Gringo 1 y 2, Manuel Medina y Carlos Giménez; Ediciones Glenat; 256 págs., BN, 24 €. c/u.
En las siguientes líneas voy a ser políticamente incorrecto. Incluso diría más: voy a meterme en la boca del lobo y echar por tierra la poca reputación que pueda tener como crítico de cómics, un título que se me adjudicó en su día por primera vez en Con C de Arte y que nunca he deseado.
Atender al Gringo de Carlos Giménez es como ponerse ante el The Spirit de cuando Will Eisner volvió de la guerra o el Daredevil de Frank Miller. Y por si no queda claro lo que quiero decir, lo desarrollaré un poco más. En el mundo del Cómic hay un montón de grandes ilustradores y una tropa enormemente numerosa de dibujantes aceptables y efectivos. Pero, muy de vez en cuando, aparecen autores imposibles que hacen gala de una pericia innata en lo que a narrativa visual se refiere… y de esos hay tan pocos que su nombre se torna leyenda: Will Eisner fue uno de ellos, Frank Miller es otro y nuestro Carlos Giménez está sin duda en ese grupo. Pero, pero, pero… siempre tiene que haber un pero. Suele suceder que esos virtuosos de la comunicación a través de las viñetas, cuyo fuerte es la composición de página y el story-tellling, a medida que se van aposentando, afinando su evidente calidad narrativa, empiezan a acomodarse a nivel figurativo. Poco tiene que ver el dibujante de La Avenida Dropsie con el que contaba las aventuras de Denny Colt, en parte porque no disponía ya de autores de la talla de Jack Cole y Dave Wood para echarle una mano con los acabados. Poco tiene que ver también el Miller que dio a luz a Elektra Natchios con el que se perdía en 300. Ambos, Eisner y Miller, cuando ya habían conquistado un grafismo funcional y narrativamente efectivo, se instalaron en él. La aceptable polivalencia de sus registros gráficos y su especialización en un determinado tipo de historias, siempre acompañada de su soberbia maestría en el arte secuencial, no les hizo necesario seguir creciendo como ilustradores, perfeccionar su estilo hasta dotarlo de una expresividad cada día más rica en matices y en verismo. Y lo mismo creo que sucedió con Carlos Giménez, ahora que he podido ver su Gringo. Entendámonos, Carlos Giménez es un maestro de la Historieta, pero ni su dibujo resulta apabullantemente bello ni es «apto» para cualquier tipo de relato. Dos obras bien distintas como Paracuellos o Koolau el leproso dan buena cuenta de ello. Todas sus criaturitas parecen salidas del mismo Auxilio Social y sus hombres y mujeres están cortados a navaja claramente estilizada, más o menos caricaturesca.
Bien distinto es lo que encontramos en Gringo, una obra en la que Giménez queda claro que lo intentaba dar todo en cada página, tanto a nivel narrativo como figurativo. Es una verdadera delicia visual contemplar sus hallazgos compositivos, que se van desplegando ante nosotros uno tras otro, formando un todo con el trazo esforzado y ambicioso que busca deslumbrarnos y casi siempre lo consigue. Para cualquier dibujante de cómics en formación, Gringo debería ser una obra de referencia, en la que poder observar la evolución como ilustrador de un autor con una especial intuición para la narrativa gráfica, que va probando todo tipo de cosas con envidiable lucidez y habilidad, pero con ese nivel de temprana impericia que permite seguirle, aprender de él, intentar seguir sus pasos.
Así que, aunque los guiones adolezcan de ciertos tics propios de la época, con un protagonista intachable y arreglalotodo que trataba a sus semejantes con molesta condescendencia, y considerando que nunca dejan de ser imaginativos y de esforzarse por presentarnos planteamientos argumentales bien variados, Gringo bien vale una compra para poder disfrutar y aprender con… ¡el arte de Carlos Giménez!
Corina y el pistolero, Luciano Saracino e Infame & Co; Dolmen Editorial; 96 págs., BN, 12 €.
Cuando vi las primeras previas de Corina y el pistolero, en el blog de Jorge Iván Argiz, debo confesar que me echaron un tanto p’atrás. De hecho, mis comentarios al título anterior ya os han debido de dejar claro que soy de aquellos que se pierden por un dibujo elaborado, dinámico y bello… y esos no parecían los atributos preeminentes en Infame & Co. Así las cosas, intenté resistirme un tanto ante este título, aunque sabía que ese sería una empresa vana si los guiones los firmaba Luciano Saracino, ese trasunto argentino de Neil Gaiman que había conseguido subyugarme sobremanera con Historias del olvido. Finalmente, claro está, caí en las redes de Luciano y, dejándome atrapar por él, me atrapó también Infame & Co… aunque mejor vayamos por partes.
Luciano Saracino es un gran escritor, con una natural facilidad para generar lirismo e imaginar personajes con trasfondo. Sus guiones siempre contienen ese punto de magia que uno casi podría dar por buena. Esa magia en la que alguien, en un arrebato poético, se atrevería a creer. Sin duda y por todo ello, es un guionista de los que te atrapa desde el principio de cada relato, de los que ya no te sueltan hasta el final, dejándote entonces como ensimismado porque, durante un tiempo, ha conseguido transportarte a otro lugar, bello y trágico a una misma vez. Sucede así en Corina y el pistolero porque, en esta obra, Saracino acomete algo muy difícil y sale exitosamente airoso del embite: mezclar el imaginario del far west con los cuentos de hadas y que parezca que estos dos mundos tan distintos siempre hubieran sido uno solo. Así pues, figuras arquetípicas de uno y otro género dialogan y se relacionan entre ellas con sorprendente coherencia, permitiendo la elaboración de un relato encantadoramente distinto a la par que agradablemente familiar. Poco más os diré sobre el argumento porque lo que conviene es irlo descubriendo cachito a cachito, uno mismo. Tan solo advertiros que seguir a Saracino siempre implica un gran peligro: acabas enamorándote de sus personajes.
Pero hablemos ahora de Infame & Co. para que pueda retractarme de mis palabras iniciales. Si es que ya lo dicen los entendidos en el tema: para juzgar a un dibujante de cómics… debes leerlo. Una vez que has entrado en la historia, que sostienes el cómic en tus manos y percibes las distintas tonalidades que la luz proyecta sobre el papel, Infame & Co te golpea con fuerza a través de la sabiduría con la que escoge los planos y -sobre todo- mediante el contundente trabajo de luces y sombras, de blancos y negros, que pueblan todo el relato. Rudeza y belleza, dolor y gracilidad, pizquillas de algo semejante al humor, pueblan palabras y líneas de esta novela extraña, para deleite de todo aquel que quiera viajar atrás en el tiempo, cuando entre polvo y ciénagas, hadas y sirenas intentaban no extinguirse.
Soy mi sueño, de Felipe Hernández Cava y Pablo Auladell; Edicions de Ponent; 76 págs., bitono, 22,00 €.
«Está claro que el terror nazi ha dejado una huella imborrable en el ambiguo rostro de la memoria histórica y colectiva. Multitud de obras del arte y la literatura así lo atestiguan.
“Soy mi Sueño, del consagrado escritor Felipe Hernández Cava, miembro fundador de El Cubri y guionista de los premiados El artefacto perverso y Las serpientes ciegas, y del dibujante Pablo Auladell, autor de relatos entrañables como La torre blanca o El camino del titiritero, es una de esas obras, marcando quizás, una distancia con respecto a muchas otras: ese trágico y desesperanzador momento de la historia de los hombres sirve de escenario, posiblemente el peor, para el alumbramiento de una consciencia libre de las ataduras de una ideología e idiosincrasia impuestas por el pasado y las circunstancias que la rodean.
Pero esa lucha no será fácil. Erich Hafner, un orgulloso comandante de la Luftwaffe alemana, tendrá que emprender un viaje interior, a instancias de la misteriosa Solaya, por las ignotas y desconcertantes estepas de una voluntad maniatada por el recuerdo y una herencia familiar que lo han dejado inevitablemente marcado.
Con una prosa sobria y cuidada, intelectual y madura, e impregnada de un delicado existencialismo poético, que tan bien se amolda a los intereses de una gráfica fruto de una labor de extremada delicadeza y de hermosa factura, donde personajes y figuras se perfilan a través del sinuoso contorno de una línea sensible y elegante, que surge del blanco más puro o que apenas parece contener la fuerza expresiva de unas manchas de color que despliegan su fuerza en toda la gama posible de grises, a veces rota y endulzada con una nota de color terroso, se consigue un álbum que hace uso de una aparente monocromía para acertar con el tono onírico, evocador, y en ocasiones opresivo, en el que la historia se desenvuelve.
Porque se trata de un álbum de inusual riqueza, portentoso y de exquisita belleza el que estos autores han tenido la fortuna de realizar. Una joya imprescindible en la biblioteca de cualquier aficionado.
Un viaje iniciático para un hombre que habrá de sobreponerse a la consciencia colectiva de una época para encontrar el camino de su propio yo.
Erich Hafner tiene una segunda oportunidad, una oportunidad con la que nunca contaron las millones de víctimas de un régimen desbocado por la locura y la barbarie.»
En carne viva, de Frank Giroud, Florent Germaine y Rubén Pellejero; Astiberri Ediciones; 144 págs., color, 19 €.
«Frank Giroud es guionista y creador de la serie Secrets. La serie está formada por distintas historias autoconclusivas con el punto común de la existencia de un secreto familiar. Por lo demás, tanto épocas como autores (con la excepción de Giroud) van cambiando. El catalán Ruben Pellejero es el dibujante escogido para esta nueva historia de Secrets que en Francia se compuso de dos volúmenes y que en la edición de Astiberri, más pequeña pero no muy afectada por la reducción de tamaño, se ha quedado en uno.
En carne viva cuenta la historia de un niño deforme que es adoptado por una pareja de carniceros y a quien su deformidad, oculta por un collarín, le lleva a encerrarse en sí mismo y en su pintura en los barrios populares del París del final del siglo XIX. Una historia de sentimientos, complejos y mentiras, magistralmente dibujada por Pellejero.»
Cuando empezó Píldoras Nacionales, pronto hará un año, tuve muy claro que esta sección no debía fundamentarse en lo que yo pudiese aportar sobre el cómic de autoría total o parcialmente nacional que se publicaba en España. Mi voz es demasiado pobre y mis posibilidades demasiado limitadas como para pretender que me bastaría para ofrecer algo sobre el tema que tuviese el suficiente interés para nuestros visitantes.
Fue por dicho motivo que planteé el apartado de recomendaciones profesionales, puesto que garantizaba una pluralidad de aportaciones que me parecía podría resultar atractiva. De hecho, creo que así ha sido durante la treintena de entregas que ha tenido la sección y se lo agradezco mucho a todos los que las han hecho posibles.
Lamentablemente, estas últimas semanas han sido un tanto duras para mí a nivel de obligaciones y, curiosamente, ha coincidido también que muchos de los profesionales con los que contactaba para invitarles a participar en la sección no conseguían entregar sus recomendaciones a tiempo. Es por ello que, hasta nuevo aviso, previsiblemente no antes de junio, esta subsección dejará de aparecer en las Píldoras Nacionales. Pero, como ya he dicho que mi intención nunca ha sido llevar este invento en solitario (y cuando así deba ser, lo más probable es que lo entierre), para las próximas semanas intentaremos contar con pequeñas entrevistas a los autores de los cómics que reseñemos, buscando garantizar así que «la pluralidad de voces» siga de alguna manera presente. Con lo cual, apretaros el cinturón porque para las próximas semanas tendremos algunos grandes tebeos y algunos grandes autores aquí en Píldoras Nacionales, para disfrute de todos. Sin ir más lejos, la semana próxima nos acompañará uno de los mejores dibujantes que ha parido madre en nuestro país… aunque algunos tal vez no le conozcáis porque nunca ha trabajado directamente para el mercado norteamericano. Se admiten apuestas 😉
Archivo de Píldoras nacionales.
Toni, no hagas desaparecer ésta sección, por dios!
Y creo que ojaeré el Gringo en el Salón a ver si cae.
El autor, el autor… ums, tengo alguna idea pero me la reservo. 😉
El autor puede ser….. hhmm…. Ibañez??? xDDDD Bueno, nunca ha trabajado para USA xDD Y sus fondos de ciudades son un deshecho de variedad 🙂
Y repito lo de Alberto, no hagas desaparecer PN, aunque no siempre comente la leo muchas veces y es de lo mas cercano que encuentro para mis gustos en ZN (es decir, el «otro tipo de comic» que se queria tocar para diversificar los gustos de la pagina), junto con el cine (ayy el BAFF este año!!!!!!). Si debe reducir su periodicidad que se reduzca, pero que no desaparezca, haces un gran trabajo.
Por Sant Jordi tuve a Gringo en mi mano, como parte del regalo en especias de mi familia por mi santo, pero prefiero acabar otras cosas antes y ademas los integrales de Comanche me tiran mas (al final me pille el primer numero del integral de Cuttlas, y mi madre me dice «pero si esto no es manga!!!» y yo «y que?» xDDD Fue abrir el tomo y empezar a reir , que bueno es)
Nooo!!!!! eso es imposible TONI, pildoras nacionales no puede desaparecer sino que hacemos los miles de lectores que no nos gustan los super??? Yo voto por la opción de jordi,si tienes que bajar el ritmo se baja,pero aunque sea una vez al mes necesitamos nuestra dosis de pildoras ( nos has hecho adictos)
El dibujante sin ninguna duda es tachan tachan !!!!! CARLOS VERMUT!!!!!! XDD
Agradezco vuestras palabras y yo personalmente no tengo intención de que Píldoras desaparezca, sólo digo que no permanecerá si debe alimentarse únicamente de mi limitada voz.
Jordi, entre Gringo y Comanche, los guiones de Greg le dan mil vueltas a los de Manuel Medina… y a los de Charlier!!
Carlos Vermut? Carlos Vermut? Me suena ese nombre 😉
sólo digo que no permanecerá si debe alimentarse únicamente de mi limitada voz.
Pero amigo,esa es la virtud principal de esta sección,una critica no tiene interes alguno si el critico no es bueno por eso mismo nos negamos a que desaparezca,a mi personalmente me cunde mucho mas leer una critica tuya,que leer la opinion de autores que muchas veces pueden tener lazon con una obra( bien con su autor,bien con editoriales…)
El tema de que tenga menos comentarios es una obviedad,lo que aqui se reseña esta enfocado a un grupo de lectores mas reducido sin contar que todo lo «mainstream» tiene mucha mas polemica,dando pie a debates y off topic incalculables.
Mejor sera que no me obligues a crear un grupo en facebook que diga » no al cierre de pildoras nacionales» sabes que soy capaz,xdd
jajajajajaja!!! De verdad que me has hecho reir… y eso le cuesta hasta al fantástico Bernardo Vergara!! 😀
Vayavayavaya… ¡pero si en estos momentos estoy totalmente colorado!
Muchas gracias por tan bonitas palabras. No tenés ni idea del placer que da que las cosas que uno escribe —aquí, tal lejos de allí— lleguen tan cerquita de quien las lee. Acabo de recibir un premio —o algo así— al leer tu reseña. Un placer, caballero.
¿Puedo linquearla en mi blog?
Saludos!
Lucho.-