Edición original: Osborn: evil incarcerated #’s 1-5 USA.
Edición nacional/ España: El asombroso Spiderman números 58 a 62 (Panini cómics).
Guión: Kelly Sue DeConnick.
Dibujo: Emma Rios.
Color: José Villarubia y Matt Wilson.
Formato: Tomos rústica, 80/112/128 páginas (según el tomo).
Precio: 4,25/5,95/6,25 € (según el tomo).
Tras los hechos narrados en el evento Marvel de 2010 llamado Asedio, Norman Osborn ha sido desenmascarado públicamente y apresado. El que fuese director de la agencia para la seguridad llamada HAMMER (como rebautizó a SHIELD tras ser puesto a su cargo después de otro evento, Invasión Secreta) y líder de una oscura versión de Los Vengadores portando una versión de la armadura de Tony Stark de patriótica pintura, ha caído en desgracia por fin ante los medios, y el público y los organismos oficiales son ya tan conscientes de su maldad, corrupción y demencia como siempre lo han sido los héroes disfrazados de la casa de las ideas.
No es poca cosa: un cargo público preeminente está bajo tan serias acusaciones que ha sido privado de su libertad. Algo, que como bien sabemos por aquí, no es demasiado frecuente, o por lo menos no tanto como debería. Por ello, Norah Winters, periodista del magazine The Front Line no sale de su asombro al darse cuenta de que el lugar de reclusión de Osborn no es una información de dominio público. Y es que, ante el problema político que supone el antiguo Duende Verde, un comité ha decidido internarle sin juicio previo en una institución de dudosa legalidad de gestión privada donde no se respetan las garantías constitucionales.
En ese claustrofóbico y pesadillesco lugar lleno de abyectos supereseres criminales (que por cierto, no habíamos visto antes en el universo Marvel), Norman, lejos de sentirse intimidado se comporta de una forma serena, como si tuviese el control, un elegante preso libre de sus habituales histrionismos a pesar de haber sido despojado de todos los privilegios de los que gozó. Y el caso es que la situación parece darle la razón: uno de sus carceleros es en realidad un miembro de la Nación Duende, la secta que rinde culto cuasireligioso a la persona de Osborn, y de hecho, parece que fue transferido a esta prisión por algún infiltrado en el mencionado comité porque a pesar de las apariencias, allí será más fácil orquestar su fuga. ¿O no? ¿Hay traiciones dentro de duplicidades dentro de los movimientos de esos políticos en Washington?
Kelly Sue Deconnick guioniza esta notable miniserie en la que aprovecha lo que probablemente no fuese sino un encargo con el que hacer seguir haciendo rodar las ruedas de la continuidad Marvel para contar una sucia historia carcelaria con tintes de intriga política y sobre todo, de retrato mitificador de su protagonista. Norman apenas es ser un humano aquí; no exhibe debilidad alguna, es un fascinante villano cuyo intelecto y carisma resultan abrumadores. Prácticamente siempre tiene un retorcido plan para sacar adelante sus propósitos. Se pasea con una silenciosa sonrisa, viéndose a sí mismo como un preso político…y los trazos grises de las cuestiones abordadas y los abusos de sus oponentes hacen difícil no darle en cierta medida la razón y alimentar su orgullo. Éste factor, el orgullo, es el que DeConnick considera central en el personaje, y respecto al cual gira una trama de la que la autora reconocía muchas influencias para el tema del drama carcelario. No solo del clásico La leyenda del indomable o de la serie de televisión Oz, sino de una noticia que llamó la atención de la escritora de Capitana Marvel sobre una instalación penitenciaria en la isla de McNeil que confina de forma indefinida a agresores sexuales a pesar de que hayan cumplido ya con sus condenas, aprovechando detalles y maniobras legales. Aquello suscitó en DeConnick una reacción mixta: por una parte de condena por la violación de libertades civiles, y por otro de cierta incomodidad al darse cuenta de que no emitía dicha condena de forma total, ante los atroces crímenes cometidos por tales convictos aunque se pervirtiese la ley para sortear valores morales que ella creía muy cimentados en su interior. Y así, decidió dar algunas pinceladas de estas zonas morales grises en la obra, utilizando a despreciables archivillanos cuyos derechos están siendo transgredidos, añadiendo que para colmo, toda la situación se encuentra en medio de un también condenable juego de poder.
La historia cumple arrojando estas cuestiones, y tiene momentos realmente memorables como la confrontación verbal entre Osborn y Norah Winters, una muestra de real politik…y de la capacidad del villano para salir adelante cuando todo parece perdido.
Emma Rios está genial con las experimentales disposiciones de viñeta que plasma por ejemplo al principio con la araña (un artrópodo que ya sabemos que maldita la gracia que le hace al Duende Verde) en su red en la celda de Osborn. Su dibujo apenas tiene ese toque, digamos limpio y de manga que le caracterizaba en un principio, tornandose sucio y feísta, recordándonos quizá a Paul Pope. Y las excelente y a veces estridentes aplicaciones de colores del gran José Villarrubia y del también genial Matt Wilson contribuyen a generar esa atmósfera pesadillesca que el relato pide a gritos. Sin embargo no todo es perfecto y hay varias cuestiones que juegan en contra de la labor de la gallega. La primera es que en las últimas entregas parece bajar un poco el nivel, quizás por el tema de las fechas de entrega.
De la segunda tiene poca responsabilidad la artista, sino la forma en que vio la luz la obra. Y es que por un lado, hay un pequeña (y totalmente intrascendente) historia de pocas páginas de Warren Ellis sobre una de las crueles reclusas del penal infernal que está ilustrada por Jamie McKelvie, con su estilo pulcro y claro. Esto, junto a que la miniserie apareció en España como parte de los tomos mensuales de Panini de El Asombroso Spiderman mezclado con los cómics de la etapa de Un nuevo día de Dan Slott, optimista y luminosa, creaba un curioso contraste. Y de ese modo la historia final del tomo, con ese aspecto tan digamos alternativo, enfermizo y como he dicho feísta parecía desentonar en una medida con el tono aventurero y ligero del resto de la entrega. Tampoco es algo que se pueda echar en cara a los responsables de Panini, ya que no es muy discutible que no había mejor lugar donde publicar la miniserie, pero es cierto que la obra requiere de cierta labor de inmersión en el arte de Rios para ser mejor apreciada que queda interrumpida al ser ofrecida en entregas.
Con todo, el veredicto final es que estamos ante cinco interesantes números que nos dan una visión de uno de los villanos icónicos de Marvel como un peligrosísimo y carismático manipulador, una especie de Hannibal Lecter del que prácticamente solo le separan los hábitos culinarios.
Edición original: Osborn: evil incarcerated #'s 1-5 USA. Edición nacional/ España: El asombroso Spiderman números 58 a 62 (Panini cómics). Guión: Kelly Sue DeConnick. Dibujo: Emma Rios. Color: José Villarubia y Matt Wilson. Formato: Tomos rústica, 80/112/128 páginas (según el tomo). Precio: 4,25/5,95/6,25 € (según el tomo). Tras…
Osborn: Evil incarcerated
Osborn: Evil incarcerated
2015-10-13
Sergio Aguirre
Guion - 7
Apartado gráfico - 6.5
Interés - 6.5
Vosotros puntuáis: 5.1 ( 1 votos)
Creo que Marvel debería potenciar más los villanos que tiene y crear de nuevos. Por ejemplo, me gustó mucho lo que hicieron con Osborn, de malo de Spider-Man pasó a ser malo nivel Cráneo Rojo, Dr. Muerte, Kang, Ultrón, Mandarín y Zemo. Además, si das renombre al villano también se lo das al héroe.