Yermo Ediciones. Octubre, 2017
La serie francesa de cuatro álbumes titulada
En primer lugar destaca por su aproximación a la figura de Allan Pinkerton de una manera rigurosa y documentada, también es especial por su sutil mezcla de western y cómic histórico, finalmente porque su estilo de dibujo se aleja mucho del que estamos acostumbrados dentro del subgénero que podríamos llamar western europeo.
“Dios escribe recto sobre renglones torcidos”. Esta frase atribuida por unos a Santa Teresa de Jesús y por otros a los jesuitas es un ejemplo magnífico del pragmatismo con que la religión católica se adaptó a cada época de la Historia, como aprendió a influir en la sociedad, como se dedicó a la política.
“Los caminos del Señor son inescrutables” es otra frase que demuestra que, a pesar de todo, los códigos morales suelen ser muy elásticos incluso en instituciones que predican una moral única y universal.
Todo esto lo expongo aquí porque el retrato que Rémi Guérin hace de Allan Pinkerton y su agencia es muy parecido al de una organización religiosa o política que está dispuesta a todo para que su mensaje sea el que prevalezca. No tengo noticias de que Pinkerton fuera especialmente religioso pero el enfoque evangelizador que propone Guérin del personaje me parece de lo más interesante de su serie. Ahora bien, el texto sagrado del fundador de la primera agencia de detectives de los Estados Unidos no era la Biblia sino el código penal. Para cumplirlo cualquier método era correcto, especialmente si estaba ejecutado por ellos. Los malditos renglones torcidos…
Allan Pinkerton (1819-1884) era un emigrante escocés que se instaló cerca de Chicago con su familia. Su exilio a los Estados Unidos fue forzado por su participación en varias huelgas obreras en Escocia que terminaron con una brutal represión por parte del ejército y con la persecución de los cabecillas. Amenazado, decidió emigrar a las antiguas colonias con su mujer Jean Carfrae con 23 años. Una vez allí empezó trabajando de tonelero, oficio que conocía perfectamente, hasta que por casualidad descubrió una banda de falsificadores de moneda a los que espió durante varios días y finalmente denunció a las autoridades. Este trabajo permitió a la policía desarticular la banda y al tonelero escocés descubrir su verdadera vocación. En 1849 era el primer detective de la policía de Chicago y un año más tarde formó, con la ayuda del fiscal del distrito de Chicago, la primera agencia de detectives a nivel interestatal de Norteamérica que se llamó en un principio North-Western Police Agency, más tarde se convirtió en la Pinkerton & Co para pasar a llamarse definitivamente Pinkerton National Detective Agency, empresa que sigue en activo dentro del grupo de seguridad sueco Securitas AB.
La gran astucia y determinación de su fundador permitió a la agencia sobrevivir en períodos difíciles como la Guerra de Secesión. Su papel de lobby en los estados de la Unión y su apego a la figura de Abraham Lincoln le valieron ser un poderoso aliado de políticos y empresarios del norte e influir decisivamente en la política de finales del siglo XIX y principios del siguiente. Allan Pinkerton murió en 1884 pero su obra le sobrevivió y la agencia protagonizó la lucha contra el movimiento obrero y sindical de principios del siglo XX en EEUU y Canadá. Su papel relevante en la agenda política fue menguando a medida que las agencias estatales como el FBI y la CIA fueron adquiriendo protagonismo.
Por cierto ¿Les suenan a ustedes nombres como Blackwater, AQMI Strategy Corp o DynCorp International unidos a los distintos conflictos bélicos del planeta? La historia tiene esa tozuda manía de repetirse constantemente…
Rémi Guérin narra muchos de los episodios históricos y criminales que vivió la agencia de detectives e incluye varias teorías que a pesar de no estar históricamente probadas son plausibles, como la del asesinato de Jesse James a manos de Robert Ford o la de la primera tentativa de atentado a Abraham Lincoln. Sus relatos son interesantes, mezcla bien la realidad histórica con la especulación artística y entrelaza con soltura diferentes acciones que trascurren o bien en paralelo o bien en épocas distintas. Sin embargo abusa demasiado de los diálogos para hacer avanzar la trama sin buscar alternativas más visuales.
Sébastien Damour es un dibujante relativamente joven pero con mucha personalidad. Es el artista de varias obras como Nash, Le testament du docteur M o Et Napoléon créa… realizadas desde 1997 hasta la actualidad. Sus principales referentes artísticos reconocidos son Moebius, Liberatore y Jordi Bernet sin embargo en Pinkerton la influencia artística que me asalta constantemente es la del John Romita Jr. más comedido – el de El hombre sin miedo o el de The Incredible Hulk con los magníficos guiones de Bruce Jones – sin que esto suponga que el artista francés deje de tener un estilo propio bien definido.
Se maneja bien en las numerosas escenas dialogadas y sabe ser espectacular en las de acción, eso sí, sin desmelenarse en demasía que estamos ante un cómic europeo. Su diseño de personajes es claro y variado, posee un amplio registro de expresiones faciales, incluye con elegancia tanto los decorados de época como los medios de transporte y domina con maestría la narración. Peca de excesiva rigidez en su plasmación de la anatomía humana y el dibujo de los caballos no es lo suyo. Con todo su trabajo destaca por encima de la media por su eficacia y originalidad.
El coloreado a cargo de Paolo Francescutto es excelente y enriquece considerablemente el trabajo de Damour.
Yermo Ediciones hace un trabajo casi perfecto con esta serie. El tomo recopila los cuatro álbumes franceses publicados hasta la fecha e incluye las portadas originales en el interior. El tamaño es de lujo, la impresión también y el papel excelente. El álbum no es barato pero el precio está justificado por la cantidad de páginas que contiene y calidad de las mismas. El único defecto que le encuentro es el de la rotulación, resulta algo mecánica y uniforme respecto a la francesa que es mucho más ágil y expresiva. Reconozco que es un tema menor.
El western ha resurgido con fuerza en el mercado de la historieta franco-belga. Junto a Undertaker, Stern o Moses Rose, la serie Pinkerton de Guérin y Damour enriquece de manera notable el género aportándole un enfoque adulto y riguroso con una ejecución gráfica eficaz y original. Se demuestra que en esto de la BD también se puede escribir muy recto con los renglones algo torcidos.
Guión - 7.5
Dibujo - 7
Interés - 8
7.5
Diferente
Pinkerton es una gran serie que merece la atención el amante del western y del aficionado al buen cómic en general.
