Novelas gráficas Conan nº 5: El cuerno de Azoth

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Edición original: Marvel Comics – 1990
Edición España: Comics Forum – marzo 1996
Guión: Gerry Conway, Roy Thomas
Dibujo: Michael Docherty
Entintado: Tony DeZuñiga
Color: Tom Vincent
Portada: Rafael Garrés
Precio: 5,98 euros

 

La zarzuela “Las Majas del Bergantín” narra la historia de los marinos de un navío de la corona española que transporta a un grupo de prisioneras para ser juzgadas en Cádiz, describe la relación de los marinos con las forajidas mientras el bergantín es asediado por el barco del pirata Raúl, a cuya banda pertenecen las prisioneras. Esta zarzuela está basada en la novela “Lejanías”, de Jorge Esteban Pérez Ríos, y la adaptación no fue fácil ya que la novela original trata de un leñador que vivía con su loro en los bosques de Bulgaria. No fue fácil. El único personaje que ha permanecido es el loro.

El texto del párrafo precedente corresponde a la presentación de la obra «Las majas del bergantín» del grupo argentino Les Luthiers. Con la combinación de estoicismo y comicidad que le caracteriza, Marcos Mundstock narra impertérritamente los avatares de la conversión de la novela en una composición musical, evocando con ello las singularidades de la adaptación de todo tipo de obras a un ámbito distinto de aquel para el que fueron concebidas. Esta escena fue lo primero que me vino a la mente cuando abordé la tarea de hacer esta reseña, pues El cuerno de Azoth es la novela gráfica que recogió la propuesta que los guionistas Gerry Conway y Roy Thomas presentaron para la segunda incursión cinematográfica del bárbaro cimmerio: Conan el Destructor.

Viajemos hacia atrás en el tiempo y plantifiquémonos en la primera mitad de los años ochenta del siglo pasado. Conan el Bárbaro es una de las sensaciones fílmicas de la temporada, por lo que una secuela de las aventuras del bizarro protagonista era cosa más que cantada. La productora De Laurentiis tenía los derechos de adaptación; Arnold Schwarzenegger era una estrella en alza; dos veteranos escritores (uno de ellos, el responsable del éxito tebeístico del personaje) se encargaba del guion y un maestro del cine de aventuras como Richard Fleischer asumía la dirección ¿qué podía salir mal? Una mirada desapasionada a Conan el Destructor permite comprobar que se torcieron bastantes cosas, todas ellas motivadas por el tono más infantil de una cinta que dejó a la altura del betún a oponentes como el mago Thot-Amón o nos brindó el dudoso honor de tener un alivio cómico en la forma del ladrón Malak (Tracey Walter). ¿Cómo era posible que dos tipos tan bregados como Conway y Thomas hicieran semejante estropicio? La respuesta era sencilla: no lo hicieron. Suya es la idea original, pero luego fue pasada por el amable tamiz de un tercer guionista y una productora que malogró una prometedora franquicia con la siguiente adaptación de los personajes de la franquicia howardiana, El guerrero rojo, pero esa es otra historia.

Centrándonos en la novela gráfica, hay que indicar que presenta una estructura general análoga a la de la película: Conan es contratado de la forma habitual –salvando el cuello en el último momento- para escoltar a una joven perteneciente a un culto ubicado en la perversa ciudad de Shadizar en una misión de búsqueda de una joya –el ojo de Ibis- que servirá a su vez para conseguir otra reliquia, el cuerno de Azoth que intitula el cómic en cuestión. La intención del culto, comandado por el padre de la chica, es hacer retornar al dueño de la cornamenta –el socorrido dios de reminiscencias lovecraftianas- aunque para ello tenga que sacrificar lo que más ama y, por supuesto, traicionar a un cimmerio que se tomará el asunto por lo personal. La historia tendrá su clímax cuando Conan batalle con el redivivo Azoth, al igual que en la película, pero pese a todo, tebeo y filme guardan una diferencia fundamental: allá donde la cinta presentaba una historia más luminosa –casi de cuento- la novela gráfica es mucho más oscura, cruel y desapasionada. Shadizar es realmente una urbe corrupta que hace honor a su apodo de perversa; el culto de adoradores de Azoth no está movido por el deseo de poder terrenal que mueve a la reina Taramis sino por el más sibilino y terrible fanatismo religioso; algunos personajes secundarios del cómic evocan a otros de la película, pero afortunadamente no tenemos al carterista gracioso.

El cuerno de Azoth es una curiosidad –bien dibujada por Docherty, DeZuñiga y Vincent- que gustará a la parroquia hyboria habitual y quizá interese a quienes tenga cierto gusto por el cine de bárbaros, ese género que solo tiene en su haber una cinta memorable.

El duelo final
Ilustración de Michael Docherty, Tony DeZuñiga y Tom Vincent

  Edición original: Marvel Comics - 1990 Edición España: Comics Forum – marzo 1996 Guión: Gerry Conway, Roy Thomas Dibujo: Michael Docherty Entintado: Tony DeZuñiga Color: Tom Vincent Portada: Rafael Garrés Precio: 5,98 euros   La zarzuela “Las Majas del Bergantín” narra la historia de los marinos de un navío…
Guión - 7.4
Dibujo - 7.9
Interés - 8.3

7.9

Vosotros puntuáis: 9.4 ( 6 votos)
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katmudah
katmudah
Lector
20 septiembre, 2016 16:27

Qué terriblemente fallida es Conan el Destructor. Y mira que tenía ideas bonitas; Thoth Amon convertido en pájaro de niebla, el diablo de los espejos, el duelo de magos, el monstruo lovecraftiano…No pasaba nada por pasar de una historia de venganza a una historia de aventuras. Pero confundieron ligereza con infantiloide, y lo que es peor, nadie parece creerse la historia que están contando.
Incluso Basil Poledouris suena peor que en la primera peli.
En fin, un mal recuerdo. Seguramente la versión de tebeo sea mejor, pero no dan muchas ganas de intentarlo. Si al menos estuvieran Buscema o Chan…

Dreadstar_TFE
Dreadstar_TFE
Lector
En respuesta a  katmudah
21 septiembre, 2016 0:22

katmudah, yo te la recomiendo, es ampliamente superior a la película… pero hay que admitir que lo tenían fácil con respecto a la película.

De Conan el Destructor sólo salvo la larga pelea a espada con los soldados de la Reina a mitad de película… todo lo demás insufrible.

Y eso que Richard Fleischer había hecho los Vikingos con el Kirk Douglas, era un director de probada solvencia.

En mi casa, cuando éramos pequeños, llamábamos a esta película «Conan y la patrulla hiboria».

🙂