¡Es la hora de cambiar las formas!
«Si la Patrulla-X es para la gente, hemos pensado que lo mejor es dejar que la gente decida.»
En los números anteriores, Krakoa se vio obligada a participar en una contienda de campeones para salvarse de los mutantes de Arakko. Pese a que las distintas pruebas de Saturnina indicaban una posible victoria de los mutantes de Arakko, el marcador se igualó y Génesis provocó una guerra campal entre su pueblo y los mutantes de Krakoa. Todo parecía ir mal hasta que nuestros protagonistas pusieron en marcha un plan ingenioso en el que tanto Cíclope como Jean reclutaron a todo mutante, de manera temporal, para la Patrulla-X y así prestar ayuda a los contendientes de Krakoa. Con todo más igualado, y con el cuerpo de Capitanes Britania de vuelta, Apocalipsis fue decisivo para finalizar la lucha. Sin embargo, la resolución quedó algo agridulce para Krakoa por las concesiones que tuvieron que tomar ambos pueblos y que llevaron, inevitablemente, a una triste despedida.
En el presente arco argumental, nos situamos en las consecuencias directas de X de Espadas desde el punto de vista de Jean y Cíclope. Inesperadamente, no todo salió como previó el Consejo Silencioso en varios ámbitos, pese a que Cifra intentó mediar entre ambas islas por el bien de los mutantes. Además, esto no mejoró cuando Charles y Magneto tuvieron una reunión con Isca, dándose cuenta de los grandes problemas de comunicación que habría entre los mutantes de ambas islas. Si esto no fuera poco, había asientos libres en el Consejo y las personas de confianza de Charles y Magneto tenían otras preferencias, pues querían dedicarse a ayudar directamente al pueblo mutante. Tras esto, Jean, Ororo y Scott tuvieron que salir inmediatamente a una misión para rescatar a Xandra y realizar una intensa investigación. Una vez tenían claro quién fue el causante, se lanzaron a proteger a Xandra y Pegadora usó uno de sus mejores recursos para proteger a la Emperatriz. Como podemos comprobar, este pequeño arco establece las bases para la nueva dirección de la Patrulla-X, la cual no ha sido tal durante toda esta etapa y Jonathan Hickman va a cambiar eso para bien, de una forma más tradicional. Por supuesto, el decimoséptimo número no está demasiado centrado en la Patrulla-X, salvo, quizás, las últimas páginas en las que se deja caer las intenciones de Jean y Scott. No obstante, aunque todas estas consecuencias son necesarias para la narrativa, considero que habría sido más efectivo haberlo tratado en un epílogo de X de Espadas que en la propia Patrulla-X, ya que resta tiempo a las consecuencias para Jean, Scott y sus planes de futuro. Ahora, el decimoctavo número nos recuerda bastante a aquellos tiempos espaciales de la Patrulla-X y, aquí, la misión que reciben de Ave de Muerte es bastante interesante y es vital para afianzar la relación entre los Shi’ar y Krakoa. Y quién mejor para hacerlo que una versión «beta» de la Patrulla-X, la cual se formará de manera definitiva más adelante. Por otro lado, el tema de la rebelión de los estigianos y su quebrada relación con el imperio es bastante destacable y sirve, además, para volver a echar un vistazo a personajes que llevaban un tiempo ausentes, como Bala de Cañón, Pegadora y Mancha Solar. No obstante, esperamos que, poco a poco, Jonathan Hickman se centre más en la Patrulla-X en esta colección que en Krakoa, ya que hay otras colecciones donde se pueden tratar mejor sus conflictos. Como su nombre indica, la Patrulla-X debería tratar de la Patrulla-X y su lucha para ayudar a los mutantes.
En cuanto a los personajes, el Consejo Silencioso se muestra continuamente decepcionado por sus actos infructuosos de unir a los mutantes de Krakoa y Arakko. Isca ve todo blanco o negro, por lo que su opinión sobre la situación actual de los mutantes es bastante estricta tanto a la relación de las islas como que los mutantes de Arakko y Krakoa tengan una buena relación entre sí, dadas sus grandes diferencias de actitud. Jean y Scott muestran un gran acto de valor y fe al querer dedicarse mayoritariamente a ayudar a los mutantes y dejar de lado los aspectos más políticos de Krakoa, ya que sienten que es su deber desde el principio. Pese a ello, y mientras establecen la nueva Patrulla-X, no dudan en ayudar a sus aliados más cercanos, como los Shi’ar, y hacer todo lo posible para que la confianza mutua sea definitiva. Por eso, no dudan en pedir ayuda a Tormenta, quien es bastante útil en batalla, aunque su comportamiento es cada vez más violento. No obstante, sí que nos gustaría que Ororo tuviera más relevancia, ya sea aquí o en otras colecciones, en vez de ser solo secundaria. Por otra parte, Xandra muestra una gran entereza tanto cuando es secuestrada como a la hora de sentenciar a los estilismos de forma que trate de raíz los problemas internos y que no surjan más rebeliones. Es algo dura, pero inteligente y justa.
Sobre el ritmo, Jonathan Hickman opta por unos tiempos equilibrados en los que continuamente están pasando hechos importantes para la trama. Sin irse por las ramas, da su momento justo a las consecuencias de X de Espadas y pasa después a un storytelling más activo cuando los personajes deben afrontar el problema del secuestro de Xandra.
A nivel artístico, Phil Noto nos deja unos dibujos con una influencia cartoon, unos diseños de personajes bastante notables por norma general y unos fondos adecuados a lo esperado. Aunque eso no quita que algunas viñetas parezcan estar mejor trabajadas que otras. Por otro lado, Brett Booth muestra una clara influencia clásica en los diseños de personajes (concretamente, Factor-X), lo que se hace más evidente en el caso de Jean Grey y Scott Summers. Además de tirar de la nostalgia y ejecutarla efectivamente, tenemos fondos genialmente trabajados, unas buenas expresiones faciales y corporales y una buena coreografía en batalla, que se siente activa.
En definitiva, considero que estamos ante dos números aceptables y con una historia medianamente interesante, pero cuyo interés radica más en la decisión definitiva de Jean y Scott, además de en una aventura de rescate en el espacio llamativa al contar temas necesarios y que satisfacen nuestra curiosidad.
Lo mejor
• El cliffhanger y la decisión de Jean y Scott para la Patrulla-X.
• La misión de rescate de Xandra es interesante y consigue mantenerte pegado a las páginas.
• Las influencias nostálgicas de Brett Booth, el cual te saca una ligera sonrisa.
Lo peor
• Pese a que las consecuencias de X de Espadas para Krakoa están muy bien tratadas y su explicación es necesaria, consideramos que la colección debe centrarse más en la Patrulla-X y no quedarse solo con el nombre. Por suerte, hay aires de cambio.
Guión - 6.5
Dibujo - 7.5
Interés - 7
7
¡Muy bueno!
Jonathan Hickman nos trae esperanzas por ver una Patrulla-X a la antigua usanza y nos trae una misión de rescate que nos da un buen vistazo del panorama espacial.