En el mes en el que Medusa Cómics inicia la publicación en formato grapa de la nueva serie de Ninjak, bajo el título Ninja-K y a cargo de Christos Gage y Tomas Giorello, nos llega un tomo que no hace más que completar lo que nos faltaba sobre el famoso ninja del MI-6. Para abordar la lectura de Rapture podemos tomar hasta cuatro perspectivas distintas, en primer lugar esta obra se puede ver como el punto final a la trayectoria de Matt Kindt en el personaje, Kindt comenzó a escribirlo cuando trabajaba en la serie Unity, desde el primer número hasta el veintidós, poco antes de su cancelación, y siguió con Ninjak en lo que fue su primera serie en solitario donde se quedo la friolera de veintiséis cómics casi hasta el final (hubo tan solo un número más que escribió otro autor). Justo al mes de dejar libre la serie se embarca en este Rapture que no solo tiene a Ninjak como uno de los personajes principales sino que continúa en parte una trama que pudimos ver en el tercer tomo de los editados por Medusa Cómics, el de la Zona Muerta. Esto nos lleva a la segunda perspectiva ya que Rapture no deja de ser una continuación de la historia de Shadowman, esta especie de cruce se mete de lleno en el mundo mágico de Valiant, no solo con su personaje más conocido sino también con Punk Mambo, y creo que puedo adelantar sin miedo que Kindt supera con creces a los que se atrevieron en el pasado con las historias de Jack Boniface.
Si uno se fija en el título de este tomo verá que pone “Ninjak – Shadowman” justo encima de «Rapture» y, sinceramente, esto me da un poco de pena, la gente puede pensar que estamos ante un simple cruce entre ambos personajes y obviar la tercera lectura que podemos hacer del tomo, esto es, Rapture es ni más ni menos que una continuación de los eventos The Valiant y Book of Death, efectivamente, lo que no nos dice el título (además de hacer algo muy feo al no nombrar a las dos mujeres que tienen tanto protagonismo como los dos hombres) es obviar que la trama central de la historia gira en torno a Tama la Geomante, aquella niña que era presentada en The Valiant y que desarrollaba su historia en Book of Death. Tama, además de tener importancia, demuestra ser un personaje potentísimo que, si se logra llevar bien, puede dar mucho que hablar en el futuro de Valiant. Digamos que The Valiant abría dos caminos: el de Bloodshot que se resolvió en Bloodshot U.S.A., y el de Eternal Warrior junto a Tama que vimos en Book of Death, de este último evento vimos una especie de continuación dentro de la serie de Ninjak cuando este se ocupaba de luchar contra los discípulos del Maestro Darque, lo que encontramos aquí es, por decirlo de alguna manera, la otra parte, la continuación de la vida de Tama.
La cuarta lectura o perspectiva que podemos tomar es la más simple de todas, la de pasar un buen rato con un cómic que está muy bien escrito y muy bien dibujado. El grueso del apartado gráfico lo lleva CAFU, un autor que, en general, trabaja muy bien pero que en este tomo he de admitir que me gusta más que nunca, aparte de su buena narrativa consigue dar un halo de oscuridad muy acertado, no es tan claro como suele ser y eso beneficia mucho al cómic. Pero CAFU no está solo, le acompañan otros tres autores para narrar unas pocas páginas que contienen flashbacks, Roberto de la Torre en dos números y Juan José Ryp con Francis Portella en el último, todos con un nivel muy alto. A priori puede parecer un baile de dibujantes pero nada más lejos, las páginas de las que estos tres últimos se ocupan son muy pocas y están metidas con mucho sentido.
La historia de Kindt se puede enmarcar como una de las mejores que ha hecho sobre el personaje, quizás la mejor junto al tomo tres que trataba el mismo tema, la Zona Muerta, Punk Mambo y Shadowman. Kindt ofrece de nuevo esa visión del Ninjak lógico, con una gran inteligencia y siempre con sus cacharritos preparados para vencer al enemigo, es más, ha aprendido de su anterior visita y está mejor preparado, aun así, sigue sin aceptar que se enfrenta a temas mágicos, prefiere seguir pensando que hay una explicación para todo. A Kindt siempre le gustó el dúo que forman Ninjak y Eternal Warrior, lo trabajó bien en Unity y no pudo evitar introducirlo en la serie de Ninjak, pero ahora Gilad Anni-Padda está muerto, aun así Kindt no puede evitar mencionarlo, la presencia de Ninjak en este tomo se podría explicar de muchas maneras dada su conexión con la Zona Muerta pero el autor prefiere recurrir al gran guerrero, ahora que él no está Tama recurre a Colin para que este le ayude por consejo del fallecido.
También hay mucho que decir sobre los personajes de Punk Mambo y de Shadowman, la primera ya no es tanta copia de John Constantine como Peter Milligan pretendía en sus orígenes, Kindt la hizo evolucionar bastante en la serie de Ninjak y aquí, aunque con algo menos de diálogo, se alza como un personaje reconocible por su propia personalidad. Con respecto a Jack Boniface casi me atrevería a decir que Kindt es el autor que mejor trabajo ha hecho con él al ponerle esa moralidad dudosa y dejarlo como un esclavo de sus propios poderes. Este tema tendrá también gran importancia en la historia al jugar a dos bandas.
Pero si a alguien se ha tenido que trabajar es a Tama, Kindt es uno de sus creadores (junto a Jeff Lemire y a Paolo Rivera, los tres artistas que trabajaron en la serie de The Valiant) sin embargo fue Robert Venditti quien la desarrolló más al hacerla co-protagonista de Book of Death, aquí Kindt recoge el testigo de forma muy correcta dando a un personaje con el conocimiento que debe tener por ser geomante pero con la moralidad de una niña inocente y buena que lo último que quiere es hacer daño a alguien, de ahí que sus discusiones con Ninjak con respecto al uso de la violencia sean constantes e interesantes. Tama siempre intenta buscar la otra forma de hacer las cosas.
Los personajes están muy trabajados, los diálogos entre ellos están bastante bien pero Kindt no se conforma con eso y crea un nuevo villano bastante interesante: Babel (diseñado por Kano), una retorcida versión del mito de la Biblia que, como os podéis imaginar, quiere hacer una torre para atacar el cielo, o al menos una versión Valiant de este llamado la Zona Viva. Además aprovecha la historia para contar más sobre el mito de los Loa, lo cual nos hace pensar que una serie sobre Shadowman por Matt Kindt podía haber sido lo que el personaje necesitara para ponerse en el lugar que le corresponde.
Rapture resulta ser un tomo que ofrece algo más que el simple entretenimiento, es una historia que dice mucho a la cara y en su trasfondo, habla de los héroes, de la redención, habla de la violencia, de su necesidad o innecesidad, del bien y del mal pero también de cómo estos se generan y de lo que hay en medio, y hace todo ello dejándonos una aventura fantástica con sus vueltas de tuerca que consigue dejarnos alguna sonrisa en la cara. Echaremos de menos a Kindt por estos lares, por suerte aun nos queda su X-O Manowar.
Rapture
Guión - 8.9
Dibujo - 8.2
Interés - 9
8.7
Vivo
El punto y final de Matt Kindt con Ninjak, la mejor historia de Shadowman hasta el momento, un minievento de continuación de lo visto en Book of Death y un plantel importante de dibujantes. ¿Qué más se puede pedir?.