Occupy Avengers #1, de David Walker y Carlos Pacheco

 

Edición original: Marvel Comics.
Edición nacional/ España:.
Guión: David F. Walker.
Dibujo: Carlos Pacheco.
Entintado: Rafael Fonteriz.
Color: Sonia Oback.
Formato: Grapa, 22 páginas.
Precio: $3.99.

 

¿Os acordáis del movimiento Occupy? Sucedió hace unos años –eones en nuestro mundo globalizado– y terminó por diluirse. Pero, visto el título de esta nueva serie, parece que en Marvel aún se acuerdan de él. Y la elección del nombre Occupy no es baladí. La idea es que este nuevo grupo de Vengadores intervenga en problemas sociales con claros paralelismos a la realidad, que se ponga del lado de los más oprimidos. Un mensaje bien resumido con el eslogan Take Back Justice!

Tras los acontecimientos del tercer número de Civil War II, Ojo de Halcón busca redimirse. Su forma de hacerlo es ayudar al ciudadano de a pie, olvidarse de tantas riñas internas en la comunidad de superhéroes. Y su primer paso es investigar un problema de agua contaminada en una reserva de nativos americanos que casualmente se encuentra bajo la protección de Lobo Rojo, primer miembro de sus Occupy Avengers. El guión está claramente reflejando el caso del pueblo de Flint y de las pobres condiciones de vida en las reservas.

No es la primera vez que David F. Walker aborda temas de actualidad –véase Nightawk–, pero en este caso es más difícil incorporarlos al cómic. Como bien dice Ojo de Halcón en un monólogo interior, uno no puede golpear al agua contaminada hasta que deje de ser un problema. El guión, por lo tanto, se limita a usar el caso de Flint como ambientación. Muestra la situación y sus gravísimas consecuencias, y admite rápidamente la incapacidad de los superhéroes para resolverlas. Acto seguido, centra toda su atención en una pelea espectacular que dura el resto del número, pero no aporta casi nada. Y ahí radica el problema de este primer número: la temática social de la serie no parece ni de lejos tan importante como Marvel nos quiere hacer creer. Estamos antes un cómic de superhéroes bastante convencional que no retrata la realidad de ninguna forma especial, profunda o merecedora del adjetivo Occupy. Demonios, el cliffhanger va en contra de la afirmación de Ojo de Halcón sobre lo duro que es resolver la crisis que está investigando. ¡Al final resulta que al agua contaminada sí le puedes dar golpes!

Por supuesto, es injusto juzgar la serie entera con base en un número, pero esta se supone que es la introducción. El guión debería estar haciendo más hincapié en lo que supuestamente hace diferente a la serie. Cualquier cosa menos narrar una persecución innecesaria con los típicos mercenarios tontos. En su primer número Captain America: Sam Wilson, por ejemplo, contó más y mejor que Occupy Avengers.

No todo son críticas negativas, eso sí. Walker sabe escribir guiones y no se le puede achacar una mala narrativa o pésimas caracterizaciones. Su Ojo de Halcón se antoja como lo mejor de la serie. Desde el primer minuto, en el que lamenta lo paradójico de haberse ganado el reconocimiento que se merecía haciendo la peor decisión de su vida, se ganó mi interés. Pienso seguir Occupy Avengers sólo por Clint Barton. Y como uno de los pocos a los que les gustó su cancelada serie, la inclusión de Lobo Rojo me parece un acierto. Tengo ganas de saber quiénes serán los otros integrantes del grupo.

En el apartado gráfico tenemos a Carlos Pacheco, todo una garantía. El entintado de Rafael Fonteriz, aun sin ser el de Jesus Merino, no está mal. Sin embargo, el color… En mi opinión, no encaja bien con el estilo de Pacheco. Alguien como Frank Martin hubiera funcionado mejor. Pacheco, por cierto, permanece solo hasta el cuarto número. ¿Su sustituto? Gabriel Hernandez Walta, de la fantástica Vision.

En conclusión, el arranque de Occupy Avengers se encuentra muy por debajo de las expectativas, sobre todo teniendo en cuenta el historial de Walker. Hay mucho margen de mejora, y más vale que lo aproveche, aunque solo sea para no desperdiciar a dibujantes como Pachecho y Walta.

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