Guión: Mark Waid y James Robinson
Dibujo: Werther Dell’Edera y Gabriele Dell’Otto
Edición España: Panini Cómics (2014)
Contiene: OGN. Spider-Man: Family Business HC USA (Marvel Comics, 2014)
Formato: Tomo cartoné de 112 páginas
Precio: 14,00€
La creación de uno de los iconos más importantes del siglo XX, nuestro querido amigo y vecino Spider-man, podría haber sido muy distinta si la idea original de Stan Lee, un adolescente que vive en con sus tíos en Queens y obtiene un anillo que le permite convertirse en un sorprendente hombre-araña gracias a una pistola capaz de disparar telarañas, hubiese sido trasladada de forma literal y exacta a las páginas de los cómics. Pero su versión final se presentaría en sociedad en 1962 en el histórico The Amazing Fantasy #15 después de haber sido convenientemente madurada y limpiada de estridencias por Stan Lee y las aportaciones de Jack Kirby y Steve Dikto. Nunca sabremos con exactitud el porcentaje que cada uno de ellos aportó al resultado global pero lo importante sigue siendo que su visión conjunta engendró uno de los superhéroes más conocidos de la cultura popular. Su diferencia respecto al resto de sus compañeros era tan simple como revolucionaría en la época: un adolescente con superpoderes que en su faceta enmascarada combatía el crimen y en su identidad civil llevaba una existencia común y corriente con los problemas propios de su edad. Después de miles de historias a su espalda el concepto inevitablemente se ha desvirtuado en algunos momentos perdiendo Peter Parker esa vida común y corriente, con la que cualquiera podría identificarse, para llenar su día a día de sorprendentes revelaciones paternales, sagas clónicas, destinos totémicos, mefistazos o arácnidos superiores.
Todas estos ejemplos de decisiones que ponían el foco en intentar hacer de la vida privada de Peter Parker algo tan interesante y emocionante como sus épicas confrontaciones con el Doctor Octopus, Electro, Misterio o Kraven el Cazador. Pero, sin embargo, sin permitir madurar al personaje y afrontar cuestiones que efectarían a cualquier persona de a pie arrebatándole de las formas más rebuscadas y con las piruetas argumentales más cuestionables matrimonios, hijos y viceversa. Pero los guionistas de talento, capaces de comprender íntimamente al arácnido y libres de inherencias editoriales, no acostumbran a plantear salidas fáciles, saben que la faceta como superhéroe del personaje es la que dificulta llevar a Peter Parker una vida ordinaria, como ya comprobamos y él mismo se cuestionó en historias clásicas como Spider-man No More! o La noche que murió Gwen Stacy. Nunca al revés porque la responsabilidad supone un grado y nuestro héroe ya comprobó de primera mano al adquirir sus poderes que pasa cuando decides convertirte en el foco de atención. Pero todo esta postura no deja de ser una visión harto conservadora y reduccionista que nos llevaría al eterno debate sobre ese abstracto concepto de la esencia del personaje cuando esto tiene que ver con gustos particulares que hacen que decisiones de las que algunos lectores pueden renegar sean acogidas con entusiasmo por otros aficionados.
Esto lo hemos podido comprobar nuevamente con el anuncio hace un tiempo de la nueva novela gráfica de Marvel Comics centrada en la vida y obras del trepamuros titulada Spider-man: Negocios Familiares. Esta prometía volver a desvelarnos misteriosos secretos sobre el pasado familiar de Peter Parker en los que se incluía una hasta ahora desconocida hermana. El anterior proyecto de este tipo protagonizado por Spider-man data de 1986 cuando Susan K. Putney y Bernie Wrightson publicaban la extravagante Spider-man: Hooky dentro de su línea Marvel Graphic Novel recuperada ahora por la Casa de las Ideas bajo el revolucionario nombre de Marvel Original Graphic Novel. En esta última hemos podido catar con decepción obras como Los Vengadores: La Guerra Interminable de Warren Ellis y Mike McKone o La Patrulla-X: No más humanos de Mike Carey y Salvador Larroca por lo que el anuncio de Spider-man: Negocios Familiares fue recibido, en términos generales, con grandes dosis de escepticismo y más al desvelarse su intención de recuperar y ahondar en cuestiones y temas de los que siguen renegando un buen número de lectores. Pero había un motivo para la esperanza y era el reparto de la superproducción encabezado por Mark Waid y James Robinson, a cargo del argumento y guión del relato, y un siempre interesante Gabriele Dell’Otto implicado en el apartado gráfico de la obra junto a Werther Dell’Edera.
La historia comienza cuando Wilson Fisk, el implacable Kingpin, rescata de una cárcel en Túnez a un nuevo aliado con la ayuda del cual espera recuperar la grandeza de antaño. Mientras tanto, en Nueva York, Peter Parker, después de detener a unos delincuentes de poca monta, se ve asediado en su propia casa por un grupo de asaltante armados de los que consigue escapar gracias a la ayuda de una desconocida llamada Teresa que asegura ser su hermana. Esto sumergirá a nuestro joven héroe en una sofisticada y elegante trama llena de intriga y espionaje en clave «licencia para matar» y con una ambientación clásica y de agradables resonancias pulp. En conjunto, la historia se beneficia de lo mejor de la continuidad del Universo Marvel y no cuenta con ninguna de sus limitaciones. El retrato de Spider-man realizado por Mark Waid y James Robinson resulta encomiable, bien caracterizado tanto en su faceta civil como superheroica, aunque sea la primera en este caso la que cobra mayor importancia en una historia con toda la acción y humor que debería tener siempre un cómic de Spider-man. El resultado recuerda a las primeras historias y años del personaje con un guión que juega al despiste, permitiéndose homenajes a la historia de un trepamuros apartado aquí de los lugares comunes por los que suele dejarse balancearse en sus cómics y saliendo victorioso de ello gracias al trabajo de sus responsables.
La polémica ampliación de la familia de Peter Parker se maneja con habilidad e inteligencia logrando convertir la efectista decisión de partida en una entretenida aventura en la que la recién llegada a la mitología del personaje nos gana por su carisma y personalidad. No obstante, más allá de ser una apuesta fresca y ligera muy digerible, Spider-man: Negocios familiares acaba siendo una obra con fecha de caducidad, capaz de confundirnos con sus expectativas y pretensiones y con una resolución que tendremos que esperar para saber si tendrá una continuidad y secuela en el futuro. En lo visual la colaboración de los italianos Werther Dell’Edera y Gabriele Dell’Otto, el primero aportando sus lápices y el segundo encargándose del acabado y el color de la obra, consiguen maravillarnos con un dibujo lleno de fuerza e intensidad convirtiendo su estatismo en una virtud que nos permite no perdernos un sólo detalle de la aventura y manejando con solvencia y elegancia las secuencias de acción propuestas por sus compañeros en el guión. En definitiva, Spider-man: Negocios familiares tiene los alicientes suficientes para el aficionado arácnido de cara a animarle a acercarse a la propuesta de Mark Waid, James Robinson y compañía pero, lo más importante, tiene también los elementos suficientes y necesarios para retener al lector con un relato fresco y entretenido que no deja espacio para el aburrimiento.
Review Overview
Argumento y guión - 7
Dibujo - 7
Interés - 6
6.7
Valoración Global
El tándem formado por Mark Waid y James Robinson nos rescata un Spider-man con sabor clásico al que ya cuesta encontrar en sus series regulares y nos ofrecen una lectura agradable y entretenida con el interesante aporte gráfico de Werther Dell'Edera y Gabriele Dell'Otto. El resultado compensa la reapertura de viejas heridas en el pasado del personaje.
?se puede leer de manera independiente? O hay que tener cultura «spiderman» para seguir la trama….😨
«?se puede leer de manera independiente? O hay que tener cultura “spiderman” para seguir la trama…»
Pues yo creo que sí, Pedrete, porque realmente no se ubica en el universo habitual de Spider-man con sus secundarios y referencias habituales a historias pasadas, con saber que Kingpin es el malo de la historia y los padres de Peter Parker tienen un pasado no necesitas nada más para leer este cómic.
«Me lo iba a pillar, pero es que el dibujo no es, ni de lejos, el del Dell’Otto de Secret War: en la estantería se quedó. Y mira que le tenía ganas.»
Normal. Los lápices son de Werther Dell’Edera y Gabriele Dell’Otto sólo hace el acabado y también el color. A mí el resultado sí me ha gustado aunque no suela ser el tipo de dibujo que más llama mi atención.
A mi me ha gustado, tanto guion como dibujo, una historia sin buscarse demasiadas complicaciones que se deja leer sin intentar ser la historia clave de Spiderman. Es decir, una historia de Spiderman, y eso ya es mucho decir en los tiempos que corren.
Que yo recuerde ninguna de las otras novelas graficas de spiderman son la octava maravilla, o sea que para mi el hecho de que sea una historia entretenida con un buen dibujo y que cualquiera la pueda comprar y leer sin mas ya me parece todo un exito.
Superior Spiderman, spiderverse, la hermana de Peter, …No se qué pasaron el trepamuros que leo las premisas y me tiro de los pelos, y luego llegan las reseñas y pienso, pues tiene buena pinta.
Es un cambio en la forma de contar historias de spiderman a como nos viene teniendo acostumbrado marvel desde hace varios años mas. Se da mas chance para que el lector mas adulto disfrute de la obra, te tocan temas de espinoje, intriga y un poco de ciencia ficcion. Al final no sabia si aceptar o no el cambio de tuercas que proponen Waid y Robinson, pero me ha parecido que la historia se queda corta, le faltaron mas paginas o quiza, en un futuro cercano una especie de sequela, por que de que quedan cosas por explorar, las hay.
El gran acierto de esta novela gráfica es que es Spiderman es Spiderman, el de verdad. Cuando lo lees, sientes como si fuera el de las etapas clásicas, no el payaso de ahora.
Pues yo la disfruté. Al final, en lugar de esa historia mega-trascendente que nos habían prometido, tienes justo lo contrario: una historia de relleno para pasar el rato, pero te la lees de un tirón y el apartado artístico es de lujo.
La escena del casino me pareció brutal.