Para el 15 cumpleaños de Zona Negativa Raúl López nos comentó a los redactores que con motivo de celebrar una fecha tan señalada eligiéramos esos artículos que siempre hemos querido escribir desde que estamos en la web. En mi caso, un breve pero intenso espacio de tiempo desde que realizara mi primera colaboración en el mes de Marzo del presente año dentro de la redacción de cine. Cuando nuestro administrador nos ofreció esta entrada tan especial decidí debutar como redactor de cómics y dos obras vinieron en milésimas de segundo a mi mente. Una era la soberbia etapa de Garth Ennis en la colección Punisher MAX y la otra la que el célebre y polémico guionista escocés Grant Morrison ideó para los hijos del átomo con sus Nuevos X-Men, que es finalmente el trabajo que he elegido para esta ocasión tan destacada y la pieza dentro del mundo del cómic que me sirve para escribir mi primera reseña sobre una producto inscrito en el noveno arte. Pero primero tenemos que hablar de los principales implicados en esta etapa tan importante para el que suscribe y otros cientos de miles de lectores.
Joe Quesada, un hombre del siglo XXI
Joe Quesada fue el nombre clave para el lavado de cara que sufrió Marvel Comics a principios de la década pasada. La Casa de las Ideas venía de una crisis que le obligó a vender los derechos cinematográficos de muchos de sus personajes clásicos (Spiderman, X-Men, Los 4 Fantásticos, Ghost Rider, Punisher, Daredevil) e incluso volver a reclutar en sus filas a aquellos dibujantes superventas (Rob Liefeld y Jim Lee), que en la primera mitad de los 90 abandonaron la editorial y fundaron el sello Image, para dar forma a la (muy) olvidable saga Heroes Reborn/ Heroes Return. Por eso el co creador de Azrael decidió dar un giro de 180º a Marvel para afrontar con aires renovados el nuevo mileno. A día de hoy le podemos echar muchas cosas en cara al trabajo como editor jefe de Marvel de Joe Quesada, como ser uno de los principales instigadores de aquella saga llamada One More Day (el “mefistazo” para entendernos coloquialmente entre nosotros) que a día de hoy sigue coleando e impidiendo que nuestro trepamuros favorito vuelva a ser el de siempre. Pero cuando dio sus primeros pasos como cabeza visible de la editorial tomó algunas muy sabias decisiones. Entre ellas elegir al guionista y director Kevin Smith para que debutara en el mundo del noveno arte como escritor con la colección Daredevil: Marvel Knights, que el mismo Quesada se ocuparía de dibujar, dentro de ese mismo sello poner a Garth Ennis a los mandos de un personaje como Punisher, que estaba hecho a su medida y que el irlandés llevó a cotas de perfección nunca antes alcanzadas por Frank Castle con su paso al sello MAX para lectores adultos, o por otro lado hacer pleno al elegir al guionista de cine y televisión J.Michael Straczinsky para guionizar una de las más conseguidas etapas de Spiderman (hasta que llegó la ya mencionada One More Day) y sobre todo arriesgar muchísimo cuando contrató los servicios del escocés Grant Morrison para reinventar a los hijos del átomo que en 1963 creara el tandem Stan Lee Jack Kirby.
Grant Morrison y Frank Quitely, scottish connection
«Me voy para quitarme este mierdoso sabor de boca que me ha dejado la compañía que una vez quise tanto». Estas son las declaraciones que el guionista nacido en Glasgow, Grant Morrison, dedicó a la editorial DC después de una larga andadura conjunta llena de éxitos como Batman: Asilo Arkham o su etapa en la JLA y ya dentro del sello Vertigo (donde realizó el grueso de su obra para dicha editorial con la ayuda de la añorada editora Karen Berger) con obras como Kid Eternity, Doom Patrol o Animal Man. Las rencillas con la cúpula de la casa donde moran superhéroes como Batman, Superman, Wonder Woman o Green Lantern se recrudecieron con el paso de los años, por ello el guionista escocés decidió abandonar el barco. Precisamente su etapa en la Liga de la Justicia Americana fue la que seguramente llamó la atención de Joe Quesada para decidir que el futuro autor de Action Comics o Joe, el Bárbaro se hiciera con las desbocadas riendas de los X-Men con una nueva serie que él mismo diseñaría. En tan complicada empresa le ayudaría el ilustrador Frank Quitely, su íntimo amigo, paisano y habitual colaborador en algunas de sus mejores obras como Batman & Robin, Flex Mentallo, Los Invisibles o WE3. Este dibujante escocés comenzó a destacar a principio de los 90 con obras como la etapa de Mark Millar en The Authority, Batman: Scottish Connection con guión de Alan Grant y ha llegado a lo más alto con trabajos magistrales como All Star Superman, del mismo Grant Morrison, o grandes éxitos editoriales como Jupiter’s Legacy de Mark Millar para Image. Su relación con el autor de Batman e Hijo fue la que le permitió formar parte de la nómina de dibujantes de esta Nuevos X-Men que nos ocupa y realizando con ella un trabajo colosal que sólo se vio ensombrecido por su ausencia en la mayoría de arcos argumentales ocupando su lugar otros artistas que (unos mejores y otros peores) nunca estaban a su altura, dejando a la serie coja en lo que a sus lápices se refiere.
Los X-Men en los 90, Días del Pasado Futuro
Los años 90 fueron un tanto desconcertantes en lo que al universo comiquero mutante se refiere. Durante la primera mitad de dicha década Chris Claremont mantuvo en la cresta de la ola (más en lo comercial que en lo artístico, la marcha de John Byrne a los lápices se hizo notar) a los X-Men cuando formó tandem con el dibujante coreano Jim Lee. Juntos dieron forma al que sigue siendo a día de hoy el comicbook más vendido de la historia del medio (cuenta la leyenda que superó el millón y medio de ejemplares vendidos) aquel número 1 de X-Men que supuso una nueva etapa para los alumnos de Charles Xavier. Por otro lado el inefable Rob Liefeld hizo lo propio cuando tomó las riendas de Los Nuevos Mutantes para convertirlos en los X-Force comandados por Cable. Los personajes musculados con armas gigantescas y las mujeres estilizadas hasta lo anatómicamente imposible protagonizando historias reducidas argumentalmente al mínimo exponente ofrecieron enormes dividendos a Marvel Cómics, pero también dieron inicio a un cáncer (que se extendería a lo largo de la década a otras colecciones y editoriales) del que conseguimos curarnos hace relativamente poco. Pero centrándonos en la Patrulla X, la década que vio llegar a lo más alto al grunge, los cds y Quentin Tarantino puso en tierra de nadie a los personajes creados por Stan Lee y Jack Kirby. Por mucho que autores como Carlos Pacheco, Alan Davis, Fabian Nicieza o Terry Kavannagh se pusieran a los mandos de las distintas colecciones, los hijos del átomo se encontraban ante un futuro incierto y sagas como La Guerra de Magneto o la inefable Onslaught no ayudaban a encarrilar el porvenir de nuestros homo superiors. Por eso en la década de los 2000 nació la serie que nos ocupa, que reinventó a unos estancados X-Men utilizando, paradójicamente, antiguos recursos argumentales y estilísticos conocidos por todos los que llevamos años leyendo las historias de Cíclope, Tormenta, Lobezno y cia, siempre pasados por el filtro del autor de Multiversity.
Nuevos X-Men, no menos que fabulosos
Cuando Grant Morrison fue asignado para poner las primeras piedras de lo que fueron los New X-Men salió a la luz lo que se llamó “El Manifiesto de Morrison” o lo que es lo mismo, una carta a manos del escocés dirigida a los jefazos de Marvel en la que se desgranaba todo lo que funcionaba y lo que no en los X-Men cuando el cogió las riendas de los personajes y lo que según su punto de vista creía que había que poner en práctica para revitalizar su universo. Como muchas veces sucede con las declaraciones del autor de El Asco sus ideas en bruto parecen mucho más superficiales e intrascendentes (su mención a que los personajes deberían llevar uniformes parecidos a los que vestían los personajes de la película de Bryan Singer del año 2000, que las historias que se narraran deberían tener un componente cool que atrajera a lectores jóvenes) y si uno lee dicho manifiesto antes de degustar la colección puede no menos que arquear una ceja pensando que una vez más el guionista escocés ha vuelto a experimentar con sustancias dopantes. Pero como hemos mencionado, por suerte, lo plasmado en viñetas supera con creces a lo que el mismo Morrison expuso en esta declaración de principios a modo de texto explicativo. Los alumnos de Charles Xavier vivieron junto al guionista de Glasgow una de sus etapas más memorables desde la que forjaran a hierro y fuego los añorados Chris Claremont y John Byrne de los años 80. A continuación hablaremos de todos y cada uno de los arcos argumentales de la etapa, mencionaremos sus influencias y características y finalmente ofreceremos una opinión personal sobre esta primera fase de la colección ideada por Grant Morrison y sus compañeros.
E de Extinción, cambiar todo para que nada cambie
En el mes de mayo del año 2001 la colección debutó con su primer arco de tres números titulado E de Extinción (¿guiño en el título a V de Vendetta de Alan Moore?) dibujado en su totalidad por Frank Quitely, habitual colaborador de Morrison en su larga etapa en el sello Vertigo de DC. Esta primera incursión del autor de Seaguy es una declaración de principios. Mediante la presentación del personaje de la nueva villana Cassandra Nova, Morrison lleva a cabo un genocidio comandado por esta para acabar con todos los mutantes, gobernados por Magneto, que habitan en la isla Genosha. Dicho exterminio (ejecutado con la ayuda de un sobrino de Bolivar Trask, creador de los centinelas) de dieciséis millones de homo superiors sirve como terremoto argumental para empezar de cero e incluir en las filas de la Patrulla X al personaje de Emma Frost, que se revelará como uno de los mejores de toda la etapa y al que más partido sacará el escocés. Con la ayuda de un Frank Quitely impecable estos Nuevos X-Men se alejan del matiz más superheróico de las colecciones previas para entregarse a los brazos de un tono high tec propio de literatos como William Gibson, Orson Scott Card o Philip K. Dick o de autores dentro del mundo del cómic como el Warren Ellis de Transmetropolitan, The Authority o Planetary, equilibrando por medio del guión el peso de todos y cada uno de los personajes principales y perfilando sabiamente sus ya conocidas personalidades para que sean reconocibles para el lector habitual. E de Extinción es una obertura intachable, un ejercicio de cohesión narrativa y la punta de lanza de una etapa de más de 20 arcos argumentales y superando la cuarentena de números que nos deparan más de una agradable sorpresa.
Salas de Peligro, en las entrañas de la bestia
El repentino regreso de Cassandra Nova por un inesperado medio le sirve a Morrison, con la ayuda de un competente Ethan Van Sciver a los lápices, para interiorizar durante este arco de una sola entrega en la psique de Hank McCoy, alias Bestia. El guionista de Batman: Gothic sabe diseccionar al escalpelo el matiz torturado del mutante de pelo azul y el miedo que le produce su involución animal que le aleja cada vez más de su antigua humanidad. También se permite Morrison realizar un acertado paralelismo entre Hank y Pico, uno de los alumnos de la Escuela Xavier que es sólo uno de los varios personajes que el de Glasgow va a crear para dar forma a varias subtramas en las que, como comentaremos más tarde, ahondará en algunos temas recurrentes en su carrera como escritor
Generación sin Gérmenes, la tercera especie
Nuevo arco de tres entregas en el que se presenta el personaje del empresario John Sublime obsesionado con ser mutante apoderándose del Gen X de los alumnos de la Escuela Xavier acompañado a su vez por sus colaboradores, los Humbres U que buscan el mismo fin que el filántropo. En esta historia Morrison incide en uno de los temas que serán más utilizados en su etapa al frente de la colección. La idolatría hacia todo lo relacionado con la mutación como algo de moda entre ciertos sectores de la juventud. El guionista se deja imbuir por la influencia de su venerada contracultura en su narrativa para utilizar de manera original a los mutantes dándoles, desde el punto de vista de algunos humanos obsesionados con ellos, un perfil propio de estrellas del rock. Un nuevo personaje secundario debuta en la primera entrega de este tríptico, la joven homo superior Ángel, que en un futuro utilizarían Mathhew Vaughn y Jane Goldman en la muy destacable X-Men: Primera Generación. También podemos ver en las últimas páginas del tercer número las primeras muestras de que Fénix está de nuevo despertando en el interior de Jean Grey, concepto sobre el que girará gran parte del núcleo argumental de toda la etapa. En el apartado artístico comienza la debacle, ya que si el primer número está realizado con bastante profesionalidad por Ethan Van Sciver, el croata Igor Kordey llega a la colección para desequilibrar brutalmente los dibujos de la misma. Según parece el ilustrador de X-Treme X-Men o Cable se encontraba saturado de trabajo cuando se le asignó realizar varios números de Nuevos X-Men y por desgracia eso se deja notar en su labor repleta de anatomía hipertrófica y confusión narrativa que en momentos puntuales de su paso por la serie tendría repuntes de mejoría, pero que en líneas generales no superaría la barrera de una más que contrastada mediocridad.
Silencio: Rescate Psíquico en Marcha, un viaje alucinante
Diciembre de 2001 fue el mes mudo en Marvel Cómics, por eso todas las colecciones de la editorial incluyeron un número completamente sin diálogos. Sin miedo a equivocarnos podríamos afirmar que el que idearon Grant Morrison y Frank Quitely para Nuevos X-Men fue el mejor de toda la hornada. En sólo 24 páginas el dúo de escoceses volvió a marcarse una pequeña obra maestra del noveno arte narrando el viaje psíquico que Jean Grey y Emma Frost emprenden dentro de la mente del Cassandra Nova (habitada ahora por la del profesor Xavier) para conocer el origen de la villana. Con influencias que van desde Sigmund Freud a H.P Lovecraft o Clive Barker, un humor inesperadamente acertado y un trabajo en los lápices sencillamente desarmante Silencio: Rescate Psíquico narra la peculiar primera batalla de Charles Xavier contra Cassandra Nova de la que no desvelaremos más detalles por si hay algún lector despistado que aún no se ha enfrentado a esta pieza de orfebreria del cómic moderno. Como nota curiosa debemos apuntar que el cómic hace trampa (“trampas” más bien, si contamos las letras escritas con sangre verde de una de las criaturas) al incluir dos bocadillos de diálogo en la última splash page del número, pero la sentencia espetada por Jean Grey en ese momento es tan impactante y coherente con el resto de lo narrado que sería de necios disgustarse por la pequeña licencia que se tomaron Morrison y Quitely por llevarla a cabo.
El Hombre del Cuarto X, un nuevo X-Men
Este número anual en formato apaisado utiliza una historia de espionaje que pareciera inspirada en Misión Imposible 2 de John Woo para ofrecer un relato de acción en bruto que da una versión estilizada de lo que guionistas como Fabian Nicieza o Jeph Loeb idearon en los 90 para la colección X-Force. Incluso Morrison, acompañado por un cumplidor pero en ocasiones algo confuso Lenil Francis Yu, rescata el personaje de Dominó para darle un rol de considerable importancia en el número. Pero la principal misión de esta historia es presentar al, posiblemente, personaje de nuevo cuño más importante de todo el run de el autor de Batman R.I.P con los X-Men. Hablamos como no puede ser menos de Xorn, el mutante con una estrella solar por cabeza que es liberado de su prisión en Pekín para posteriormente formar parte de las filas del Instituto Xavier de Enseñanza Superior. Varias veces comentaremos la naturaleza y futuro de este nuevo rol, que es responsable de algunos de los mayores aciertos, y por otro lado origen del más destacable fallo, de estos Nuevos X-Men.
Imperial, la venida de los Shi’ar
En este número comienza la inclusión en la trama de la llegada de la Emperatriz Lilandra y el imperio de los Shi’ar. Morrison acentúa el tono de space opera a lo Jim Starlin de su labor con la colección y mientras los X-Men investigan cómo pueden vencer a Cassandra Nova (que ahora posee el físico del profesor Xavier, mientras Charles permanece en el moribundo cuerpo de la villana) se ocupa de profundizar con inteligentes pinceladas en la mente de sus protagonistas. Por primera vez se confirma que el escocés siente predilección por Emma Frost y le regala algunos de sus mejores diálogos, también se ocupa de seguir mostrando los temores de Hank MacCoy con respecto a su ya mencionada involución, acentuada por el ataque psicológico al que previamente le sometió Cassandra Nova y sobre todo comienza a poner las primeras piedras de la crisis sentimental y personal en la que se adentrará el matrimonio Summers/Grey que poco después se convertirá en un, muy interesante, triángulo emocinal y sexual bastante particular con la irrupción de la ya mencionada Reina Blanca. Frank Quitely sigue sacando oro de cada una de sus viñetas y nos regala tres últimas páginas llenas de narración fluida, sencillez expositiva, humor marciano y alguna que otra vaca.
Testamento, el enemigo interior
Las huestes de la Emperatriz Lilandra se acercan a la tierra, los X-Men luchan por salvar la mente de Charles Xavier mientras presentan oficialmente en sociedad la Escuela de Estudios Superiores. Morrison comienza a desplegar sus infinitos recursos y realiza un ejercicio de retroalimentación al dejarse influenciar por la primera película de los X-Men a manos de Bryan Singer para llenar la Escuela de todo tipo de alumnos mutantes. Emma Frost empieza a ganarse al lector con su humor negro, ideario superficial y verborrea irónica y afilada. Jean ocupa el puesto de su tutor y por medio de su discurso a la prensa Morrison trata de liberar de telarañas al concepto de “odiados y temidos” de los hijos del átomo, diseccionando al escalpelo la ya comentada idea de que todo lo relacionado con el tema mutante se convierta en algo atractivo y que cause furor entre las nuevas generaciones. El guionista de Happy quiere alejar de la oscuridad y el tono tenebrista todo lo relacionado con los X-Men para acercarlos a un matiz más luminoso (aunque siempre dentro de cierta crepuscularidad) como en un futuro volvería a hacer con Batman en su run desde 2005 a 2011 y con el Hombre del Mañana en la superlativa All Star Superman. Ethan Van Sciver esta vez une fuerzas con Tom Dernick y el trabajo a cuatro manos de ambos es bastante profesional.
Superdestructor, asalto a la Mansión X
La guardia personal de la emperatriz Lilandra, comandada por Gladiador, hace acto de presencia en el Insitituto Xavier. Allí Jean, Bestia, Lobezno, Emma y el resto del alumnado deberán hacer frente a las tropas de Shi’ar. Mientras Cíclope y Xorn que están prisioneros en la nave imperial tratan de convencer a sus antaño aliados de que Cassandra Nova se encuentra manipulándolos desde el cuerpo de Charles Xavier. En esta ocasión Morrison se entrega a la acción pura y dura, escribiendo escenas dinámicas para que personajes de una contrastada fisicidad como Logan o Hank puedan lucirse en la batalla campal que tiene lugar en el interior de la Mansión X. El problema es que Igor Kordey está en su momento más bajo y en varias ocasiones las figuras que trata de plasmar en sus ilustraciones parecen confusas masas informes oscuras e hipertróficas y en ese sentido la historia se resiente de manera más que notable.
Perdedores, una odisea espacial
La saga en la que la letal Cassandra Nova es la villana principal de la colección está llegando a su fin. La enemiga jurada de los X-Men no decide irse sin utilizar sus poderes mentales para mermar psicológicamente a un Scott Summers que Morrison ya se está ocupando de perfilar como distante y visceral tras pasar varios meses en los que permaneció poseído por Apocalipsis, algo que servirá como catalizador para la posterior trama que le vinculará con su mujer, Jean, y Emma Frost. Por otro lado se va dando peso a los alumnos del Instituto, asentando las bases de la próxima relación entre Pico y Ángel y dando protagonismo a los Cuclillos de Stepford, unas quintillizas telépatas que se revelan como las pupilas más aventajadas de la Reina Blanca. Igor Kordey parece recuperar algo la compostura y aunque el nivel de su trabajo sigue siendo débil en ocasiones llega a ofrecernos páginas bastante dignas, como aquella que en sólo cuatro viñetas aborda la relación de Hank MacCoy con la periodista Trish Tilby. Se nota que la Bestia es el personaje que más gusta ilustrar al croata.
Se Desata el Infierno, la maldición de Cassandra
Cierre del entramado con Cassandra Nova como antagonista total. Morrison hace examen de conciencia y sintetiza en este número todo lo que la villana representa conceptualmente, que es ser nada más y nada menos que el reverso extremista y reaccionario de Charles Xavier, una Magneto genocida y antimutante. El escocés realiza una declaración de principios por medio de la voz de Jean Grey en la que se enaltece el ideario pacisifista y conciliador del Profesor X, aquel que le incitó a crear los X-men y el Instituto de mutantes para que todo tipo de homo superiors encontraran hogar y un camino con un futuro próspero en convivencia con los humanos. Una vez más Frank Quitely nos da muestras de lo enorme que pudo ser esta serie en el apartado artístico si su excesivo detallismo y retraso para las entregas de las páginas no le hubiera impedido ser el dibujante principal de la colección. Saltar del pobre trabajo de Igor Kordey al virtuosismo formal y narrativo del escocés es desalentador.
De Vivir y De Morir, el niño salvaje
Capítulo dedicado exclusivamente a perfilar la personalidad del mutante Xorn. Morrison ahonda con pericia analítica en las inquietudes y la moral del mutante con un sol por cabeza y disecciona algunos pasajes de su pasado para que podamos conocer más de su peculiar tipología. Xorn es presentado como un ser de pureza y una inocencia casi infantil que atesora unos poderes en continua expansión que lo convierten en un aliado indispensable para los X-Men y que detrás de su coraza artificial desborda humanidad y empatía. Todo este perfecto trabajo de caracterización por parte del autor de El Misterio Religioso se desmoronará en gran medida cuando se resuelva quién se encuentra detrás de la máscara del personaje. John Paul Leon utiliza un trazo oscuro y de tono ligeramente surrealista para narrar esta historia de monstruos que no lo son tanto.
Nuevos Mundos, X-Men Inc
Con este nuevo arco Morrison aborda por primera vez un tema que reutilizaría y desarrollaría en el futuro en su etapa al frente del Batman de DC en la saga Batman Inc. La creación de una franquicia a nivel mundial por parte de un superhéroe (o superhéroes en este caso) para poder intervenir a lo largo y ancho de todo el globo. La Corporación X ideada por el Profesor Xavier y Jean Grey sirve para ayudar a todos los homo superiors de la tierra, esta excusa narrativa también permite que el guionista escocés pueda recurrir a secundarios clásicos del universo mutante como Syrin, Hombre Múltiple, Bala de Cañón, Estrella Oscura o Monet, la mayoría de ellos componentes del grupo X-Factor. El Profesor Xavier vuelve a estar activo y empieza descubrir los primeros síntomas del posible regreso de Fénix a través de Jean Grey que puede desencadenar una catástrofe. También presenta Morrison aquí a Fantomex, el ladrón high tec que ha calado hondo en el universo mutante a lo largo de los años gracias a su aparición regular en colecciones como la presente, los Imposibles X-Force de Rick Remender y que cuanta actualmente con una serie regular propia en el sello MAX. Nuevos Mundos saca lo mejor de un Igor Kordey que por fin parece encontrar el camino para sacar gran parte de su potencial, no hay más que ver la profesionalidad con la que deja fluir la narrativa visual y estructural en páginas como las 8,9,10 o la 21, esta última la que da inicio a la peculiar relación entre Cíclope y Emma Frost.
Fantomex, ladrón de guante blanco
Después de ser presentado en Nuevos Mundos, Morrison y un bastante entonado (dentro de la irregularidad) Igor Kordey comienzan a mostrarmos el entorno y modus operandi de esta versión sci fi del mítico ladrón francés Fantomas que en sólo dos capítulos ya ha mostrado una personalidad tan carismática como peligrosa ganándose la confianza tanto del Profesor Xavier como de una Jean Grey (para desgracia de ambos) cuyos poderes telekinétikos van en alarmante aumento. El guionista escocés da muestras del origen de su criatura pero siempre rodeándolo de un halo de misterio y con el intento de captura hacia este se marca un momento de punzante antimiltarismo con lo concerniente al soldado apodado «Animal». Por otro lado en este número se menciona por primera vez a Arma XII, que será la primera referencia a la reformulación que el de Glasgow realizará con el mítico proyecto Arma X por medio de la inclusión del Proyecto Arma Plus en la trama.
Arma Doce, conejillos de indias
La concatenación de acontecimientos se sucede en este número. Descubrimos que el platillo volante, E.V.A, que acompaña a Fantomex es una manifestación externa del sistema nerviosos de este y que él es Arma XIII. Los X-Men se enfrentan en el metro de París a Arma XII cuya naturaleza vírica está sembrando el caos en la capital francesa. Por fin descubrimos gran parte de las intenciones del ya mencionado Fantomex o que Lobezno sólo fue la décima cobaya (Arma X) del proyecto militar Arma Plus que lleva experimentando con seres vivos desde la segunda guerra mundial. Por último despedimos a Igor Kordey y su poco agraciado paso por la colección con un número cumplidor que el croata parece querer quitarse de encima lo antes posible. Tras su marcha la llegada de Phil Jimenez como dibujante regular hará subir muchos enteros el apartado artístico del resto de la etapa.
Hay Ángeles que Caen, en los brazos de la fiebre
El arranque de dos relaciones personales (y sexuales tanto de manera física como psicológica) son el centro de esta entrega. Morrison realiza interesantes paralelismos entre la naturaleza naif y desenfadada del intimar entre Pico y Ángel con el matiz de perversión furtiva que marca el paso entre Scott Summers y Emma Frost a espaldas de Jean Grey. El guionista escocés sabe jugar sus cartas para hacernos creer que estos escarceos psíquicos entre Cíclope y la Reina Blanca pueden ser los desencadenantes del imparable poder de Fénix que permanece a flor de piel en interior de Jean, permitiendo que la sensación de amenaza real sobrevuele todo el número y los que están por venir. Un Ethan Van Sciver con reminiscencias que van del John Romita Jr de los 80 y el Sal Buscema de la segunda mitad de los 90 cumple con su cometido con los lápices, aunque transmite con su labor cierta innecesaria melancolía que no va demasiado con la trama.
Campos Magnéticos Ambientales, ecos en la eternidad
El profesor Xavier y Jean Grey viajan por primera vez a Genosha tras el genocidio llevado a cabo por Cassandra Nova. Allí se reunirán con Mercurio o Tormenta entre otros mutantes para encontrar a la desaparecida Polaris que contiene en su interior las últimas palabras de Magneto antes de morir tras el ataque centinela que sesgó dieciséis millones de vidas mutantes en la isla. Morrison juega con la figura de Erik Lensherr alzándolo después de su muerte en una suerte de martir de la causa mutante digno de ser reverenciado. Con este nuevo estatus del Amo del Magnetismo se jugará a placer en los dos momentos álgidos de la colección que están por venir: De manera tangencial con todo lo relacionado a Quentin Quire y con un protagonismo total en la saga Planeta X. Phil Jimenez trae calidad y trazo limpio a los dibujos de Nuevos X-Men y aunque peca de cierto estatismo que lastra la dinámica del conjunto de las viñetas, su buen hacer queda constatado página a página.
Polvo, guerra santa
Lobezno comienza a tomar el protagonismo que se hará total con la saga relacionado directamente con el Proyecto Arma Plus ya que en este número se encuentra por primera vez con Fantomex, personaje vital para descubrir nuevos hechos hasta ahora desconocidos del pasado del carismático mutante del esqueleto de adamantium, pero antes se hará un interludio para introducir todo lo relacionado con la rebelión de los Chicos Omega en el Instituto Xavier. Charles y Jean siguen su recorrido con Corporación X hasta llegar a Numbai donde otros hombres X (miembros de X-Force casi en su totalidad) como Sendero de Guerra, Solar o Feral forman el frente mutante de la India. Morrison se permite incluir referencias a la actualidad más candente durante aquel año 2002 añadiendo un par de referencias a Afganistán y terroristas extremistas que secuestran un avión en el que, para su desgracia, van como pasajeros Xavier y una Jean Grey cada vez más mimetizada con Fénix. En este segundo número el norteamericano Phil Jimenez ya está en su salsa y consigue hacerse con las riendas de la colección a la que volverá en después de que Frank Quitely se despida a lo grande de los hijos del átomo.
Chicos Omega, nuevos hijos del átomo
Con Chicos Omega comienza para el que suscribe el momento cumbre de los Nuevos X-Men de Grant Morrison. La presentación del inteligente y peligroso alumno Quentin Quire da pie a la saga más memorable de toda la colección, en la que más se nota la mano de su autor y el apartado artístico se revela más cohesionado aunque este primer número esté ilustrado por el dibujante hawaiano Keron Grant. En este número el autor de Los 4 Fantásticos: 1234 aborda de manera directa el tema que ha ido desarrollando a lo largo de toda su labor narrativa sobre dar a todo lo relacionado con los mutantes como un halo de modernidad. El alumno más aventajado del profesor Xavier, Quentin Quire se deja influenciar por la ideología extremista del fallecido Magneto y decide comenzar una cruzada (junto a otros alumnos renegados) contra todo el claustro del Instituto de Enseñanza Superior Xavier, con trágicas consecuencias para todos los implicados.
Enseñando Fractales a los Alumnos, revolución es mi nombre
Quentin Quire comienza a formar su grupo de Nuevos X-Men llegando a cometer actos de asesinato contra humanos. Por medio de la influencia de la droga Hipercortisona D, llamada colquialmente Coz, que aumenta sus poderes y del reciente descubrimiento de que es un hijo adopatado Quire va incrementando sus poderes mutantes y su carácter violento y contestatario poniendo en entredicho los dictados del Profesor Xavier para preocupación de este y el resto de X-Men. Morrison se siente como en casa hablando de temas habituales en su obra como el (ab)uso de sustancias psicotrópicas o la rebelión contra lo establecido aunque en esta ocasión ambas vertientes sean abordadas desde un punto de vista crítico por parte del escocés, aunque nunca de manera maniquea o adoctrinadora. Por otro lado Xorn se lleva a un grupo de alumnos de acampada para permitirles realizar una conexión directa con la madre naturaleza. Frank Quitely vuelve para dar forma a su último tramo en la colección, su excelente labor en esa entrega se extenderá hasta el final de toda la saga relacionada con la revuelta en la Mansión X.
Cuando la X no es Una X, día de acampada
Los Hombres U que vieron la luz junto a John Sublime vuelven a las páginas de Nuevos X-Men por partida doble. Por un lado serán atacados por la banda de un Quentin Quire cada vez más violento y desatado y por otro ellos mismos asediarán a Xorn y sus alumnos especiales que se encontraban de excursión. Con respecto al mutante del sol incrustado en su craneo Morrison revelará de manera sutil a la par que preocupante un lado salvaje que ofrece una faceta violenta del pacífico hombre x y que en un futuro servirá como posible excusa para explicar el polémico desenmascaramiento del personaje en la saga Planeta X. Frank Quitely dedica su labor a perfilar los caracteres de la clase especial de Xorn, pero se le nota cierta desgana simplemente cumplidora, aunque su trabajo en los dos siguientes números será tan colosal que podemos perdonarle esta puntual falta de interés hacia un trabajo que, por otro lado, nunca baja del notable.
Revuelta en la Escuela de Xavier, mata a tu profesor
Llegamos al punto más alto de la colección, al capítulo en el que para el que suscribe se cruzan con más consistencia el espíritu clásico del universo de los X-Men con la visión personal de Grant Morrison del mundo del cómic, ya sea dentro o fuera del género superheróico. La resolución de la revuelta estudiantil comandada por Quentin Quire llega a su fin y mientras el joven y talentoso alumno rebelde fracasa al descubrirse la vacua intencionalidad de su odisea contestataria de naturaleza violenta y reaccionaria. Morrison inyecta en el espíritu conciliador y de hermandad de Charles Xavier para convivencia pacífica entre humanos y mutantes su personal impronta de la vida sustentada en ideas como la revolución, mundos oníricios tangibles o abstractos a los que muchas veces llegamos por medio de la ingesta de psicotrópicos aumque esta vez poniendo en tela de jucio todas estas ideas con un afán autocrítico impropio de un guionista tan encantado de conocerse como el escocés. Momentos destacados e inolvidables en este número los hay a decenas: Desde la rotunda presencia física de Logan en las escaleras mientras Quentin Quire y sus secuaces bajan por las mismas, la batalla campal en las inmediaciones de la Mansión X o esa resolución final con los Cuclillos de Sttepford cobrando el protagonismo que iban demandando desde su primera aparición. Frank Quitely marca a fuego su sello en este penúltimo número poniendo toda la carne en el asador y regalando construcciones narrativas y splash pages para guardar en al estantería del recuerdo de las mejores historias de la Patrulla X.
Los mejores Años de Miss Emma Frost, jaque a la Reina Blanca
Epílogo a la saga sobre la revelión estudiantil de Quentin Quire en el que comienza dársele un protagonismo de peso al personaje con el que Grant Morrison más disfruta jugar en la escritura: Una Emma Frost que va ganando cada vez más peso en la colección. Después de la tormenta llega la calma y Morrison se ocupa de cerrar subtramas y redimir a un Quentin Quire del que finalmente descubrimos que no era más que un adolescente asustado lleno de traumas infantiles y prejuicios en muchas ocasiones infundados. Por otro lado esta entrega sirve como puente para la siguiente gracias a un cliffhanger, no por esperado menos inquietante, en el que Jean Grey descubre los escarcéos sexuales de naturaleza mental que su marido está teniendo con la Reina Blanca. La amanezante sombra de la entidad Fénix cada vez es más extensa. Frank Quitely nos dice adiós rematando el que es uno de los trabajos a largo plazo más destacados de su envidiable carrera como dibujante. Siempre nos quedará la espina de pensar a las cotas de magnificencia a las que podría haber llegado esta colección en el apartado artístico si el escocés hubiera sido el único ilustrador de la misma, pero por desgracia tal empresa no llegó a buen puerto.
Asesinato en la Mansión, ¿Quién Mató a Emma Frost?
Arco de tres entregas que en el que el guionistas escocés utiliza como punto de partida argumental el descubrimiento por parte de Jean Grey de las infidelidades mentales entre su marido, Scott Summers, y Emma Frost para narrarnos una intriga de asesinato y posterior investigación al más puro estilo Agatha Christie. La portadora de Fénix somete a una peculiar tortura psicológica a la Reina Blanca haciéndole rememorar los pasajes más traumáticos de su pasado y consiguiendo así mermarla emocionalmente. Este choque entre las dos mujeres x sirve para que Morrison juegue al despiste con el posterior supuesto asesinato de Emma Frost. La investigación de dicho homicidio recae en los mutantes Lucas Bishop y Sabia que interrogarán a todos los habitantes de la Mansión X hasta conseguir dar con el artífice del crimen recayendo las principales sospechas en, lógicamente, Jean Grey, Hank MacCoy, los Cuclillos de Stepford y unos Pico y Ángel que han afianzado su relación sentimental hasta límites inesperados. Los tres números los realiza un solvente y en ocasiones sobresaliente Phil Jimenez calentando motores para finiquitar la colección después del interludio que supone para la etapa de Morrison la siguiente historia en la que Lobezno cobra todo el protagonismo.
Ataque a Arma Plus, X-Men Orígenes: Lobezno
Logan recoge el testigo del protagonismo total con esta saga centrada en la reinvención que Grant Morrison realiza del proyecto Arma X. El protagonista de la saga Honor de Chris Claremont y Frank Miller resulta ser la décima (de ahí la X, en número romano) cobaya del proyecto Arma Plus que el ejército canadiense iniciara en la segunda guerra mundial con el Capitán América/Steve Rogers para dar forma a un grupo de invencibles supersoldados. El mutante de las garras de adamantium realizará una misión de asalto a las instalaciones, que todavía hoy siguen con el proyecto, con la ayuda de un Scott Summers hundido (y resacoso) por todo lo acontecido con su infidelidad psíquica con Emma Frost y un Fantomex que conoce las entrañas de la propia Arma Plus porque él fue el conejillo de indias número trece (Arma XIII) de la misma. El ilustrador de origen canadiense Chris Bachalo coge las riendas de la colección y su exagerado estilo comienza bastante contenido para irse desatando a lo largo del recorrido de los cuatro números. El dibujante de Ghost Rider 2099 es uno de esos ilustradores polémicos como Kelley Jones o Humberto Ramos que levantan tantos odios como pasiones, pero en esta ocasión su trabajo es muy estimable y sabe sacar partido a los cameos de personajes como Dientes de Sable o Sebastian Shaw en la visita al Club Fuego Infernal.
Planeta X, la saga del nuevo Fénix
Con Planeta X llegamos al clímax de la saga, uno brillante en su ejecución pero deficiente en su concepción. No sabemos sin Morrison lo tenía todo pensando desde el principio (conociéndolo a él y a su obra lo dudo mucho) pero la revelación de quién se encuentra detrás de la máscara de Xorn suena a cambio de último momento impuesto por los jefazos de Marvel. El escocés trata de explicar y justificar tan rocambolesco descubrimiento, pero cuando por medio de dicho personaje tiene que explicar concienzudamente (y con argumentos en muchas ocasiones cogidos por los pelos) dicho giro forzado es porque algo falla. Lo de ocultarse detrás de la identidad del apacible Xorn, el uso de la droga Coz, su conspiración en la sombra, los socios en Hong-Kong, todo suena a batirburrillo desarrollado aprisa y corriendo con la única excusa de incluir un villano clásico (bastante descaracterizado en varios aspectos) a la trama aunque esta se contradiga en casi todo su desarrollo pareciendo una versión en viñetas de esos finales tramposos made in Hollywood que a un servidor tanto indignan. Perfilar con tanta elegancia la esencia de un rol como el de Xorn, con pinceladas de talento y sabiduria para desdecirse de todo en pos del impacto fácil es posiblemente el mayor fallo de la colección. Por el lado bueno Morrison y un Phil Jimenez dándolo todo consiguen que el dramatismo, la hondura psicológica y todo el caldo de cultivo emocional que han ido acumulando a lo largo de tres años eclosione en estos últimos números antes de que el guionista de El Regreso de Bruce Wayne finiquite con un epílogo futurista su relación laboral y artística con los X-Men.
Bienvenidos al Mañana, el futuro es historia
Con este último arco de cuatro números nos trasladamos 150 años en el futuro. Estamos en Megamérica zona en la que un nuevo grupo de X-Men que tiene entre sus filas a Lobezno, Tom Skylark, E.V.A, Cassandra Nova y las Cuclillos de Stepford luchan por salvaguardar el huevo de Fénix que la Bestia, poseída por la entidad primigenia Sublime, quiere robar para llevar a cabo el apocalipsis. Morrison realiza una distopía futurista con la que cierra muchas subtramas que quedaron en el aire a lo largo del recorrido de la serie y desvela algunos misterios que no fueron resueltos. Con ayuda de un visceral Marc Silvestri que da un tono oscuro y crepuscular a este epílogo Morrison se recrea a placer con una historia más cercana a su impronta personal con cripticismos varios, simbología y una sana inclinación por la narración circular que ayudada por la excusa argumental de los viajes en el tiempo da un final a la altura a la colección que el guionista escocés deja con un cliffhanger de manual que en un futuro sería aprovechado (sólo en parte) por sus sustitutos en labores de escritura.
Tono, influencias y referencialidad
Cuando ha colaborado en colecciones de personajes clásicos del imaginario superheróico Grant Morrison siempre se ha dejado imbuir por la historia de los mismos. Para deconstruir el Batman post Miiller y convertirlo ya resucitado en una versión contemporánea del de la Silver Age con Batman & Robin, El Regreso de Bruce Wayne o Batman Inc el escocés dejó ver a sus lectores que era un amante de autores inscritos a la leyenda del hombre murciélago como Neal Adams, Jim Aparo o Steve Englehart. Con Nuevos X-Men sucedió algo parecido, el autor de Vananarama tomó como punto de inicio a los X-men de los años 80 para dar una versión moderna (sustentada más en la ciencia ficción literaria que en el mundo del noveno arte adscrito al la vertiente superheróica) de la que es considerada con unanimidad como la mejor etapa de La Patrulla X. Por muchos es sabido, y hablamos de algo que no es difícil dilucidar, que estos Nuevos X-Men si son analizados desde un punto de vista global conforman una revisión o remake de la etapa de Chris Claremont y John Byrne. No sólo es que el autor de Glasgow tome conceptos, ideas y personajes (esa emperatriz Lilandra y los Shi’ar que teme el regreso de Fénix) es que no hay más que ver que sagas como Planeta X o Bienvenidos a el Mañana son sus propias La Saga del Fénix Oscuro y Días del Futuro Pasado. Por otro lado su capacidad de mimetización y asimilación tanto de la continudidad como las caracterizaciones de los personajes son intachables. Sabiéndose conocedor de ideas como que Lobezno da mucho mejor resultado como secundario que asumiendo el protagonismo total (aunque le regala el excelente bloque de Asalto a Arma Plus) que Hank McCoy debe ser una especie de Doctor Jekyll y Mr Hyde tan encantador como torturado o que Scott Summers a pesar de sus debilidades debe mostrarse como el seguro jefe de campo de la patrulla X que siempre ha sido, también se permite nuevos detalles y planteamientos como convertir a Emma Frost en una atractiva y gélida mujer x que aunque quiere obrar bien siempre hace y dice lo menos indicado en el peor momento. Pero aunque con Nuevos X-Men hablamos de una obra accesible (posiblemente la que más de su creador) y de tintes comerciales el msimo Morrison se ocupa de introducir en ella no sólo los ya mencionados temas indivisibles a su discurso autoral sino también referencias directas o más solapadas a obras previas salidas de su mano. No es alocado ver apuntes de Mata a tu Novio en la revuelta de Quentin Quire, pinceladas de El Misterio Religioso en Asesinato en la Mansión X o el ya mencionado germen de Batman Inc en todo lo relacionado con la Corporación X o el del Batman del futuro al que daba vida Damian Wayne en la reestructuración de roles y personalidades que realiza en Bienvenidos al Mañana, cambio de identidades dentro de iconos clave en Marvel que otro escocés, Mark Millar, llevaría hasta cotas de una más que contrastada perversión en El Viejo Logan. Nunca Grant Morrison se había amoldado tan bien a una franquicia millonaria dentro del cómic mainstream y como hemos podido ver en esta entrada el resultado no pudo ser más satisfactorio a distintos niveles.
Nuevos X-Men es una debilidad para vuestro humilde (y novato) redactor. Una etapa que auna a mi grupo de personajes favoritos del mundo del cómic con uno de los guionistas que mejores momentos me ha hecho experimentar con su talento como narrador. Cuando el nuevo milenio llegó la Patrulla X necesitaba renovarse o morir, no sin antes languidecer hasta convertirse en una repetitiva parodia de sí misma alejada de el génesis al que dieron forma Stan Lee y Jack Kirby o la etapa de más grandeza de los personajes a manos de Chris Claremont y John Byrne a principios de los 80. Por suerte Joe Quesada acertó de lleno al poner a Grant Morrison al frente de tan complicada empresa. El guionista escocés trajo nuevas ideas, supo ahondar en temas (las drogas, el sexo, el adulterio, la vacuidad de la sociedad de consumo y la fama) que anteriores autores sólo abordaron de manera muy tangencial. La (calva) cabeza pensante detrás de Batman & Robin supuso un soplo de aire fresco para la franquicia protagonizada por Charles Xavier y sus alumnos y aunque muchos de sus sucesores al frente de las historias de los X-Men como los no menos talentosos Joss Whedon o Warren Ellis tomaron ideas (el uso por parte de Emma Frost de la inconografía de Fénix para excitar a Cíclope) y personajes (Fantomex, Quentin Quire, Cassandra Nova, Xorn) de la etapa que nos ocupa, Marvel se ocupó de deshacer muchos de los avances que el de Glasgow había hecho experimentar a una serie que después del paso del co creador de Planetary por Astonishing X-Men ha vuelto a un estado de considerable estancamiento (con varios apuntes de talento, eso es innegable) que vuelve a poner a los hombres x en una posición que no les permite desarrollarse y evolucionar adecuadamente. Por suerte varias ediciones editadas por Panini Cómics nos permiten poder atesorar en unos cuantos tomos está genialidad llamada Nuevos X-Men, que es para el que suscribe la mejor, más accesible, carismática y ecléctica obra de toda su exitosa y controvertida carrera.
» está genialidad llamada Nuevos X-Men, que es para el que suscribe la mejor, más accesible, carismática y ecléctica obra de toda su exitosa y controvertida carrera.»
Soy un fan fatal de los New X-Men, de hecho aunque objetivamente sea más relevante la de Claremont, es la que tengo más presente (y yo también estoy haciendo el coleccionable de Panini). Pero que sea la mejor obra de Morrison, hombre, eso no.
Por muchas razones, una de ellas se puede resumir en dos palabras -«Igor Kordey»-, pero porque, sencillamente, tiene bastantes obras mejore, incluso dentro del género pijamero, mismamente la Doom Patrol y Animal Man. Pero detrás, van los New X-Men, en mi cerebro empatados (+ -) con su JL, que es también una obra muy accesible.
De todas maneras, y con ese pequeño gran desacuerdo, una reseña estupenda.
Daredevil de Miller, 4F de LEe/Kirby, Spidey de Matteis y Sal Buscema, Thor de Simonson y ahora X-Men de Morrison…….me alegro de que ZN se haya dedicado en su 15ª Aniversario a enseñarle a los Deceitas que comics son los que valen de verdad, je,je,je,….aunque creo que ellos no estarán tan contentos.
una etapa recomendabilísima y de la que yo guardo un especial recuerdo ya que los tomos de los nuevos x-men (en el polémico formato BoME) son, junto a los dos primeros volúmenes de the authority publicados por norma, los causantes de mi regreso al mundo de los comics, allá a mediados de 2006, después de muchos años (casi diría que, de muchos lustros) alejado del medio.
y aquí sigo, al pié del cañón, 8 años después y con una habitación de la casa abarrotada de tebeos.
así que se puede decir que mantengo una pequeña deuda de gratitud con el calvoroto de glasgow.
ah, lo olvidaba: muy buen artículo armin, un placer tenerle también hablando de tebeos y no sólo de cine.
ud. vaya metiendo codos, que fijo que le van haciendo sitio 🙂
A esta etapa le tengo una manía enorme: se pasó por el forro las personalidades de los personajes, introdujo conceptos sin venir a cuento, se cargó continuidades, se cargó a mi Jean Grey…todo ello simplemente en pos del molonismo. Una etapa que odio con todo mi alma, pero que tengo que reconocer que fue necesaria.
Para mi este tebeo es un manual de como modernizar superhéroes. Una de las buenas de Morrison.
Excelente artículo sr. Tanzarian, compañero Juan Luis. Buen inicio de, esperemos, una prospera producción.
Respecto a los X men de Morrison, aún admitiendo su calidad, particularmente no me parece una de las etapas top de los X men. Si produjo una necesaria recuperación, pero yo la veo todavía alejada de etapas como la de Claremont o la de Wheddon, para mi gusto superior a estos NXM. Una de esa razones ya se han apuntado: el dibujo. Para mucha gente Quietly es un dios, pero dejo una de la más imagenes que más aversion me produce en los mutantes, y mira que hay
http://static.comicvine.com/uploads/original/14/148912/3275115-1821522471-mhf3e.jpg
Retrasos en los guiones de Morrison, no me acuerdo si lo lei en alguna intro de la BOME o en su onanístico libro Supergods ( del que pude deshacerme afortunadamente y recuperar la fallida inversión), propiciaron un baile de dibujantes que no favorece nada al producto final. Una buena etapa pero con sus contras
yo el supergods me lo bajé de internete, lo imprimí (y encuaderné) en el curro y me lo leí a ratos sueltos este verano, en la playa.
bastante prescindible, si, aunque, por lo que me costó, tampoco me voy a rasgar las vestiduras.
Joder, ¿también lo encuadernaste? ¿trabajas en una fotocopiadora?
«me alegro de que ZN se haya dedicado en su 15ª Aniversario a enseñarle a los Deceitas que comics son los que valen de verdad, je,je,je,….aunque creo que ellos no estarán tan contentos.»
A mí ver el resquemor marveloso hacia el gran Grant me satisface tanto, Sr Manolín, hasta el punto de denostar una etapa cumbre de su propio sello que, en este caso, yo, particularmente, no tengo nada que objetar. Por cierto, aquí una reseñita que escribí hace tiempo de Supergods.http://www.criticoestado.es/?s=grant+morrison
Cuando recuerdo estos (fabulosos) cómics, pienso siempre en Kirby en DC a principios de los 70 por lo siguiente: llega de repente y no se queda mucho tiempo, pero lía una tan gorda que sus creaciones, por muy rarunas que fuesen, siguen nutriendo a día de hoy el universo DC. Lo mismo que sucede hoy en el universo mutante con lo que hizo aquí Morrison.
Mientras leia el artículo se me hacia evidente que emanaba adoración a Morrison. Cuando en un comentario lei «felicitaciones Armin» lo entendí todo.
Con una lágrima de emoción por mi mejilla dejo un gran saludo al mas grande secuaz de mi viejo enemigo espacioso! 😉
Que épocas! Jaj.
Saludos, me voy a llorar!
Jamás entenderé la veneración por estos cómics. Cierto es que Morrison introdujo una serie de conceptos en los que se sustentarían los posteriores años de la franquicia (y que algunos todavía hoy colean) pero en general estoy con ocioso: las caracterizaciones y el trato a los personajes me da 100 patadas. Solo por esa frase que puso en boca de Lobezno sobre que por fin ya no tenía que vestirse como un payaso con su uniforme de toda la vida, era para haber corrido a gorrazos al calvo de los cojones.
Por no hablar del apartado gráfico: el baile de dibujantes era lamentable, el trabajo de Igor Kordey era directamente para no haberle pagado y personalmente no me gusta nada Quitely.
«me alegro de que ZN se haya dedicado en su 15ª Aniversario a enseñarle a los Deceitas que comics son los que valen de verdad, je,je,je,….aunque creo que ellos no estarán tan contentos.»
Y yo que solo me puedo tomar esto en serio imaginandome a manolin en pelotas y con un cartel colgandole del nabo que ponga «90’s for ever».
Como ya he comentado unos posts más atrás, abandoné los tebeos más o menos a mitad de los 90s, pero regularmente solía pillar aguna grapa mutante por ver por donde iban los tiros, solo para salir de nuevo cortando después de leerla.
Pero a principios de los 2000, me pillé el segundo número de estos X men y me reenganché de nuevo a los tebeos. Gracias también al Spiderman de Extrawisky y al Daredevil de Bendis.
El calvo les dio a los mutantes el empujón que necesitaban. Hizo que volvieran a molar, el desenmascaramiento de Xavier en la tele (aunque fuera Cassandra Nova la que lo hizo) fue una idea excelente. Las identidades secretas eran inutiles en los mutantes y ,por fin, los X Men se ponían en primera línea de defensa mutante ante el mundo (Corporación X) en vez de esconderse en una pequeña escuela para elegidos. Ahora todos los mutantes tendrán su refugio.
Eso por no hablar del empujón que le dio a Cíclope, una Jean que molaba por primera vez desde que Byrne tuvo la feliz idea de resucitarla; además acabaría poniéndola en el sitio de donde nunca tuvo que haber salido.
Como comenta Armin en su excelente artículo, Morrison trajo un montón de conceptos nuevos a la franquicia: villanos como Sublime o Cassandra Nova; la corparación X, la clase especial; Personajes enormes como Quentin Quire, Angel, Pico, las Cuclillas, Fantomex. Algo así es lo que deberían hacer todas las series Marvel, mirar hacia delante, en vez de estar permanentemente mirando al pasado, y haciendo las mismas historias que se hicieron antes, pero peor hechas.
Como ya habéis comentado, sacó un buen puñado de ideas nuevas que buena falta le hacía a la franquicia.
Lástima de la chapuza final de Xorn y sobre todo del baile de dibujantes, ya podían haber pillado a Phil Jimenez de primeras para intercalarlo con Quitely, que por cierto, señor Porras, el dibujo ese que tan poco le gusta http://static.comicvine.com/uploads/original/14/148912/3275115-1821522471-mhf3e.jpg creo que es de Kordey, no de Frank.
Y para compensar los personajes fuera de su papel de Morrison, estaban los Astonishing de Wheddon, que eran la Patrulla de toda la vida.
Los Astonishing the Wheddon vinieron inmediatamente a continuación de los de Morrison, no simultanearon.
Y en mi opinión esa etapa sí que fue estupenda. Wheddon cogió lo bueno que había aportado Morrison y se cargó todas las chorradas que había metido.
La verdad es que no se sabe si la del dibujo es Emma Frost o la abuelita de Predicador. Tiene ese punto correoso…
Enorme repaso, Armin.
Yo también estoy con Ocioso en que esta etapa, por encima de todo, era necesaria. Los X-Men llevaban mucho tiempo dando pena. Pero tampoco creo que todo lo que hizo Morrison fuese para tanto.
Me encantó esta etapa la primera vez que la leí. La segunda ya me gustó menos. Y es que tiene cosas buenas pero también chorradas por un tubo que sólo se sostienen por el «venga, vamos a darle un buen meneo a esto».
Y en cuanto al apartado gráfico. Desde luego, ojalá se hubiese encargado Quitely de todos los números. Habría sido la polla. Y vaya tirria le tenéis a Igor Kordey. Pues a riesgo de ser lapidado, digo que, después de Quitely – y con la excepción, si acaso, del número de John Paul Leon -, es el dibujante que más me gustó de la etapa.
Bachalo no me gusta. La última vez que me gustó fue en Muerte: El Alto Coste de la Vida. Desde entonces, hay cosillas sueltas que me gustan pero, en general, como mucho, lo tolero. (Creo que lo único que recuerdo bien de su paso por esta etapa es el encuentro entre Logan y Creed en el meadero, así que mira…)
Van Sciver. Mucho adorno, mucha rayita, mucho detallismo y mucho barroquismo de chichinabo para esconder un dibujo rígido y con muchas carencias.
Phil Jiménez. Tan correcto como insípido. Lo cierto es que me aburre soberanamente.
Silvestri. Sus números me parecieron malos. Y digo malos por no decir infumables.
Entiendo que Kordey no sea del gusto de todo el mundo. Pero (aparte de que es bastante evidente que se ventiló el trabajo en dos días) al menos es un dibujante diferente y con un trazo bastante personal. No sé si habéis leído La Historia Oculta. Kordey dibuja los dos primeros álbumes del primer ciclo y (al menos, que es hasta dónde he leído) los dos primeros del segundo. Ahí, que se nota que ha trabajado con un mayor margen de tiempo, da una medida mucho más verdadera de su talento como dibujante. Y (al menos en mi opinión) le pega unas cuantas vueltas a los dibujantes que se encargaron de esta etapa mutante, con la excepción de Quitely.
Felicidades a la página por estos 15 años, yo no he estado todo el tiempo pero probablemente este los próximos 15.
Ya entrando en harina esta etapa del calvo fue la única que me ha hecho volver a los mutantes después de que se fuera Claremont. Tiene sus fallos, empezando por los dibujantes (y que me perdone el señor Retranqueiro pero decir que Kordey lo hizo aqui mejor que Silvestri o Jimenez, no tiene perdón de Dios) siguiendo con la revelación de la identidad de Xorn, y sobre todo el tratamiento que le da a Magneto, que en su momento me cabreo bastante y que he visto en perspectiva no es más que lo que suele hacer el calvo, dejar inutilizable los personajes para el que venga después( en la primera entrada de su Multiversity se hablo mucho de esto) pero en conjunto fue una etapa muy muy interesante y que a mi me divirtio mucho.
No he vuelto a seguir los mutantes hasta Bendis y joder, visto lo visto me lo podía haber ahorrado.
P.d: ahora que el Señor ha vuelto a ver si lo puedo consultar algo.
Me refería al señor Ocioso, ese «señor» en mayúsculas da lugar a confusiones 🙂
Hola dejare esto aqui https://www.youtube.com/watch?v=hoVcqvj3iGg&list=UUZsaLNnkzWZRWCZwElmU0PQ
Esto fue el principio del fin de los X-Men. Morrison no respetó nada e hizo lo que quiso.
Es una serie hecha para quienes nunca leyeron la Patrulla X y que mató para siempre el concepto en pos de mostrar una historia madura con personajes que de la noche a la mañana cambiaron sus personalidades en razón de un autor que más que buscar aportar a la serie, buscaba mostrar su versión de los mutantes o mejor dicho su fama personal.
Las ventas eran mejores con Lobdell y compañía. Es cosa de mirar los números y llorar.
Morrison se despidió de la serie vendiendo unos magros 110 mil ejemplares, los mismos que vendía antes de su llegada.
Muy superior la etapa de Wheedom, pero que lamentablemente no pudo hacer cambios a la estructura impuesta por el autor escocés.
El comic lo encuentro excelente, funciona perfecto, las tramas son notables. Pero no son los X-Men!
«(y que me perdone el señor Retranqueiro»
No.
No, no, no y no. No te perdono.
Mira que llamarme señor…
«Como comenta Armin en su excelente artículo, Morrison trajo un montón de conceptos nuevos a la franquicia: villanos como Sublime o Cassandra Nova; la corparación X, la clase especial; Personajes enormes como Quentin Quire, Angel, Pico, las Cuclillas, Fantomex. Algo así es lo que deberían hacer todas las series Marvel, mirar hacia delante, en vez de estar permanentemente mirando al pasado, y haciendo las mismas historias que se hicieron antes, pero peor hechas.»
Eso es lo que debería ser, pero desde luego no es lo que la gente quiere: sólo hay que leer lo que defienden la mayoría de los comentarios: «que todo cambie para que todo siga igual», resumiéndolo con la frase de El Gatopardo.
Tengo un problema con esta serie: todo lo dibujado por Quitely me parece fabuloso. Todo lo que no dibuja Quitely (excepto una historia de Xorn dibujada por Jean Paul Leon) me parece horrible. A mí no me vale que el guionista sea un genio venido de otro planeta. Yo sólo veo al genio cuando el dibujo me lo permite. Quitely maneja la narrativa, la expresión y, además tiene un estilo que se adecua al tono de la serie. El resto no. Todo lo que no dibuja Quitely parece otro tebeo con otro guionista.
Molon Labe: ¿cartel? De eso nada, lo que tengo es un tatuaje como el que se decía en los comentarios del artículo de los 4F que tenía Stan Lee, y en el que se lee. «90,s rules. In ROB! we truth….» y muchos otras cosas más que ya ni me acuerdo, la próxima vez que logré volver a estar erecto lo releeré
Pues de esta etapa en la parte buena diré que efectivamente mola bastante, Frank Quitely, que ha salvado la vida a Emma Frost en particular y a los mutantes en general (les hacía falta un revulsivo como el comer).
En la parte mala incluyo también el que mola bastante (en ocasiones demasiado), Frank Quitely y las comparaciones con los demás dibujantes (ejem… no miro a nadie, mr. Kordey) y los personajes cuyas personalidades se las pasa por el forro con el único pretexto de amoldarse a su historia o, peor aún, el simple hecho de ser más cool.
Los tebeos que más han influido y siguen haciéndolo (para bien o para mal, yo creo que en general para bien) a los mutantes desde hace años y es que el cambio de santurrón pringado, bastante aburrido, planillo y llorón de Ciclope a lo que es hoy, en mi opinión lo origina aquí el escocés.
¡Gran reseña, si señor! y publicada en un buen momento ya que habrá mucha gente como yo que se estará releyendo toda la etapa debido a la publicación del coleccionable de panini. Para mi una etapa con muchísima calidad que nunca te cansas de releer pero sin duda con algunos peros. Para empezar el apartado gráfico, quitando a Quitely, deja bastante que desear para que sea una obra redonda. En segundo lugar el mutar personalidades de personajes clásicos, que en algunos casos veo necesario para evolucionar, pero en otros no.Y luego, introducción de personajes como Pico, Ángel y algunos más…que no me encajan en X-Men. Obviando estas pegas se trata de una etapa que introduce una cantidad de conceptos, ideas y personajes en la continuidad que lo convierten en un clásico. Por mencionar ideas en las colecciones actuales, tenemos a Emma y las Cuclillos en los X-Men de Bendis. Fantomex, el Profesor y el proyecto Arma Plus en Uncanny X-Force, Secret Avengers y Capitán América de Remender. Quentin Quire trás lo sucedido en Cisma como uno de los mejores personajes de Wolverine and the X-Men de Aaron. Hasta John Sublime a reaparecido en los X-Men de Wood. En resumen, un clásico con mucha calidad de guión con alguna pega, y muy poca de dibujo.
Increible artículo, Juan Luis, enhorabuena…
Me lo tengo que leer con más calma esta noche cuando llegue a casa…
Yo soy fan del calvo, y sus X-Men son una grandísima etapa… lastrada por el dibujo…
En la Marvel actual ya acostumbrada a los 18 números al año, están más preparados para el baile de dibujantes, y los cambios intentan que no sean radicales de un dibujante a otro (+/- no es una regla exacta…)
Pero estos X-Men parece que sirvieron de banco de pruebas, y no siempre les salió bien, lo que perjudicó claramente la obra en su conjunto… No es que Kordey fuera malo, es que le pusieron en una tesitura en la que siempre perdía en la comparación. Tras el estilo limpio de Quitely, sus lápices «sucios» no pegaban nada de nada… O Silvestri en horas bajas, que quereis que os diga…
Please seguid con estos articulazos, ójala todos los meses celebreis algo!!
🙂
igverni: «No es que Kordey fuera malo, es que le pusieron en una tesitura en la que siempre perdía en la comparación. Tras el estilo limpio de Quitely, sus lápices “sucios” no pegaban nada de nada… »
De acuerdo en eso, Kordey tiene un estilo feista, pero no es tan malo como se vio en estos números. Supongo que intentó ganar puntos con los jefes sacádolos de un apuro, lo que al final le acabó perjudicando.
flashpoint: «Muy superior la etapa de Wheedom, pero que lamentablemente no pudo hacer cambios a la estructura impuesta por el autor escocés.»
Pues yo creo que que la etapa Whedon esta (voy a decirlo) sobrevalorada. Son tebeos agradables, bien escritos, tienen la ventaja de contar con Cassaday todos los números. Pero, en general, me parecen un paso atrás en el empujón que les había dado el escocés. Además de contar un final bastante chorra con lo de la bala gigante, y malinterpretar conceptos de la etapa previa. Eso por no hablar de lo de la cura mutante que acabó terminando en nada. Aunque, como señala Mr. X, esta involución es lo que la gente quería, me temo.
Y mira que yo soy admirador de Whedon.
Yo también creo que la etapa de Whedom no es superior a la de Morrison. Vamos, es que ni de coña. De hecho, los motivos que explica Antoine, lo de la bala es una chorrada, la vuelta al «somos superhéroes» y a los trajes es un paso atrás….
Lo malo de la etapa de Morrison es que no la dibujara entera Quitely, en cuyo caso también a nivel gráfico superaría a la de Whedom.
La etapa de Morrison, como ya se ha comentado por aquí, sería mejor o peor, pero era necesaria. Los mutantes estaban anquilosados y lo de Morrison supuso vientos de cambio para la franquicia. Una lástima que le lastrase el dibujo.
A mi me gustan los mutantes de Whedon como al que más, pero si los de Morrison los hubiese dibujado Cassaday y los de Whedon estuviesen firmados por Quitely-Bachalo-Kordey-Jiménez-Silvestry-Jean Paul Lenon-Van Sciver, la mayoría tendríamos clarísimo con que etapa de las dos nos quedaríamos.
Hola.
Bueno, varias cosas. A mí la etapa de Morrison me parce, ciertamente, una de las importantes, aunque no necesariamente una de las mejores, a no ser que para ello aceptemos que la mayor parte de la historia de la franquicia se ha caracterizado por etapas más bien malas o que realmente creamos que los doce años con Claremont a la cabeza fueron una única etapa.
Morrison realmente ofrece un revulsivo a una marca que decaía ya mucho tiempo, y gracias a Quitely le duevuelve la espectacularidad. El sentido de la maravilla que este dibujante impone a los tres primeros números contrasta desgraciadamente con la confusión y morosidad de arcos como Planeta X o Bienvenidos al mañana. En ese sentido, sí diría que la etapa Morrison/Quitely es magnífica, pero tan corta…
Morrison introduce nuevos personajes tan llenos de carisma (los cucos, Xorn, FantomeX, Quentin Quire) que automáticamente deseas que allí sigan para siempre. En ese sentido, un auténtico logro del escocés qu ehay que reconocerle sin paliativos, aunque también demuestre que, como en su etapa con el murciélago, se la de mejor con los personajes inventados por él que con aquellos más antiguos con los que se supone que viene a trabajar (su Batman funciona mejor cuando se centra en Damian o en la liga de imitadores, como en Batman y Robin o en Batman Inc, que cuando pretende profundizar en la imagen de Bruce, esto es, en Batman R.I.P. y en El Regreso de Bruce Wayne).También se le debe la enorme actualizaci´pon de Emma frost, si bien partía de lo ideado por Scott Lobdell para Generación X. En cuanto a Jean, bueno, no sé. Hay frases magníficas en la serie, y un bonito número totalmente descontextualizado; su decisión de anularla es arriesgada pero atractiva y aunque no me parece profunda, la encuentro bastante solvente.
La serie, además, tiene unos cuantos arcos argumentales notables, aunque para mí el baile de dibujos y cierto caos narrativo del guionista (algunos lo llaman genialidad) me impide considerarlos redondos. Pero me fascina como los devotos se empeñan en ocultar el enorme desaguisado que supone el último tercio de la serie, en el que casi todo lo establecido en los dos tercios anteriores se van por el retrete con una contundencia superior incluso a la del mefistazo. Y en el que los villanos de Morrison quedan un poco en calzoncillos. Planeta X pretende ser el climax de la etapa, pero como se ha dicho, está sustentado en uno de los giros de guión más indignos que pueden plantearse, pues no sólo no tiene coherencia alguna, sino que elimina de un plumazo a uno de los mejores personajes de la saga. Pero es que el desarrollo de la historia en esos cuatro núemros (dejo aparte el de Logan y Jean) es un desastre: son cuatro números de Magneto poniendo caras y de cosas rompiéndose, sin ninguna progresión narrativa y, eso sí, con un par de frases molona. El viaje a Arma X es sólo la presentación de un decorado y poco más. Y Bienvenidos al mañana, bueno, puede que le guste, no lo voy a negar. Como hay quien cree que la concepción de Sublime en esa saga es algo brillante, cuando es el ejemplo perfecto de un Deus ex machina vulgar. Y, bueno, que no tiene apenas sentido.
Por otra parte, me sorprende que digáis que la etapa de Wheddon está sobrevalorada, cuando en la web sólo se lee a gente recordando lo fallida que es. Para estar sobrevalorada, se debería decir habitualemnte que es muy buena, cuando no es así. Como no entiendo por qué considerar que los protagonistas de un tebeo de superhéroes se comporten como superhéroes es «un paso atrás». Sobre todo cuando el propio Morrison había dinamitado las bases de su propuesta en los ultimos tres arcos de la etapa.
Como han dicho por aquí, la etapa de Whedonn es una etapa entretenida y bien dibujada. Lo que uno espera de una buena etapa de superhéroes. Comete dos grandes pifias: peligro y la bala gigante. Pero profundiza con acierto en la relación entre Cíclope y Emma, juguetea sabiamente con los arquetipos clásicos de Logan, Kitty y Bestia, establece tres tramas bastante logradas (¿cómo que no pasó nada con la cura’ ¡Resucitó a Coloso! De eso iba aquella trama aunque tomara el nombre del suero antimutante. ¿Qué esperabas, X-Men 3?). Es má sclásica, pues claro, pero no creo que sea algo malo. La de Morrison es más atrevida, pero su tramo final la desvirtúa.
Yo, por ejemplo, me he comprado los cinco primeros tomos del coleccionable. los tres siguientes no pienso hacerlo. Creo que es un desequilibrio muy grave, sobre todo por
Hola.
Bueno, varias cosas. A mí la etapa de Morrison me parce, ciertamente, una de las importantes, aunque no necesariamente una de las mejores, a no ser que para ello aceptemos que la mayor parte de la historia de la franquicia se ha caracterizado por etapas más bien malas o que realmente creamos que los doce años con Claremont a la cabeza fueron una única etapa.
Morrison realmente ofrece un revulsivo a una marca que decaía ya mucho tiempo, y gracias a Quitely le duevuelve la espectacularidad. El sentido de la maravilla que este dibujante impone a los tres primeros números contrasta desgraciadamente con la confusión y morosidad de arcos como Planeta X o Bienvenidos al mañana. En ese sentido, sí diría que la etapa Morrison/Quitely es magnífica, pero tan corta…
Morrison introduce nuevos personajes tan llenos de carisma (los cucos, Xorn, FantomeX, Quentin Quire) que automáticamente deseas que allí sigan para siempre. En ese sentido, un auténtico logro del escocés qu ehay que reconocerle sin paliativos, aunque también demuestre que, como en su etapa con el murciélago, se la de mejor con los personajes inventados por él que con aquellos más antiguos con los que se supone que viene a trabajar (su Batman funciona mejor cuando se centra en Damian o en la liga de imitadores, como en Batman y Robin o en Batman Inc, que cuando pretende profundizar en la imagen de Bruce, esto es, en Batman R.I.P. y en El Regreso de Bruce Wayne).También se le debe la enorme actualizaci´pon de Emma frost, si bien partía de lo ideado por Scott Lobdell para Generación X. En cuanto a Jean, bueno, no sé. Hay frases magníficas en la serie, y un bonito número totalmente descontextualizado; su decisión de anularla es arriesgada pero atractiva y aunque no me parece profunda, la encuentro bastante solvente.
La serie, además, tiene unos cuantos arcos argumentales notables, aunque para mí el baile de dibujos y cierto caos narrativo del guionista (algunos lo llaman genialidad) me impide considerarlos redondos. Pero me fascina como los devotos se empeñan en ocultar el enorme desaguisado que supone el último tercio de la serie, en el que casi todo lo establecido en los dos tercios anteriores se van por el retrete con una contundencia superior incluso a la del mefistazo. Y en el que los villanos de Morrison quedan un poco en calzoncillos. Planeta X pretende ser el climax de la etapa, pero como se ha dicho, está sustentado en uno de los giros de guión más indignos que pueden plantearse, pues no sólo no tiene coherencia alguna, sino que elimina de un plumazo a uno de los mejores personajes de la saga. Pero es que el desarrollo de la historia en esos cuatro núemros (dejo aparte el de Logan y Jean) es un desastre: son cuatro números de Magneto poniendo caras y de cosas rompiéndose, sin ninguna progresión narrativa y, eso sí, con un par de frases molona. El viaje a Arma X es sólo la presentación de un decorado y poco más. Y Bienvenidos al mañana, bueno, puede que le guste, no lo voy a negar. Como hay quien cree que la concepción de Sublime en esa saga es algo brillante, cuando es el ejemplo perfecto de un Deus ex machina vulgar. Y, bueno, que no tiene apenas sentido.
Por otra parte, me sorprende que digáis que la etapa de Wheddon está sobrevalorada, cuando en la web sólo se lee a gente recordando lo fallida que es. Para estar sobrevalorada, se debería decir habitualemnte que es muy buena, cuando no es así. Como no entiendo por qué considerar que los protagonistas de un tebeo de superhéroes se comporten como superhéroes es «un paso atrás». Sobre todo cuando el propio Morrison había dinamitado las bases de su propuesta en los ultimos tres arcos de la etapa.
Como han dicho por aquí, la etapa de Whedonn es una etapa entretenida y bien dibujada. Lo que uno espera de una buena etapa de superhéroes. Comete dos grandes pifias: peligro y la bala gigante. Pero profundiza con acierto en la relación entre Cíclope y Emma, juguetea sabiamente con los arquetipos clásicos de Logan, Kitty y Bestia, establece tres tramas bastante logradas (¿cómo que no pasó nada con la cura’ ¡Resucitó a Coloso! De eso iba aquella trama aunque tomara el nombre del suero antimutante. ¿Qué esperabas, X-Men 3?). Es má sclásica, pues claro, pero no creo que sea algo malo. La de Morrison es más atrevida, pero su tramo final la desvirtúa.
Yo, por ejemplo, me he comprado los cinco primeros tomos del coleccionable. los tres siguientes no pienso hacerlo. Creo que es un desequilibrio muy grave, sobre todo porque muchos elementos previos debían tener su sentido pleno en ese tramo final, y no fue así. Y la justificación del «placer del viaje» siempre me ha parecido el último recurso de los tontos, con todos mis respetos. Creo que la etapa tiene muchas virtudes, pero también muchos defectos.
¿Podemos hablar de la Patrulla hipster?
A mi esta etapa me supuso, después de abandonar a finales de los 80, mi reentrada en los tebeos. Está en mi «top» patrullero junto a la etapa de Claremont/Byrne…Cokcrum y la de Whedon, aunque esta última creo que tiene menos importancia editorial.
-Además de ser una etapa muy entretenida y que se puede leer como una sola historia sin haber leído nada de los mutantes ni antes ni despues, supone una revolución en una franquicia que lo necesitaba desde hacía años
-Curiosamente, a pesar de ese carácter revolucionario que Morrison se encarga de recalcar en cada viñeta, muy buena esa primera viñeta del centinela, no deja de ser toda la etapa una reinterpretación de la de Claremont, o al menos esa es la sensación que tengo.
-Kordej hace un trabajo horroroso en sus primeros números, sobre todo da la sensación de estar viendo un trabajo inacabado pero luego regala algunas escenas espectaculares, estoy recordando algunas de la historia de arma xii
Se me olvidaba.
El único «pero» es el asunto Xorn/Magneto, a grandes rasgos cuadra pero creo que o está improvisado o Morrison hace trampas al caracterizar a Xorn, especialmente en el número que le dedica en solitario y luego es cierto que cuando MAgneto «se hace malo» queda un poco forzado el tono de villano de opereta
recordar esta etapa me trae un sabor agri-dulce. Fue muy buena y revolucionaria en su momento, desde el tiempo clasico de Claremont no habia leido algo que me moviera el piso en los xmen, no tanto por las historias (que en realidad Morrison hace es un homenaje a claremont) Si no mas bien por los dialogos, esos dialogos geniales que te sacaban una sonrisa pensando que se fumo el senor Morrison para inventarse aquello? y las situaciones en que se encontraban los personajes. Esa era la parte dulce, la agria vendria con la penultima saga, la infame Planet X. Estoy seguro de que la idea original de Morrison no era la de involucrar a Magneto en todo esto. Me olio a mano editorial **Quesada, coff, coff** Sea cual sea la razon, esta desicion no hizo mas que arruinar la fluidez con que venia dandose toda la etapa, incluir a Magneto fue como meter en una pelicula de Star Wars al capitan Kirk. Sobretodo si se habia dedicado un numero entero a explicar y desarrollar al personaje de Xorn. Ese magneto no era «nuestro» Magneto, ese era un loco desquiciado, adicto a las drogas y plano, no el personaje tridimensional al que todos queremos. Recuerdo que al terminar de leer el numero donde Logan decapita a Erik, tuve que contenerme para no romper el comic en dos. Ese no era Magneto, no podia serlo. El tiempo y meses despues me dieron la razon.
saludos.
A alguien mas le parecio entretenida la etapa de Alan Davis en los mutantes??? Creo que hizo un trabajo mas que aceptable que luego se vio opacada cuando Claremont tomo el control.
saludos.
Buenas.
La verdad es una etapa q introduce muchos conceptos bases de los mutantes actuales como ya dijeron.
En particular el apartado grafico, es de regular a malo. Excepción de algunos momentos ( lo de Jean con Logan) … cosa también dicho es la desorganización del guión o talvez lo difícil q era plasmarlo en dibujos, los Arcos se entendían en la imagen general, pero en particular nunca sabias a ciencia cierta como habían llegado a tal o cual punto, las transiciones eran muy complicadas.. el huevo y la gallina Guion complicado? Dibujante Vago? No importa la conclusión era una confusión atroz y miren q lo leí todo de corrido pobres lo q iban comic a comic…
Ahora acaba mi pregunta, y la razón principal por la que leí el articulo y todos los comentarios… Alguien me puede explicar como Xorn es Magneto?? Y algo peor como después Xorn NO ERA MAGNETO?? y estaba vivo en otro lado??
Y nadie se acuerda del el hermano de Xorn?? El cual no me acuerdo el nombre pero era algo así como Xirn? Xurn?
Por favor es el día de hoy que no entiendo esas tres cosas…
Me gusta todo lo que tenga mutantes, pero esto? Lejos esta de ser una etapa decente, mas allá de los conceptos entregados.
Xorn era un mutante que bajo la influencia de Sublime, adopto la identidad de Magneto con el fin de atraer a los mutantes a que se unieran bajo su causa. Aparenemente el Xorn original tenia un hermano gemelo el cual se contacto con los xmen…pero que perdio sus poderes a causa de Wanda.
Cuando a los mutantes les fueron quitados sus poderes, supuestamente esta energia se junto formando una entidad que tomo conciencia haciendose llamar the collective, la cual tomo posecion de Michael Pointer para tener un cuerpo fisico, pero que luego separado de este, revelaria que su nombre era Xorn. (supuestamente la personalidad mas fuerte de todo el collective habia asumido control haciendose conciente, y esta personalidad no era otra que la del xorn original)
Eso o marvel simplemente no sabia que hacer para arreglar el relajo.
Redarrow, confiesa, tu tampoco lo entiendes.
Yo me quede a medias, nunca logré terminar la etapa Morrison, hasta donde leí todo me parecía una genialidad, después me enteré que Xorn no era Xorn sino Magneto haciéndose pasar por Xorn? y me dio un bajón al saber que habían destrozado un genial personaje y mas tras el desbarajuste que hizo Bendis, por dios. Morrison nos trajo tantos personajes con una fuerza increíble: las Cucos, Emma Frost, Casandra Nova, Xorn, Quentin Quire, Fantomex, ese es su mayor legado.
l rodriguez: Yo me quede a medias, nunca logré terminar la etapa Morrison
Lo que toda la vida se ha llamado un gatillazo.
y todo esto sucede donde??? oseaa en los comics de Morrison? o dsp Marvel saco una mini serie u algo para explicarlo???
Pues a mí me pasa como con Inland Empire, de David Lynch, o como en general con casi todas las películas de David Lynch: en su momento, cuando lo leí, creo que lo entendí todo. Pero, pasado un tiempo, sería incapaz de explicárselo a nadie. De hecho, es probable que cuando llegue a eso en el coleccionable lo entienda de otra manera. O no lo entienda en absoluto. De todas maneras, lo de entender las cosas está sobrevalorado. Hay cosas que molan más si ves que hay una lógica interna, pero no eres capaz de captarla totalmente. Y en cualquier caso mi mujer siempre me dice que no soy capaz la o con un canuto, así que tampoco hay que hacerme mucho caso.
Jajaja me pasa exactamente lo mismo lo q creí haber entendido al final no es así o tan así.. Dsp algunos se quejan de los 90.. La guerra de magneto no son ni la mitad de confusa q esto de xorn,que igual agradezco la explicación pero cada vez q la leo tengo mas prengutaS.. Y ya que esta citada arriba se explicó en algún lado el porque la relación de el clon de magbus con rogue se traslada al magneto post día M??? Igual muchas gracias…
Magnus* Erik* amo del magnetismo * y ahora Erik el blanco post AvX
Totalmente de acuerdo con los que denostan esta etapa, Quitely no digo que sea mal dibujante pero para dibujar superhéroes ni de coña. Da grima. Y el resto entre lo malo y lo correcto. Lo de Xorn lo hace Lobdell y todavía le estaríais insultando y mató de mala manera de a Jean, poque yo lo valgo. Una muerte totalmente gratuita. En fin, para mi gusto hay muchas mejores etapas en los mutantes tanto antiguas como nuevas (no hablo de ti Bendis).
Por cierto, felicitar al articulista. Genial el trabajo.
Vamos a ver, el tema de Xorn, por lo menos con Morrison (lo de después no lo leí) está claro.
Se supone que era un mutante chino con una estrella en la cabeza, el personaje funciona y cae bien, el caso es que, en algún momento de la etapa, el calvo cree que podría ser un buen golpe de efecto que fuera una mascarada de Magneto. Mira que me gusta esta etapa, pero no creo que lo tuviera pensado desde el principio, hay cosas que no cuadran: el número dedicado a él podría colar como parte del engaño, pero ¿como resucita al pájaro cuando Cíclope va a buscarlo al templo en China?. ¿No nos mola que Xorn no fuera más que un difraz? puede, pero el personaje lo crea él, es decir, es su gato y… sabeis lo que hace cuando quiere.
La idea parece que ya la tiene tomada en la saga de Revuelta en la Mansión cuando Quentin Quire dice entre delirios que el enemigo está entre nosotros, como también creo que Morrison, desde el principio, tiene pensado usar a Magneto. Yo, desde luego, no concibo que lo matara en el ataque a Genosha fuera de cámara.
El tratamiento de Magnus en Planeta X no es el de siempre, desde luego no el de Claremont, pero, por lo menos, Morrison lo justifica con que el tío va puestísimo de droga coz. Droga que ya había aparecido previamente el la etapa.
Antoine: un mutante chino con una estrella en la cabeza
Y luego los que leemos tebeos nos extrañamos de que nadie nos tome en serio.
Buenas… estuve leyendo y releyendo y buscando en internet haber si alguien tenia una explicacion mas o menos entendible… Cosa q no hay…
Ahora bien, se que muchos de ud. prefieren a Jean muerta, como debio quedarse al termino de DP, pero permitir q sea victima de esta confusion y q su asesino ni siquiera se sepa si es o no, o fue o sera… Me parece bastante flojo para un personaje con tanto poder eh importancia, y miren q soy de los que creo q muerta da mucho mas juego q viva y q si estas muerto muerto te debes quedar…
pero bueno, yo sigo pensando q es una etapa mas, q mas alla de su relevancia con respecto a los muy bueno personajes q dejo sigue siendo tan confusa como cualquier arco de los 90 o aun mas, por ahi no tuvo ningun crossover, pero si tiene todos los defectos de uno..
Primero de todo: fantástico artículo, Juan 😉
Respecto a la obra la cosa empieza muy bien, Grant Morrison no inventa nada, hace un remake de la historia de la Patrulla-X y añade un par de ideas de su cosecha, pero consigue llevarnos por su senda. Los primeros arcos argumentales son muy buenos pese al baile y calidad de los dibujantes.
Pero en los últimos arcos argumentales la cosa se desinfla cosa mala y acab resultando ilegible, no por ser la ida de olla habitual del escocés sino porque directamente son pésimas historias.
Todo el trabajo realizado se va por el desagüe con el regreso de Magneto y que fuese un referente para el Ultimatum de Jeph Loeb nos debería dar una idea del tamaño del fiasco. Si todos estamos de acuerdo en calificar Ultimatum como lo que resulta ser no deberíamos tener problemas en reconocer lo mismo en estas historias escritas por Grant Morrison. Y, finalmente, su versión de Días del Futuro Pasado sigue el mismo camino y ya no levanta cabeza.
Por cierto, ¿lo de las mutaciones secundarias es cosa de Morrison o ya venía de antes?
Lo digo porque introdujo muchas ideas que me repatean, pero aunque solo sea por esta ya le tengo odio eterno.
Finalmente era otra mierda de Morrison!!!! Jajaja
«sta esta etapa, pero no creo que lo tuviera pensado desde el principio, hay cosas que no cuadran: el número dedicado a él podría colar como parte del engaño, pero ¿como resucita al pájaro cuando Cíclope va a buscarlo al templo en China?. ¿No nos mola que Xorn no fuera más que un difraz? puede, pero el personaje lo crea él, es decir, es su gato y… sabeis lo que hace cuando quiere.»
Cada vez que leo este tipo de tontería abandono el foro un mes. Hasta noviembre, chicos.
Ocioso…pues que te puedo decir, solo que Wikipedia y uncannyxmen.net ayudan y mucho jeje
Segun lei por ahi, Mr. Morrison dijo en una entrevista que desde el inicio fue su idea que Xorn fuera Magneto. Yo no lo compro.
A mi Here comes tomorrow me gusto, me parecio un simpatico remake u homenaje. Lo que si me confundio fue el final, sobretodo las ultimas vinetas con todos esos phoenix de varias realidades o futuros. Mi cerebro ya no podia mas con las ideas o disparates de Morrison.
Ocioso, hasta donde se, las mutaciones secundarias SI son invento de Morrison.
Por cierto mi numero favorito de toda la etapa es cuando Sage y Bishop regresan a la mansion para intentar resolver el asesinato de Emma. (una vez mas Morrison demuestra que admira o siente respeto por el trabajo de Mr. Claremont)
Mire, que casi siempre coincido con usted, Sr Pardo, pero, ¿Bienvenidos al mañana -¿se tradujo así el último arco, no?- una mala historia? Bueno, creo recordar que una vez salió el tema con el Sr Gavilán y a él si le molaba.
En fin, me quedo sólo en mi reivindicación de Morrison (y Franco Battiato 😉 Pues nada, señores, quédense con los mutantes de Bendis y que los disfruten.
En primer lugar muchas gracias a todos los que habéis comentado el artículo y a los que me habéis felicitado por el mismo. No es fácil intentar ponerse al nivel general que hay en esta web para hablar de cómics. La experiencia me ha gustado y ya veremos si en el futuro vuelvo a reincidir, será un placer.
En líneas generales coincido con mucho de lo que planteáis. Desde que era una etapa necesaria y llena de buenas ideas que modernizaban a los personajes (para mí muy bien perfilados y con una más que considerable fidelidad a sus esencias, si exceptuamos a Magneto, que ahí sí está descaracterizado hasta lo insultante, no veo a un hombre tan inteligente como Erik Lensherr ponerse en la tesitura de ser un yonqui descerebrado) hasta que la irregular nómina de dibujantes lastra el apartado artístico de la obra, aunque es cierto, como se ha dicho, que Igor Kordey es mejor dibujante de lo que se ve en Nuevos X-Men. Pero por desgracia aquí lo hace fatal en líneas generales y correctamente en pocos momentos. Eso sí, yo prefiero un buen guonista acompañado de un mal dibujante, que un mal guionista y un dibujante cojonudo. En el primer caso todavía podríamos hablar de un «cómic» en el segundo lo haríamos de un «bonito portafolios».
También coincidimos en que el giro final con Xorn/Magneto es una cagada, muy gorda. Parece como si toda la serie hubiera fluido de manera bestial hasta Asalto a Arma Plus (a mí me parece uno de los mejores arcos de la colección y ese «Maldita máquina genocida» que le espeta Logan a Arma XIII me parece un momento digno del «Ahora me toca a mí» que suelta el personaje en las alcantarillas durante La Saga de Fénix Oscuro) en Planeta X todo se muestra atropellado, confuso, como si Morrison estuviera siendo presionado para mandar al carajo todo lo que había construido con tanta pericia y talento. No me vale que Magneto esté bajo el influjo de las drogas, o que lo tuviera todo planeado, es un coitus interruptus que como clímax se salva por el dramatismo que contiene, pero no podemos negar que es un arco argumental que parece salido de la mano de un Jeph Loeb en horas bajas.
Aquí otro defensor de Bienvenidos al mañana (A Gavilán no es que le guste, es que le encanta esta saga) como ya he comentado en la reseña, me apasiona por el intercambio de roles con la excusa de la distopia futurista, me gusta Silvestri y me gusta que sea un homenaje a Días del Futuro Pasado con el sello personal de Morrison, para mí combinación ganadora, pero comprendo que no sea plato para todos los gustos.
También soy un gran defensor de los Astonishing X-Men de Whedon, que me parecen el genial contrapunto de los NXM que nos ocupan. Pero también comparto, como se ha comentado por aquí, que tanto lo de Peligro como lo de la bala gigante me parecieron manchas que no hicieron que el trabajo de Whedon y Cassaday fuera perfecto. A los AXM de Joss le pasa lo que a la etapa de Joe Kelly con Masacre, que muchas de las ideas argumentales son dispersas o poco sólidas, pero las dotes como narrador de ambos guionistas sacan oro de las historias.
¡Un saludo para todos y Frank Quitely es DIOS!
Buenas…
la mutaciones secundarias son de Morrison, no es una idea q me moleste la verdad y personajes muy muy buenos y q dan juegos hoy en dia…
pero la verdad el ultimo arco dsp de Xorn es muy bueno, y mas comparado con la locura del arco anterior…
nose si lo dije ante, pero el articulo es genial…
sigo sin saber quien es fue o sera Xorn, pero que antes de que se valla todo a la mierda, era un personaje mmuy interesante como la mayoria de los q introdujo…
lo unico q lei de Morrison es NXM y un par de cosas de Batman y Damian y veo q sabe intruducir personajes nose si sabe terminarlos ya q antes de flash point y no se actualmente pero se lo cargo a el tamb…
muchas gracias por leer…
T o t o.
A mi también me gustó mucho «bienvenidos al mañana».
Parece que mucha gente rechaza la etapa excusándose en que el arco de Planeta X es muy flojo, como si New X men hubiera sido una serie con un supermisterio que hubiera que descifrar al final. Algo tipo Perdidos o la etapa Hickman, con el rollo del «todo muere». Cuando el calvo la plantea como arcos relativamente cerrados, con algunas subtramas.
Entiendo que Planeta X no guste por el giro de Magneto, pero eso no invalida todo la etapa que ha funcionado de manera bastante independiente. En cuanto a Bienvenidos al mañana, digamos que Silvestri no era el dibujante adecuado para esa historia. Con la maravilla que podía haber salido si la hubiera dibujado Quitely.
Yo tampoco pienso que Planeta X invalide todos los logros de la etapa de Morrison, pero sí es cierto que ese arco invalida y deshace muchos de los aciertos y parte de la cohesión que hasta ese momento tenía bien ensamblada todas las tramas de manera conjunta. Es como un elefante entrando en una cacharrería, un final caótico para una etapa sustentada en el orden, la fluidez narrativa y las buenas ideas.
Pues a mí me gustó Planeta X y sí creo que es muy posible que Morrison lo tuviera planeado desde el principio basándose en una serie de factores:
1- Morrison quería matar a Jean Grey para subsanar lo que consideraba el mayor error de la franquicia. Yo aplaudo la decisión, pero iba a hacer más mal que bien si luego la resucitaban tras su marcha. Para mi sorpresa, no ha sido así.
2- Xorn era una «morrisonada» tan evidente, que me parece genial que fuera un engaño. Era el tipo de personaje que la gente esperaba de él: un tío metafísico que tiene una estrella en su cabeza. Es una de sus flipadas. yo siempre odié a Xorn porque para mí no encajaba en la serie, me parece genial que el guionista haya usado las expectativas del lector para engañarlo. Fue una trolleada a los lectores magnífica.
No digo que el que fuera Magneto esté bien traído, de hecho, reconozco que pudo ser improvisado. Pero sí creo que si no era su objetivo inicial, si lo era el que Xorn se refvelara como el gran villano.
Y a mí si me gustó ese Magneto encocado. Iba muy con el tono de su obra. el revolucionario viejo que se ha quedado atrás y ha sido superado por su propia revolución, quedando anticuado como símbolo y degradándose para demostrar que aún mola. Creo que era algo coherente con su etapa y me parece un gran final para Magnus, aunque quizás más apropiado para una obra que transcurra en un universo alternativo. En el fondo es un fallo, haber hecho algo tan radical que te iban a refutar casi de inmediato.
Khonshu: el revolucionario viejo que se ha quedado atrás y ha sido superado por su propia revolución, quedando anticuado como símbolo y degradándose para demostrar que aún mola.
De eso van los personajes de Morrison, de molar. Los supervillanos no pretenden robar, ni asesinar, ni convertirse en los amos del mundo, solo buscan ser los mas molones. Los superhéroes les detendrán porque ellos molan mas.
Para Morrison molar lo es todo. Por cierto, ¿conocéis la anécdota de Morrison dando vueltas drogado por un aeropuerto tras haberse cagado sus impolutos pantalones blancos?
«De eso van los personajes de Morrison, de molar. Los supervillanos no pretenden robar, ni asesinar, ni convertirse en los amos del mundo, solo buscan ser los mas molones. Los superhéroes les detendrán porque ellos molan mas.
Para Morrison molar lo es todo.»
Lo dice como si eso fuera algo malo.
«Por cierto, ¿conocéis la anécdota de Morrison dando vueltas drogado por un aeropuerto tras haberse cagado sus impolutos pantalones blancos?»
Lo dice como si eso fuera algo malo.
(¿Eso no le paso en España (creo)? Bueno, el mismo reconoce que tuvo una -larga- etapa de drogoto importante.)
“Por cierto, ¿conocéis la anécdota de Morrison dando vueltas drogado por un aeropuerto tras haberse cagado sus impolutos pantalones blancos?”
Seguro que los defensores a ultranza del calvo opinan que es una falacia. Una leyenda urbana sin credibilidad alguna.
Seguro que los detractores acérrimos del calvo opinan que lo que manchaba esos impolutos pantalones blancos no eran excrementos sino un derrame cerebral.
La sociedad. Que cada vez está más polarizada.
«Por cierto, ¿conocéis la anécdota de Morrison dando vueltas drogado por un aeropuerto tras haberse cagado sus impolutos pantalones blancos?»
No veo que sea una cosa excepcional, quien mas o quien menos a tenido un incidente parecido, cambien aeropuerto por residencia de ancianos y pantalones por pañal y estoy seguro que tarde o temprano nos llegara a todos.
«Para Morrison molar lo es todo. Por cierto, ¿conocéis la anécdota de Morrison dando vueltas drogado por un aeropuerto tras haberse cagado sus impolutos pantalones blancos?»
No daba vueltas sin rumbo, andaba en una búsqueda espiritual que le había ordenado su tótem.
«(¿Eso no le paso en España (creo)? Bueno, el mismo reconoce que tuvo una -larga- etapa de drogoto importante.)»
En la introducción de esa obra maestra que es Enigma, Morrison deja caer que él y Peter Milligan tuvieron juergas bastante auto-destructivas (comenta cómo los dos se escaquearon de acudir a una feria de cómics porque el resacón era tremendo).
Esta fué la etapa que me hizo dejar los mutantes y comics en general.
Lo que mas rabia me dá de esta etapa es que de repente aparece un mutante ( que odia a los mutantes, cosa que nunca entenderé) que envia centinelas a destruir 16 millones de mutantes a Genosha y ninguno de esos mutantes tiene poder para destruirles. eso no tiene sentido ni logica. es la etapa en que molar era lo mas y donde mas muertes havian, cosa que hacia que la muerte de personajes ya ni nos afectara ni nos importara. Hizo cosas buenas morrison con los mutantes? es cierto, pero para mi hizo más cagadas que aciertos.
Pues yo, sintiéndolo mucho, lo he dejado en el cuarto tomo de la recop. actual de Panini.
No me acaba de gustar, no siento los personajes y ni mucho menos las tramas.
Y conste que he llegado al cuarto tomo dándole y dándome todas las oportunidades posibles,
por que siempre he tenido esta etapa por algo «imprescindible» en el universo mutante,
a lo cual también ha contribuido leer este buen artículo de Armin, claro.
Y seguro que es una excelente obra, como decís algunos de vosotros. Y que era necesaria,
en su momento, para la cole, no lo pongo en duda. Pero, ya digo, no he conseguido «entrar»
en la serie y, ni mucho menos, conectar con los personajes, ni los clásicos ni los creados por
Morrison para la ocasión. Y el baile de dibujantes y su, en mi modesta opinión, baja calidad,
es cierto que no me ha ayudado mucho en el tema, no.
Una pena. Y más teniendo en cuenta que ahora estaba interesado en la etapa de Wheddon,
pero me ha dejado tan defraudado esta de Morrison que me parece que, de momento,
voy a dejarla para mejor ocasión. Tiempo habrá y ahora mismo obras para leer, releer y comprar,
tengo unas cuantas en la cola esperando su turno 😉
Rockeros Saludos.
“
la de Morrison tiene unos conceptos cojonudos y unas tramas bastante interesantes, pero l”
Se está usted ablandando, Sr Nexo. Cualquier día de estos alguien le sorprende comprando a escondidas El asco.
Ok Jorge, tendré en cuenta tu opinión sobre la etapa Whedon.
Gracias 😉
Jorgenexo:
(Si te sirve de opinión, la etapa de Whedon y Cassady es exactamente lo opuesto a la de Morrison: un tío que conoce y ama los personajes y que nos quiere contar la historia con ellos que ha querido contar siempre. Y la cuenta muy bien, demostrando un conocimiento de caracterizaciones y habilidades cojonudo, apoyado por un Cassady que me temo ya no volveremos a ver.
Vamos, que entre la revolucionaria etapa de Morri en la que “reinterpretó” a unos personajes de los que evidentemente no tenía las nociones suficientes como para reinterpretar nada y la neoclareontiana de Whedon, ya te puedes imaginar con cuál me quedo: lo dicho, la de Morrison tiene unos conceptos cojonudos y unas tramas bastante interesantes, pero las podría haber utilizado tanto para relanzar a los Snorkels que a los XMen, con efectos igualmente nocivos para el devenir de sus historias. La de Whedon, sin embargo, resulta evidente que viene de un guionista que no se considera, en absoluto, por encima de los personajes con los que trabaja. )
Justamente lo que yo pienso.
Disculpen por escribir en un tema tan viejo.
Nada, nada, escribid lo que queráis en el tema, que casi me costó la salud escribirlo 🙂