Hit the road, Val
Se pueden decir muchas cosas de Scott Snyder, pero desde luego que no trabaje no es una de ellas. El célebre guionista es por todos conocido gracias a su extensa época dentro de DC Comics, una que inició con el arrollador éxito de su icónica etapa al frente de Batman junto a Greg Capullo, y que continuó por distintos derroteros que no siempre convencieron a los lectores deceítas (aunque sí a las cifras de ventas). Como lector casi nulo que soy de la Distinguida Competencia, no me meteré en valorar su labor para ella, pero lo que sí puedo decir es que, más allá de Batman, Snyder siempre nos ha dejado muy buen sabor de boca a los lectores de cómic indie. Trabajos personales como Severed o Wytches son claros ejemplos de que el autor neoyorquino es capaz de crear grandes obras cuando vuela libre, y libre es como parece que va a volar durante un tiempo a la vista de sus recientes proyectos.
En concreto, hablamos de Best Jackett Press, el sello fundado por el autor en 2021 destinado a albergar sus nuevos proyectos tras decidir darle un descanso a su labor en DC. Y desde luego, el tío ha sabido aprovechar el tiempo. Snyder lleva un par de años de lo más prolíficos, especialmente en colaboración con Comixology, donde ha publicado en el último año ¡ocho! nuevas series acompañado por un puñado de brillantes artistas, como Jock, Francesco Francavilla o Greg Capullo, que están logrando cosechar críticas muy positivas. Si todo va bien, os hablaremos de ellas próximamente, pero hoy toca centrarse en otra serie, la que dio el pistoletazo de salida a Best Jackett Press en colaboración con Image Comics. Hablamos, claro, de Nocterra.
Estrenada originalmente en marzo de 2021, Nocterra supuso la vuelta por la puerta grande de Snyder al creator-owned. Una serie con un fuerte aroma a Batman, pues además de contar con el guionista de El tribunal de los búhos, tiene detrás de los lápices a Tony S. Daniel, un viejo conocido de los lectores deceítas con una larga carrera en títulos selectos como Batman R.I.P. o Detective Comics. Un equipo que completa el colorista Tomeu Morey, y cuyo trabajo vio la luz a través de una campaña en Kickstarter mediante la cual el sello pretendía financiar los seis primeros números de la serie, algo que claramente no iba a hacer falta. El estreno fue un éxito demoledor, la serie alcanza ya su tercer volumen en EEUU y, dos años después, podemos leer el resultado gracias a Planeta Cómic.
Nocterra nos sumerge en un mundo en el que, un buen día, el sol se apagó y la Tierra quedó envuelta en la más densa oscuridad. Algo que ya sería de por sí un problema lo suficientemente grave, pero que por si fuera poco vino acompañado por una misteriosa infección que se adquiere al pasar demasiado tiempo alejado de la luz, y que convierte a todos los seres vivos en horribles monstruos negros que tratan de despedazar a todo superviviente que se encuentran. Diez años después, la humanidad sobrevive en pequeños reductos iluminados hasta las cejas, y Val Riggs trabaja como transportista de bienes y personas a lomos de su gigantesco camión trailer. Cuando unos misteriosos pasajeros contratan sus servicios, Val se encontrará luchando por escapar de un sanguinario cazador a la vez que persigue la posibilidad de encontrar un refugio milagroso en el que escapar del infierno en el que se ha convertido el planeta.
Lo primero que hay que tener en cuenta sobre Nocterra es que estamos ante la quintaesencia del blockbuster palomitero. La frenética aventura postapocalíptica en la que nos lanzan Snyder y Daniel es ese tipo de obra que no va a rompernos la cabeza ni a inventar la rueda, y en su defensa hay que decir que tampoco parece que sea su objetivo. Nocterra es un cómic lleno de acción hasta la trancas, con armas molonas, monstruos amenazantes y posturas malotas, todo ello al servicio de una historia sencilla que, al menos en este primer volumen, nos suena a algo que ya hemos visto millones de veces. Básicamente, es el típico cómic de acción que, si eres afín a ese tipo de historia, puedes enchufarte en una tarde tonta sin más pretensión que dejar el cerebro en standby y pasártelo bien.
Sin embargo, sí me parece justo remarcar que Snyder está a un nivel superior que el guionista palomitero estándar. Ha querido la casualidad que compagine esta lectura con la de Geiger, otra serie apocalíptica con autores deceítas muy en la línea de esta, y frente a la superficialidad del guion de Johns, Snyder sabe dedicarle un mínimo de profundidad a la psique de sus personajes y a su emotividad, fundamentalmente gracias a unos monólogos interiores en los que su prosa siempre destaca. No es que estemos hablando de un trabajo destacado (como sí me lo pareció Wytches), pero uno siempre agradece contar con buenos escritores incluso en las historias más genéricas.
El apartado artístico es para mí el punto más flaco del volumen con diferencia. No soy demasiado afín al estilo noventero, y Tony Daniel tiene todas sus señas. El artista de Batman tiene ese trazo mainstream superheroico tan característico, de poses y mallas ajustadas y rostros algo vacíos. Hay escenas de acción potentes y viñetas panorámicas interesantes, pero poca originalidad en sus diseños, desde los personajes hasta los monstruos. La excepción es el villano Blacktop Bill, cuyo sencillo diseño de negrura total resulta mucho más efectivo por la sabida regla del “menos es más”. Tomeu Morey realiza por su parte un trabajo muy solvente en el color, jugando con la constante lluvia de tonos y luces que facilita la necesidad de los personajes de usar cualquier fuente de iluminación posible para protegerse de la oscuridad. Como contra, se echa en falta una mayor presencia de la oscuridad en las páginas, especialmente teniendo en cuenta la importancia que tiene argumentalmente. Este era quizás un cómic para buscar una mayor sensación de claustrofobia, más en la línea de lo realizado por Alex Cormack en El mar de las penas, por poner un ejemplo reciente.
En definitiva, Nocterra llega a España con un primer volumen que no esconde lo que pretende ser: un cómic de acción frenética para disfrutar mucho y pensar poco. No será una serie que deje mucho poso, especialmente con el impersonal dibujo de Tony Daniel, pero el saber hacer de Scott Snyder nos asegura un rato de lectura dinámica y divertida en esta road movie con monstruos.
Lo mejor
• Es una buena serie de acción para echar el rato.
• Snyder siempre es un guionista competente.
Lo peor
• No resulta especialmente original.
• El dibujo de Daniel, si bien es efectivo, es muy impersonal.
Guion - 7.2
Dibujo - 6
Interés - 7.5
6.9
Palomitera
Scott Snyder y Tony Daniel nos sumergen en una macarrada apocalíptica que no inventa la rueda, pero se disfruta con gusto.
