Patrulla-X: Renovación 4 Los nuevos Hijos del Átomo

4º y penúltimo tomo de la recordada y fallida etapa en la franquicia mutante de estos dos grandes guionistas

3
3425

Edición original: X-Men 80-81 y The Uncanny X-Men 359-361 USA (Marvel Comics, 1998)
Edición nacional/España: Patrulla-X: Renovación 4 Los nuevos Hijos del Átomo (Panini Cómics, 2021)
Guion: Joe Kelly, Steven T. Seagle
Dibujo: Chris Bachalo, Ryan Benjamin, Brandon Peterson, Steve Skroce, Adam Kubert
Entintado: Art Thibert, Tim Townsend, Scott Hanna, Jon Sibal, Peter Palmiotti, Aaron Sowd, Jon Holdredge, Jordi Ensign, Dan Panosian, Rob Hunter, Harry Candelario, Mark Farmer
Color: Liquid!, Steve Buccellato, Shannon Blanchard, Mike Rockwitz
Traducción: Santiago García
Realización técnica: Estudio Fenix
Formato: Tapa dura. 160 páginas. 16,00€

Los nuevos (y no tan nuevos) hijos del átomo

«Bonjour, Pícara. Cuánto tiempo, ¿eh?»

Si estás leyendo esta reseña, casi con toda probabilidad o bien has leído alguna de las anteriores o conoces de antemano estos cómics. Nos encontramos con el 4º volumen que recopila la controvertida etapa de los guionistas Joe Kelly y Steven T. Seagle en X-Men y La Patrulla X respectivamente. El final de esta etapa se acerca (solo queda un tomo para terminar esta recopilación) y desgraciadamente es ya imposible pasar por alto la escandalosa intervención de los editores de la oficina X en el trabajo de ambos escritores. Este “cuerpo editorial” cambia e incluso reescribe diálogos, obliga a redibujar páginas o directamente las altera; en fin adultera las ideas y el trabajo de Kelly y Seagle hasta hacerlo irreconocible.

Y es una pena. No solo por las posibilidades que ambos guionistas traían a la franquicia mutante sino porque, como vimos en la reseña del tomo 3, incluso dentro de un ambiente de trabajo tan asfixiante en los creativo, ambos eran capaces de sacar adelante historias más que dignas (especialmente en el caso de Kelly). Tiempo habrá en la reseña del volumen 5 de adentrarnos en los detalles que se refieren a la marcha de Kelly y Seagle de los títulos que estaban llamados a capitanear durante más tiempo del que dispusieron; al igual que recordar las tramas abortadas y los cambios obligados.

La historia principal y que da título al tomo es Los (nuevos) hijos del átomo en referencia a uno de los más conocidos sobrenombres de los mutantes en general y la Patrulla X en particular. Se trata de la historia creada por Marvel para celebrar los 35 años de la creación de la Patrulla X, una efeméride un tanto diluida en lo comercial y que se utilizó como “excusa” para justificar la regresión narrativa de las dos principales series mutantes. En esta saga en dos partes, los héroes deben luchar contra una nueva Patrulla X comandada por quien parece ser el Profesor Xavier -desaparecido desde Operación: Tolerancia Cero-. Esta nueva Patrulla X está conformada por personajes de nueva creación que parecen versiones mezcladas o alternativas de conocidos mutantes. Caos sería Cíclope+Kaos, Mercurio parece un Coloso con toques de Lobezno, el Rey Gris recuerda a Magneto+Fenix, Éxtasis combina al Ángel+Mística con un poco de Rondador Nocturno, Derrumbe recuerda a la Bestia+Lobezno con la actitud de Dientes de Sable, Crux sería el más fácil de reconocer al aunar al Hombre de Hielo con Fuego Solar.

El homenaje o enlace de esta historia con el origen de la Patrulla X reside en que la acción tiene lugar en Cabo Ciudadela en el aniversario del día en el que Magneto atacó la base militar instalada allí en La Patrulla X #1 (1963). La base es el punto de lanzamiento de un cohete con tecnología que, una vez puesto en órbita, permitiría perseguir y eliminar a mutantes en cualquier parte del globo. Los héroes desbaratan el plan y (casi) desenmascaran al falso Profesor X que resulta ser una versión humanoide de Cerebro. El otro detalle que engancha estos dos números con la historia de los X-Men es el regreso al equipo de Gatasombra, Rondador Nocturno y Coloso, “supervivientes” del cierre de Excalibur.

No tengo demasiadas cosas buenas que mencionar de Hijos del Átomo. Es una historia donde las interferencias editoriales ya casi han arruinado ambas colecciones. La decisión de traer a Kitty, Peter y Kurt fue de la editorial y no de los guionistas; y su inclusión en el equipo al final de la aventura es, como poco, apresurada. Lo peor es que, para hacerles sitio, hay que dejar de lado a otros personajes. La Bestia ha desaparecido, igual que Joseph hace ya varios números. Cecilia Reyes parece haber abandonado el grupo (y digo parece porque el momento en el que lo hace nunca se nos muestra) para montar una clínica propia. Oruga también está desaparecido y lo único que se comenta en este volumen es que estaba pensando unirse a Generación X (Oruga sí que aparecerá muy brevemente en Generación X meses después de esta historia). Al menos a Médula le siguen dando algo de cancha. Es especialmente sangrante el cómo se deja de lado a personajes a los que, apenas unos pocos meses antes, se han dedicado números enteros. Tras el cómic en el que Seagle dedica un día a explicar los miedos y dudas de Cecilia con respecto a unirse a la Patrulla X, y cómo los supera; en Hijos del Átomo despacha el último año de aventuras con el equipo con un vergonzoso “¿La Patrulla X? Pertenecía a ella unos 5 minutos. Pero eso no es para mí”.

A nivel gráfico, esta aventura deja en evidencia que Chris Bachalo no era el dibujante adecuado en 1998 para encargarse de La Patrulla X -quizás nunca lo haya sido pero la decisión final os la dejamos a los lectores-. El storytelling de Bachalo abusa de páginas con 7,8,9 viñetas por página repletas además de diálogos dando la sensación de querer meter en un número (doble, eso sí) información de cuatro o cinco números normales. Además, a Bachalo le acompañan hasta 5 entintadores diferentes que restan coherencia al conjunto. La primera parte de la historia se hace bola, con una narrativa “recomprimida” y unos diálogos que abusan de la exposición y los clichés. La segunda parte mejora ligeramente gracias a los diálogos de Kelly, algo en lo que, ya hemos mencionado en pasadas reseñas, destacaba el joven escritor. El dibujante en este caso es Brandon Peterson, anunciado como sustituto oficial de Carlos Pacheco cuando el gaditano abandonó la serie, pero que no tendría continuidad ya que se largaría a Awesome, sello de Rob Liefeld, atraído por los cantos de sirena de colaborar en una nueva serie nada menos que con Alan Moore. Peterson al menos dota a la historia de un sabor superhéroico más clásico pero no es Pacheco, claro.

Mucha nostalgia, creatividad muy justa aunque con ideas interesantes como los diseños de Pacheco para la fake Patrulla X pero un paso atrás con respecto a lo que Kelly estaba haciendo en X-Men. Como curiosidad, en la serie de Masacre que Kelly guionizaba por aquel entonces, el mercenario bocazas definía a esta Patrulla X con Coloso, Rondador y Kitty como “fuera lo nuevo, dentro lo viejo”, en una puya -otra más- del escritor a los cambios editoriales forzados durante su etapa.

El resto del tomo es francamente descorazonador. En La Patrulla X #359 se cierra en falso la subtrama en la que Pícara duda de si renunciar a su condición de mutante. Será Mística quien consiga (más o menos) hacerla cambiar de idea en una historia muy mal dibujada por Ryan Benjamin, tanto que parece hecha deprisa y corriendo; y también bastante mal escrita con diálogos de cartón piedra. No me extrañaría que Seagle solo hubiera escrito las escasas páginas dibujadas por Bachalo y el resto lo hubiera realizado Mark Powers o algún editor asistente. Parece un número tan amateur que ni siquiera se utilizan bien los poderes de Pícara ya que en la historia Mística “se apodera” del cuerpo de Pícara después de que esta la toque.

Po último, La Patrulla X #361 y X-Men #81 sirven para devolver a Gambito al equipo pero en realidad se trata de un prólogo a la nueva serie de Remy LeBeau que iba a lanzarse unos meses después. Y de nuevo nos encontramos, en el número supuestamente escrito por Seagle, una vergonzosa cantidad de errores de continuidad o errores a secas. Se repite constantemente que el Juggernaut es un mutante (no lo es), se menciona que engañó a la Patrulla X cuando apareció en la mansión en X-Men #80 (lo que no hizo), se afirma que es el primer encuentro entre Gatasombra y Gambito (no lo es tampoco). El retorno de Gambito es presentado de la forma menos dramática y conflictiva posible. No se vuelve a mencionar su -falsa pero eso es otro debate- participación en la masacre Morlock, apenas se pregunta por su supervivencia en el Ártico (tardaremos un año en saber lo que pasó, en el Anual 1999 de su propia colección); y, como colofón, en un pequeño ejercicio de retrocontinuidad se explica que Pícara le dejó morir en el Ártico porque, tras tocarle, había absorbido parte de su mente, la parte en concreto que “quería que me abandonaras, porque quería morir”. Una forma estupenda, no solo de robarle el libre albedrío a la decisión de Pícara, sino de diluir buena parte del conflicto que supone su regreso a la Patrulla X. Al menos estos dos números sí destacan en cuanto a su dibujo. Steve Skroce es un artista del que siento especial cariño y aquí se muestra como un excelente narrador, deudor de Steve Ditko (como pudimos constatar los que lo disfrutamos brevemente en El Asombroso Spiderman), espectacular y con un punto de barroquismo en muchas viñetas que puede no ser del gusto de todos. Por otra parte, cierra el tomo Adam Kubert, excesivo y cinético, justo lo que necesitaban los X-Men para, por lo menos, no hacernos bostezar.

Lo mejor

• Las portadas de Carlos Pacheco

Lo peor

• Las inconsistencias y flagrantes errores de continuidad

Edición original: X-Men 80-81 y The Uncanny X-Men 359-361 USA (Marvel Comics, 1998) Edición nacional/España: Patrulla-X: Renovación 4 Los nuevos Hijos del Átomo (Panini Cómics, 2021) Guion: Joe Kelly, Steven T. Seagle Dibujo: Chris Bachalo, Ryan Benjamin, Brandon Peterson, Steve Skroce, Adam Kubert Entintado: Art Thibert, Tim Townsend, Scott Hanna,…
Guion - 5.3
Dibujo - 6.4
Interés - 5.4

5.7

Vosotros puntuáis: 2.32 ( 3 votos)
Subscribe
Notifícame
3 Comments
Antiguos
Recientes
Inline Feedbacks
View all comments
Drury Walker
Drury Walker
Lector
12 junio, 2022 15:59

La saga de «Hijos del Atomo» me parecio mala en su momento, y la forma de «despachar» todo buscando una Patrulla mas iconica, lamentable por lo chapucera.

Si alguien recuerda algo decente que haya dibujado Ryan Benjamin para Marvel o DC que me lo diga. Es por ver si cambio de idea!

La trama colgada que mas recuerdo es la de Sebastian Shaw rondado por eda entidad. Supongo que a posteriori se piede pensar que era Corazon Negro y/o Selene, pero a saber…

Luisru
Lector
12 junio, 2022 21:20

Yo también flipé con los numerosos errores de continuidad cuando leí estos tebeos. Y vale que la injerencia editorial y tal. Pero Seagle y Kelly inauguraron una práctica que ha sido general en prácticamente todos los guionistas posteriores de los mutantes (quizás se salva Alan Davis y ¿Claremont?), que es el de ni leerse los números anteriores de la colección o, al menos, documentarse un poco sobre los personajes que aparecen en sus cómics. Ojéate la Wikipedia. Los editores no hacían su trabajo pero los escritores, tampoco. Recuerdo una entrevista a Pacheco en la que afirmaba que Kelly no sabía que Tormenta llevaba ganzúas ocultas en la diadema. O sea, si no conoces el canon, ¿cómo leches vas a ser un buen guionista de la Patrulla X?

Sith
Sith
Lector
13 junio, 2022 15:36

Gracias por la reseña.

Hay tantas cosas para criticar de esta etapa que no me alcanzan las palabras, cuando la leí en su momento pense que tenía problemas que achacaba a mi falta de experiencia, pero después al comparar con varios otros lectores me di cuenta que no estaba equivocado en mi critica sino que me quedaba corto.

En principio el baile de dibujantes no ayuda para nada pero si a eso le sumamos los errores de continuidad y cosas absurdas que muchas veces plantean no se entiende como le dieron ok para su publicación.

La gracia es que esa practica con el correr de los años si hizo regla en la casa de las ideas y hoy en día la figura del editor esta de adorno y dejan hacer a los guionistas cualquier cosa sin importar lo más mínimo la continuidad.