lisérgico, y a la par una de las más reflexivas.
Tenemos a Jonathan Webb, un gestor de derechos extranjeros para una empresa editorial que se dedica a viajar por el mundo. Una persona bastante normal, familiar, que podemos identificar con el estadounidense medio, con algo más de poder adquisitivo, de finales de los setenta. Es decir, un prototipo de la época, con sus inseguridades y sus pensamientos individualistas. Nada nuevo. Pero en su viaje a Francia conoce a un misterioso hombre, Rainer, que le llevará a cometer acciones muy alejadas de lo que Webb suele hacer en su día a día. Todo ello de forma voluntaria.
Los autores nos invitan claramente a reflexionar sobre el “yo” y los límites que nos ponemos. Sobre la moral y sobre hasta dónde estaríamos dispuestos a llegar si tuviéramos una cierta seguridad de que esto no iba a interrumpir nuestra vida normal a posteriori. Sobre desatarse. Estas reflexiones suelen estar llenas de trampas argumentales cuando, como es el caso habitual de Brubaker, se narran en primera persona. Pero, como también suele ser costumbre del guionista, no nos lleva a justificar al personaje sino a mostrarnos como este claramente se autojustifica, dejando a los lectores la capacidad de juzgar las acciones.
Realmente se meten en temas bastante interesantes, con una obra que es difícil no leer de seguido. Lo distinguible de Night Fever es que tiene dos partes bastante diferenciadas, el principio y el final son muy típicos en Brubaker y Phillips, son ellos con ese aire noir, con ese toque sucio y callejero lleno de personajes de doble moral o de una moral con muchas interpretaciones. Pero la parte intermedia se va hacia lo alucinógeno, por momentos parece que va a rozar obras más fantásticas, como Fatale o Kill or be killed, en un sentido muy diferente a ellas, pero luego se aleja para centrarse en el personaje, logrando que todo eso importe y no importe al mismo tiempo.
Giros inesperados, personajes llevados al límite y un final más que curioso, hacen redonda a una obra en la que Sean Phillips está a la altura de sus mejores trabajos, con un Jacob Phillips que realiza unas ambientaciones perfectas. Night Fever demuestra que estos dos son de lo mejor del cómic actual, sencillamente es una de esas obras que acabas de leer y te deja completamente satisfecho.
Lo mejor
• Son Brubaker y Phillips, lo mejor es simplemente que podamos seguir disfrutando de sus obras por muchos años.
Lo peor
• El lomo de la edición de Norma es recto, no curvo como las de Panini. Esto es una tontería como un piano, porque queda igual de bien en la estantería (y la edición de Norma es magnífica, como he dicho) pero es que no se puede decir nada malo de una obra tan redonda como esta.
Guión - 9.3
Dibujo - 9.3
Interés - 9.3
9.3
Nocturno
Los amos del neo-noir lo vuelven a hacer.
