Noviembre es un mes importante para todos los aficionados a DC. Es un mes importante porque muchos de esos aficionados van a ver cumplido un sueño, uno que nunca pensaron llegaría a hacerse realidad, un sueño que contra todo pronóstico se materializa el viernes 17 de noviembre con el estreno de la película de la Liga de la Justicia. Y como no todos los días se cumple un sueño, creemos que es necesario celebrarlo y hablar mucho de la Liga de la Justicia este mes. Ya venimos dedicándole a tan ilustre grupo una serie de relatos que han ido apareciendo semanalmente a lo largo del mes de octubre y de noviembre, que es cuando concluirán. Sin embargo, queríamos hacer algo más y nos pareció adecuado hablar de nuestras historias favoritas de la Liga, tirar de recuerdos, buscar entre esos cientos de historias y compartir esa que por algún motivo especial nos hizo recordarla por encima de todas las demás. Un ejercicio emocional que queremos compartir con todos vosotros este mes que los sueños se hacen realidad.
Raúl Lopez, Pedro Pascual, Juan Iglesia, Jordi Molinari, Cristian Sepulveda, Victor José Rodriguez y Gustavo Higuero rescatan de su particular baúl de los recuerdos esa historia especial, única y personal. Acompáñanos en este viaje.
¿Cuál es vuestra historia favorita de la Liga de la Justicia?
Hay muchas historias míticas en un histórico grupo superheroico como es la Liga de la Justicia, que tiene más de medio siglo de existencia, y que nos ha regalado historias que quedarán para siempre en el recuerdo de los aficionados al cómic. En ella han plasmado sus ideas y sus pinceles los mejores guionistas y artistas de la historia: Grant Morrison, George Pérez, Marv Wolfman, Geoff Johns, Mark Waid… Y, sin embargo, la historia que he elegido destacar en este artículo es quizás mucho menos conocida, al menos en comparación con la de esos autores:
He de reconocer que, al igual que con Bruce Timm, tengo una enorme debilidad por
La nueva frontera empieza con una histórica bélica y fantástica que es prácticamente imposible que no te atrape desde el primer minuto. Con Los perdedores como protagonistas y como punto de partida, Cooke irá intercalando historias superheroicas con los clásicos personajes de DC Comics de la Golden y Silver Age como Rick Flagg, Adam Strange y los siete clásicos personajes de la Liga de la Justicia que tanto conocemos. Todos ellos tienen un papel y una marcada personalidad en algunos casos muy distinta de la actual y más similar a la de sus orígenes, en una historia que repasa el EEUU de los años 50 desde sus temáticas más sociales con la lucha de los derechos civiles hasta otras más geopolíticas como la carrera espacial o la sensación constante de guerra inminente. Por supuesto, todo ello tiene una trama que hila todas las historias, pero es casi lo de menos estando ante un ejercicio de nostalgia tan bien conseguido en una experiencia irrepetible para cualquier lector. Por supuesto, aparte de Cooke, hay que destacar el magnífico color del galardonado
Para todos aquellos que estén interesados en esta magnífica obra personalmente recomiendo adquirir la edición de ECC, que además es la única en catálogo, publicada recientemente en tapa dura y repleta de extras de todo tipo: desde multitud de portadas, hasta bocetos, anotaciones, un cómo se hizo de la película de animación, así como un número especial que se publicó tras la miniserie y que, si la memoria no me falla, estaba inédito hasta el momento en España. Personalmente, una de las ediciones más completas que he podido disfrutar en mi vida como lector, y sin duda la que merece una obra de la magnitud de La nueva frontera. No es de extrañar por tanto que esta edición en su publicación original de DC Comics ganara dos premios Eisner en 2007 como mejor diseño de publicación y mejor reimpresión, unidos a los otros dos que ya ganó en 2005 como mejor colorista y mejor serie limitada.
Mi relación con la Liga de la Justicia viene de cuando la ya extinta Zinco comenzó la publicación en España de JLI/JLE de Giffen, DeMatteis y Maguire en formato grapa. Ese sería mi primer contacto y tengo que reconocer que no volvería a leer sus aventuras hasta la llegada primero de Grant Morrison para posteriormente reengancharme con Mark Waid. Todas ellas magníficas etapas pero si hay una historia del grupo de superhéroes por antonomasia del universo DC que no me canso de releer esa es Crisis de identidad de Brad Meltzer y Rags Morales, el primero un conocido novelista que ha firmado emocionantes historias como Empate a muerte y quien no duda en colar referencias a los cómics de superhéroes en sus novelas, el segundo un dibujante en alza tras firmar una memorable etapa en JSA y Hawkman acompañado de Geoff Johns y juntos darían forma a esta historia con la que conmovieron al más duro de los lectores, es imposible no leer el primer capítulo y que se escapen algunas (o muchas) lágrimas. Es tan real lo que nos cuentan y como nos lo cuentan que sufrimos por nuestros queridos héroes y aún más por sus familiares más cercanos.
Por qué amigos lectores, Crisis de identidad va justo de eso, de como los héroes no sólo arriesgan sus vidas enfrentándose a peligrosos villanos, sino que exponen a sus parejas, sus padres, sus hijos a merced de un error que ponga en jaque uno de sus bienes más preciados, aquello que separa su vida civil de la superheróica, su identidad secreta. ¿Qué pasará cuando esta deje de serlo? A esta pregunta responde esta miniserie en siete capítulos llena de giros y con una resolución final tan sorprendente como satisfactoria.
Crisis de identidad es mucho más que una magnífica historia de héroes y villanos, ahonda en un problema pocas veces tratado y lo hace con una sensibilidad pocas veces vista consiguiendo que el lector empatice desde el primer momento y sufra ante la injusticia que se desarrolla deseando que Superman, Batman, Green Lantern y el resto de héroes de la Liga den con el asesino que ha puesto en jaque sus vidas.
Si he conseguido convencerte de que le des una oportunidad a esta historia decirte que es fácilmente localizable pues ECC Ediciones la reeditó en un magnífico volumen en tapa dura a finales de 2015.
Para mi la Liga de la Justicia es el súperequipo por excelencia del Universo DC. Es la selección definitiva de superhéroes compuesta con los más grandes protectores de la humanidad. Por ello, tiene que estar formada por los personajes insignia de la casa: Superman, Batman, Wonder Woman, Aquaman, Flash, Green Lantern y Detective Marciano.
La saga de la JLA escrita por Grant Morrison a partir de enero de 1997 es mi favorita de la Liga. Resultó un regreso a la formación original, con los Siete Grandes reunidos de nuevo para salvar la Tierra de una amenaza alienígena, un punto de partida que hace que se me pongan los pelos de punta solo de pensarlo, me emociona y me encanta volver a leerla. El autor escocés escribió la serie hasta el número 41, dejando unos cuantos arcos argumentales de gran calidad para el recuerdo. Pero, de todos ellos, voy a destacar el primero, conocido en USA como New World Order, integrado por los cuatro primeros números.
Esta historia cuenta la repentina llegada del Hiperclan, un interesante equipo de alienígenas que se presentan al mundo como los salvadores de la humanidad. Cuentan que el objetivo de su presencia en la Tierra es liberarla de la devastación, opresión, la injusticia y la maldad de los hombres para poder salvarla, como han hecho con otros mundos, para evitar que pase como en el suyo. Enseguida Superman se muestra reacio a la actitud de estos seres, que con su discurso consiguen meterse a la humanidad en el bolsillo, más aún después de convertir el desierto del Sáhara en zona fértil a base de transportar enormes cantidades de tierra y provocar la lluvia usando sus poderes de fuerza, vuelo, velocidad y energía eléctrica de forma combinada.
Tras estos acontecimientos, el lector puede llegar a pensar que realmente tengan buenas intenciones, aunque su actitud sea autoritaria…pero pronto se descubre el verdadero objetivo del Hiperclan. Al comienzo de esta serie, los integrantes de la vigente Liga sufren un doloroso infortunio que les incapacita para hacer frente a la amenaza, lo que obliga a los Siete Grandes a juntarse y hacer frente a la amenaza.
El desarrollo del argumento deja unos cuantos puntos álgidos que dan intensidad a la historia, como el sacrificio de Metamorpho para salvar a sus compañeros, que es el momento más emotivo. El control de los miembros del Hiperclan de la opinión mediática de la humanidad, poniéndolos de su parte y haciendo que los verdaderos superhéroes estén vistos como unos inútiles; el uso del raciocinio y la inteligencia de los héroes, antes que la fuerza, para hacer frente a las distintas amenazas en las que se encuentran; la perfecta organización del equipo y la división de tareas y, como no, el desenlace final que desenmascara a los alienígenas, hacen de ésta una maravillosa y disfrutable aventura de la JLA. Además, hay pequeños detalles como el team up de Flash y Green Lantern, que dejan momentos entrañables.
No sé si es más el significado que este primer arco argumental tuvo en la historia del equipo o la serie en sí, pero resulta que, para mi, es mi historia favorita de la Liga de la Justicia.
Ningún lector de DC Comics desconoce la historia que narraron
En mi opinión, lo que tres años más tarde hace el propio Fox, esta vez con Mike Sekowsky a los lápices, en una historia no tan reconocida por los lectores como es Justice League of America#29-30, es aún más importante que el cómic de Flash, debido a la conciencia de lo que se está realizando, así como por crear una tercera tierra, en la cual, ya no habitan personajes conocidos, sino versiones malvadas de los héroes.
Hay que recordar, que justo un año antes, en Agosto de 1963, Fox y Sekowsky, trajeron de vuelta, tras doce años de ausencia, a la JSA, dentro de Justice League of America#21, bajo el título de Crisis en Tierra 1. En el siguiente número, ambos grupos colaborarían en Crisis en Tierra 2, y al año siguiente, Crisis en Tierra 3, cómic que en lugar de ser un mero crossover o un modo de encajar los clásicos personajes con los actuales héroes, sirve para crear nuevos personajes, pero está vez como malvados, así como para llevar a otro nivel el concepto de Multiverso. Por ello, para un servidor, Justice League of America#29 no es donde se crea el multiverso, pero si donde se apuntala.
En cuanto al contenido del cómic, recordar que en la primera página, se nos muestra los nuevos personajes de la nueva Tierra: Superwoman, Owlman, Ultraman, Johnny Quick y Power Ring. En la segunda, como un factor más a sumar para aquellos que consideran a Flash el personaje más importante de DC, se puede ver las diferentes acciones que realizan los Flash de Tierra 1, 2 y 3, mientras los dos primeros protegen, el tercero es un ladrón. Y en la tercera, son Superwoman y Power Ring los malhechores. Es en la cuarta, donde el desconcierto ante lo visto se nos explica, indicando que en Tierra 3 los sucesos históricos fueron muy distinto, siendo una Tierra, donde los superhéroes no han constituido una sociedad o una liga de la justicia, sino ¡un sindicato del crimen!
Da igual el momento en el que uno lea este cómic o cualquiera donde aparezcan estos personajes de Tierra 3, siempre genera un impacto ante el cambio de conceptos, ante el descubrimiento de que en una Tierra, aquellos que tienen los mejores poderes son los malos ¡A quién no le puede gustar eso! Y más aún, a alguien como yo, que durante mi infancia siempre quería que ganasen los malos, por cambiar, porque no fuese siempre lo mismo.
Pero esta novedad, no es la única de la historia, pues Fox, con la intención de innovar, de alejarse de los parámetros establecidos, en lugar de contar en un número los enfrentamientos de las diferentes versiones con un mismo poder, escribe un número doble, donde la pelea inicialmente es entre héroes con distinto poder: Flash vs Ultraman, Batman vs Johnny Quick, Power Ring vs Superman, Owlman vs Green Lantern, con la excepción de Wonder Woman vs Superwoman. Dejando la pelea esperada, para el clímax final. Y si a estos ingredientes se le añade la siempre especial aparición de la JSA, el concepto de Volthoom y el desenlace final, uno no puede más que maravillarse ante estos dos números.
En definitiva, un par de cómics muy entretenidos e impactantes, con una interesante historia donde la JSA y la JLA han de trabajar juntos para hacer frente, no aún villano o un equipo de villanos, sino a su versión vil, el Sindicato del Crimen y que es la llave que abre nuevas puertas del multiverso, incluso podría esgrimirse, que es el origen o germen del actual Dark Multiverso.
Sin duda, Justice League of America#29 – 30 es una pieza de obligada lectura para entender el universo DC, además de ser ejemplo de lo que ha de ser un crossover ¡Leedlo si aún no lo habeís hecho, pues os va a encantar!
La Liga de la Justicia siempre ha sido especial para mí. No sé muy bien el motivo. Creo que es porque desde el principio me resultaron un grupo inaccesible y fascinante, como una leyenda medieval. Me explico. Mi afición por los cómics data de la segunda mitad de los ochenta. Como cualquier aficionado que da sus primeros pasos tenía un poco de todo: Spiderman, Los Vengadores (entonces mi grupo favorito), por supuesto Superman, Batman…
¿Y la Liga? La Liga no existía. Ni siquiera se publicaba cuando empecé a leer tebeos. No fue hasta finales de los ochenta que supe de la JLI de Giffen y DeMatteis. Recuerdo verla anunciada en una contraportada y comentarlo con amigos. Como siempre que hay varios personajes el reto era identificarlos. Apenas conocíamos a alguno a parte de Batman. No parecía muy prometedor. Sin embargo, tras leer varios números caí rendido ante sus payasadas y su buen ritmo. De hecho, para mi hermano, compañero de afición, esta es La Liga. Su Liga. En mi caso no fue así. Pronto supe que esta Liga no era más que una nueva encarnación de otra Liga. Una Liga olvidada, inexistente en la «Nueva DC». ¿Qué otra Liga era esa? La llamaban la de los “Siete Grandes”. No sabía nada más de ellos, pero ya era mi Liga.
No había manera de leer sus aventuras. Sólo podía seguir su rastro a través de algunos artículos de la edición de Zinco de Crisis en Tierras Infinitas o en los resúmenes de la serie clásica que se incluyeron en la colección de la JLI. En ellos podía vislumbrar lo que había sido la vieja Liga en el Universo DC pre-Crisis: el Multiverso, la Silver Age, los cruces JLA-JSA, etc. También podía intuirla en los juguetes de Super-powers o en la serie de Super-friends. Todos estos vestigios de un mundo perdido no hacían más que alimentar mi intriga y aumentar mi predilección por esa pretérita y olvidada Liga, totalmente mitificada e idealizada en mi cabeza.
Pasaron los años. Justo cuando llegó Grant Morrison para actualizar la Liga clásica me estaba distanciando de la afición y pasé de largo por la serie. “No están Hal ni Barry, no me gustan las ediciones de Vid, el dibujo es malo”, me autojustificaba. Siguieron pasando los años y salieron unos recopilatorios con los cruces JLA-JSA. Seguía despegado de la afición, pero nunca dejé de pasar por las tiendas y hojear las novedades. Cogí el primer recopilatorio con sumo interés… y lo dejé espantado. Tras casi diez años sin abrir un tebeo, darte de bruces con Gardner Fox y Mike Sekowsky no es lo más recomendable. Sin embargo, cuando retomé la afición, de lo primero que hice fue comprar toda la JLA de Morrison, los tres volúmenes de Crisis en Tierras Múltiples y el tomo de la Liga de George Pérez, que contiene la saga Crisis entre dos tierras. Los disfruté como un enano.
Con esto entro de lleno en el cómic que justifica este artículo. A buenas horas.
Esta saga es en mi opinión la mejor de la serie clásica. A pesar de usar unos ingredientes sobre-explotados, Conway supo utilizarlos mejor y combinarlos de una manera menos elemental. Así, se aprovecha de las características de los personajes que componen los inevitables sub-grupos para que sus historias sean diferentes y no repetitivas: unas tienden más a la pura acción, otras a la intriga o al drama. El dibujo creo que es el mejor que hubo en la serie. Sin ser el mejor Pérez, parece algo apresurado, consigue transmitir lo imprescindible para una colección de la Liga: fuerza, poder, presencia.
La Liga es un poder tan enorme que siempre convoca a su alrededor otros poderes semejantes con los que colaborar o confrontar. En este caso, los Nuevos Dioses. Su presencia además plantea un escenario interdimensional que es el hábitat natural del grupo. Sólo falta, quizá, algún devaneo metafísico sobre los intersticios dimensionales y una buena batalla final de «todos contra el malo».
Por último, el villano. Por sus características y dimensiones Darkseid es el villano perfecto para la Liga. De la serie clásica salieron algunos villanos decentes, pero su diseño solía ser ridículo. Con Darkseid estamos realmente ante una «amenaza definitiva». Además, le da un entrañable toque a Super-friends/Super-powers, lo que no es un detalle menor: esta saga se consideró por un tiempo como base de la película de la Liga, lo que da prueba de su potencial y versatilidad.
En suma, tres números que sintetizan lo mejor de la Liga clásica. Mito e ideal, aunque sólo sea en mi cabeza.
Cuando empecé en esto de leer comics la Liga de la Justica ya llevaba unos cuantos meses en marcha. La serie con la que empecé a leer historias de la Liga no fue la de la Liga de la Justicia de Giffen y DeMatteis… bueno, en realidad sí que es la Liga de la Justicia de Giffen y DeMatteis, salvo que no era la encarnación con Boster Gold, Blue Beetle, Batman, Guy Gardner y compañía; no, mi Liga fue otra, fue la Liga de la Justicia de Europa, la del Capitán Atom, Flash, Animal Man, Power Girl, Rocket Red 7, Elongated Man y Metamorfo.
Puede que por ser mis primeras lecturas de la Liga sean mis favoritas, pues más tarde pude leer muchas más aventuras de este importante grupo del Universo DC, pero de entre todas las que JLE experimentó en su edición de Zinco, la que más me impresionó y la que me viene siempre a la memoria cuando me preguntan por mi historia favorita, es la que corresponde a los números 11 y 12 de la JLE.
Son dos números centrados en la figura de Metamorfo que, al enterarse de que es padre, se obceca en conocer a su hijo. Rex es un gran personaje y permite a los autores desarrollar una trama en la que la acción, el drama y el humor más rancio (que nos llega de la mano de Guy Gardner) se dan la mano de forma magistral. Metamorfo es uno de mis personajes favoritos, un segundón que ha gozado de dos grandes momentos en su historia, el primero cuando formó parte de los Outsiders de Batman y el segundo en esta encarnación de la Liga y en estos dos números, donde asume el protagonismo por completo, está simplemente soberbio.
Rex es muy intenso, muy pasional, muy sencillo en sus emociones. Para él ver a su hijo es un acto de justicia, se lo debe, por lo que hace lo que hay que hacer sin importar las posibles consecuencias que Stagg pueda plantearle. La primera de ellas es enfrentarlo a los Metal Men y la segunda es el propio Guy Gardner. Se trata de la reunión de una familia, una familia rota por la ambición y el odio que Stagg le profesa a Rex.
La situación se desmadra como es habitual en la serie, pero lo hace mucho más centrada en el drama emocional que en el humor de sitcom de la que hace gala su serie hermana. Rex descubre que su vástago ha heredado sus poderes, pero invertidos. Él no se transforma en elementos químicos, sino que transforma toda aquella materia orgánica que entra en contacto directo con su piel en productos químicos. Un emocionante relato que recalca sobre todas las cosas, el posible aislamiento del niño debido a sus poderes y que anhela lo que todo niño en tan tierna edad, el cariño incondicional de sus padres.
Un relato que me fascinó por su desarrollo, su puesta en escena, con un Metamorfo imponente (el dibujo de Bart Sears es simplemente de otro mundo), poderoso, duro, decidido, capaz de derrotar a cualquiera que se le ponga por delante. Giffen y DeMatteis me regalaron la que hoy por hoy me parece la mejor historia de Rex Mason, alias Metamorfo, y de paso mi historia favorita de la Liga de la Justicia.
P.D: Una historia que pude leer en verano, durante las vacaciones escolares, de forma repetitiva debido a una aparatosa caída por las escaleras que me produjo un esguince considerable.
Mi voto va para el » New World Order» de Victor José, debe ser que la tierra tira.
Fue mi segundo cómic de DC. Tras años de leer solo cómics Marvel, el mudarme a una nueva ciudad y por tanto a una nueva tienda de cómics, me hizo decidirme por intentar empezar con DC.
La primera recomendación fue: lee Batman. Pero estaba en medio de un cruce, no recuerdo si «No man’s land» o alguno parecido, y no entendí nada.
En un segundo intento, cayó en mis manos el tomo recopilatorio de «Nuevo orden mundial» y ver a Batman encargarse él solo de todos los malos con una cajita de cerillas fue una revelación.
Y desde entonces ahí seguimos.
Otras grandes sagas son la Torre de Babilonia, escalera hacia el cielo o nueva frontera.
Nada de los últimos años, me apena decir.
Ah, y la saga de «new world order» acabó en casa también en formato cómic book americano, porque mira que era mala la edición en neutro de aquella época, tras encontrármela en un tienda de Edimburgo sola y abandonada. Y ahí está, a la espera de que algún día Morrison se cruce en nuestro camino y los pueda autografiar.
¡qué emocionante este artículo! por suerte tengo muchos años de leer comics, empezando en mi niñez con los de DC que publicaba la editorial Novaro en méxico que era lo único que llegaba a Uruguay en los 70s y con ellos, descubrí a la JLA («campeones de la justicia», jajaja) y me maravillé cuando aparecieron los de la Tierra 2 (que debería ser la uno, cronológicamente hablando), con el suntuoso nombre de «Defensores de la Justicia». De esa etapa coincido que los primeros crossovers entre Tierra eran los más interesantes (imperdible los dos tomos de la recopilación «Crisis on Multiple Earth»). La adolescencia (inocencia) dio paso a la juventud y de repente en el final de los 80s la JLI, JLA y JLE de giffens y compañía cambió todo con su humor y nuevos personajes atrapantes Booster Gold, Blue Beetle, Ice, Fire, etc. Bajón importante al inicio de los 90s, hasta la reaparición con Morrison, pero para mí es en 2004, cuando aparece el pico de calidad y sorpresa de la larga vida de este grupo, con Identity Crisis, donde por primera vez los heroes casi dioses, se vieron enfrentados a sus miedos humanos. Actualmente la JLA no es de lo mejor en comics, más bien lo opuesto, pero seguramente vendrá una nueva etapa con historias mejor contadas o más innovadoras. Y para cerrar del todo de acuerdo con los comentarios de «La nueva Frontera», realmente otro hito de calidad.
Muchas gracias por el articulazo. Yo empecé a leer DC con Zinco cuando lo que molaba no era la Liga de la Justicia, sino Batman y los Outsiders.
Dicho lo cual, Mis etapas favoritas son: Toda la etapa de Grant Morrison, la JLI de Giffen, deMatteis y Maguire, El Clavo de Alan Davis y The New Frontier de Cooke. Curiosamente , estas 2 últimas Elseworlds.
¿No hay más sagas clásicas de la Liga que plantar encima de la mesa? ¿Hay que ir desde Morrison hacia atrás?
Clásicas en el sentido estricto de la palabra no, pero si te refieres a clásicas en plan míticas mismamente La nueva frontera independientemente de ser un Elseworld es posterior a Morrison. Si te refieres a sagas como tal de colecciones regulares yo soy un gran defensor de la Justice League de Johns, o de la de Mark Waid que tiene un par de historias realmente buenas. ¿Cuál es tu preferida?
Me gusta la JLA de Morrison porque es la sublimación del cómic de súpers por excelencia, que es la JLA, y me gustaría saber cuál es el germen de todo eso; pero bueno, esto es una lista de favs, no de best, y ya han salido un par, además.
Exacto AlbierZot, en realidad esa es la idea del artículo, una lista de nuestras favoritas más que una lista de indispensables, históricas o más influyentes, que a veces va unido, pero no siempre según el caso particular de cada uno.
Mi voto va a la jla de Joe Kelly y Doug Mahnke.
Articulazo!!!!!
Es interesante como este tipo de artículos, que te proponen como lector el ejercicio de decidir, te lleva irremediablemente a las etapas que a uno le parecen más relevantes. Si debo elegir, es más por nostalgia que elegiría la saga de Apokolips de la JLI, la cual leí en versión Perfil en Argentina, con la presentación de todo un mundo nuevo para mí como fue Apokolips y sus personajes, además de la que se convertiría en una de mis heroínas favoritas, Ice, no tanto por su poder sino por la construcción magistral que de ella hicieron en aquella época, o la saga de los Extremistas de la JLE,. Pero, también admitir que Crisis de Identidad me rompió la cabeza, sobre todo por lo que representó en su momento y sus consecuencias, especialmente para Ralph o Tim. También, DC 1000000, y la historia de la liga a lo largo de los milenios. O Kingdom Kome, y esa liga crepuscular. En fin, un millar, que convirtieron desde siempre a la Liga y sus integrantes en uno de mis grupos favoritos.
Lo que queda claro es que muy poca gente ,en España al menos, se ha leído la Liga pre-Crisis, si quitamos los recopilatorios aquí mencionados: los crossovers con JSA y la etapa Pérez. Comencé a leer el artículo con la vaga esperanza de que alguien recomendara algo q no fuera lo aquí expuesto, lo cual me lleva a comprobar lo anteriormente dicho, y que en España se necesita una edición formato «Omnigold»(o como les de la gana llamarlo rn ECC) que recopile la Liga clásica.