Píldoras Nacionales 73: Entrevista a Rubén del Rincón

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RESEÑA

Entretelas, Rubén del Rincón; Ediciones La Cúpula; 116 págs., color, 17 €.

Podríamos decir que Entretelas es una novela gráfica con hechuras de cómic o un cómic concebido como novela gráfica, por cuanto los intentos teóricos de parcelar este movimiento autoral han ocasionado -no pocas veces- que muchas personas asocien la etiqueta a unas formas muy concretas de narrar que esta obra subvierte totalmente. Y es que Entretelas es, ante todo, un tebeo bien hecho.

Comparte con lo que se ha venido en llamar novela gráfica su planteamiento autocontenido, su extensión libre e, incluso, esa temática de la cotidianidad que ha sido la vertiente que con mayor frenesí se ha buscado explorar en este ámbito. Pero como su misma portada testifica, el brío gráfico sobre el que cabalga la aleja por completo del comedimiento visual que suele caracterizar a este tipo de cómics. No hay espacio en Entretelas para secuencias de cabezones parlantes, simpleza representativa, planos neutros y estreñimiento existencial; antes bien, la descubrimos animada por esa ilusión amable que contagian trabajos como Arrugas o Una posibilidad entre mil y tanto o más enfática a nivel de story-telling que El Héroe de David Rubín… «novelas gráficas» todas ellas que han sabido autentificarse, frente a tantas otras propuestas vacias, las dos primeras por su atrevidamente positivo enraizamiento vivencial y la otra por su desprejuiciada y personal asunción de lo mejor de la narratología mitológica.

Como en el primer caso, Entretelas nos adentra en una situación de crisis vital -aquí, la de unos trabajadores que ven como la empresa que les suponía el sustento va a cerrar- que acabará resolviéndose de forma plenificadora. Agustín, el padre del autor, es una de las personas que pasaron en propias carnes esta historia en el corazón de la Cataluña de los años 80, cuando el sector téxtil autóctono empezaba su progresivo desmorone, y a través de los recuerdos que de todo ello tiene Rubén del Rincón experimentamos con su progenitor las peripecias de aquellos días: sus variadas inquietudes, pero también y por encima de todo su manifiesta necesidad de salir adelante por sus propios medios. El rico anecdotario que inunda el relato sirve a tal fin con una eficacia pragmática y envidiable, dejando claro que esta historia está tan viva precisamente porque es real. Pero si todo eso es posible es, en buena medida, por los detalles que singularizan claramente este tebeo; esto es, su desacomplejada utilización de todos los trucos narrativos propios del Noveno Arte.

Y es que, como en El Héroe, Entretelas está trufada de recursos que buscan impactar en el lector, engullirlo y transportarlo. Sólo una maestría expresiva como la de Rubén del Rincón permite contar tanto a semejante velocidad por página, aprovechando al máximo el espacio, dosificando las elipsis, sin caer en redundancias, utilizando toda la carga comunicativa que es capaz de contener tanto un estilo suelto y vibrante como un juego de composiciones y encuadres que provocativamente extreman la percepción lectora de lo que va aconteciendo. De esta forma, su lectura se convierte en sinónimo de empatía del público para con los trabajadores de aquella empresa que, antes que suicidarse, decidió sincerarse consigo misma para lanzarse en brazos de su verdadero amor: los operarios que, con ella, habían encontrado su lugar en el mundo.

¡Qué bien que sienta una historia como ésta en un momento como el actual! De hecho, ¡qué bien que sienta una historia como ésta… sea cuando sea!

ZN ENTREVISTA A… RUBÉN DEL RINCÓN

Toni Boix: En el texto final explicas que Entretelas había quedado interrumpida alrededor de la página 20 porque ninguna editorial quería aventurarse con ella. En esa primera fase de producción del tebeo, cuando todavía no habías conseguido “la financiación extra” que te permitiría acabarlo, ¿qué circunstancias vivías y qué expectativas tenías puestas en la historia?

Rubén del Rincón: Pues la verdad es que estaba entrando en una etapa muy parecida a la que vivió Agustín hace treinta años. No conseguía trabajo en el mundo del cómic, cuando siempre había sabido como hacerlo. Llevaba sin resultado después de dos años tratando de anticiparme a la situación, cuando aún estaba inmerso en Los Tres Mosqueteros. Además tenía pendiente un viaje a Nueva Zelanda que nos iba a llevar un mes. Ante la falta de trabajo fue José Luis Munuera quien me propuso que empezase Entretelas para no enfriarme, para hacer algo… Le había hablado del tema y le parecía que era muy interesante que hiciese esa historia. Su plan era que no me oxidase, supongo, que preparase algo, y como siempre, me animaba a ello.

Las expectativas para la historia eran buenas, pero siempre creí que la realizaría como había hecho toda la vida, como un trabajo, y no por amor al arte. Es el primer cómic que he hecho por amor al arte desde que era un niño.

TB: Parece que José Luis Munuera ha sido una persona hasta cierto punto determinante en tu carrera, primero cuando entras a trabajar en Syr Pyle (Soleil, 2003) por mediación de él y ahora por lo que comentas de sus consejos. ¿Qué relación os une y qué ha supuesto profesionalmente para ti esa relación?

RdR: Pues lo cierto es que cuando yo no daba pie con bola haciendo la transición al cómic europeo, tuvo a bien orientarme y espolearme. Empezó como una relación de mucho morro por mi parte, y mucha paciencia por la suya; dado que me recogía en su morada sin complejos; y creo que ha evolucionado hacia una amistad bastante guasona. ¡Y ahora a veces me deja invitarle a algo!

TB: ¿Considerabas que la historia de tu padre era asimilable en algún sentido a las que puedan estar viviendo otras personas en estos tiempos de precariedad económica y que eso la hacía especialmente oportuna?

RdR: Todavía no. Estábamos en el principio de toda esta locura, y lo único que quedaba patente es que la burbuja inmobiliaria había llegado al tope. Recuerdo que yo llevaba años diciendo que los pisos tenían que bajar un día u otro, que era todo una salvajada inabarcable para nadie… O por lo menos para mí. Muchos amigos me salían con lo de que eso no había pasado nunca y que era imposible. ¡Toma moreno! Así que no me imaginaba al empezarla que todo el mundo estaría en un par de años así de josiso. Solo sabía que yo, ya lo estaba. Nunca fui un gran pronosticador.

TB: Sin embargo, a pesar de no haberla concebido con esa intención, parece claro que muchas personas la están valorando como especialmente idónea para los tiempos que corren por los valores de resistencia, superación y cooperativismo que plantea. ¿Por qué crees que ha sido así cuando realmente no se trata de una obra que analice lo que está sucediendo actualmente?

RdR: Sí, la gente se identifica fácilmente con el problema, pero creo que no con la solución. Porque pone de relevancia unos paralelismos gigantescos entre aquello y el mundo de hoy. Quizás una diferencia sea que antes se contaba con los conocidos y hoy, en un mundo masificado y anónimo, siempre será más duro salir adelante que si se forma parte de un grupo, o tribu, o cooperativa de gente que se conoce y sabe como cooperar, unirse y donde frenar cuando el escarnio ante tus vecinos te dice que has forzado el límite. La alienación de hoy nos quita vergüenza y fuerza grupal, claro.


Cooperativismo y resistencia
(haced click sobre la imagen para ampliarla)

TB: ¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?

RdR: No, yo creo que ciertas épocas son mejores que otras, pero entendiendo épocas dentro de los distintos periodos históricos. Hasta en la edad Media tuvo que haber alguna época buena.

TB: Y a título personal, ¿está mejorando esa época tuya de sequedad por falta de propuestas laborales?

RdR: La verdad es que tras Entretelas, y sin relación aparente con el libro, han empezado a fluir las posibilidades de hacer cosas muy interesantes. Sin ir más lejos estoy adaptando por fin La sombra del águila de Perez-Reverte, en «XL semanal», durante todo el verano. Llevaba dos años detrás de esa adaptación, y la empecé hará dos meses y pico. Lo más grande es ver como el comic volverá a formar parte de la prensa, del día a día de la regularidad… Lo que nunca debió desaparecer. Aunque solo sea por trece semanas. Además he empezado a colaborar con Spirou, la revista de Dupuis. De momento con tres historietas. Espero que no acabe aquí…

TB: ¿Posibilidades de exportación de Entretelas?

RdR: Los belgas, una vez acabado, parece que sí lo ven interesante. Pero eso no quiere decir que finalmente lo vayan a editar. De momento no me consta ninguna noticia de ello.

TB: Si por los belgas te refieres únicamente a los de Bélgica, ¿por qué crees que han sido precisamente ellos los interesados y en Francia no ha habido la misma sensibilidad?

RdR: La verdad es que muy interesados tampoco parecían… Si acaso, sentían curiosidad. No estoy seguro de que, a menos que le avalen buenas ventas, nadie se atreva a importar nada de aquí hacia Francia ni Bélgica. Sea como sea la obra.

TB: A pesar de que estamos ante una “novela gráfica”, según reza su portada, sus maneras son muy “de cómic”. ¿Por qué has creído que, aun y tratarse de un relato fuertemente anclado en la cotidianidad, le sentaría bien una narrativa visual llamativa y hasta cierto punto efectista?

RdR: Yo lo que he creído desde un principio, es que quería un ritmo donde yo gobernase el tempo y los espacios. No quería encorsetarme en formatos serie o formato álbum. La novela gráfica te deja que cojas las riendas del formato y del ritmo que necesitas.

TB: ¿Entonces has entendido la noción de “novela gráfica” como formato autocontenido y de extensión adaptable a las necesidades del autor y no tanto como un espacio creativo gobernado por códigos narrativos explícitamente alejados del cómic de género?

RdR: Exacto. No he tenido complejo alguno en hacer dentro de ese espacio de libertad, más que lo que me diera la realísima gana, con la única premisa de que el ritmo y el tono de la historia eran lo principal, y no el hecho de divertirme. Empiezo a analizarme por mis respuestas a esta entrevista y me resulta de ello ser un tipo bastante disciplinado y serio a la hora de afrontar un cómic. Aunque algo chapuzas.

TB: Y siendo tú un autor que gusta de moverse de un género a otro, ¿a veces te resulta complicado no mezclar los respectivos códigos de esos distintos géneros sin que la historia chirríe?

RdR: Yo trato de pensar siempre en función de la historia. Es decir, que no trato de repetir formulas, ni clichés, ni nada que me haya funcionado antes. Todo lo veo nuevo a cada historia. Trato de someterme totalmente a la voluntad de lo que pide cada una de ellas.

TB: Pero, narrativamente, tu abordaje suele ser siempre muy dinámico, con profusión de picados, contrapicados, planos subjetivos, líneas de fuga, pequeños juegos con los marcos de las viñetas y con el montaje de página… Eso, muchas veces, incrementa la intensidad de lo que cuentas de una forma que no suele ser habitual en los cómics de ambientación cotidiana, los cuales tienden a optar por la discreción narrativa. ¿Fue una apuesta consciente de tu parte o fluyó así porque así está en tu naturaleza como narrador?

RdR: Es mi naturaleza, supongo. Porque cuando voy a buscar un plano, pose, expresión, encuadre, secuencia, o todo un capítulo, más que hacerlo intelectualmente, es algo visceral. Creo que hace tanto tiempo que hago cómic, que puedo fiarme de esa sensación casi siempre. Es como si fuese lo que pide la página… No sé como explicarlo. Luego mi cerebro ordena, criba o retoca lo que no funcione o no se entienda.


Contrapicado ladeado y uso descriptivo del borde de la viñeta
(haced click sobre las imágenes para ampliarlas)

TB: También en el aspecto gráfico juegas con distintos códigos, alguna vez acercándote al realismo, otras bordeando el manga y la mayoría de las veces muy asentado en una iconografía europea con manchas a la americana. ¿Qué cosas valoras más en un dibujante?

RdR: Lo que más valoro en un dibujante es que transmita, y por tanto que sea expresivo, y por supuesto, que narre y componga bien. Un buen dibujante puede aburrirte hasta la saciedad. Un mal dibujante que componga bien y sea expresivo, hacerte vibrar a cada viñeta.

TB: Queda claro que tu opción es la de dibujar bien componiendo bien… pero en eso de “dibujar bien”, ¿qué referentes han dejado huella en tu estilo y cuáles ejercen sobre ti una función de “norte” hoy en día?

RdR: En un principio, fué Ibañez, luego Jan, de ahí a Toriyama y Otomo, luego Eisner, Moebius. Tuve una etapa Loisel muy potente, y desde hace poco bailo entre Blain, Quitely y Tezuka.

TB: En una entrevista que concediste a Canal L cuando la publicación de Para el rastro, comentabas que el cómic te parece una de las artes más completas. ¿Dirías que Entretelas ha sido uno de aquellos proyectos en el que más has podido articular la riqueza y complejidad del lenguaje historietístico?

RdR: Al menos es en el que me he sentido más libre, por lo que te comentaba antes, de hacerlo. Por formato. Por libertad total. Por falta de jefe, por hacerlo muy a mi manera, muy desde dentro sin someterme nada más que a lo que pedía la historia. Creo que está muy bien que te limiten porque así empiezas a crecer, dentro de los límites sacas lo mejor… pero ciertas cosas necesitan límites diferentes. En este caso, los límites fueron de otro género. Pero nunca de formato, extensión, etc.

TB: ¿Cuáles fueron esos otros límites?

RdR: Pues en su día, la temática que te pidieran en la revista, o la extensión, (En Nassao, la proporcion de sexo era dos páginas contra una que no). Otras veces es el formato (álbum), el tiempo escaso con que se cuenta para hacer el trabajo, que no te paguen por ello, como el caso de Entretelas… Límitaciones siempre hay muchas, aparte de las tuyas propias.

TB: Por todo esto que dices, ¿crees que un autor novel, antes de acometer una historia como esta, es bueno que pase por esa fase de límites editoriales?

RdR: Sí, eso sí lo creo así. No sólo te da herramientas con las que ensanchar tus habilidades, sino que te pone a prueba, te ejercita los reflejos y te pone junto a otros compañeros buenísimos en la misma revista que te hacen exigirte más y más. Es la mejor época que puede querer un dibujante que empiece. Vuelve a ser algo grupal, formas parte de algo vivo, aprendes de tus errores al ver cada capítulo impreso… Gimnasia menata de la buena. Y te exigen cosas. Hay que espabilarse.

TB: Sin embargo, la semana pasada, cuando tratamos este tema con Enrique Corominas, no parecía valorar muy positivamente el tipo de límites que ponen algunos editores que se diría que no saben muy bien lo que tienen entre manos. ¿Tu experiencia con los editores, en Francia y aquí, ha sido positiva e instructiva?

RdR: La experiencia me dice que hay que saber camelárselos. Yo mismo no he sabido camelármelos muchas veces. Lo normal es que por cada proyecto que les cuelo, me nieguen veinte. Pero esos límites son como la censura: hay que capear el temporal y afilar el ingenio… Aunque reconozco que no siempre se puede. Con Pau (Atlas y Axis) hemos llegado a la conclusión de que lo mejor es hacerle caso a la parte en la que que crees que el editor tiene razón, y engañarle con lo demás. Total, el que hace el comic eres tú, no él. Si puedes meter un caballo de troya, mejor. Comprobamos cada uno a nuestra manera que a veces se olvidan de las peticiones sin sentido. Otras te olvidas tú, y salen como tú querías. Y las que cambias contra tu voluntad, por hacerle caso, suelen ser una cagada… Conste que estoy hablando a tontas y a locas; todo lo que digo aquí, puedo matizarlo en cualquier momento en que un editor me invite a comer, ja ja ja!

TB: Jeje. Diría que tu vocación como autor de historietas, en general y teniendo en cuenta esa valoración artística que haces del cómic, ¿apunta mayoritariamente hacia generar productos “populares” o te sientes también llamado a dar salida a propuestas más elitistas?

RdR: Yo sólo sé hacer cómics que veo interesantes; luego puede suceder que no le interesen a nadie… Creo que mientras haya algo que contar, todo puede ser.

TB: En Entretelas hay momentos para todo, aunque casi siempre se mantiene alejada del drama incluso cuando explicas el accidente ferroviario y la noche insomne de tu padre. ¿Cuál era el tono principal que querías presidiera el relato?

RdR: De total cotidianidad. Quería que las angustias, las risas, todo, se encontrasen en un mundo cotidiano, que todo el mundo pudiese sobrellevar con comprar el pan, o hacerse un zumo… Una vida como la que no sabemos llevar ahora, que todo lo proyectamos hacia el futuro. No hacemos nada ahora. Todo es para hacer luego o preparar lo de mañana. Quería alejarme de esta realidad y volver a la de antes.

TB: ¿Tuvieron que pasar tus padres por muchas “adaptaciones” para protagonizar esta historia?

RdR: La verdad es que no. Son así, tal cual. O más bien lo eran…

TB: A juzgar por lo leído, parece no sólo que los quieres un montón, sino también que despiertan de alguna forma tu admiración. ¿Es así?

RdR: Pues es algo de lo que no soy consciente, pero si eso es lo que se transmite, entonces es que sí… Nunca me lo había planteado, eso de admirarles, pues a los padres de uno, con la convivencia y el hecho de que tienen que criarte, se les ve de otra manera… Pero si me paro a pensarlo, efectivamente, acabas de descubrirme que así es.

TB: ¿Qué sentiste al dibujar a tu padre en la cocina, en esa noche insomne ante el dinero para la subasta de la empresa? (porque imagino que eres de los que “siente” lo que dibuja)

RdR: Yo creo que invoqué todas las noches de insomnio que he pasado yo. Ese que cada vez pierde sueño, soy yo cada vez. Mi padre no creo que tuviese ese problema. Yo sí, y es angustioso, así que se lo cedí al Agustín de ficción. De modo que esa escena me la dediqué a mí mismo. Además, la incluí cuando el album estaba terminado, pero me pareció que volvían a ver al abogado demasiado rápido, sin tiempo a angustiarse demasiado por la situación. Podría haber hecho más escenas, pero tampoco quería prolongar las partes de agonía. Así que me comformé con dos páginas lucidas.


Después de la noche insomne
(haced click sobre la imagen para ampliarla)

TB: Asi pues, a ti, ¿qué te ha supuesto “viajar al pasado” y encontrarte por allí?

RdR: Yo he soñado muchas veces con las cosas como eran antes, como si viajase en una máquina del tiempo y visitase el pasado, y reconstruirlo en un cómic ha sido divertidísimo. La gente de mi pueblo, especialmente cuando lo ve, no puede parar de señalar con el dedo las viñetas y leer en voz alta…»¡Mira, la antigua piscina, del parque!», «¡Mira el parque viejo!»… Lo que sigue exactamente igual que hace cien años, es el puente roto. Con su único amarraje uniendo ambas orillas… Me encanta.

TB: ¿Es precisamente ese encanto que ejerce sobre ti el puente roto lo que ha hecho que le dediques inconscientemente la única escena en la que los adultos no están implicados para nada o le otorgas un papel simbólico que te parecía relevante para la historia?

RdR: Es que aparte del encanto, me parecía la mejor manera de hacer la metáfora con lo que vivían los adultos. Además, contrastaba mucho el drama adulto ante un puente hacia el futuro que se les rompe y como se fascinaban los crios ante un puente roto de verdad, y me daba ocasión de contar una anécdota al respecto, como lo de Carlos sin poder bajar… ja ja ja, aún me hace gracia recordarlo…


El puente roto
(haced click sobre la imagen para ampliarla)

TB: En tu blog mencionabas que la obra ya ha dejado de pertenecerte. ¿Por qué lo dices y cuánto de tu identidad se va con ella?

RdR: No sé explicarlo. La sensación cuando salió ese libro es de que disparaba algo, de que era algo que no me pertenecía a mí. No sé explicarlo mejor. Solo sé que cada vez que oigo una buena crítica, y ya van unas cuantas para mi sorpresa (cuando lo habitual cuando editaba algún cómic era silencio de medios relacionados y dos o tres buenas críticas siempre de colegas que admiro…), la sensación es de que la intención que pusimos tanto Carlos como yo en el libro, sigue pura, que ha llegado intacta a su receptor. Y que cada vez hay más receptores del mensaje. Acojonante.

TB: ¿Dirías que parte de eso se debe a que ha llegado hasta un público que no es el del coleccionismo de tebeos?

RdR: No sé si lo diría, pero sí que lo esperaría. Yo quiero que leer tebeos sea pop. Creo en la cultura popular firmemente.

TB: Por otro lado, eso de sentir que disparabas algo que no te pertenecía, ¿crees que es debido a la trascendencia de lo que contabas esta vez e, incluso, a su potencial constructivo y “sanador”? ¿Que eso hacía de alguna forma que esta obra fuese en cierta medida más grande aún que lo que tú sueles albergar en tu interior?

RdR: No sé porqué fue. Ojalá que sea lo que dices, que suena muy bien. Yo sólo sabía que estaba acabando un cómic que para mí era complicado. Un cómic realista… Un desafío, yo que siempre me moví de género en género. Y que cada vez fluía más y mejor. Sobre todo desde que La Fou apareció poniendo dinero. Le llamo La Fou pero fue cosa de Agus y Loli. Son los protagonistas no sólo del tebeo, sino de que el tebeo pudiese materializarse. Además el título, se lo puso mi madre.

TB: ¿En qué medida ha participado tu hermano Carlos de la idea?

RdR: Pues desde el principio. Con Carlos hacemos cortometrajes donde manda él y yo ayudo, y en los cómics es al revés. Pero se da el caso de que esta idea surgió como para hacer un corto documental sobre La Fou. Luego decidí hacer un cómic, y aunque ya siempre cuento con él de forma inmediata, en este caso, no cabía duda. Surgió la posibilidad de que saliese el cómic en blanco y negro. Les dije que nanai. Carlos trabajó en La Fou y sabe qué tonos viste la fábrica por dentro. Sabe como se estampa, sabe como es el ambiente en el río. Y cada vez es mejor colorista. Yo diría que el ambiente que dan sus tonos acaban de vestir definitivamente cada página.


Los colores de una época
(haced click sobre las imágenes para ampliarlas)

TB: Entiendo que esa posibilidad de editarla en blanco y negro surgió antes de que encontrases la financiación para realizar Entretelas y de que luego La Cúpula tuviese a bien el editarla, ¿verdad?

RdR: No, es que en principio a La Cúpula le gustaba el blanco y negro. Sus cómics suelen ser así. Pero yo tenía claro que necesitaba el color de Carlos, y notar que venía detrás cerrando el proceso. Además de que sólo él sabría entonar esa fábrica, habiendo estado allí, habiéndola vivido o sufrido… Los estampados, la luz… todo. No lo había pensado, pero creo que tener a Carlos me da seguridad. Me critica, y me espabila. Reconforta.

TB: Volviendo pues con él, está claro que en una obra como esta luz y estampados juegan un papel muy significativo. ¿Él se siente tan satisfecho como tú con su trabajo y con Entretelas en su conjunto?

RdR: Ha resultado ser bastante autocritico, pero no se mortifica por ello. Se apunta los fallos para la siguiente ocasión. Pero yo le veo orgulloso perdío. Se le cae la baba, como a mí, con Entretelas… Ha hecho un buen trabajo, y lo sabe.

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Raúl López
Admin
28 junio, 2012 12:39

Por partes, en primer lugar enhorabuena por la reseña has conseguido no solo captar mi atención sino convertirlo en una de mis próximas compras.

En cuanto a la entrevista, sin palabras me ha gustado mucho desde la primera a la ultima pregunta, con la que me quedo de las muchas y excelentes todas ellas es en la que Rubén «descubre» esa admiración por su padre que en el fondo es lo que sentimos muchos aunque no nos paramos a pensarlo y menos a expresarlo (nota mental, llamar a mi padre esta noche).

Por otro lado, envidio enormemente la capacidad de Rubén de algo tan bonito como poder dar forma gráfica a recuerdos y vivencias pasadas, y mas con un estilo de dibujo como el suyo, enhorabuena maestro.

Turkin
Turkin
Lector
28 junio, 2012 13:25

El sábado fue mi cumpleaños, un dato sin importancia.
Me regalaron la novela grafica Entretelas, el quid de la cuestión.

Acabo de terminar de leerla, la novela grafica, leerlo, el comic.
Me ha parecido delicioso. Y realmente, también tierno, lo siento, esa es la palabra que me sale. Entiendo que el tema es más bien todo lo contrario a tierno, lo sé por qué lo he vivido muy de cerca en su mayoría y en propias carnes algún detalle en concreto.

Pero la manera de contar la historia provoca una ternura o una nostalgia especial.

Y no sé porque pero no me fiaba del “Famobil”.

En resumen, un comic de temática actual y una reseña que inclina la balanza positivamente hacia la compra de la obra, o en su defecto, a su cesión en forma de presente, así es como me llego a mí.

Enhorabuena a las dos partes.
Hay vida fuera de los supers.

Javié
Javié
Lector
28 junio, 2012 16:12

Gran entrevista como siempre, y felicidades a Rubén (crack total) por este trabajo, habrá que echarle un vistazo, a priori tiene muy, pero que muy buena pinta.
 
 
P.D: Que grande debe ser que Munuera te de consejos de padres..

punicher
Lector
28 junio, 2012 17:00

Ruben del Rincón es el perfecto ejemplo de la puta mala suerte que tienen algunos dibujantes en ésta mierda de país, es un crack, como artista y como persona y se merece tener mucho más reconocimiento del que tiene! a ver cuando lo descubre el gran público!!!

Javié
Javié
Lector
28 junio, 2012 20:27

Aparte de la habilidad con los lapices de Ruben, no quisiera dejar escapar la oportunidad de felicitar a Carlos por el magnifico trabajo con el color, bajo mi punto vista, le da una profundidad y una atmosfera que al comic le viene que ni pintado, !! que ni pintado!! hoy estoy que me salgo.
 
 
¿Existe alguna manera mediante blog, deviant… de contactar con este colorista?

Javié
Javié
Lector
28 junio, 2012 23:20

Muchas gracias compañero, en este pais, dibujantes y entintadores, todos los que quieras, y buenisimos, pero de coloristas está mas cortita la cosa, no se pueden dejar pasar estas oportunidades para estrechar lazos, mas cuando hablamos de un artista con esa paleta de colores, que a mi al menos, me ha encantado.

NOWL-AHN
NOWL-AHN
Lector
29 junio, 2012 13:12

Que pinta más estupenda tiene este tebeo…
Para mí ha sido todo un descubrimiento el de Rubén, cuyo enorme talento desconocía y que además, es casi de mi quinta (soy un año más viejo y también de los que empezaron a «darle al lápiz» influído por Ibañez, vay,vaya…).
Gracias por «presentarnoslo» Toni y enhorabuena por una entrevista sobresaliente.
A tenor de las páginas de muestra, Rubén no es sólo un dibujante brillante, si no que me parece un narrador estupendo, que ya lo quisieran para sí las majors en muchas de sus colecciones.
Y como indica Javié, el trabajo de su hermano Carlos con el color, no es menos sobresaliente (y no es menos cierto que aquí por desgracia, no es fácil de encontrar este buen gusto al colorear).
Entretelas acaba de entrar en mi lista de la compra del inminente julio y le quiero desear a Rubén toda la suerte del mundo con este proyecto y con los futuros (que bueno lo de La Sombra del Águila!!me pareció un libro fantástico cuando lo leí).

NOWL-AHN
NOWL-AHN
Lector
29 junio, 2012 17:22

Brillante sí, señor.Además es que se adapta perfectamente al estilo del autor,no colorea «con el piloto automático» sino que sabe aprovechar y destacar al máximo, las virtudes del autor para el que colorea;así es como se embellece un dibujo, se le da vida y tridimensionalidad.
Joer, si esa era la portada descartada para Turo, como será la buena…

Javié
Javié
Lector
29 junio, 2012 17:23

Pues si, menudo artista, me he quedado con la boca abierta al ver el color que le ha metido al Robin de Daniel Acuña, Gracias infinitas en tierra 2, Señor Boix.

NOWL-AHN
NOWL-AHN
Lector
29 junio, 2012 17:24

Tengo que hacerme con una tableta Cintiq 21UX definitivamente!!
A ver si me toca la lotería… 🙁

Javié
Javié
Lector
29 junio, 2012 19:08

Yo tengo una Wacom Bamboo touch and pen, bastante normalucha, me costo alrededor de 100 euros y me funciona bastante bien, auqnue tambien es cierto que yo no toco el color salvo en contadas ocasiones.

Javié
Javié
Lector
29 junio, 2012 23:52

Puestos a celebrar, deberias hacerlo por muchos mas motivos, para mi esta sección, ademas de descubrirme obras y autores que quizas no hubiese conocido de no ser por ti, es una tesis constante de aprendizaje, para mi como dibujante y para muchos otros, que me consta que te siguen, de una manera mucho mas intima que yo.
 
Cada vez que entrevistas a algun autor patrio, y este explica los diferentes mecanismos por el cual ha llegado a desempeñar su trabajo, pienso que soy afortunado, porque es triste lo que voy a decir, pero muchas veces, de no ser por el boca a boca, la gente que quiere dedicarse a esto, no tiene ninguna referencia de como hacerlo, yo lo he vivido, de conocer a un autor y preguntarle mil cosas de manera atropellada porque no sabia como hacerlo, lo dicho, gracias a ti amigo.

Javié
Javié
Lector
30 junio, 2012 12:50

De una forma mas intima significa que leen la sección, le encanta, pero no comentan.
 
No es lo mismo con todos mis respetos, un post con un trailer nuevo de Los vengadores, (la pelicula), en el que se habla del tema los 3 primeros comentarios y luego se desvia logicamente porque no da mas de si.
 
 
Aquí es diferente, hacer semanalmente esta sección supone mucho esfuerzo por tu parte, y la gente no va a desvariar sobre otros asuntos, yo lo entiendo, aunque a veces me gustaría que participaran un poco mas, por soñar….

NOWL-AHN
NOWL-AHN
Lector
2 julio, 2012 11:42

Completamente de acuerdo en todo lo que dice Javié y añado, que además , a mí personalemente, que AÚN (espero que esto cambie)no he publicado nada y tengo otro trabajo para poder ganarme la vida, me llenan de esperanza estos artículos y me cargan las pilas para seguir desarrollando mis poryectillos e ilutraciones con ilusión.
Yo sí que he tenido que darle al tema del coloreado digital para el 95% de los encargos que he realizado Javié y me las he tenido que apañar con el ratón (no veas que precición le he cogido macho, soy el «Guillermo Tell» del mouse, XD :p ).Pero es que con una de esas, buff!! ya sería la pera.
Alguna vez he pensado si pillarme una Intuous4, tamaño DIN A3, pero es que por lo que cuesta, al final, prefiero mantener la quimera de que algún día, tendré una Cintyq 21UX ;).
Que me salgo del tema, lo dicho Toni, muchas gracias por tu labor y aquí nos tienes,fieles y listos para el siguiente artículo.

Javié
Javié
Lector
2 julio, 2012 20:09

Recojo el testigo y me salgo yo también del tema, ¿Tu sabrías algún sitio donde pillarme una mesa de luz?, he mirado por ahí pero son demasiado caras y en sitios poco fiables, tamaño A3, por supuesto.