En el mundo del cine se usa el término sleeper para designar a una película que en principio no parece gran cosa, pero termina siendo un éxito de taquilla. Títulos sin grandes nombres asociados, abultados presupuestos o intensas campañas publicitarias, que bien realizan propuestas poco comerciales o parecen una película más de un género determinado, abocados a pasar sin pena ni gloria por las carteleras, hasta que las críticas positivas y el boca oreja de los espectadores las acaba manteniendo mucho más tiempo de lo esperado en las salas de cine, consiguiendo una cuantiosa recaudación que supera las previsiones más optimistas de sus productores.
Si trasladáramos este término al mercado español de manga, sin duda podríamos hablar de Nuestra salvaje juventud como uno de los sleepers de 2019, una obra que llegó sin hacer ruido y que, poco a poco, a medida que avanzaba su historia, se iba colando en las listas de los mejores mangas del año para muchos lectores, a la vez que las recomendaciones entre los otakus animaban a muchos lectores a comprar los tomos para comprobar por sí mismos si las entusiastas críticas eran fundadas. Y es que, una vez más, Milky Way Ediciones ha demostrado tener muy buen ojo para licenciar una obra diferente, que encaja perfectamente en su línea editorial y que ha encontrado su hueco en un mercado cada vez más abarrotado.
Nuestra salvaje juventud es una obra costumbrista que nos sitúa en un típico instituto japonés, en el cual conoceremos a las cinco integrantes del club de literatura, alumnas apasionadas por la prosa y la poesía que se reúnen después de sus clases para compartir lecturas y llevar a cabo pequeños debates sobre ellas. En una de sus sesiones, surge la cuestión de qué les gustaría hacer antes de morir, a lo que una de ellas responde con un lacónico “… sexo”. Esta declaración causará un gran revuelo entre sus compañeras, que se debatirán entre los últimos estertores de su infancia y el deseo de explorar lo desconocido, de seguir avanzando en sus vidas y descubrir nuevas etapas madurativas.
Sonezaki Rika. Es alumna de tercer curso, la mayor del grupo, y ejerce de presidenta del club. Siempre lleva la voz cantante y tiene una gran influencia sobre sus amigas. Tiene una visión muy conservadora de las relaciones amorosas y sexuales, reaccionando de forma desmedida cada vez que surge una conversación sobre ellas.
Hitoha Hongô. Alumna de segundo curso, aunque por su apariencia parece la menor del grupo. Anhela convertirse en escritora profesional, pero siempre debe enfrentarse al rechazo de los editores, quienes coinciden en que su fía prosa es fruto de su inexperiencia y desconocimiento de las relaciones románticas, lo que la llevará a forzar su despertar sexual.
Onodera Kazusa. Alumna de primer curso. Está enamorada de Norimoto Izumi, su mejor amigo desde la infancia, un chico muy popular. Debido a la cercanía que tenían ambos, no ha tenido amigas hasta su ingreso en el club de lectura del instituto, ya que se veía atacada por las chicas que se interesaban en su amigo.
Sugawara Niina. Su atractivo físico ha resultado una gran losa para sí misma, ya que era vista como alguien inaccesible para los demás, encontrando en el teatro un refugio para su aislamiento social. Al igual que Onodera, no había tenido amigas hasta que entró al club de literatura, pero parece que aun así tiene otras prioridades.
Sudô Momoko. De carácter afable y bondadoso, es un gran apoyo para el resto de sus compañeras en los malos momentos. Debido a su personalidad, se deja llevar por sus compañeras y al no haber experimentado sentimientos amorosos con anterioridad, se siente un poco perdida ante el desarrollo de los acontecimientos.
Además de las cinco protagonistas, otros personajes recurrentes serán el profesor Yamagishi Tomoaki, o Milo, tutor del club de literatura; Norimoto Izumi, el amigo de la infancia de Onodera; o Amagi Shun, un compañero de clase de Sonezaki muy honesto y que siente un gran interés por ella.
La repentina irrupción del sexo en las vidas de las chicas tendrá un efecto catártico, pues a partir de ese momento sus vidas ya no serán las mismas. Su despertar sexual, una dimensión aletargada de su ser, les llevará a sentir curiosidad, explorar nuevas emociones, llevar a cabo ejercicios introspectivos para comprenderse mejor a sí mismas y descubrir nuevas aristas de su personalidad, rebelarse ante la autoridad y las normas de la sociedad y, en definitiva, vivir con mayor intensidad. Porque lo que comienzan a hacer las protagonistas a partir del detonante de la historia es desatar su juventud, una condición que se quema a gran velocidad, gastándose con el transcurso de cada día, a cambio de una mayor experiencia y sabiduría.
OKADA Mari se encarga de los guiones de la historia, y aunque se encuentra ante situaciones en las que podría haber emborronado su buen hacer, siempre consigue salir airosa, demostrando una gran sensibilidad, desarrollando perfectamente la idiosincrasia personal de cada uno de sus personajes y relatando con maestría uno de los momentos más críticos de nuestras vidas, una etapa confusa y difícil, clave para el desarrollo de nuestra personalidad. Las experiencias a lo largo de esta etapa varían enormemente de una persona a otra y la autora consigue reflejar este aspecto al mostrar cómo afronta este intervalo vital cada una de las chicas desde su propia perspectiva, e incluso desde el punto de vista de los personajes secundarios masculinos también, entrelazándolos todos para ofrecer a los lectores una visión muy completa de la adolescencia.
El arte de EMOTO Nao no se queda atrás, suponiendo un complemento ideal para la escritura de su compañera. La amalgama de sentimientos que experimentan los personajes de la historia se ve reflejada gráficamente con un dibujo muy expresivo, de cuidado y delicado trazo, que emite una agradable calidez. Como ocurre a menudo con este género, el dibujo deja el diseño de escenarios en segundo plano para centrarse en el de los personajes, el cual resulta ser muy acertado, acorde a las directrices establecidas por el guion y a sus propias personalidades, con un uso de planos y una narrativa que reflejan perfectamente el carácter indomable de esta etapa vital.
Nuestra salvaje juventud es una obra en la que prima la pureza de las emociones y que, ante todo, es coherente con su propuesta durante todo su recorrido, sin recurrir al fanservice, en el que podría haber caído con mucha facilidad, o traicionar su espíritu sirviéndose de innecesarios golpes de efectos. Se trata de un trabajo plagado de virtudes que merece ser descubierto tanto por lectores de manga como por quiénes no frecuenten el cómic japonés. No permitáis que los prejuicios sobre las historias de instituto os priven de una grata, sorprendente y fresca lectura.
El pasado mes de mayo, Milky Way Ediciones publicó el primer volumen de Nuestra salvaje juventud. Se trata de un tomo en formato tankôbon, de 11,5×17 cm, con encuadernación rústica, sobrecubierta y un papel de buena calidad, por lo que no se producen transparencias. Como curiosidad, hay que indicar que los cinco primeros tomos pueden adquirirse con la portada original o con una portada alternativa y, además, el octavo volumen incluye una postal. Estos pequeños detalles son parte del buen hacer de esta editorial y una muestra del mimo con el que han tratado la serie. Si aún no habéis leído esta serie, en la web de la editorial podéis leer un preview que permite hacerse una idea de las bondades de un título más que recomendable.
VALORACIÓN GLOBAL
Guión - 8.5
Dibujo - 7.8
Interés - 8.4
8.2
Despertar juvenil
Nuestra salvaje juventud esconde muchas más virtudes de las que podrían apreciarse a simple vista. Su paulatino descubrimiento por parte de los lectores españoles y sus innumerables aciertos la auparon merecidamente a lo más alto de los rankings de los mejores mangas del pasado año. La unión del buen hacer de cada una de sus autoras consigue que una vez leída toda la historia, nos cueste olvidarnos de sus personajes y sintamos deseos de que se hubiese prolongado más en el tiempo.
Una historia magnífica en guión, dibujo e interés, a falta de leer el último tomo. Una de esas obras que me ha dado mucho más de lo que esperaba.
Compro dos o tres mangas al mes de todas las editoriales pero de Milky Way si publican 8 tomos en un mes acabo comprando 6.
Y Tomodomo también acierta en casi todos los tomos.
Son dos editoriales que me gusta mucho como publican (formatos y portadas) y lo que publican.
A parte Milky Way a la mínima que tienen un fallo en la edición de un tomo pronto le ponen solución (véase la corrección de las sobrecubiertas en tomos posteriores como ocurrió en Riendo bajo las nubes y Given o la retirada de tomos por fallos en alguna traducción como ocurrió con Astra).
Una de las cosas más sosas y aburridas de Mari Okada. Pierdes el interés facilmente y a los dos días te aburres, no tratan casi nada de sexualidad también, solo son situaciones amorosas típicas y clichés que cualquier lector de manga ha leído antes. Nada recomendable sino quieres más de lo mismo, y para eso la escritora tiene otras obras mucho más interesantes, hasta una película.