Ocho relatos de Isaac Asimov, de Fernando Fernández

Edición original: Firmado por… 3 Isaac Asimov. Selección de cuentos ESP (Bruguera, 1983)
Edición nacional/España: Ocho relatos de Isaac Asimov (Cartem Comics, 2022)
Guion: Fernando Fernández, adaptando relatos de Isaac Asimov
Dibujo: Fernando Fernández
Corrección de textos: Elena Hernández y Marta Molina
Realización técnica: Antonio de Diego
Formato: Cartoné. 72 páginas. 22€

Los dibujos de Fernando Fernández elevan la calidad de los relatos de Asimov.

Firmado por… fue una colección de Bruguera aparecida en 1983 en la que en cada tomo un autor de cómic adaptaba relatos o novelas de un escritor famoso. Una propuesta muy interesante con la que la editorial trato de modernizarse y ofrecer un material más acorde al que se podía encontrar en las revistas de adultos de la época que triunfaban en los quioscos de toda España. Sin embargo, solo vieron la luz tres álbumes, en el primero pudimos leer como Luis Bermejo con la ayuda en los guiones Juanjo Sarto adaptaba en una historia larga algunos de los relatos de ciencia-ficción sobre robots escritos por Isaac Asimov, en el segundo Florenci Clavé adaptaba la novela de género negro de Chester Himes Corre, hombre y en el tercero Fernando Fernández adapto al cómic ocho relatos de Isaac Asimov. Poder hacerse con ellos, tras casi cuatro décadas de su aparición no era una tarea sencilla, pero, por suerte para los incondicionales de la obra de Fernando Fernández (Barcelona, 1940- 2010), Cartem acaba de reeditar los relatos que aparecían en el tercero en Ocho relatos de Isaac Asimov, siguiendo con la recuperación de sus trabajos que comenzaron con un enorme éxito con la magnífica edición que hace un año hicieron de su adaptación de Drácula. El volumen recién publicado contiene las ocho historias que aparecieron en el tomo original elegidas por el autor barcelonés, pero con una edición de bastante más calidad que la original ya que están reproducidas desde los materiales originales que conservaba su familia, lo que nos permite disfrutar como nunca de su vigoroso trazo que, en este trabajo realizado justo después de la adaptación de la novela de Bram Stoker, volvió con al blanco y negro con el que había triunfado en las revistas de Warren demostrando de nuevo sus ganas e inquietud de experimentar con el medio y no anclarse en un estilo o género.

Aunque es conocido sobre todo por las sagas de la Fundación y sus historias de robots, Isaac Asimov (1920-1992) escribió a lo largo de su carrera infinidad de relatos de todo tipo y género. Los ocho adaptados en esta obra aparecieron entre 1940 y 1970 y todos se podrían calificar como de ciencia-ficción en su versión más fantástica. Son piezas breves que nos permiten vislumbrar algunas de las constantes de su obra como la preocupación por la interacción entre el hombre y la tecnología, la destrucción del medio natural que siembra la humanidad en nombre del progreso y los réditos económicos, las grietas invisibles que se que producen de las sociedades aparentemente utópicas, etc. Unos temas tratados con profusión por la ciencia-ficción antes y después de la aparición de cada uno de los relatos incluidos en esta obra que hacen que algunas historias nos despierten ecos de otras que ya conocíamos con anterioridad, pero a las que Asimov dio un particular toque de humanismo, desenfado y lirismo, algo que potencia la interpretación grafica que les da el elegante trazo Fernando Fernández creando unos mundos repletos de una tecnología tan bella y estilizada como maravillosamente poco plausible. Como es habitual en Asimov no son unos relatos repletos de escenas de acción trepidante, ya que lo que prima son las escenas más pausadas en las que la narración avanza a través de diálogos.

Como sucede con la mayoría de obras que recopilan varios relatos está marcado por la irregularidad de los mismos, aunque no tanto en el dibujo que brilla a gran altura en todos, sino por la calidad y originalidad del relato de Asimov adaptado. De entre la colección de adaptaciones brillan ¿Le importa a una abeja? en la que el dibujante catalán hace gala de un enorme domino del entintado y las masas de negro en una historia que pone de manifiesto las estupideces que los humanos comentemos en nombre del progreso; Versos luminosos, un interesante relato con toques detectivescos sobre la hipocresía de la alta sociedad y el mundo del arte; pero, sin duda, la mejor historia es 2430 d. de C, que sirve como cierre al volumen y encierra una brutal critica a la homogenización de la sociedad y cómo se trata de acallar las voces discordantes como la del protagonista, cuyo sufrimiento podemos paladear gracias al enorme trabajo de Fernando Fernández.

El resto de relatos, aunque tienen una calidad gráfica como ya hemos dicho incuestionable, resultan más manidos. ¡Asnos estúpidos! explora por enésima vez la idea de una organización galáctica que juzga a la Tierra, aunque resulta interesante cómo explota el pánico nuclear vigente en el mundo en la época en la que fue escrito, el final es absolutamente previsible. Una estratagema inédita, Luz estelar, y Multivac son tres historias que tratan sobre el concepto de justicia y como la tecnología puede ayudar tanto a tratar de eludirla como para tratar de prevenir que se comentan crímenes, unos relatos con evidentes ecos de los de P. K. Dick, aunque con unos planteamientos bastante más ingenuos y ligeros. Por su parte en La amenaza de Calixto nos encontramos con un relato sobre una expedición que se encuentra con una raza alienígena bastante violenta, aunque con una resolución demasiado cándida en la que los humanos eligen la no violencia. Una actitud que la historia se ha encargado en demostrar que resultada del todo irreal.

Como ya hemos mencionado con anterioridad cuando Fernando Fernández creo esta obra acabada de finalizar tanto Drácula como Zora y Hibernautas, dos obras en las que había dado probadas muestras de su habilidad con el color. Así que en parte resulta sorprendente que en esta obra prescindiera de él, pero el resultado es extraordinario con algunas de las mejores páginas de su carrera (la última página del cómic es una absoluta maravilla que nos deja ver la terrible desolación que siente el protagonista) en las que se puede apreciar el enorme dominio que tenía tanto de las herramientas narrativas del medio como de las técnicas artísticas que podía emplear. A lo largo de los relatos podemos ver una enorme variedad de composiciones de páginas que hacen que cada uno sea diferente, sin caer en la repetición y tratando de innovar lo máximo posible en lugar de optar por las soluciones más sencillas tirando de oficio y experiencia. Pese a esa innovación constante, la legibilidad de la página nunca se resiente. Además, también hay que destacar sus diseños que huyen de la enorme influencia que ejercían los creados para Star Wars y Star Trek en la época en la que aparecieron para ofrecen unos mundo únicos y llenos de personalidad propia que consiguen enmarcar los relatos en una suerte de universo común. Un trabajo sensacional que consigue dotar de interés a todos los relatos superando sus altibajos para ofrecemos unas páginas que permanecen en la retina días después de cerrar el tomo.

Que obras como esta vuelvan de nuevo a las estanterías es vital para que los grandes autores que ha dado el cómic español no caigan en un injusto olvido, más en un mercado en el que se reeditan hasta la saciedad obras mediocres que los voceros de las grandes corporaciones se esfuerza por dotar de una consideración de clásicos que su calidad no merece. Ojalá Cartem Cómics, de la misma manera que hacen otras editoriales con otros autores, siga recuperando los trabajos de autores como Fernando Fernández en unas ediciones de la calidad de esta.

Podéis ver el tráiler que ha preparado Cartem Cómics pulsando el play.

Lo mejor

• El lirismo que el barroco dibujo aporta a las palabras de Asimov.
• La capacidad de Fernando Fernández para dotar de personalidad gráfica propia a la adaptación de cada una de las historias.
• 2430 d. de C.

Lo peor

• Aunque el trabajo de Fernando Fernández brilla a gran altura en todas las adaptaciones hay una evidente irregularidad entre los relatos.