La familia Power abre el telón
«¡Somos Power Pack!»
A finales de 2022, Panini anunció la salida de una nueva línea llamada La Colección Completa. No exactamente Omnibus de 1000 páginas ni coleccionables en tapa dura como los del Caballero Luna o Alpha Flight, La Colección Completa pretendía (pretende) recopilar de forma íntegra colecciones de las décadas de los 80 y 90 en formato tomo en varias entregas. Ahora mismo ya se han publicado tres de los cuatro tomos anunciados estando por ahora en el limbo el dedicado a Control de Daños. Si bien la estrella de esta línea, al menos en 2023, sería sin duda Spiderman 2099, el lector avezado no debería despreciar las otras propuestas de Panini para esta iniciativa, pues no solo hablamos de cómics de culto sino de tebeos que bien merecen una oportunidad.
Es el caso del volumen que reseñamos aquí, el primero de la recopilación de la clásica colección ochentera protagonizada por Power Pack, lanzada en 1984. Power Pack era una rara avis en la Marvel de los 80, incluso teniendo en cuenta la existencia de Los Nuevos Mutantes. Estamos hablando de una serie protagonizada por niños, no adolescentes, pero que aún así no deberíamos calificar como infantil. La mente maestra detrás de Power Pack era Louise Simonson, editora en Marvel (y antes en la editorial Warren) y pareja de Walter Simonson, con quien colaboraría también profesionalmente en años posteriores. Aunque Simonson recordaría en numerosas entrevistas e intervenciones públicas cómo la idea de Power Pack le vino al cruzarse con un niño en Central Park y comenzar a reflexionar sobre cómo sería un niño-superhéroe, lo cierto es que la serie es un “destilado” de las lecturas y visionados de la autora, con múltiples referencias que son enumeradas en la introducción de Lidia Castillo en el tomo.
Acompañando a Simonson y haciendo un equipo (casi) 100% femenino, tendríamos a la ilustradora y muy novata en el arte de dibujar cómics: June Brigman. La dibujante necesitaría algunos descansos pero en ellos sería suplida por profesionales como Brent Anderson, Mary Wilshire y Mark Badger que mantendrían una línea estilística sorprendentemente uniforme.
Pero, ¿quiénes son Power Pack? Son los cuatro niños de la familia Power. Alex, 12 años, el hermano mayor, siempre sintiéndose responsable del resto y el cerebrito del grupo. Julie, 10 años, es la rata de biblioteca, siempre leyendo y, como la escritora, una fan voraz de la ciencia-ficción. Jack, 7 años, es el “chico malo” de la familia, el rebelde e incomprendido, mordaz pero también siempre leal hacia la familia. Y finalmente está Katie, 5 años, quejica e irresponsable, una fuente de problemas pero también de enredos cómicos. El primer número de la serie nos cuenta el origen del grupo, cuyo detonante son los experimentos del padre de la familia, Jim, que está trabajando en un dispositivo anti-materia que llama la atención de una raza alienígena de aspecto reptiliano, los Snarks, quienes quieren el aparato para usarlo como arma. Los Snarks atacan la casa de los Power, donde se enfrentan a Blanqui, otro alienígena pero en este caso de los buenos y con pinta de caballo blanco antropomorfizado. Los Snarks secuestran a los padres de los niños y hieren de muerte a Blanqui, quien, antes de fallecer, les da a los niños una serie de poderes fantásticos, además de “donarles” a su nave, Viernes. Alex puede manipular la gravedad; Julie, volar, teleportarse y posee cierta invulnerabilidad; Jack, controlar la densidad de las moléculas de su cuerpo; y Katie, crear y lanzar esferas de energía. Los niños no dejan de ser niños y se ponen a sí mismos nombres de superhéroes que, bueno, elegiría un niño (Amo de la Masa, Energizadora).
Y eso es solo el primer número. El arco argumental del origen se extiende hasta el #4 en un rarísimo ejercicio de narrativa descomprimida para la época. Para el #5, la familia Power se muda a Manhattan, el corazón geográfico del Universo Marvel asegurando (y justificando) diferentes team-ups con Spiderman, Capa y Puñal o el Hombre Dragón que se sucederán en los #6, 7 y 8 o la colaboración de los chicos con Marrina (#9-10). Para los #11-12, tenemos un pequeño cross-over con La Patrulla X (#195, incluido en este tomo) en el que el grupo acaba en las alcantarillas de Nueva York enfrentados a un grupo de Morlocks. Tras un interludio en el que los niños evitan un atentado en un partido de beisbol (#13), el tomo termina con el enfrentamiento con El Hombre del Saco, nada menos que el antiguo jefe del padre de la familia Power, convertido aquí en un villano de opereta. Al ser anunciada como una edición COMPLETA, el tomo incluye también páginas de El Poderoso Thor #357 y Los Cuatro Fantásticos #282.
A nadie, o casi nadie podrá coger por sorpresa decir que Power Pack es una colección con un público objetivo infantil más que juvenil pero, como pasa en otros casos más modernos, sería un error despreciarla por esto. En su primer trabajo como escritora en una colección regular, Simonson presenta a unos personajes que se comportan y hablan como niños, si no de verdad, sí desde luego como plausiblemente reales. Y consigue hacerlo sin provocar el rechazo del lector. Si bien Katie, por su edad, es la que menos desarrollada está y más cliché parece, las personalidades de los niños están perfectamente definidas y se complementan con fluidez. Simonson se desenvuelve con soltura tanto en un primer arco de tono claramente sci-fi como en las aventuras más superheroicas posteriores, mostrando una versatilidad que le abriría las puertas de la oficina X (y ya no como editora). Para un lector maduro, se agradece que no se rehuyan situaciones argumentales como Spiderman pidiéndole a los niños que se vayan a casa, o sobre todo el dilema del grupo ante El Hombre del Saco, al que no pueden matar o eliminar y que además conoce sus identidades secretas. Power Pack es un cómic dirigido a un público infantil, sí, pero es también un cómic muy bien hecho y con grandes dosis de cariño por parte de sus autoras.
Y para hablar de autoras en plural, mencionar a Brigman, dibujante capaz de dibujar a niños como niños y no como adultos con cabezas pequeñas (John Romita Jr., te miro a ti). En los primeros números, varias de las caras o expresiones faciales de la ilustradora me parecieron un tanto perturbadoras por lo extáticas pero conforme avanza la serie, su trazo se vuelve mas ágil y antes de su marcha, al año y medio de comenzar la colección, demostrará una facilidad sorprendente en una casi novata por lo que respecta a la narrativa secuencial, especialmente en los momentos más familiares o intimistas entre los niños.
Power Pack ganó el premio Eagle a la mejor serie nueva en 1984 y se consolidó durante el resto de la década como una alternativa inteligente y divertida dentro del extenso catálogo de Marvel. La edición es francamente buena, con una reproducción moderna pero que resalta el color de Glynis Wein, y que incluye abundante material extra como pin-ups, anuncios de la época y una extensa entrevista con Simonson y Brigman. Celebremos su reedición por parte de Panini en esta nueva línea que seguro nos traerá más alegrías.
Lo mejor
• La edición. El respeto y el cariño de las autoras hacia este grupo de niños
Lo peor
• Es un buen cómic sin ser excelente ni especialmente ambicioso
Romita Jr te miro a ti! Jajaja Otra reseñaza Pablo, para variar. Es verdad q Brigman tenía muchas virtudes, entre otras una claridad d viñeta q ya quisieran otros. Y Simonson… ay, que pareja d amantes del cómic se juntó