Cada cierto tiempo aparece en el mercado un libro que nadie esperaba pero al que se le abraza de buena gana. Oogiri, por muchos motivos, es un volumen que pocos habían previsto que se tradujera al español, pero que muchos hemos comprado con tal de poder leer un producto tan curioso y distinto a lo que estamos acostumbrados que se publique en España. Distinto y extraño por varios motivos. El primero es que es una antología de relatos formada por varios dibujantes y un único guionista. Es bien sabido que este tipo de productos, por motivos editoriales, no suelen salir de Japón, y es que los autores está normalmente ligados a ciertas editoriales, tanto japonesas como españolas, y los derechos de libros que contiene a autores distintos suelen acabar quedándose en el aire por meros problemas burocráticos. Por otro lado, estamos acostumbrados a que los shônen que se publican en español lleguen precedidos de cierta fama en ambos países que acaba como consecuencia con un gran interés por parte del público español. En este caso, lo que tenemos entre manos son relatos shônen, pero el conjunto no adquiere las magnitudes que otros productos similares con potencial superventas, lo que lo convierte en algo doblemente extraño, en el típico libro que no suele salir de Japón pero que, por suerte, puede abrir la veda para la entrada de nuevos libros de este estilo en el futuro.
Sobrepuestos de la sorpresa, lo que nos queda es un volumen de relatos la mar de curioso. La publicación del mismo se explica al mirar el nombre de algunos de los dibujantes (
Son todas historias de lo más distintas, con cada autor mostrando sus habilidades y estilos para llevar a cabo la idea del guionista. «RKD-EK9», que realiza junto a Takeshi Obata, plantea las consecuencias de demostrar científicamente la existencia de la vida después de la muerte y la manera de alcanzar el paraíso; «¿Hasta qué nivel eres capaz de matar?» nos plantea esa misma pregunta en referencia a la escala animal y nos muestra el doble rasero humano. Otras como «Hanger Strike!» habla de cómo las nuevas tecnológicas son capaces de transformar algo tan básico como una ética del deporte que acaba dando prioridad a las apariencias en lugar de al talento. Nisioision se muestra como un guionista muy capaz, inteligente y bastante imaginativo, un guionista analítico que crea sus historias alrededor de buenas ideas que sugieren al lector más de lo que muestran a simple vista. La gracia de estas historias es que llegan a plantear cuestiones complejas en apenas unas pocas páginas y con guiones muy ligeros y casi simplones. Este, sin embargo, es su mayor virtud y el mayor defecto del volumen: todos son relatos de ideas y no de personajes. Nisioisin construye personajes alrededor de ideas, y no al revés y esto, al final, se presenta como una lacra en relatos tan cortos donde la limitación del número de páginas acaba dejando en muchas ocasiones relatos que sugieren pero no desarrollan, que muestran ciertas virtudes que no terminan de cuajar. Acabamos así también con historias bastante mediocres con personajes bastante poco interesantes y desarrollos de lo más pobres como «Un deseo que… » o «Una alianza sin aliados», donde la labor de los dibujantes no sirve para salvar el resultado final.
Al final, Oogiri tiene un valor extra que es, en mi opinión, su mayor añadido: la posibilidad de conocer a varios dibujantes en un solo tomo y, más importante aún, de poder echar un vistazo al panorama del manga comercial juvenil en Japón: el estilo predominante, los temas que se tratan, la narrativa, etc. Oogiri no va a ser el manga favorito de nadie, pero supone un mapeo de lo más interesante algunos autores y una buena manera de darle una oportunidad al shônen, si es que alguien lo había abandonado.
Valoración final
Guión - 7
Dibujo (media) - 7
Interés - 8
7.3
Oogiri es una buena antología donde poder leer algunos grandes nombres del panorama shônen actual además de una buena oportunidad para leer a Nisioisin, uno de los novelistas y guionistas más prolíficos del mercado de las novelas ligeras en Japón.