María Dolares, Enrique S. Abulí y Félix Vega; Planeta DeAgostini; 48 págs., color, 11,95 €.
En el corazón de la mejor literatura española siempre ha estado muy presente el gusto por lo grotesco y lo esperpéntico. Explícito desde Quevedo , Valle-Inclán y Eduardo Mendoza, más soterrado en autores como Cervantes o Ramón Gómez de la Serna, esa mirada entre satírica, cruel y crítica ha devenido marchamo característico de una determinada manera de abordar la existencia. En lo que a nuestra Historieta se refiere, el autor que con mayor acierto ha sabido trasladar a las viñetas ese espíritu estrafalario e hiriente es – posiblemente – Enrique Sánchez Abulí. Cierto es que, a menudo, el hecho de que durante buena parte de su carrera haya estado acompañado de un ilustrador con un grafismo tan imponente como el de Jordi Bernet hace menos evidente esa adscripción de Abulí. Existe una elegancia inherente al trazo de Bernet, una belleza en los volúmenes que delimita su pincel, que destierran cualquier atisbo de verdadero esperpento de unos guiones de por sí bien plagados de acidez surrealista. No sucede lo mismo cuando Abulí se deja acompañar por el dibujante chileno Félix Vega, puesto que en el estilo de Vega conviven en delicado equilibrio lo sensual y lo repulsivo, traduciendo de forma fiel el aliento desencantado y burlón que se adivina en las ideaciones de Abulí. Así pues, este TexMex titulado María Dolares nos situa en ese territorio inhóspito y de frontera que separa Méjico de Estados Unidos, y lo hace de la mano de unos personajes estrambóticos, que fuerzan los arquetipos habituales para brindarnos una aventura vertiginosa y sorprendente. Un calzonazos, veterinario aficionado, que se dedica a recuperar a perros tullidos en mitad de la nada desértica, se verá envuelto en una trama criminal a remolque de las curvas de una mujer fatal de líbido algo lábil. Los giros y requiebros argumentales están servidos, los juegos de palabras también, pero esta vez con un acabado gráfico que subvierte el chascarrillo constante y lo penetra de una extraña desesperanza que a Abulí le sienta de maravilla, siendo esta una de sus obras que me han parecido menos tópicas, más auténticas, notablemente divertidas a la par que extrañamente desagradables.
Reyes Elfos: Glirenn, Víctor Santos y Vicente Cifuentes; Dolmen Editorial; 68 págs., BN, 8 €.
No conozco personalmente a Víctor Santos, pero confieso que cada nueva obra suya me deja con ganas de tratarlo «en vivo». Sus personajes son todos imponentes, carismáticos, proto-hombres más grandes que la vida misma… y eso hace que me pregunte sobre las maneras de este autor prolífico como pocos en nuestro país, reconocidamente hábil como ilustrador allende de nuestros mares, pero también ambicioso en su faceta de argumentista tal como demuestran muchos de sus trabajos producidos para el mercado español.
Precisamente, es esa particularidad que indefectiblemente les confiere a sus protagonistas, criaturas descomunales desbordantes de épica, lo que hace que no todos sus relatos funcionen con igual prestancia. En según que registros las creaciones de Santos aparecen acartonadas, tópicas, imposibles y falsas, debilitando unas tramas que la mayor parte de las veces es en ellos donde encuentran – o no – su razón de ser. No es eso lo que sucede en todos los cómics que pertenecen al ámbito de los Reyes Elfos que he tenido la oportunidad de leer, puesto que en esta fecunda saga el entorno en el que se mueven seres fantásticos de todo tipo casa a la perfección con ellos. Es decir, las narraciones de los Reyes Elfos son – con todo el rigor – construcciones mitológicas coherentes con parte del imaginario propio de la proto-historia humana y, por eso mismo, sus guerreros, reyes, brujas, elfos – mágicos, irreales, cargados de solemnidad – adquieren carta de legalidad, están en su sitio, encajan en unas aventuras que sólo alguien como ellos podría vivir.
Sucede así también en Reyes Elfos: Glirenn, una crónica menor dentro de este inmenso relato río que aquí se centra en una de sus principales figuras trágicas. Excelente caracterización, imaginativos enfrentamientos y un final sorprendente hacen que sigamos este cómic con agrado, confirmando que en esta – su creación más propia – Víctor Santos nunca defrauda. Esta vez le acompaña en la empresa un Vicente Cifuentes que se maneja mejor con la aguada que con el color, logrando casi en todo momento unos acabados adecuados y una narrativa ágil y muy profesional.
Una nueva entrega, pues, interesante aunque no sea la mejor de ellas, de una de las más atractivas aportaciones de nuestra moderna historieta de género. ¡Que siga, que siga!
Una posibilidad entre mil, de Cristina Durán y Miguel A. Giner Bou; Ediciones Sins Entido; 128 págs., BN, 15 €.
«Apareció en el último trimestre del pasado año y he de reconocer que, inundado por la ingente lista de novedades, casi se me escapa. Y eso hubiera sido una pena.
No es un tebeo fácil de leer, su lectura se agarra a la garganta y si consigues soltarla irá directo a tu estómago donde se hará un nudo, pero es un tebeo que debes leer.
Al poco de nacer Laia, sus padres, y autores de esta obra, ya supieron que no iba a ser la primera de la clase. Supieron, también, que Laia era especial, diferente, supieron que tenían por delante un camino largo y empedrado, A partir de estos conocimientos ya sólo sintieron y sintieron un amor enorme, un amor que ha dado sus frutos y uno de ellos ha sido este cómic o novela gráfica que es difícil de razonar pero muy sencillo de sentir.
Desde el principio de la historia Laia se meterá en tu corazón y se acurrucurá para no salir nunca.
Con un tono narrativo un tanto distante, los autores consiguen una lectura fluida sin efectismos ni sensiblerías, se cuenta lo que ocurre y las emociones emergen, flotan…
Respecto al apartado gráfico, intuyo que, también a conciencia, eligen un estilo esquemático, directo y anguloso, sin florituras, el dibujo es un vehículo donde la historia transcurre de una manera eficaz.
Una posibilidad entre mil es un tebeo precioso, imperdible, es una obra que rompe los límites cómic y se mete en el baldío terreno de la vida para hacerlo florecer.
Laia te espera.»
La Pandilla Cu-Cux-Plaf en «Fantomas Pérez, sociedad muy limitada», de Martz Schmidt; Ediciones B; 48 págs., Color, 10’95 €.
«Uno es más que nada lector de historietas, aficionado a los tebeos desde una infancia en la que todavía no había hecho estragos la televisión ni mucho menos las novelas gráficas, y aquellas revistas de colorines colgadas de la pinza tenían una magia muy especial. Desde esta perspectiva, totalmente ajena al estudio y la erudición, es un placer encontrar la reedición de un libro tan delicioso como Fantomas Pérez, Sociedad muy limitada de Martz Schmidt (Magos del Humor #129, Ediciones B).
Como muy bien apunta Antoni Guiral en el prólogo del álbum, este es uno de los pocos intentos totalmente genuinos de hacer una historia por entregas con personajes humorísticos de la factoría Bruguera, mucho antes de Mortadelo y Filemón o Zipi y Zape (El Tonel del Tiempo), y además con una trama de suspense cercana al folletín decimonónico. Seguro que a don Alfonso Figueras le encantó.
Schmidt fue uno de los artistas mas aventajados y capaces de entre los que formaban la escudería Bruguera, en la que entró a formar parte en 1951 y para la que creó personajes tan emblemáticos como el profesor Tragacanto o el doctor Cataplasma. Por medio de agencias como Selecciones Ilustradas realizó historietas para editoriales extranjeras; también fue escenógrafo, muralista y cartelista premiado internacionalmente. En 1962 creó esta historia de la Pandilla Cu-Cux-Plaf para la revista de aventuras Teniente Negro, en un intento de aunar la caricatura al estilo bruguera con el realismo. Esta síntesis se resuelve no tanto en los personajes como en los escenarios, lejanos del esquematismo propio de la casa, y más cerca de la historieta europea o de intentos patrios como Los Guerrilleros, de Bernet Toledano en Trinca, por ejemplo. Están particularmente logradas las escenas que se desarrollan en los tejados, los callejones o los sótanos, lugares tan propios del folletín a los que dota de un misterio casi gótico. No es, sin embargo, una obra maestra: la historia discurre con algunas vacilaciones, algunos personajes y situaciones no están bien aprovechadas, y el final se resuelve de forma demasiado precipitada para una historieta que se ha tomado el lujo de usar una página de seis tiras para contar una llamada telefónica. Pero no nos pongamos estupendos: es muy posible que todas estas chinillas no sean más que el fruto del leonino esquema de producción de Bruguera y no del nivel de exigencia del autor. De hecho Schmidt volvió a intentarlo en los años 70 con una historia protagonizada por doña Urraca, El Castillo Nosferatu, con un grafismo, una composición y un guión más sueltos y logrados, pero que no pudo acabar: parece ser que sus vampiresas eran aún demasiado atrevidas para la España del final del franquismo. Mala suerte para un artista que siempre fue un paso por delante.
Muy recomendable pues este Fantomas Pérez; no tanto —aunque también— para los completistas, si no para todos los que disfruten leyendo un tebeo sin necesidad de coartadas cultistas. Lástima que para la edición no se buscara, si es que existe, un material con su texto original y no la nefasta rotulación mecánica de Bruguera. Aunque menos da una piedra.»
La Parejita: Guía para padres desesperadamente inexpertos, de Manel Fontdevila; Ediciones El Jueves; 128 págs., color, 16 €.
«Ahora que algunos de mis amigos han decidido transitar por sendas algo embarazosas aprovecho para recomendarles esta Guía para padres desesperadamente inexpertos. Y aunque no les va a aportar ninguna respuesta a los cientos de preguntas que seguro rondan por su cabecita de padres desesperadamente inexpertos, sin duda arrancará un montón de risas.
Las situaciones que Manel Fontdevila nos propone son las vividas antes, durante y después del embarazo de Emilia, la protagonista de estas tiras publicadas previamente en la revista El Jueves, junto a Mauricio y Oscar, el recién nacido. Situaciones por todos conocidas, te sientas más o menos identificado con ellas. Situaciones grotescas, exageradas, angustiosas unas veces y placenteras otras, pero al final tan reales como la vida misma.
La particularidad que las une, además de la evidente, es que la mayoría están resueltas con un gran sentido del humor. Algo a lo que este autor nos tiene acostumbrados en este su trabajo más longevo (la tira nace en el año 1995). Y es en este momento en donde aprovecho para romper una lanza por este género al que creo todavía maltratado por público y crítica. Si hacen un pequeño repaso por los listados de lo mejor del año, descubrirán que rara vez aparece una obra como ésta. En fin, una pena.»
Archivo de Píldoras nacionales.
¿Alguien sabe el orden de lecturas de LOS REYES ELFOS??
Los Reyes Elfos es una obra magistral, pero a mi al menos la labor de Dolmen con ella me parece pésima porque siempre que pides un tomo en las tiendas, estas tienen que pedirselo a Dolmen y tardan una barbaridad en servíselo.
Hay veces que cuando llevaba esperando mi pedido un mes he tenido que ponerme en contacto con la tienda en cuestión para decirles que me lo envíen sin completarlo y han tenido que dejar fuera lo que hubiese pedido de Los Reyes Elfos.
Si lo que quieren es vender, deberían tener mas celeridad a la hora de servirlos.
Seguro que el editor de Siurell se pasa por aquí para respondérte, Javie, y toma buena nota de tu comentario, Tildoras.
Saludos
Muy bueno el Fantomas Pérez 😀
Una genial obra la de Los Reyes Elfos la verdad, yo desde luego no me pierdo ni una entrega, a ver si continuan con el otro gran universo de fantasia española que es Crónicas de mesene.
Toni, me ha parecido muy interesante la reseña, la he linkado en el blog. Supongo (y espero) que acabaremos coincidiendo, pero me temo que no soy tan impresionante en persona como uno de esos tipos sobre los que escribo ^_^
Como mucha gente suele tener dudas sobre el orden de lectura de la serie, al final cree una web donde, entre otras cosas está el listado de títulos. Siempre intento que se pueda leer cada tomo independientemente pero el orden sería este:
http://losreyeselfos.blogspot.com/2009/12/titulos.html
Siento el tema de los pedidos, eso ya escapa a mi mano. Un autor siempre prefiere que si su obra se lee más o menos siempre sea por el veredicto de las lectores y no por motivos externos.
¡Un saludo!
Victor
Vaya, qué lujazo tenerte por aquí, Víctor! Gracias por el enlace y a ver si es verdad y nos acabamos conociendo.
MUchas gracias chicos sois la bombaa!!
Victor en persona mide 2,53 y lanza rayos por los ojos! Cómo para no impresionar!!!
Es el William Wallace del tebeo patrio! jejej
Muy buena ración de pildoras, Toni.
Un saludo!
t.
Pues mira, por la foto que sale en el cómic lo hacía más bien parecido a ti 😉
Un abrazo, Tirso!!
Hola, Tildoras.
Lamento haber entrado tarde a leer los comentarios pero aunque sea ahora aprovecho para comentarte algo al respecto de lo que mencionas de la distribución. Desconozco que librería usas para hacer los pedidos pero, aunque yo coordino la línea Siurell y no llevo la distribución de la editorial (afortunadamente para mí, jeje) sí te puedo asegurar que no tendría que ser tan problemático de conseguir y que, la gente que los ha pedido en Asturias los ha conseguido sin mucho problema.
Si me dices que librería es investigaré el motivo por el cual no le llegan aunque sí te digo que no es Dolmen quien ha de enviárselo sino nuestro distribuidor.
¡Me alegro que te guste la serie!