Batman es, quizás, uno de los personajes más famosos del comic y uno de los que gozan de una mayor riqueza biográfica gracias a la larga lista de guionistas que han querido aportar multitud de detalles a su historia personal, no sólo como superhéroe, sino como Bruce Wayne propiamente. A partir de todo lo mostrado en los comics, intentaré narrar un estudio psicológico de Bruce Wayne, tratando de comprender quién es él y cómo llegó a ser más allá de la mera razón de “para combatir el crimen”.
He aquí la continuación.
Inteligente como pocos, Bruce pronto entendería que su propósito le obligaría a realizar tareas muy por encima de las capacidades de un humano corriente, por lo que dedicó buena parte de su vida a prepararse para ello. En un primer momento, quizás aún llevado por cierta inmadurez, estudió criminología donde pronto, para apartar de su lado cualquier posibilidad de estrechar lazos de amistad, se granjearía la fama de mujeriego y hombre superficial, que le proporcionaría la soledad y tiempo necesarios para su preparación. Cuando comprendió que aquellos conocimientos eran realmente exiguos y que por su carácter le resultaría imposible formar parte del entretejido que conforma un organismo federal, con sus normas y jerarquías que él jamás aceptaría, se alejaría de su país para ir un paso más allá.
Aprovechando que el dinero no le faltaría, recorrió el mundo en busca de aquellos expertos mundiales que pudieran aportar cualquier cosa útil en su propia guerra: conocimientos en explosivos, artes marciales, conducción temeraria, criminología, etc. Contrató, engañó o alquiló los servicios de gente de muy variado pasado, por turbulento que éste fuera, siempre que le pudiera ser útil.
Regresaría a Gotham años después, pero su ciudad natal se habría convertido en una cloaca donde las bandas mafiosas campaban a sus anchas y donde el comisario de policía resultaría tan corrupto como los demás. Aquella era una ciudad sucia alzada sobre la podredumbre y los orines de sus ciudadanos, pero Bruce aún guardaba los recuerdos, quizás idealizados, de cuando era niño e iba acompañado por sus padres por lo que creía la mejor y más bonita ciudad del mundo. Aquel choque entre lo que recordaba –probablemente distorsionados por el tiempo, pero con un fondo muy real– y lo que encontraría, serían el último paso que necesitaba dar. Sabía lo que quería hacer, pero aún no cómo hacerlo.
En su primera incursión nocturna, con una chaqueta militar y una cicatriz falsa en el rostro –los indicios de un primer disfraz poco elaborado– descubrió que no bastaba con ser un maestro del combate o tener una voluntad de hierro. En su día fue un niño indefenso ante un ladrón callejero, pero ahora era también un mero humano que jamás podría derrotar a media docena de pandilleros a los que se sumarían los policías que confundirían todo con una mera reyerta callejera. Malherido por aquellos a quien quería socorrer, Bruce Wayne regresaría a su reabierta mansión desilusionado y frustrado. Llevaba años preparándose para aquel día, para honrar a sus padres y evitar la creación de nuevos huérfanos como él lo fue, pero había sido en vano. Le faltaba algo y no sabía qué.
Sentado en el butacón donde su padre le recitaba cuentos años atrás, hundió los ojos en la oscuridad de la sala en busca de una solución que llegaría casi como un milagro: un pequeño murciélago escapado de alguna cueva próxima le sobresaltó y así tuvo la inspiración que necesitaba. Vestido con un traje de murciélago, se convertiría en una leyenda urbana que pocos creerían cierta. Sus colores oscuros, casi negros, le confundirían con las sombras hasta hacerle indistinguible de la noche, convirtiéndose en una figura que asustaría a los enemigos.
Una vez más, aquí se pone de manifiesto el estrecho lazo entre Bruce y su padre. Es a su padre a quien parece pedir ayuda cuando se halla malherido y la casualidad hizo que recordase una mera anécdota de su infancia cuando, en una fiesta de disfraces, Thomas Wayne se pondría un traje de hombre murciélago que pronto despertaría el temor del niño, aún cuando supiera quién se escondía tras la máscara. Como un ejemplo a seguir, Bruce Wayne recrearía aquel suceso para hacerlo propio, aprovechando además la gigantesca cueva sobre la que descansaba la mansión Wayne y que descubriría de niño, un perfecto escondite donde podría situar la base de operaciones así como albergar los vehículos que podría necesitar para sus desplazamientos. Siempre es su padre la figura a la que acude buscando ayuda, consuelo y perdón.
Como detalle final, indicar que la forma de entrar en la misma, su Batcueva, es situando las agujas de un reloj de péndulo en la misma hora en la que morirían sus padres, lo cual es un indicativo más de hasta qué punto aquel trágico hecho le ha marcado para siempre, dejándole anclado a un momento del pasado que se repite y se repetirá eternamente, un claro indicativo del trauma indeleble que supuso aquel suceso.
Próximamente: Perfil psicológico de un personaje. Batman (3): Madurez
Vaya, o sea que lo del miedo a los murcielagos de Bruce ya salía en el comic, a mí me gusto eso bastante en Batman Begins
De hecho en Batman Begins faltó ese momento mítico del murciélago atravesando la ventana, aunque no sé hasta que punto hacía falta. En el cómic no es tanto que tuviese mido a los muricélagos (en la peli son una fobia) como que se cayó una vez en un agujero donde lo asustaron y lo impresionaron.
Yo al menos no he leído ningún cómic donde dijeran que Bruce tenía fobia a los murciélagos.
Tampoco me parece realmente relevante.
¿Nunca hubo ninguna serie o miniserie dedicada a estudiar los viajes de juventud de Bruce Wayne? Me suena que sí, en los 70…
En la pelicula solo les tiene miedo no fobia ala los murcielagos
Quiero felicitarte por este trabajo, está de lujo. Espero la tercera parte.
Gracias!
Disfruté mucho de este artículo, más que del primero -que es muy bueno también- aunque siento que Batman no es más que un gran trauma andante.
Bien, supongo que por eso de entre toda la gran galería de villanos locos de Gotham no veamos nunca a «El Psicólogo», pues lo vencería curando su trauma. XD
Muy bueno Carlos, ha ver cuando hacés un «Perfil Psicológico de Superman». ¡Nos leémos!
Sòlo una cosa no es uno de los màs famosos es lejos EL MAS FAMOSO.
Oye… esto es tremendamente interesante!
Muy buen articulo!
Espero ansioso la continuacion…
Por cierto que escuche un rumor de que la serie de Smallville estaba planteada en principio como los viajes de juventud de Bruce Wayne, pero al final se hizo con Superman porque se parecia demasiado a lo que querian hacer con Batman Begins….pero no me cuadran las fechas.
¿Alguien sabe algo de este tema?
Mi estimado Bartmite, estas en lo cierto. En 1.999, el guionista Tim McCanlies fue el encargado de hacer el guión de «Bruce Wayne», una serie que exploraba la vida de Batman en su juventud, mientras recorría el mundo entrenando para convertirse en el Caballero oscuro. En su piloto, había una escena donde se encontraba con un joven reportero llamado….Clark Kent.
Warner compró el guión pero desacrtó la idea, puesto que en aquel entonces Frank Miller y Darren Aronofsky iba a adaptar «Batman, año uno». Sin embargo, un cambio de idea, le aseguró a McCanlies un gordo cheque mensual desde el año 2.000 por concepto de su idea: hacer una serie dedicada a la juventud de Clark Kent antes de convertirse en Superman. Si bien Tim McCanlies no recibe el crédito en pantalla por la idea (Y con una buena pasta mensual, yo tambien me quedo en silencio), quienes desarrollaron la idea fueron Alfred Gough y Miles Millar, que anunciaron el show en Abril del 2.001. Desde entonces, «Smallville» se ha convertido en el show de acción real mas duradero basado en un super héroe («Sabrina, la bruja adolescente» tuvo 7 temporadas y era hasta ahora el show con actores basado en un comic que mas tiempo había estado en el aire) y en el programa bandera del canal The CW.(Fuente: http://www.kryptonsite.com)
Servido el caballero.
Pues la verdad, creo que daría para más chicha una serie sobre Wayne que una sobre Kent. Dejando ya aparte que Smallville les obliga a meter esos efectos especiales tan cutres y les salen esas tramas tan burras.
Me imagino a Bruce Wayne a lo «Kung Fu» por ahí XDDD
¿Sabrina era una superheroína? Co*o, de lo que se entera uno aquí…
hagan un perfil psicologiko de el hombre araña