Noche loca, «Quiero que sea una noche diferente»

El irregular Shawn Levy (La pantera rosa, Doce en casa, Noche en el museo) presenta aquí su mejor película hasta la fecha. Noche loca se basa en una premisa (la de una noche aciaga para los personajes) que nos hizo disfrutar mucho durante los 80. Aún con eso, el verdadero motor de este filme es su pareja protagonista, los grandes cómicos, Steve Carrell y Tina Fey, que forman un magnífico tándem capaz de reflotar (casi) cualquier cosa, diría yo.

Ellos son los Foster, unos padres de familia acomodados y sencillos a los que sus hijos avasallan ya desde el principio (un gran gag el del “pateo” de costillas por parte de los infantes para que sus padres se despierten y les hagan el desayuno). Sus vida y sus trabajos son de los más rutinario: él, asesor fiscal; ella, vendedora inmobiliaria, así que ante la noticia de la separación de una pareja de amigos, deciden ir a cenar en un restaurante de moda del centro. Allí se encuentran con que no tienen mesa, pero continuando con la idea de innovar y vivir una noche emocionante, deciden hacerse pasar por otra pareja que sí tenía reserva, pero no estaba allí. Ése es el principio de todo lo que luego ocurrirá. La noche no ha hecho más que empezar y lo que se perfilaba como una simple comedia se transforma, poco a poco, en una película de acción con tintes cómicos.

Los Foster serán confundidos con una pareja de ladrones y extorsionadores y se verán inmersos en una peculiar trama mafiosa con reminiscencias al cine de Hicthcock. A lo largo de esa noche, la pareja protagonista será perseguida, arrollada por todo tipo de vehículos, se verán obligados a robar, conocerán a espías y tendrán tiempo para reencontrarse a sí mismos, individualmente y como pareja. Hay escenas y gags que merecen la pena, que harán que el espectador se ría a carcajadas.

Destacan las apariciones de secundarios de auténtico lujo, como el rapero Common, Mark Whalberg, William Fichtner, James Franco, Mila Kunis, Mark Ruffalo y Ray Liotta, entre otros, que confieren a este producto un ligero toque de frescura y gamberrismo (todos destilan buen humor en sus interpretaciones y se nota que disfrutaban con sus cameos).

Noche loca es una disfrutable comedia ideal para pasar el rato de forma amena y entretenida. No pasará a la historia del cine, pero sí que conseguirá que los espectadores que se animen a verla salgan de la sala con un buen sabor de boca, con la idea de haber invertido bien sus euros y con una sonrisa cómplice dedicada, sobre todo, a Tina Fey y a Steve Carrell.

Nos leemos.