Todo parecía seguir igual… y, al mismo tiempo, en constante cambio. Todo menos yo.
Anabel Colazo es una dibujante e ilustradora nacida en 1993 en Ibiza, aunque vive en Valencia. Dio sus primeros pasos en el cómic en 2015 con el cómic El cristal imposible (DeHavilland Ediciones) y con el fanzine Nimio. Desde ese año ha colaborado en el fanzine Paranoidland, recopilado por La Cúpula en 2018, además de en obras colectivas como Teen Wolf (Fosfatina), Pizza y sofá, Medievo; Medievo y las revistas Kiwi y Xiulit. En 2017 apareció Encuentros cercanos (La Cúpula) que le valió dos nominaciones (Mejor obra de Autor Español y Mejor Autor Revelación) en el Salón del Cómic de Barcelona del año siguiente. En estos momentos está preparando su próximo trabajo en Angoulême gracias la beca de la residencia de autores.
Blanca es una joven cuya vida lleva dos años en stand-by, desde que un terrible accidente dejo su mundo patas arriba. Trabaja de camarera en el bar de un amigo de la familia y allí se reencuentra con Sam. Una amiga de la infancia que no veía desde hacía tres años. Como ninguna de las dos quiere ir a su casa se toman unas copas y deciden ir a bañarse a la playa, dónde descubren el cadáver de una chica. Justo antes de descubrirla Blanca vuelve a ver a una misteriosa figura que se le ha aparecido en varios momentos de su pasado.
No mires atrás es una historia en la que la fantasía y la realidad se entremezclan. Bajo la apariencia de una trama de misterio y terror, Colazo nos está contando una historia sobre cómo superar las pérdidas personales y cómo afrontar el futuro durante el tránsito a la edad adulta. El titulo juega con esa dualidad ya que hace referencia tanto a la extraña figura que ve Blanca como a la imposibilidad de proseguir con tu vida si siempre estás mirando acontecimientos del pasado.
Una de las grandes virtudes esta novela gráfica es que se nota que se trata de una historia que maneja a la perfección el lenguaje y la forma de relacionarse, entre ellos y con el mundo, de la generación Z. A diferencia de otras propuestas cercanas en las que todo resulta impostado, con alguien mucho mayor tratando de lograr que sus personajes sean naturales. Colazo no necesita fingir ya que se nota que lo cuenta es lo que ha vivido y lo que le interesa. Es un relato que resulta muy generacional, no solo por los videojuegos, los youtubers o los creepypastas, sino también porque todos los personajes, que son una buena nuestra de los miembros de su generación, se encuentran en la encrucijada de decidir su futuro. Algo por lo que todo el mundo tiene que pasar. Estos fantasmas, y los personales de Blanca, son los que nos deberían dar más miedo.
Las partes de la historia de terror y misterios está muy bien conseguido. Tal vez no consigue darnos miedo, pero si nos crea inquietud, sobre todo gracias al fantástico uso del color que hace Colazo para crear unas atmósferas muy opresivas. La trama está muy bien conseguida y juega con la idea de que los creepypastes tienen la cualidad de poder pasar de lo imaginario a lo real, como se ha podido comprobar en la realidad.
En el apartado grafico lo que más destaca es el uso del color, no solo por lo bien empleado que esta sino también por ser su primera obra en color. El color le sirve como ya hemos dicho para crear atmosferas y también con fines narrativos (en las páginas que transcurren en el pasado los marcos son negros). Al usar color, Colazo ha cambiado su forma de entintar, prescindiendo de líneas superfluas para dejarle espacio. El trazo se ha vuelto más curvilíneo sobre todo en los personajes, pero sique mantenido su estilo que mezcla el manga con algunas de las series de dibujos más actuales. Para un análisis más detallado de los aspectos narrativos de esta obra, estad atentos a las próximas ediciones de la sección Espacio Narrativo de mi compañero Pedro Pascual Paredes.
La Cúpula hace una buena edición con un diseño muy cuidado como es costumbre de la casa. Siguen siendo uno de los referentes ineludibles en el cómic nacional apostando siempre por autores que renuevan el panorama. La novela gráfica se complementa con un epilogo de la autora sobre los creepypastas.
No mires atrás de Anabel Colazo es la confirmación de todo lo apuntado en sus obras previas con el añadido de un uso del color fantástico. Una historia de terror donde los miedos personales son mucho más terroríficos que los imaginarios.