Edición original: Nightwing núms. 26 a 29 USA, Nightwing Annual núm. 1 USA
Edición nacional/ España: ECC Ediciones
Guión: Kyle Higgins
Dibujo: Jason Masters, Russel Dauterman, Will Conrad
Entintado: Daniel Sampere, Vicente Cifuentes, Cliff Richards
Color: Chris Sotomayor, Pete Pantazis
Formato: Rústica, 128 págs. A color.
Precio: 12,50 euros
Hasta aquí llegamos.
Estamos frente al último tomo de esta colección que empezó con ganas y fuerza, tanto en guion como en dibujo, para ir perdiendo por el camino el nervio con guiones más convencionales y dibujos carentes del ímpetu de Eddy Barrows. Toda una lástima porque el personaje da para mucho.
Nightwing puede que sea, junto con Flash, el personaje de DC Comics que mejor refleja el espíritu del legado. Suyo es el título de haber sido el primer Robin, de liderar los Titanes, de ser un Outsider en un intento de apartarse de la sombra del murciélago y adquirir entidad propia y aún así se ha puesto el uniforme de Batman como máximo heredero de Bruce Wayne y su particular cruzada contra el crimen. Hasta ahí llega su compromiso.
Pero Dick Grayson no es Bruce.
Dick tienen un pasado devastador que no le impide poder mirar el mundo con optimismo. Siempre ha estado más en la luz que en la oscuridad, luz que aporta valor al personaje con relaciones sentimentales y amistades más profundas y duraderas que las de Bruce, que lo apartan de las obsesiones que atormentan al cruzado oscuro. La imagen de poder ser Batman, por su capacidad detectivesca, su innegable liderazgo, su voluntad y su superioridad física como acróbata lo han convertido en el eslabón que une a Jason Tood, Tim Drake y Damian Wayne (hasta que nos dejó) con la figura paterna extrema que es Batman y por ende Bruce Wayne.
En este tomo Dick Grayson se traslada a Chicago al descubrir que Tony Zucco, responsable de la muerte de sus padres, se encuentra en dicha ciudad oculto tras una falsa identidad. Pero todo cambia cuando hace acto de presencia el Bromista, un enigmático villano, que pondrá a la ciudad de jaque obligando a Nightwing a colaborar con Zucco para poder detenerlo y descubrir el por qué de sus actos.
Lo que debería ser la traca final de una serie venida a menos se queda en poco más que unos petardos baratos. No es que la historia no resulte entretenida, que lo es, pero su lectura se antoja anodina y simple. No tienes la sensación de épica, de estar en medio de lago importante y eso lastra por completo un argumento que parte de una premisa muy interesante.
Nightwing, Dick Grayson, es un personaje que siempre me ha gustado. Su traje, tanto el azul como el rojo actual, me parecen de lo mejor en diseño de superhéroes, pero lo que me ha gustado de este héroe es sobre todo su capacidad para estar siempre por encima de las expectativas y sin importar como, ponerle una sonrisa a cualquier situación. Kyle Higgnis se nota que tiene claro hacia donde quiere llevar el personaje, pero por motivos editoriales, se ve forzado a precipitar ciertas tramas que restan fuerza al conjunto de la historia.
El villano termina por ser un activador de la historia que quiere contarnos Higgnis, la de como Nightwing es capaz de superar el sentimiento de venganza hacía Zucco y llegar a colaborar con él para evitar la muerte de miles de personas. Está bien desarrollado y no chirria por parecer muy forzado.
Otra de las cosas que se nota es el esfuerzo que hace Higgnis por intentar mostrarnos la vida que hay detrás de la máscara de Nightwing. Y digo que hace un esfuerzo, pero no termina de concretarse. Son momentos fugaces e intermitentes que sabe enlazar adecuadamente, pero que saben a poco en el conjunto de la historia.
Tal vez si hubiera gozado de dibujantes con más personalidad la historia se hubiera visto favorecida y hubiera podido destacar por encima de la media, pero los lápices de Will Conrad se muestran muy irregulares, no a nivel narrativo, sino más a un nivel estructural y de composición de figuras. Hay momentos en los que sus dibujos son tan erráticos que los rostros cuesta identificarlos. Pero en otros se nota como trabaja las escenas para dotarlas de un trasfondo que va más allá que el dibujar a los personajes hablando. Se trabaja los fondos al detalle y se preocupa de situar la acción en todo momento, lo que es de agradecer a la hora de juzgar su trabajo de un modo más benévolo en el conjunto.
Lo sustituye Russell Dauterman, en los números finales que comprenden el tomo, que con un estilo algo menos recargado en cuanto a detalles, consigue cautivar por ser capaz de mostrar más expresividad facial que Conrad. Algo que ayuda mucho ya que estos dos números aglutinan varias escenas de Dick ejerciendo de Dick sin máscaras de por medio. Otro punto a su favor es la regularidad de su estilo a lo largo de las páginas, regalándonos escenas muy impactantes y visuales.
En cuanto al dibujo del anual que abre el tomo, los lápices de Jason Maters, con las tintas de Daniel Sampere y Vicente Cifuentes, adolece de irregular precisamente por la disparidad que hay entre las tintas de Daniel y de Vicente. El dibujo fluctúa entre la línea simple de trazo claro a uno más complejo y detallado, lo que hace que visualmente sea una historia de relleno sin mucha más trascendencia que dar algunas pinceladas sobre el pasado amoroso de Bárbara Gordon y Dick.
Queda para el recuerdo el dinamismo, fuerza, carácter, puesta en escena y frescura de Scott McDaniel en su estancia en la colección anterior al Nuevo Universo DC, teniendo que contentarnos con la portada que ilustra el tomo y que a mí personalmente me encanta.
En general es un tomo monocorde, lo que no hace que sea malo, sino que se lee y olvida casi en la misma cantidad de tiempo. Falta sentimiento, tensión real, carácter y fuerza a cada parte de la historia, quedándose en un quiero y no puedo del que todos salimos perjudicados: personajes, autores y lectores quedando por determinar el grado de daño que cada uno ha recibido.
¿Y qué es lo que le pasa en la pierna? no lo pillo…
Hola, Orco05.
Las dos piernas son muy delgadas, casi parecen de insecto, y no esta apoyado con la planta del pie, sino de puntillas, como las bailarinas de ballet. La postura es extraña y forzada. Tienen una rodilla tan estrecha que parece que se le va a romper.
Espero haberte ayudado.
Por cierto, gracias por tu comentario.
Coincido en que esta serie empezó muy bien y poco a poco se fue desinflando cosa mala. Aunque el primer arco no fuera para tirar cohetes, el dibujo de Barrows era impresionante y la historia no estaba del todo mal. Luego incluso la serie supo aprovechar muy bien el tema de The Court of Owls, añadiendo un enfoque interesante al personaje de Dick Grayson que de nuevo nos demuestra que Nightwing es un héroe a la altura de los grandes. Hace tiempo ya dejó de ser un sidekick por méritos propios.
Una curiosidad, si el último número USA de la serie (el #30) no está incluído aquí, ¿cómo se va a publicar en España?
La nueva serie de Grayson pinta interesante, aunque a mi no me llama la atención esa temática. Por mi parte le daré un descanso al personaje, porque lo de ser agente secreto está bien para tomarse unas vacaciones lejos de casa y de los conocidos, pero Nightwing es mucho más que un espía a las órdenes de Batman…
Terrífic Lines, el último número USA han decidido, como es habitual con ECC, en incluirlo en un tomo compendio de las «consecuencias» de Maldad Eterna.
http://www.eccediciones.com/comic/maldad-eterna-consecuencias-1001.aspx
Gracias, Kaulso. Menudo recopilatorio más raro, la verdad… Por la portada parece que incluye el especial post-Arkham War que tiene relación con esa mini más que con la central de Forever Evil… Y el final de los Teen Titans no tiene relación ninguna con Forever Evil…
Tampoco conocía el formato de ECC y me gusta que recuperen los personajes en la esquina superior izquierda de las portadas. Siempre he pensado que le da un toque muy chulo a los cómics de superheroes. Eso sí, el logo de ECC sigue siendo horrible.