Se han dado a conocer los premios de la 45ª edición del salón de cómic de Angoulême celebrado del 25 al 28 de enero en esta localidad francesa situada en la región de la Nueva Aquitania. El ganador absoluto ha sido el joven autor Jérémie Moreau con su obra La saga de Grimr publicada en Francia por Editions Delcourt.
Los premiados en cada categoría son éstos:
Selección oficial:
Favue d’Or. Premio al mejor álbum 2017: La Saga de Grimr de Jérémie Moreau.
Fauve Premio Especial del Jurado: Les Amours Suspendues de Marion Fayolle.
Fauve BD alternativo: Bien, Monsieur Nº 8 por Juliette Mancini y Elsa Abderhamani.
Premio del Público Cultura: Dans la combi de Thomas Pesquet de Marion Montaigne.
Fauve Polar SNCF: Jean Doux et le Mystère de la Disquette Molle de Philippe Valette.
Fauve Serie: Megg, Mogg & Owl: Happy Fucking Birthday de Simon Hanselmann.
Fauve Patrimonio: Je suis Shingo Vol. I de Kazuo Umezu.
Fauve Juventud: La guerre de Catherine de Julia Billet y Claire Fauvel.
Fauve Revelación: Beverly de Nick Drnaso.
Otros:
Premio René-Goscinny a Opération Copperhead de Jean Harambat.
Gran premio del Festival de Angoulême 2018: para Richard Corben.
El palmarés de esta edición destaca, por encima de todo, por ser la demostración de que se ha producido un relevo generacional en el cómic francés. La mayoría de autores premiados ronda los 30 años y es sorprendente la ausencia total de los pesos pesados del cómic galo en la lista de los galardones. Además, podemos observar que la mayoría de las obras no están publicadas en castellano. Esperemos que con la publicidad que les otorga estar en el palmarés del festival de cómic europeo más importante del mundo, estas obras premiadas puedan estar presentes en los estantes de nuestras librerías a lo largo de este año 2018.
Salut!
Solo tengo (y conozco) dos. Curiosamente ambos por parte de Fulgencio Pimentel. Nunca me imagine ver a Megg, Mogg & Búho por aqui.
¡Ese Corben, oé! Perdonen ustedes lo extemporáneo, pero he estado unos días sin conexión.
Creo que buena parte del éxito renovado últimamente del autor también se debe a doña Beth Corbern Reed, porque desde que hay color por ordenador nunca se había visto tan bien el dibujo de Er Richar como desde que ella le secunda en ese campo. Así que, si él no va a Angulema el año que viene a presidirlo, que ya comentó que no está para esos trotes, estaría bien que acudiera Beth, explicase todos esos famosos procesos de color y se llevase, de paso, algo de reconocimiento, que lo merece.
Chris Ware, que por segunda vez se ha quedado a las puertas, seguramente tenga el premio más adelante, pero hace poco cayó en mis manos por fín lo de «Construyendo historias» y Jimmy Corrigan me sigue pareciendo más logrado. El otro parte de los mismos recursos, algo más barrocos, pero ese formato, personalmente, más allá de lo superficial de que mola trastear con los distintos cuadernillos y queda bien en la estantería, creo que no aporta nada a lo visto en
sus anteriores cómics.