La joya de la semana
Miguel, 15 años en la calle, Miguel Fuster; Ediciones Glénat; 72 págs., BN, 17,95 €.
Miguel Fuster fue alguien que empezó el azaroso trayecto que lleva a convertirse en autor de cómics, con 16 años, hará cosa de cuatro décadas. Lamentablemente, no consiguió del todo alcanzar su meta.
Primero porque, por aquel entonces, en los 60 del siglo pasado, lo más seguro era alquilarse para el extranjero a través del trabajo de agencia y a él le tocó lidiar con un género más bien desagradecido para con los hombres, el cómic romántico, poco apto para proyectar pulsiones varoniles dotadas de cierta épica filosófica y, en una mayoría de casos, autoralmente anónimo.
Después porque, llegado un determinado momento, Miguel se apeó del vivir cotidiano y acabó en la calle, convertido en un «nadie» que anestesiaba sus horas y sus días a base de alcohol. Quince fueron los años que Miguel pasó entre parques y aceras, humillado y humillándose, despreciado y despreciándose, olvidado y olvidándose. Hasta que decidió aceptar la mano que le permitiría levantarse, vacilante, inseguro, pérdido.
Para cuando pudo ya tenerse en pie, una idea se impuso con fuerza, en él mismo y entre los que le amparaban: debía recuperar aquellos años robados, ponerles nombre, mirarlos de frente, compartirlos. Para entender y que otros pudieran entender con él. Para aceptar y que otros pudiesen aceptar con él. Para ser ayudado y que su voz pudiese ser también de ayuda… a los que seguían sin poder levantarse… y a los que intentaban tenderles la mano, no siempre con éxito.
Así, empezó a volcar sus experiencias sobre el papel. Anécdotas más o menos dolorosas, ilustraciones, textos, historietas… Y aquel material, testimonio extremadamente lúcido de una peripecia singular y dramática, empezó a difundirse de manera informal entre distintas entidades que acompañan a los excluidos. Cuando algunas fotocopias de todo aquel vertido de vino y rosas llegaron hasta mí – puesto que hace ya año y medio que me halló trabajando en la red de atención a las personas sin techo – me llamaron poderosamente la atención. Eran tres o cuatro historietas en las que el estilo gráfico típico de los 70 se ocultaba tras una maraña de líneas retorcidas, sufrientes. Historietas que sorprendían por la agudeza del análisis «en off» de lo que en ellas sucedía, por su sinceridad y su crudeza. Sin duda se trataba de un proyecto relevante y así se lo hice saber Félix Sabaté de Glénat, el único editor con el que he compartido escolaridad. Cerca de un año más tarde, un buen día y para mí sorpresa, Félix me mostró ilusionado el grueso del proyecto que había de constituir este Miguel, 15 años en la calle; proyecto que la mediación del también autor Luis García, contemporáneo de Miguel Fuster, había hecho posible.
Lo leí de un tirón y aquella lectura tuvo en mí un efecto catárquico. Si las páginas que un año antes eran buenas, el conjunto era absolutamente soberbio: hiriente, revelador, poético… necesario. Miguel no solo conseguía dibujar con una poderosa expresividad lo relatado, sino que además hacía gala de una inusitada capacidad de introspección, del todo inusual en las personas que, como él, han castigado de forma continuada su cerebro durante años y años. De los demasiados que han pasado por experiencias similares a Miguel, casi ninguno conserva su claridad expositiva y – con seguridad – ninguno es capaz de confeccionar un producto como éste.
Por fin, después de 40 años, Miguel Fuster ya está a punto para debutar como autor de cómics completo. Ha sido éste un largo recorrido. Justo es que ahora nosotros le estemos esperando.
El médico a palos, de Enrique Lorenzo; Editorial SM; 32 págs., color, 9’50 €.
«Hace ya unos meses que salió y leí la adaptación que había hecho Enrique Lorenzo de El médico a palos de Moliére dentro de la colección de adaptaciones de clásicos de la editorial SM ( en la que ya había publicado El Lazarillo de Tormes), y reconozco que me sorprendió bastante.
Primero, porque creo que es complicado adaptar clásicos de la literatura al cómic, y más cuando van enfocados al público infantil/juvenil, y segundo por conseguir sintetizar la historia en menos de 30 páginas con semejante soltura y ritmo.
Además, en el aspecto gráfico es tremendo, desde el diseño de los personajes, a la expresión, el trazo, o el color, y aún con un estilo similar al de algunos de los autores franceses actuales, el trabajo de Enrique es personal y muy atractivo.
Creo que funcionará muy bien dentro del público al que va enfocado en un principio el álbum, consiguiendo a la vez, despertar la curiosidad, tanto por la obra original de Moliére, como por el trabajo de este prometedor autor.
Viendo el salto cualitativo que hay entre el Lazarillo y este médico a palos, esperemos que no tarde mucho en sorprendernos con otro nuevo álbum.»
Y por si quieren cotillear algunos de sus otros trabajos, dense una vuelta por su blog: http://enriquelorenzo.blogspot.com/
De sangre y ron mi Cuba, de Fran Jaraba; Ediciones Glénat; 152 págs., color, 19’95 €.
«Uno de los grandes secretos de la banda deseñada gallega por fin ve la luz a nivel nacional. Hasta el momento, Fran Jaraba y su trilogía de Cuba, eran un autor y una obra que levantaban admiración y respeto en el territorio gallego, con un gran reconocimiento por parte de crítica y público, pero que fuera de Galicia eran totalmente desconocidos. Los pocos foráneos que tenían acceso a la obra publicada en gallego por Xerais, se preguntaban cómo era posible que un tebeo de esa calidad no tuviera una edición a nivel nacional. Eso mismo debieron pensar en Glénat, porque este mismo mes vio la luz la edición integral de De Sangre y Ron Mi Cuba, que recopila en un bonito tomo los tres álbumes aparecidos hasta el momento.
Una historia de corte clásico europeo donde se relata, en un contexto histórico, las aventuras de Maxi Torres, un gallego huido de la España de finales del siglo XIX, y que por amor, se embarca en la guerra de Cuba, persiguiendo a su amada «La Argentinita». Un relato que nos llevará en volandas y donde la ficción camina sobre una base histórica, con un nivel de detalle y documentación que haría llorar de felicidad al mismo Giardino.
No dejéis pasar la oportunidad de haceros con uno de los cómics de referencia en Galicia, realizado por uno de sus autores más representativos y que Glénat pone ahora a disposición de todos en una edición cuya relación calidad precio es inmejorable.»
Archivo de Píldoras nacionales.
Miquel Funster era ilustrador, trabajó para Toutain, su casa desaparecio en un incendio y vivio en las calles como indigente por 15 años, ahora saca una historieta con sus vivencias.
http://miquelfuster.wordpress.com/
Tremenda historia. Sobrecogedora y grandilocuente.
Me he quedado sin palabras con la descripción de la obra,no cabe duda que solo por el esfuerzo del autor ya vale la pena comprarla,pero es que ademas por si fuera poco la historia de base,gracias a MIKELE he podido disfrutar mas a fondo del trabajo de este autor,solo queda decir,¿ cuando estara disponible?
P.D:Si para la gente que dibuja es dificil conseguir un trazo adecuado sin temblar,no quiero ni pensar el sacrificio y entrenamiento de mano que habra tenido que hacer este hombre,un ejemplo para todos sin duda.
Grandísima reseña Toni: con tu habitual estilo a un tiempo sintético y holístico pero añadiendo, con mucha literatura y desde las entrañas, esa dimensión social inherente al cómic que tratas y, paralelamente, tan ligada a tu quehacer diario. ¡Bravo!
Pues venia a decir lo mismo que Jose, pero esta claro a las antipodas de mi «estilo» (por lo de «sintetico» y «holistico» (diccionario en mano xD)). El dia que te visite en tu trabajo me quede helado, y eso que mas o menos ciertos paisajes humanos ya los tengo controlados (durante unso años me movia por el Raval de BCN, aunque solo de paseo o compras, nada de drogas y cosas asi xD, pero ya veias el percal). No solo el sitio de trabajo, el vecindario (gente humilde buena gente mezclada con carroña), pero sobretodo la fe que se tiene que tener para hacer lo que tu haces. Yo me quede 5 minutos en la puerta y sali roto, imaginate una jornada de trabajo…..
Vaya, que solo tu podias hacer una reseña de un comic como este, vamos, que casi has nacido para ello xDDD Yo lo maximo que veo de este «submundo» es el señor que duerme en «La Caixa» (vaya ironia no?). Ah bueno, y Callejeros, pero eso ya es otra historia.
Yo me sumo a la recomendación de El médico a palos de Enrique Lorenzo. Muy buen tebeo, y para mi gusto la mejor de esta ronda de adaptaciones de SM junto al Jeckyll de García/Olivares. Muy buena también su adaptación de Lazarillo de Tormes.
Realmente este Miguel 15 años en la calle será una obra que dará mucho qué hablar en foros bien diversos y es un trabajo memorable por muchos motivos. La previsión es que salga esta semana que ahora empezamos y os recomiendo encarecidamente que os hagáis con ella.
Entiendo lo que dices, Jordi, y te lo agradezco, pero creo que ninguna persona merece que se la considere carroña.