Venga, Peter, déjate de fantasías. Siempre estás igual. Y no quiero que otra vez llegues tan tarde, me hace padecer. ¡Quién sabe lo que puede ocurrirte vagabundeando por las calles!
Coincidiendo con el 37 Comic Barcelona, Trilita Ediciones ha publicado
Josep Maria Beà es un historietista y escritor nacido en Barcelona en el año 1942. Empieza a trabajar con 15 años en la agencia Selecciones Ilustradas que regentaba Josep Toutain. Allí aprendió los fundamentos del cómic de la mano de los dibujantes que trabajaban allí, y sobre todo de copiar a los grandes clásicos como Alex Raymond, Dan Barry, Stan Drake o Burne Hogarth, entre otros. En S.I. se producían cómics en cadena que exportaban a otros mercados, con niveles de calidad bastante cuestionables. El hastío de esta situación provocó que dejara el mundo del cómic y se dedicara a otras actividades. Pero en 1971 vuelve al cómic ya que empieza a publicar la serie de terror Sir Leo en la revista Drácula de Buru Lan. Son historias cortas en las que tiene libertad para hacer lo que desee. Esas historias las considera su primer trabajo de autor y le sirven para abrirse las puertas del mercado americano. Entre 1971 y 1976, Beà trabajó para la editorial estadounidense Warren en sus revistas de terror (Vampirella, Eerie y Creepy). Comenzó dibujando guiones de autores americanos, debutando en 1971 con la historia The silver thief and the pharoah’s daugter, con guion de Dean Latimer aparecida en el número 13 de Vampirella. Sin embargo, pronto comenzó a dibujar sus propios guiones, así en 1972 debuto como guionista en el número 45 de Creepy con la historia The Picture of Death. Su trabajo como guionista le sirvió para recibir el premio Warren al mejor guion del año por The Accursed Flowers en 1973. En 1976 apareció el primer número de su serie para Warren Peter Hipnos, su trabajo más conocido de esa etapa en nuestro país. Con el fin de la dictadura comienza a trabajar para el mercado nacional en las revistas de Toutain. Allí aparece Historias de taberna galáctica y cuando decide dejarla, se embarca en la creación de En un lugar de la Mente. En 1982 fundó con Luis García, Alfonso Font, Carlos Giménez y Adolfo Usero, la revista Rambla, de la que fue co-director y en la que publicó La esfera cúbica, Siete vidas y La Muralla. En este momento es cuando el talento para el dibujo de Beà se desdobla en un montón de personalidades y aparecen Las Percas, Sánchez Zamora, Pere Calsina, J. M., Sito, etc… convirtiéndose en El hombre de los mil estilos. En 1985 funda la editorial Intermagen S.A. editando La Técnica del Cómic, varios álbumes con su obra anterior prepublicada en diversas cabeceras y las revistas mensuales, Gatopato, Caníbal, Chucho Larguirucho y la semanal Bichos. Se produce la explosión del mercado de las revistas de finales de los noventa que le alejan definitivamente del mundo del cómic.
Peter Hipnos es un chico que en sus paseos se ve transportado a mundos de pesadilla en los que habitan los seres más extraños. Allí vive aventuras surrealistas en las que todo lo que pueda imaginar parece posible y real. Pero en ellas nunca tiene el control en lo que le sucede, ya que se ve inmerso en problemas y conflictos en los que la única solución que le queda es una huida hacia adelante.
El origen de la serie está en su cansancio de las historias de terror y en el creciente interés de Beà por la obra Una Semaine de Bonté de Max Ernst, en la que usaba collages compuesto de imágenes de revistas del siglo XIX. Así que siguiendo su ejemplo incorpora collages a su obra, algo que hace que sus mundos sean todavía más extraños por el contraste que ofrecen estos elementos. Todo ello mezclado con un torrente de ideas que un guionista menos imaginativo racanearía para usarlas en otras historias.
Las cinco historias de Peter Hipnos publicadas en esta recopilación se mueven entre el terror, la fantasía y el surrealismo. Son historias autoconclusivas de entre cinco y once páginas. En ellas podemos ver reminiscencias de autores de cómic como Winsor Mccay pero también literarios como Lewis Carroll o Lovecraft del que Beà hace mucho más que toma el nombre del protagonista. A diferencia de lo habitual en este tipo de historias no hay necesidad de acabar cada historia con un final sorprendente o impactante, ya que todas las páginas están plagadas de sorpresas. Pero siempre respetando la formula clásica de planteamiento, nudo y desenlace. También está presente ese sentido del humor tan particular que aunando sarcasmo con juegos de palabras se ha convertido en marca registrada de la casa.
En Peter Hipnos se ven los elementos que caracterizaran sus obras posteriores como Historias de la Taberna Galáctica o La Esfera Cubica, aunque estas se desarrollaron en un entorno de ciencia-ficción que le permitía más posibilidades de proyectar algunos de los problemas sociales de la época en la que las creo. Aquí están presentes los personajes desubicados que no tienen ningún control sobre su destino, el surrealismo y el absurdo, la mente y el inconsciente humano, la distorsión de la realidad, etc. pero también queda espacio para la crítica social sobre todo al seguidismo y conformismo de las masas. Además de un anhelo de libertad, ya que no conviene olvidar que estas historias a pesar de estar pensadas para los Estados Unidos, estaban producidos en un España que seguían en blanco y negro a pesar de estar en los últimos estertores del franquismo.
En el apartado gráfico vemos como el estilo de Beà, deudor de los grandes de las strips americanas como todos sus compañeros de Selecciones Ilustradas, sigue su evolución que llegará al culmen en Historias de la Taberna Galáctica, con una atención al detalle y realismo inigualable. En esta obra hay muchos recursos y experimentos gráficos. El que más llama la atención es el uso de collages, pero no es único. Vemos recursos que ahora nos parecen habituales pero que en la época en la que aparecieron no lo eran tanto como viñetas a sangre, personajes que se salen de las mismas, también hay composiciones verticales en lugar de occidentales. Además, vemos una gran influencia de la ilustración y la pintura vemos escenas que recuerdan a grabados, a El Bosco, Isidore Grandville, Max Klinger, a los dadaístas, etc. Por suerte todo combina bien y sirve para hacer creíbles los increíbles mundos que salieron de la cabeza de Beà. Es un gran trabajo de una artista en constante evolución que nunca cayo en la autocomplacencia del trabajo fácil. Por eso y su enorme talento, sus obras no tienen fecha de caducidad.
La edición de Trilita es realmente buena con gran tamaño, buena reproducción, un diseño realmente bueno y unas guardas preciosas, además de haber sido restaurada para por el propio Beà para esta ocasión. Además, en el álbum aparece el artículo que Will Eisner publicó sobre Beà en el número dos de la revista Spirit de Garbo. En la entrevista que aparece en una hora podréis saber que nuevas obras suyas va editar Trilita.
Peter Hipnos es una serie que es preludio de las obras posteriores de Beà en la que se pueden apreciar las características más notables de su trabajo. Una buena mezcla de terror y fantasía con un apartado gráfico que todavía sigue siendo sorprendente y moderno. Y como todas sus obras en cada relectura descubre algo nuevo.
Guión - 8.5
Dibujo - 9.5
Interés - 9
9
Imaginación
Peter Hipnos recopila cinco historias repletas de aventuras en mundos imaginarios poblados de criaturas extrañas. Uno de los ejemplos más notables de los cómics que se hacían en los años setenta, por suerte sigue igual de moderno que cuando apareció por primera vez.