Fin del experimento Kelly + Seagle
«Como podéis ver, no estoy en mi mejor momento»
Llegamos al final del camino. Apenas un año después de tomar posesión de los guiones en La Patrulla X y X-Men, Steven T. Seagle y Joe Kelly dicen adiós a sendas colecciones. Pero antes de hablar de lo que pudo haber sido, pasemos a comentar los ocho cómics incluidos en este último tomo de la serie Patrulla X: Renovación. No quiero olvidarme destacar una cosa y es que este último número tiene más páginas de lo habitual (200 frente a las 160 del resto de números) y el precio se mantiene en 16 Euros. Bien por Panini en esta ocasión.
La mayor parte de las páginas están dedicadas a la saga La Búsqueda de Xavier (renombrada La Búsqueda del Profesor X en la portada del tomo. Desconozco la razón de este cambio. ¿Hay algún fan ahí fuera que desconozca el hecho de que el Profesor X y Xavier son la misma persona?). Primero tenemos un anecdótico prólogo en el que Piros, infectado por el virus de Legado y fuera de sí, causa un terrible incendio en Nebraska. Piros, completamente enajenado, llama a gritos a Xavier, los héroes -tras detener el incendio- aprovechan para desembalar el “ordenador” Cerebro que les ha enviado Moira desde la Isla Muir y buscar a Xavier. ¿Hubieran buscado a Xavier si Piros no les hubiera recordado la existencia del Profesor? Esperemos que sí.
A partir de ahí, clásica aventura en la que el equipo se divide en dos porque Cerebro ha detectado dos lecturas de Xavier en dos lugares diferentes. El equipo formado por Gambito, Pícara, Tormenta y Coloso marchan a una antigua república soviética donde encuentran no a Xavier sino a Nina, un experimento genético con forma de niña que acompañó a Xavier durante su encierro en Operación: Tolerancia Cero. Los X-Men se enfrentarán a Cerebrito Alfa (volveremos después sobre este nombre…) y serán derrotados. El resto de la Patrulla, Lobezno, Gatasombra, Médula y Rondador Nocturno encuentran a Xavier en la prisión de Alcatraz, donde pelearán primero con la Hermandad de Mutantes Diabólicos y después con Cerebrito Beta.
Los “Cerebritos” son ¿robots? (Beta es dibujado claramente como un robot pero Alfa parece más bien un ser de energia con cabeza de robot) enviados por el verdadero villano de la historia, el Cerebro original de la Patrulla X, que adquirió conciencia debido a las acciones de Bastión en Operación: Tolerancia Cero. Cerebro busca catalogar a toda la población humana y mutante para alcanzar el sueño de paz de Xavier. No busquéis más detalles porque todo su plan es bastante confuso. Ambos equipos se reunirán en Florida para detener a Cerebro, lo que lograrán sin mayores problemas y recibiendo además un regalo inesperado: Xavier recupera sus poderes perdidos tras la saga de Onslaught.
La saga en su conjunto es un completo desastre. Los números de Seagle son confusos y reiterativos, con una abundancia de diálogos insufrible amén de que la calidad de los mismos es casi nula con personajes repitiendo sus nombres y poderes así como lo que están haciendo y podemos ver nosotros mismos en las viñetas. El dibujante Chris Bachalo demuestra porqué no era el nombre adecuado para ilustrar una colección como esta: viñetas minúsculas, personajes deformados (lo del Sapo no tiene nombre) y una ausencia de fondos que acaba convirtiéndose en un problema cuando a los coloristas de Liquid! no se les ocurre otra cosa que pintar todos los fondos de amarillo mientras los personajes pelean en Alcatraz. Un despropósito.
Entiendo que las circunstancias creativas en las que se realizaron estos cómics no son las ideales. Seagle y Bachalo iban a abandonar el título a los pocos números (al final de este tomo) y además esta saga se publicaba a razón de dos números al mes, lo que hacía que las fechas de entrega fueran muy ajustadas. Pero nada justifica la poca calidad de esta saga. Para sustituir a Bachalo en el #365 tenemos a un todavía muy desconocido Leinil Francis Yu que a duras penas consigue terminar de ilustrar el número. De hecho, no tengo pruebas pero juraría que el último tercio de este número está dibujado por Pascual Ferry, quien ayudaría también a Adam Kubert a terminar los números de esta saga en X-Men. Son precisamente los números de Kelly y Kubert los que mejor se leen de la saga, gracias a los diálogos del guionista y al ritmo endiablado que el dibujante imprime a la historia. Ya no sorprende pero el #82 fue el primero en el que Kubert se alió con el colorista Richard Isanove para presentar unas páginas pintadas digitalmente con resultados visualmente espectaculares.
Hay tantas cosas mal en esta saga que no sé ni por dónde empezar. Cerebro no acaba siendo un villano interesante más allá de su premisa inicial. La traducción española de Cerebrite en Cerebrito queda ridículo. Peor aún es descubrir que la “nueva” Patrulla X presentada en el tomo anterior era una construcción “holográfica con nanitos” de Cerebro. Espera un momento, ¿hologramas? De nuevo, alguien en la oficina X parece haber olvidado que en La Patrulla X #360 el falso Xavier/Cerebro RECLUTA a los miembros de esta nueva Patrulla X. Un dislate. Como también lo son los diálogos de Ralph Macchio en el infame #364 donde además nadie en la editorial chequeó cómo Yu le cambia el vestuario a Xavier que alternativamente viste con mono de presidiario rojo o con camisa blanca y pantalón. Una última señal del poco cuidado puesto en esta saga. Cuando los X-Men rescatan y se reencuentran con Xavier después de tanto tiempo, el impacto emocional es nulo y los diálogos, planos y sin vida.
El tomo, al menos, termina en alto primero con la despedida de Seagle y Bachalo en una historia navideña protagonizada por Coloso, tierna y bien escrita. En la última viñeta, además, Bachalo les dibuja a él y a Seagle como forma de decir adiós a los lectores. Después tenemos el canto del cisne de Kelly en un número de transición que cuenta ya con los dibujos de su sucesor, Alan Davis. Este último es un número muy notable en el que tanto Xavier como Magneto verán puestas a prueba sus respectivas formas de ver el conflicto entre humanos y mutantes. El dibujo de Davis es, como cabría esperar, excelente, con un Magneto ante el que pocos dibujantes pueden rivalizar.
Ya hemos ido poco a poco hablando en estas reseñas de la creciente injerencia editorial de Marvel en el trabajo de Kelly y Seagle. Ambos estaban hartos de ver su trabajo reescrito y adulterado pero la gota que colmó el vaso fue cuando Kelly se enteró por la prensa que Marvel había contratado a Davis no solo como dibujante sino como argumentista de X-Men. Kelly, negándose a verse reducido a un dialoguista de las historias de otro, habló con Seagle y juntos hicieron honor a la promesa que se hicieron al iniciar la aventura de guionizar a los mutantes: si uno se va, el otro se va también.
Es el momento de recuperar, según palabras de Kelly y Seagle, el plan a un año vista (unos 15 números de cada serie) que diseñaron cuando desembarcaron en las series mutantes.
– La Patrulla despierta en un campo de concentración de mutantes dirigido por Magneto
– La Patrulla X original se reúne para tratar de redefinir el sueño original de Xavier
– Jean Grey se convierte en Fenix y veríamos si la verdadera Jean sería corrompida o no por este inmenso poder (iniciado pero abortado).
– Pícara es “curada” de su condición de mutante (iniciado pero con diferente conclusión)
– Xavier reaparecería con un nuevo grupo de X-Men y una nueva visión sobre el papel de los mutantes en el mundo (idea alterada pero que sirvió como base para la saga Hijos del Átomo)
– Magneto altera los campos magnéticos de la tierra (iniciada por Kelly y continuada por Davis)
Lo que pudo ser y no fue podríamos llamar a esta colección de 5 tomos. Sabemos lo que siguió. Alan Davis se hizo cargo de las dos series principales (etapa recopilada hace una década en la Colección Extra Superhéroes) hasta la segunda venida del Patriarca Mutante, Chris Claremont. No sería ningún escritor el que conseguiría cambiar esta dinámica de injerencia editorial sino Joe Quesada, quien a partir de su llegada en 2000 decidió dar un golpe en la mesa y dar una libertad casi olvidada en muchas series Marvel como La Patrulla X. Joe Kelly y Steven T. Seagle nunca derrotaron a los molinos de viento contra los que se lanzaron pero hicieron lo que pudieron.
Lo mejor
• Los números finales de cada uno de los guionistas
Lo peor
• La alargada e intrascendente saga que da título al volumen
Lo recuerdo como horrible en su momento y nunca lo volvi a leer. Recuerdo vagamente a Kubert como lo unico rescatable. Huid, insensatos!
Yo solamente espero que, si reeditan la etapa de Davis, incluyan también el último número escrito por Kelly. Se nota a la legua que Davis hizo algo más que dibujar ese tebeo, en vista de lo inmediatamente anterior.
Y vale que si la injerencia editorial y tal pero Kelly y Seagle no hubiesen hecho en ningún caso un buen trabajo en los mutantes. Está claro que no conocían a los personajes y que, en lugar de su desarrollo, buscaban más el golpe de efecto por el golpe de efecto.
Ese Magneto de Davis!!! 😀