Aviso de Spoilers: El artículo que sigue a continuación trata información de actualidad en Estados Unidos, por lo que puede desvelar detalles argumentales que todavía no han sido abordados en la edición española.
Tras el fenomenal Doomsday Clock#9 – impactante inicio, interesante desarrollo y sorprendente la información final aportada en la carta de Stein- no sé si habrá habido fuerzas para seguir leyendo hoy otros cómics de Detective Comics comics – perdonadme la coña que usa habitualmente King – pero como en anteriores semanas la compañía de Burbank demuestra que tiene capacidad para ofrecer interesantes tebeos cada NCBD y esta no iba a ser menos por mucho debate que genere un anillo o el departamento de metahumanos.
El primer cómic sobre el que hablar no podía ser otro que uno de mis favoritos, donde más allá de lo acertado de cada número, siempre, cada nuevo tebeo de Batman ofrece algo sobre lo que hablar o sobre lo que disfrutar.
El impasse que esta siendo el actual arco Knigthmares , que aun servidor le esta recordando, aunque de manera periférica, pero con misma utilidad, al Regreso de Bruce Wayne , parece que no está siendo muy del gusto de parte de los lectores, hecho que no comparto. Eso sí, pensando en este particular arco – y esto es lo que me ha hecho acordarme de la maxi serie guionizada por Morrison – he sentido que se notará raro en una futura recopilación en tomo, donde todas estás pesadillas pueden dar pereza y verse de peor manera, sensación que para muchos no ocurre con la periodicidad quincenal, pudiendo disfrutar de la historia de Matthew, del Profesor Pig, de Constantine o la de hoy protagonizada por The Question y Selina. Son tebeos que representan un nivel más en la caída hacia el infierno – o la derrota total- que esta sufriendo el héroe de Gotham; en las dos primeras pesadillas estaban representados dos locos , dos villanos, pero también Bruce, como niño y como padre, y en las dos siguientes la pesadilla va mas en dirección hacia el lugar donde aparentemente la caída comenzó: Batman#50 .
En el caso de Batman#63 – recordar que los números #64-65 formaron parte del cruce con Flash – magistralmente narrado por Janín , King ofrecía una especie de “Y si..”, que generaba incomodidad al saber que era una mentira, y servía para que Bruce se diese cuenta de su situación, la cual da paso a este Batman#66 donde intentá, yendo al origen, encontrar la pieza oculta que hizo que todo se desmoronase. Y he ahí la cuestión ¿si lo acontecido en Batman#50 fue por su bien, cómo puede ser que todo haya ido a peor?
Para el cómic de hoy King utiliza las herramientas ya usadas en Batman#44 , allí, mientras Jones contaba como Selina adquiría su traje de boda, Janín realizaba un trabajo enorme al llevarnos por diferentes épocas de la relación entre Batman y Catwoman , y ahora es Fornés quien se ocupa, mientras The Question interroga a Selina, de mostrarnos el inicio del todo, que según ella, fue en la calle – Batman post crisís – en lugar de en un bote – Batman golden age.
Y es al pasar de la primera página a la segunda donde Fornés y Stewart nos dan el primer golpe en el corazón, los cuales no van a desaparecer hasta que cerremos el cómic y sentimos que hemos leído algo mágico, algo para recordar, 23 páginas que han de lograr que DC ate a Fornés al universo Batman durante años, del mismo modo que sucede actualmente con Janín , quien es responsable de la portada del número.
No hay duda de que la estética de Fornés está influida por Mazzucchelli, pero ello en los días actuales, más que una ayuda para narrar al Cruzado de la Capa es un hándicap y una opción arriesgada, pero más allá de las similitudes entre sus Batman , lo que logra que el arte de Fornés recuerde al Mazzucchelli es la fuerza que generan sus viñetas en el lector, los encuadres elegidos, las pequeñas viñetas mostrando una acción y sus splash page representando un plano panorámico. King manda a Fornés que viaje por Batman Year one y Batman Anual 2 entre otros, y Fornés no solo acierta ante el recuerdo sino que lo potencia. Y junto a él Stewart aplicando tonalidades cálidas en las páginas protagonizadas por The Question y Selina – trasmitiendo la sensación de ensoñación – , la intensidad del naranja en las páginas del Año Uno, la lucha entre suavidad del lavanda y magenta para representar a Batman y Catwoman en el mueseo, y los amarillos y naranjas del villano, así como el uso de tonalidades frias del verde, que potencian la soledad y tristeza que ya Fornés transmite al representar a los héroes empequeñecidos bajo la lluvia en un plano panorámico.
El cómic es excelso, y como guinda las dos páginas en las que usando la simetria, Batman se enfrenta a cuatro de sus villanos clásicos.
Cómo ocurre en varias ocasiones, es un tebeo cuyo precio de 2.99$ parece poco para todo lo que ofrece.
Es posible que más de uno pueda pensar que anteriormente se ha realizado un ejercicio de hipérbole a causa de la afinidad por un guionista de moda o por un dibujante patrio, pero sinceramente no creo que nada de ello ocurra en el anterior párrafo ni tampoco en este donde Javier Fernandez realiza a lo largo de las casi cuarenta páginas un alarde narrativo usando diferentes composiciones de página para un tebeo adrenalínico pero que no es ajeno a lo íntimo.
Es sabido que Collin Kelly y Jackson Lanzing cuando tomaron las riendas hace un par de números, lo hicieron teniendo en mente un nuevo relanzamiento de la colección a partir del #50, sirviendo los anteriores números como puente con la anterior. Tal hecho no ha sido posible, y cae en el mundo de la especulación si el enésimo intento de llevar a Ollie a sus raíces, a su lucha por la justicia social, iba a ser real, la acertada, pero lo que si se sabe es que estos dos guionistas han ofrecido tres guiones muy notables, narrados de manera magistral por Fernandez .
El tebeo de hoy es un perfecto cierre de la colección, una historia llena de acción en la que Ollie ha de escuchar verdades de la que iba a ser un personaje vital en el futuro de la colección, Jayce, en la que va a recibir una difícil petición de sus amada, en la que ha de huir, luchar contra soldados invisibles, correr, saltar, bucear, volar, caer, ir en moto, recibir ayuda inesperada y finalmente sentir la soledad, el vacío. Todo ello resulta difícil de narrar para una colección mensual pero Fernandez lo realiza de manera brillante, logrando transmitir el dinamismo de la acción, así como los sentimientos de los personajes, especialmente las ofrecidas en las páginas finales.
Ollie es un héroe que vive desde sus inicios con sus contradicciones, y estás se muestran en este final, es un héroe seguro/inseguro, confiado/desconfiado, poderoso/frágil. Esperemos que el bueno de Green Arrow coja fuerza en el barbecho en el que le van a dejar, y deseamos que pronto podamos disfrutar del arte de Fernandez , así como de los guiones de Kelly y Lanzing en una futura serie regular.
Si Fornés y Fernandez son grandes narradores con estilos muy marcados, de igual manera lo es Sharp , cuyo trabajo en Green Lantern es uno de los grandes valores de la colección mientras Morrison va colocando sus piezas y cogiendo el tono al personaje. La historia que se cuenta en este número es clásica: el héroe es desterrado por los suyos y pasa a ingresar en las filas del bando contrario ¿pero ello es real o una estrategia? El final del tebeo no alarga el misterio, pero los villanos no son tontos y ponen al bueno de Jordan una prueba final para asegurarse que su fidelidad es real.
En definitiva, a Morrison se le ha de pedir más, más riesgo, más ruptura, y justamente es lo que da Sharp , quien sostiene la colección en un alto nivel hasta que llegue el número en el que Morrison nos deje con la boca abierta.
Por su parte Snyder siempre intenta ir un paso más allá, aunque en ocasiones el camino a recorrer este hecho de retazos de telas anteriores. En esta ocasión su atrevimiento es dirigido hacia la sexta dimensión, y más allá de la conexión de esta con Perputua y los elementos creados en Metal , lo que resulta más atractivo es lo que ocasiona,la situación a la que lleva
Ante ello, Justice League #19 se puede ver mas como un prólogo, que como la primera parte del arco que va a transcurrir en la sexta dimensión.
El cómic es narrado de manera notable por Jorge Jiménez – quien está acreditado junto a Snyder como responsable del argumento – y brilla al representar a Clark, en mostrar la personalidad de cada uno de los héroes, en enseñar el mundo flexible que crea el villano de Superman – genial esos coches con dientes y lenguas, y la graciosa situación en la que coloca a Stewart-, así como en la doble página en la que se explica lo de la sexta dimensión y el diseño de los nuevos personajes.
El tebeo es disfrutable por la narración de Jiménez , y el guión acierta al dejarnos con la miel en los labios con sus páginas finales, haciéndonos pensar cómo van a salir de esta situación los héroes. Respecto a estas últimas páginas señalar que la penúltima es mi preferida del tebeo, donde Jiménez se muestra conciso y Alejandro Sanchez aplica un bitono que trasmite perfectamente la sensación de vacío o desolación.
Y ya puestos, es justo destacar otro par de viñetas en la que el dúo de autores intentan seguir al guionista en la propuesta de ir más allá, de ir en una dirección más atrevida, y es el caso de las tres viñetas que rompen una splash page y muestran a Wonder Woman luchando contra un coche canibal – aquí Sanchez opta por el rojo y negro – así como la viñeta que representa la situación que se vive en la quinta dimensión tras la quiebra del muro de la fuente – un pena que no haya habido más paginas con esta estética.
Para finalizar dos cómics que me han gustado, aunque entiendo las razones de aquellos que no hayan podido disfrutar de ellos
Es posible que sea errónea mi percepción respecto al poco entusiasmo que generó el primer número, pero a mi este segundo me ha parecido interesante; no es rompedor, pero en el sentido de contar bajo el prisma de la ficción una situación cotidiana , una situación denunciable. Más que ir en la dirección tomada por King y Gerads en su aclamada maxiserie, Castelluci y Melo recorren el trayecto por el que suele transitar Russell : usar los personajes del universo DC para hacer critica social o representar la dura realidad en la que vivimos los lectores. El autor de Los Picapiedra lo ha hecho con Luthor, John Stewart y Java, entre otros, con muy buen tino, y Castelluci y Melo lo están haciendo con Las Furias, y por lo visto en este segundo número, también de manera muy acertada. Si es cierto que en el caso de Russell , este logra que el personaje y su mundo se perciba natural, mientras que en el caso que nos ocupa se puede ver que los personajes y su universo está un poco desdibujados.
Ante este hecho es normal que para aquél que quiera leer una serie superheroica, y si es posible lo más cercano a su origen o a los cómics con los que uno creció, esta mini serie no sea su colección, pero para aquellos que ante tantas colecciones superheroicas de héroes y villanos, busquen algo diferente, un tebeo que vaya más allá y justo por ello, sin perder su sentido original se deja algo por el camino, Female Furies#2 puede gustarlos.
En definitiva, un número valiente y honesto, que acierta en las representaciones, tanto en la difícil postura Aurelie, en las reacciones de las Furias, como en el modo de actuar de Willik. No olvidemos que la historia se desarrolla en Apokolips, y si este abuso acontece todos los días en un mundo como la Tierra, con más razón para creer que suceda en un planeta donde manda de manera dictatorial Darkseid .
De igual modo que en la colección anterior, siento que no es de las preferidas por los lectores, pero a mi su primer arco si me gustó. Era una propuesta atrevida, y como tal es normal que muchos lectores no conectasen con ella, y más aun habiendo una gran cantidad de lectores para los que Sandman es parte de su vida.
Resuelta la situación en el Reino, Spurrier comienza un nuevo arco junto al arte de Abigail Larson narrando una historia que recuerda al modo de trabajar de Gaiman y marca de la casa de Sandman : el relato de una historia. En este caso un relato de amor, una historia de vida y una premisa: lo importante son las historias no los finales. Pero en la vida como en el amor, los finales han de tenerse en cuenta y no pueden ignorarse.
En resumen, un tebeo que merece que se le de una oportunidad, y que sirve tanto para que sus lectores sigamos ilusionados con ella, como para que nuevos lectores puedan engancharse con esta historia de abuela, madre, hija y hermanos.
Lo de la sexta dimensión de Snyder… con la de variedad y maravillas que existen ya en el multiverso que mostró Morrison, con los 52 mundos, con la variedad que él mismo incluyó dando otros 52 mundos más con el multiverso oscuro…¿para que meterse en este embolado de la sexta dimensión? no sé. Por lo demás, estoy deseando que llegue el Green Lantern de Morrison a España. A ver si el mes que viene ECC nos da la alegría.
Magnífico artículo!!!!