Un final a la altura de una serie extraordinaria.
«Paracuellos es el peor «hogar» en el que yo he vivido.»
Con la reciente aparición de
Sin embargo, los inicios de la serie que retrataba su infancia en los hogares del Auxilio Social durante la posguerra franquista no fueron nada sencillos, ya que, aunque había dibujado la primera historia entre finales de 1975 y principios de 1976, no pudo publicarla hasta 1977 dentro de las páginas de la revista Mata ratos. Pero en esa cabecera solo se publicaron dos historias, puesto que a los editores les parecía que eran unas historias muy deprimentes y que no casaban con su línea editorial. Tras varias negativas de diferentes publicaciones de la época Giménez consigue que las revistas El Papus y Yes publiquen el resto de historias que forman el primer álbum de la serie. Aunque las historias se recopilaron en tomo su continuidad como serie estuvo en el alambre hasta que se convirtió en todo un éxito en Francia gracias a su aparición en la revista Fluide Glacial dirigida por Gotlib y Diament y su posterior recopilación en un tomo que obtuvo el Premio al mejor álbum en el Festival de Angoulême de 1981 tras lo que ya no tuvo ningún problema para seguir contando las historias de la serie que paso a publicarse en España en las páginas de la revista Comix Internacional. Esta primera etapa de la serie se compone de 28 episodios publicado entre 1977 y 1982 que forman los dos primera álbumes de la serie. No es hasta más de tres lustros después en 1999 cuando Giménez retoma la serie publicando un tercer álbum con Glénat que se convierte en todo un éxito y que le valdrá el Premio a la Mejor Obra y Mejor Guion del Salón del Cómic de Barcelona de 1999. Con esta editorial publica otros tres álbumes de la serie hasta 2003. La tercera y última etapa de la serie comienza en 2016 con la aparición del séptimo álbum de la serie editado por Reservoir Books y finaliza este 2022 con la aparición del noveno y último.
En este álbum nos encontramos con varias novedades con respecto a los álbumes precedentes, ya que por primera vez nos encontramos con historia larga, sin ningún tipo de división en episodios como sucedía con los álbumes anteriores, y también vemos que los personajes principales han crecido. Aunque se trate de una historia larga está compuesta por las diferentes historias y anécdotas historias y anécdotas de su paso por los diferentes centros que Pablito, Gálvez, Peribáñez, Pollito, Adolfo, Sánchez, Piraña, Cagapoco… recuerdan mientras esperan el día de su marcha del “hogar”. En ellas siguen presente la realidad de su día a día marcada por privaciones, hambre y frío producto de estar al cuidado de unos adultos embrutecidos y que trataban de imponerles los valores rancios y caducos de la dictadura de cualquier modo. Giménez une las diferentes historias que van relatando los niños con algunas viñetas en las que se puede ver algunos momentos de juegos, de los pocos instantes en los que se permitían a los niños ser niños. Esas secuencias y que sean los niños quienes narren las anécdotas dotan al conjunto de aire a documental muy interesante y novedoso.
Otra de las diferencias que de este álbum con los anteriores es que, aunque lo que sigue contando Giménez es realmente terrible, no resulta tan brutal e impactante como las primeras historias de la serie, ya que la inminente vuelta de Pablito con su familia hace que veamos todo con un poco de la misma esperanza que él tiene en su futuro, aunque no se deja de lado las penurias, vejaciones y abusos que han pasado tras sus muros y que seguimos viendo en la historia. Pero, la amistad y camaradería que se ha forjado entre los niños tiene una importancia mayor y casi hace que nos olvidos de habitual tono misantrópico de las historias del autor madrileño.
A estas alturas de su carrera Giménez ya se sabe todos los trucos del oficio y todos sus cómics están extraordinariamente narrados, ya que siempre antepone la claridad de la lectura a cualquier experimentación. Hace muchos años que en todos sus cómics podemos ver una estructura de página compuesta por tres filas de viñetas por página, quedando muy lejos aquellas primeras historias cortas de la serie formadas por páginas repletas de viñetas minúsculas que son algunas de las brillantes de su carrera. Al tener una mayor extensión de la habitual en esta historia nos encontrarnos con una narración más pausada de las diferentes anécdotas e historias que cuentan los niños. Lo que permanece intacto es la expresividad de los niños, con esos ojos enormes y llenos de vida que nos transmiten todo su dolor y angustia.
La edición de Reservoir Books es similar a la de los anteriores álbumes que ha publicado de la serie, el tomo tiene un prólogo y epilogo de Giménez en los que explica la trayectoria de la serie y porque quiso realizarla y los motivos que le han llevado a ponerle fin con esta entrega.
En esta novena entrega Carlos Giménez realiza un final con la calidad que se merece una serie tan importante para el cómic mundial y la memoria histórica de este país como Paracuellos. Una serie tan valiente y comprometida como el propio autor, que a lo largo de más de cuarenta años nos ha mostrado desde experiencias de primera mano las atrocidades que el franquismo cometió contra los más débiles. Una lectura tan necesaria ahora como cuando aparecieron las primeras historias cortas, que refleja una realidad que siempre deberíamos tener presente si queremos evitar que otros niños tengan que volver a pasar por las mismas terroríficas situaciones que pasaron Pablito y el resto de protagonistas. Testimonios como los que nos ha narrado esta serie son imprescindibles para combatir el indecente y grosero blanqueamiento que, desde algunos sectores conservadores, se está haciendo de la dictadura franquista.
Lo mejor
• El impagable documento sobre la vida en los “hogares” del Auxilio Social que hace Giménez.
• La forma en la que una las escenas de transición para hilvanar las diferentes historias y anécdotas que componen el álbum.
• La claridad narrativa del dibujo.
Lo peor
• Que este álbum sea el final de la serie.
Guión - 8
Dibujo - 8
Interés - 9.5
8.5
Final.
Carlos Giménez pone punto y final a la serie más importante que ha dado el cómic español. Pero la realidad que refleja no debe quedar el olvido jamás.
Siempre he oído maravillas del cómic Paracuellos, pero nunca me he atrevido a leerlo: creo que voy a acabar amargado y echo polvo.
Algún día reuniré el valor para echarle un ojo.
«Hecho» polvo, quería decir.
No sé q decirte, Henro. La resiliencia e incombustible inocencia d esos niños compensa el mal trago d sobra.
Magnífica reseña, Diego!