Perfil psicológico de un personaje. Batman (3): Madurez

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Los primeros tiempos para Bruce Wayne bajo la máscara de Batman fueron extremadamente duros. Poseía la preparación, la voluntad, el deseo y los recursos, todo menos una oportunidad. En su fuero interior aún era un niño ingenuo que se creía con el poder de cambiar el mundo, de mejorarlo como sólo ellos saben a través de la ingenua visión que le impulsa a pegar una patada a la piedra con la que tropezó para que el dolor desaparezca. No tardaría en descubrir que el mundo de los adultos requería otro tipo de enfoque.

Como ya dije en el anterior informe, su mayor poder no estaba en los puños, sino en la ingente cantidad de recursos económicos y potenciales que como multimillonario podía utilizar adecuadamente para prevenir la pobreza y dolor en múltiples formas. Sin duda, Bruce lo sabía, pero no era la respuesta a sus deseos. Era joven y seguía dividiendo el mundo en blanco y negro, dejándose arrastrar hacia la oscuridad para así jugar con ventaja en sus confrontaciones. No era desde un asiento en un despacho como quería calmar su angustia y su rabia, sino con una lucha directa por más simple que se tratara, la eterna demostración de que aquel criminal que asesinara a sus padres ya carecía de poder sobre él como tuvo en su infancia, cuando fue incapaz de defenderse o proteger a sus padres. Cada nuevo malhechor que encontrara, fuera anónimo o un asiduo ocupante de una celda en el Asilo Arham, le evocaría la repetición de su trágico pasado con un nuevo y satisfactorio, aunque temporal, final.

Si algo ha caracterizado la carrera de Batman ha sido los pintorescos personajes que se dejaron conocer en su ciudad y a los que tuvo que hacer frente casi desde el inicio de su bautismo de fuego. Hombres deformes que acogían las burlas de sus iguales para convertirse justo en aquello que le achacaban; trastornos mentales utilizados como excusas para sus desvaríos propósitos; mujeres de espíritu libre e inconformistas para quien la vida era un juego eterno y la ciudad un parque de atracciones; y el Joker.

El Payaso Príncipe del Crimen resultaría la antítesis de Batman, no así de Bruce Wayne. Carecía de moral, de prejuicios o de metas. Simplemente tenía una mente desconectada de la realidad cuyos ojos veían lo que quería ver y cuyos oídos sólo percibían lo que se le antojaba. Como el cobarde que siempre fuera antes de quedar pigmentalmente deforme, ocultó cualquier instinto de recuperación mental entregándose a la locura sin concierto ni lógica. Toda acción inhibitoria fue apagada para dejarse llevar a propósitos tan absurdos como peligrosos. El mundo, las esperanzas, los sueños, el dolor, la vida y la muerte no eran sino una broma eterna. Evitó una lucha contra la realidad hasta el punto de no aferrarse a nada sólido. Si no se luchaba, no se perdía, y así el insignificante hombre que antaño fuera evitó la derrota en su última batalla. Ante él, Batman fue erigido como causa y razón de su locura, una autoridad regidora de ley y orden, un símil a un padre que imponía disciplina y recordatorio de lo que él había apartado definitivamente para siempre de su lado. Vencer a Batman era demostrarse que llevaba razón en su cobardía, de ahí su odio encarnizado al que le recordaba la cruda verdad que con tanto tesón rechazaba con su macabra risa. Sentir empatía hacia el prójimo, luchar por lo que es justo, enfrentarse a la rutina del día a día, asumir responsabilidades, todo ello le superó y su accidente químico le daría la justificación que tanto deseaba. No es Batman quien crea a los monstruos que inevitablemente le rodean, sino que, como comprenderá tras muchos años Bruce Wayne, los monstruos siempre han estado entre nosotros y aparecen cuando nos miramos en el espejo.

Simplemente mirad con algo más de atención la televisión. Niños soldado; padres que prostituyen a sus hijas; mujeres que asesinan a ancianos; hombres que propinan recurrentes palizas a sus esposas; adolescentes que adoran una religión llamada violencia y asesinan a sus compañeros de clase; personas que se automutilan; asesinos en serie. Estos son los monstruos con los que convivimos, los que deberían.

Hay unos pocos que utilizan llamativos disfraces, que reclaman la atención de un poder autoritario para exigir, secretamente, que les detengan porque ellos mismos no son capaces de detenerse. No son los villanos disfrazados aquellos a los que hay que temer, sino aquellos que están entre nosotros y permanecen invisibles. Todos ellos, de una y otra naturaleza, serán el blanco de todo esfuerzo de Batman por muchos años, librando una guerra contra el crimen donde sólo se podían ganar pírricas batallas, pero no la guerra. Así, la lección que aprenderá Bruce Wayne con el paso de los años y que marcará su madurez como persona es que por muchos dementes que arrastre al Asilo Arham no puede impedir el crimen en su ciudad, que no puede salvar el mundo. Que no puede cambiarlo.

La segunda lección llegará después y marcará definitivamente su madurez como persona: No hace falta que lo cambie, sólo que haga lo que pueda. Todo lo que pueda. Sobre los hombros de tantos hombres y mujeres, el “todo” no es sino un “algo” pulcramente cubierto de excusas y mentiras, pero ese mismo “todo” en las manos de un hombre como Bruce Wayne implica una férrea fuerza de voluntad, una inquisitiva inteligencia, una capacidad inagotable de aprendizaje de cualquier tipo de conocimiento útil y toneladas de prácticos artilugios y recursos reunidos secretamente.

La pasión inicial que marcara los primeros años como Batman se iría apagando conforme la experiencia le mostrara las dos lecciones anteriormente mencionadas. No se trataría de una resignación, sino del peso que la verdad impone en un hombre que apenas atisba algo de sabiduría por largos que sean los años vividos. Lejos de perder fuerza, Batman ganaría eficacia y efectividad. Batman, por sí solo, apenas sería una muesca en las hazañas memorables de Gotham, pero, tras aliarse con Bruce Wayne los logros se verían multiplicados.

Batman implica esperanza, ilusión. Es un símbolo reflejado en el cielo por un potente foco, es un rumor que se deforma con el tiempo y distorsiona toda realidad, pero que se expande en víctimas y culpables con distinto efecto. Pero Bruce Wayne, con sus millones, con su invisibilidad, con sus aburridos negocios en los despachos podrá transformar el símbolo y la esperanza en algo tangible, en barrios reales, en tecnología accesible para los más necesitados, en alimentos y medicinas para quien no tiene con qué pagarlo y en centros de acogida para huérfanos.

Así madurará Bruce Wayne, sacrificando la infantil satisfacción de golpear a los villanos con sus puños de acero y deslumbrarse con ese espectáculo llamativo para asumir un modo más apropiado de actuación. Se olvidará de salvar el mundo, de rescatar a sus padres, de abarcar lo que sus sueños le indicaron para convertirse en un ejemplo del poder de la fuerza de voluntad en un hombre entregado al prójimo. Su emblema, el murciélago, será la sombra que acoja a los inocentes y asuste a los malvados.

Nos enseñará que ser un héroe no es volar, lanzar rayos o leer la mente. Él carece de todo ello, pero no importa. Batman tiene los medios para desplazarse a donde haga falta; Batman tiene sus conocimientos en artes marciales y batarangs; Batman deduce las acciones futuras de sus contrincantes en base al lenguaje corporal. Aprenderá a aceptar sus limitaciones así como a enseñarnos los bastos poderes de todo aquel que, de corazón, quiere ayudar a los demás. Bajo su sombra, que aportará más luz que oscuridad, muchos otros se verán inspirados y así el murciélago marcará las vidas de muchos hombres y mujeres.

Otro punto aparte es la relación entre Bruce y sus aliados superhéroes. A diferencia de ellos, Batman carece de superpoderes, lo cual podría considerarse una clara desventaja, pero Bruce, por el contrario, se vale de ello para hacerse más fuerte. Quizás por desconfianza, por introversión o por simple pragmatismo, la relación de Bruce Wayne con los demás compañeros siempre ha resultado distante, fría, salvo contadas excepciones, como es su amistad con Clark Kent que merece una reflexión aparte.

Bruce siente una envidia interna hacia Clark por su faceta de Superman. Batman, sobre todo en los primeros años de su carrera, quiere abarcarlo todo, impedir todos los crímenes, salvar todas las víctimas del mundo, pero carece de tal poder y jamás lo tendrá. Superman sí, o eso cree equivocadamente. Clark Kent, como le costará llegar a entender, no es un dios y tampoco es capaz de obrar milagros como los que Bruce se exige. Está lejos, infinitamente lejos, de ser lo que muchos le aducen, porque su increíble fuerza, su capacidad de volar, sus rayos oculares, su supervelocidad… tampoco significan nada ante un planeta donde los crímenes se cuentan por docenas cada segundo, donde impedir el hambre implica imponer su voluntad y buenos deseos al resto de gobiernos y, que al igual que Bruce, Superman se limita a hacer su parte, es decir, lo que buenamente puede hacer que es mucho en comparación con lo que la mayoría hacemos, pero no es nada en comparación con lo que podría hacer la Humanidad si realmente se implicase.

Es por ello que en un principio surgirá una fuerte rivalidad entre ambos. Batman verá en Superman los poderes que él necesita y, sin embargo, carece; Superman rechazará la presencia de Batman porque es la prueba de que existen lugares oscuros que apenas concibe y quisiera no conocer. Ambos se descubrirán extraordinariamente parecidos, capaces de conocerse mejor que cualquier otro, crecidos bajo infancias y tragedias que marcarán la clase de hombres en que se convertirán como adultos.

Al madurar Batman desprendiéndose de la carga que implica salvar lo insalvable, y al aceptar Superman las debilidades de la Humanidad, su miseria, su suciedad y su Oscuridad, serán capaces de estrecharse la mano, de sincerarse y apoyarse mutualmente, porque, a fin y al cabo, el propósito de ambos siempre fue el mismo desde un principio. Los dos, cada uno a su manera, se sentirán solos en su infancia y adolescencia, pero nunca de una forma absoluta, por más que le pese a uno o más que lo desee el otro. Serán aliados por siempre y ello, aún cuando les cueste reconocerlo, les reportará más de un suspiro de alivio. No en vano, cuando unen sus fuerzas, se convierten en los Mejores del Mundo.

Próximamente: Perfil psicológico de un personaje: Batman (y 4): Muerte

Enlaces relacionados en Zn:

Perfil psicológico de un personaje. Batman (1): Infancia

Perfil psicológico de un personaje: Batman (2): Adolescencia

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Jabberwocky
Jabberwocky
Lector
2 diciembre, 2007 18:25

¡Excelente!, No hay palabras para definir lo bien que te has expresado. Me ha encantado. Es el primer articulo que veo que trate sobre el perfil psicológico de un personaje pero veo que ya habías escrito dos otros sobre Batman anteriormente. Mirare de sacar tiempo la semana que viene cuando acabe la temporada de exámenes. Así que no me entretengo y continúo estudiando…

Aristoteles_007
Aristoteles_007
2 diciembre, 2007 19:45

Muy buena lectura. La verdad que los otros dos análisis se me han pasado, y ya estoy tratando de enmendar eso.
Lo único que me hubiese gustado es ver el aspecto más familiar del murciélago. Porque, admitámoslo, el más solitario de los super-héroes tiene un pequeño ejercito de ayudantes. El contra-discurso que le ofrece Oliver Queen. Y su curiosa castidad con Catwoman (que entiendo obedece a una imposición editorial. No tiene otra explicación)
Espero con ansias la última entrega.

WWfan!
WWfan!
2 diciembre, 2007 19:46

A mi me mola el Batman de la serie de TV clásica de los 60, de la adaptación al comic de la serie animada y de Silencio. Un superhéroe como en toda la vida.
El Batman de la herencia de los que intentan seguir el camino de Miller me aburre, me parece un coñazo supino.
Prefiero ver a Barbara Gordon con sus medias rotas y botas amarillas y al Batmito que me cuenten por trillonésima vez que el puto Batman se larga dejando al que le habla con la palabra en la boca sin que se de cuenta el otro con las pajas.
Menos mal que al menos el propio Miller ha venido a destruir toda esa mierda y a reirse con toda la mala leche del mundo de su propia mala herencia en esa genialidad que tan pocos entienden llamada All Star Batman y Robin.

Ulex Ryu
Lector
2 diciembre, 2007 20:22

Muy interesante. A mi también se me pasaron los dos primero en su momento, aunque ya los he leído.

Si se aceptan peticiones, me gustaría ver analizadas en un artículo las relaciones de Batman, y Bruce Wayne, con terceros. No solo con sus pares de la JLA, sino con los miembros de la Bat-familia: Alfred, Dick, Tim…

¿Por qué alguien que, esencialmente, lucha para que ningún niño más quede huérfano de la misma forma que él, envía niños en su cruzada? ¿Qué se siente cuándo uno de esos niños (Jason Todd) muere en la batalla? (Mejor no entrar en «¿qué se siente cuando regresa de entre los muertos convertido en Capucha Roja?»)

Otro artículo muy interesante sería el análisis de la relación de Bruce/Batman con el sexo femenino.

WWfan!
WWfan!
2 diciembre, 2007 20:41

>>>Otro artículo muy interesante sería el análisis de la relación de Bruce/Batman con el sexo femenino.

Yo creo que Jotace ya lo ha analizado con bastante profundidad.

q-cho
q-cho
2 diciembre, 2007 22:48

casi suelto una «tear», a pesar de que el articulo es recontra personal ,se nota que estabas inspirado , saludos.

Bimago
2 diciembre, 2007 22:55

Wow, demasiado bueno el artículo… sé que ya lo había pedido antes, pero ¿hay posibilidades de un desglose psicológico del Hombre de Acero?

Dante
Dante
3 diciembre, 2007 6:06

Ohhh, siii!!!! Llevaba esperando la 3ª parte desde que vi publicada la 2ª!!! Y me dices que hay una cuarta? Buff, no nos hagas esperar mucho. Jajja.

A mi parecer cada uno de los articulos está y perdonad la expresión de «Puta Madre». Me considero fan incondicional de Batman y ya de por si todo lo que trate con él me encanta. Pero el ver estos perfiles psicológicos en parte me ayudan a entender mejor al personaje y a que me guste más aún.

Muchas gracias por los articulos Carlos, estaré esperando la 4ª parte! Un saludo

Bruce
Bruce
3 diciembre, 2007 9:42

¿Batman (y 4): Muerte?

NO ME ASUSTES!!

Ulex Ryu
Lector
3 diciembre, 2007 14:55

>>>>>>Otro artículo muy interesante sería el análisis de la relación de Bruce/Batman con el sexo femenino.

>>>Yo creo que Jotace ya lo ha analizado con bastante profundidad.

Pero digo en serio…

>>>Wow, demasiado bueno el artículo… sé que ya lo había pedido antes, pero ¿hay posibilidades de un desglose psicológico del Hombre de Acero?

Y por que me da a mi que del Supes no sale uno tan bueno??

el humano promedio
el humano promedio
Lector
3 diciembre, 2007 21:19

hola, casi nunca escribo acá, pero su trabajo me ha llamado mucho la atención que no pude evitar pasar de largo enviarle unas felicitaciones.
Me parece excelente que Batman sea objeto de análisis, pues el personaje ha trascendido de su misma esfera de «entretenimiento» para la que fue creado y ahora goza de ser contemplado en otros aspectos como un perfil plsicológico, pues ya no se trata del superheroe, o el heroe o el ninja. Al final eso es lo que menos importa y lo que menos atrae. lo que atrae es el simbolismo. Asi mismo, me parece genial que sea otra forma de expandir el mito.
Mil gracias, pace 5 minutos muy placenteros.

el humano promedio
el humano promedio
Lector
3 diciembre, 2007 21:28

tmb he leido las opiniones de los compañeros y son muy interesantes los aspectos que mencionan para tener en cuenta, las mujeres, el papel de tutor, «la muerte». Yo solo le diria que tuviese en mente un pequeño detalle y es que Batman esta loco, quizá en la misma medida que el Joker. talvez en estas etapas de adolecencia y madurez no halla caido en cuenta de eso, pero es un hecho que ese es su futuro.

sputnik
sputnik
Lector
4 diciembre, 2007 0:24

Ahí está, Carlos. Además de coincidir con lo dicho en el artículo, me ha gustado que hayas soltado esta parrafada, porque lo que es a mí ya me raya lo de que «bats esta loco».
Otra cosa que tambien me cansa, esta quizás dada por el DKR de Miller, es lo de que «batman es un fascista». Para mí equivale no sólo a no conocer bien del todo al personaje sino a no conocer para nada el género superheroico (al que hay que supeditar siempre a un personae como Batman), o bien a tener una idea más bien amlia del significado de «fascio».
Una cosa más…¿qué es el contra-discurso que le ofrece Oliver Queen a Batman? ¿Un discurso político? Más bien se lo ofrece a Hal Jordan, porque Batman, como icono de la DC que es, nunca ha mostrado sus cartas ideológicas, y desde mi punto de vista, diría que cuando lo hace se inclinan más bien hacia lo progre (¿recordáis aquél cómic propagandístico en el que batman hacia apología del control de armas, «seduction of the gun»?), aunque sean cosas demasiado vagas. ¿Un contra-discurso en cuanto a metodología? Hombre… prácticamente hacen lo mismo, pero Oliver Queen tira flechas también de día y no va por ahí acojonando a nadie con su disfraz de robin hood.

Julien Mayfair
5 diciembre, 2007 3:18

Muy básico el calificar a Batman como «loco»,porque eso es lo que cualquiera piensa de algo que es ajeno o extraño en su real vivir. Primero porque hablamos de comic, es decir una realidad diferente con parametros menos complejos quelos nuestros y donde nuestra moral tridimencional no tiene cabida salvo para verse patética cuando autores de mal escribir y tratar no saben que hacer para subir la polémica. Por otra parte, debemos dar gracias a Tim Burton y Frank Miller por esa estúpida y calcada opinión.
Por otra parte, Batman es un icono similar a las deidades que suelen contarse en culturas ancestrales. Los superhéroes en general son mitología moderna, por lo que representan fuerza puras en su mayor escencia. Batma es Justicia implacable, no asesinato, por lo que se veria extraño también en nuestro mundo pero no en el suyo, desde donde se puede buscar una forma de enseñar simple y entretenidamente.

Henry Knight
Henry Knight
5 diciembre, 2007 8:29

Quiero considerar una faceta que siempre se ha comentado de la personalidad de Batman.

¿Es gay y vive una relación sentimental con Robin?

Me imagino que el comentario podrá incomodar a más de uno, pero es claro que hay tela de donde cortar.

Saludos.

Crowley
Crowley
5 diciembre, 2007 18:27

Hombre teniendo en cuenta que ha estado enamorado de mujeres vease Talia o Selina por poner dos de los ejemplos mas sonados, en todo caso seria bisexual, y teniendo en cuenta que hay superheroes gays cuyas identidades sexuales son conocidas no creo que hiciese falta en el caso de batman esconderla. Pero bueno no creo que te interese tanto la identidad sexual de batman como intentar crear polemica con un tema un poco trillado ya, asi que mejor disfrutemos de este gran articulo y pasemos a otra cosa.

William Delgado
William Delgado
26 marzo, 2009 21:24

Me parece muy interesante todos los articulos, niñez, adolescencia y adultez.

Más sim embargo no estoy de acuerdo con el ultimo punto en su relación con otros superheroes. Considero que el nunca ha tenido envidia de Superman, debido a que siempre el y todos en el mundo sabe que no existe punto de comparación entre ellos.

La diferencia de ellos se debe a diferencias en su personalidad, cosa que genera problemas y discusiones en todos los seres humanos.

Considero que Batman como superheroe posee más liderazgo que cualquier superheroe en la Liga de la Justicia.

Esta tan demostrado que el siempre termina resolviendo y no necesariamente por tener poderes especiales.

No se? que opinan al respecto?

Dickies
Dickies
4 septiembre, 2009 17:01

Si bien todos hemos disfrutado de los articulos muy bien elaborados del perfil psicologico de batman, para mi solo faltaria un pequeño detalle a tan complejo analisis, seria pues, que el superheroe que muchos de nosotros queremos, nunca confio totalmente en nadie, siempre se guardo su «derecho de duda» por asi decirlo, es algo que siempre me agrado de él, y si bien superman resulta ser una persona en el que en muchos casos puede contar, bat no es tan tonto en no tener una pequena piedrita de kripto entre sus artilugios :P…

otra cosa…muchas veces ha sido exagerado en dudar demasiado, pero esos defectos es lo que vuelve interesante a este personaje.

saludos. gracias!

Areuna
Areuna
9 julio, 2011 6:00

Hiiii! Bueno, yo no conozco mucho de los Jókers anteriores. Pero lo que sí puedo opinar es del último (Heath Ledger). Este personaje implica una filosofía muy fuerte. Por ejemplo: el problema de la dicotomía entre el bien y el mal que genera el caos. Él insinúa que él es algo así como «más adelantado» que los que se encuentran en ese presente, esto es un mensaje que implica que si no se pone atención al lado «oscuro», todo se volcará en un «caos» como efectivamente estamos viendo en la realidad.
Sus cicatrices y varias versiones sobre ellas, reflejan una realidad. Por eso quema el dinero, no le interesa el dinero. El actorazo Heath, se encerró un mes solo para vivificar a éste personaje, escribió un diario, es decir, comprendió muy bien la «locura» y causas del Jóker: violencia intrafamiliar que también es una realidad. Se pinta una sonrisa, y no le dañan los golpes de Batman, es como una especie de «superación del dolor» [lo que no te mata te hace más… extraño (esquizofrénico)] y, no por nada remite al filósofo Nietzsche: lo que no te mata te hace más fuerte. Curiosamente, éste filósofo brillante sufrió al final de su vida de una enfermedad mental.
La «superación del dolor» implica que te hagas más fuerte y que hagas cosas que los demás no se atreven a hacer para hacerles llegar el mensaje. Nietzsche, en la realidad crea su personaje ideal (Zaratustra), y el Jóker, desesperado, llega a provocar un caos aparentemente sin argumento; «mata» (porque en realidad no lo hace, pues es un personaje ficticio) para demostrar lo que vendrá si se sigue «ignorando» lo «malo», lo «feo», lo «triste», pues nadie quiere ver ese lado. De los demás no sé, pero éste no tiene naaada de cobarde… quién soporta el sufrimiento que refleja y vive? necesita «volverse loco» para hacerlo.
Juega con la doble moral del Batman.. en ese juego donde le da opción de rescatar a su «amada» o al que se supone que representa el bien de la ciudad (Dent), y el «héroe», movido por sus intereses individuales, elige ir por la amada… consecuencias terribles.. y antes de esto, el Jóker le hecha en cara lo sucedido por no quitarse la «máscara» (que en realidad es quitarle la máscara al «bien».. ¿qué tan «bueno» resulta lo que para ellos es «bien?) y de dejar que Dent se entregara en lugar de él.. ¿quién es el cobarde?
La interrogación es interesante.. habrá teorías reduccionistas psicológicas (que hoy están ya en duda), que lo único que podrán ver es un loco «que le gusta que le peguen»… pero el mensaje aquí está implicado en el diálogo: «No tienes nada, nada con qué tratar conmigo, nada que hacer con toda esa fuerza» «mira cómo reaccionas» ¿quién domina a quién? el Batman con todo su odio ciego que se deja llevar una vez más por sus sentimientos individuales, decide darle una paliza al otro que, evidentemente es más débil físicamente pero mucho más inteligente (recordemos que muchos esquizofrénicos son personas «genios» o en su caso «superdotados»… el Joker es experto en «ajedrez humano»… voltea sus planes (que si funcionaran, no hubiera tanto caos) y los vuelve contra ellos, para demostrarles lo «patético que son sus planecillos».
Reconozcamos que en la vida real, lo que el Jóker planeó.. sobre el experimento «social», por supuesto que se hubieran matado unos con otros.. los delincuentes de allí sí mataban por el simple dinero, la gente «buena» ¿porqué iba a morir? si hasta niños llevarían… ni modo que los hayan dejado en sus casas… en realidad el final es incierto.. pero en la película, como siempre gana el «bueno», y lo ve la gente «normal» y su lógica no alcanza para comprender más, y raros son los que han leído a Nietzsche, y raros los que comprenden el problema del maniqueísmo, el problema del caos y de la dicotomía entre el bien y el mal… pues lo más fácil es ponerle etiquetas de «bueno» y «malo» ¡como las novelitas de la tv!!! son excelentes para entretener a éstas mentes!!!
Yo admiro el genio de Heath Ledger al crear este personaje (pues él participó muucho para su creación y en la producción) y a los que le ayudaron… Descanse en paz mi querido Jóker… 🙁