Presas fáciles para predadores insaciables
«Sus motivos me quedan claros y comparto su rabia, pero no comparto su solución»
Tanto Presas fáciles. Buitres como Presas fáciles. Hienas de Miguelanxo Prado son dos obras que nacen de una gran indignación. Surgen de un cabreo muy profundo que dura y dura hasta obligar a parir dos relatos rabiosos, de ardua confección, pero con resultados realmente apreciables. Publicados con anterioridad de manera independiente, uno en blanco y negro, el segundo en color; el primero aquí y los dos en Francia, ahora el sello Norma Editorial los ha agrupado y lanzado a todo color en un lujoso volumen bajo el explícito título de Presas fáciles. Edición integral, en un formato que pone en valor el conjunto de esta miniserie.
La primera historia se centra en las estafas bancarias que asolaron la economía de muchos pensionistas – entre otra población de riesgo – y que se generalizaron de manera impune y especialmente obscena a principios del siglo XXI. Tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, a partir del año 2008, el tinglado bancario y especulativo se derrumbó y empieza una carrera de ratas de las entidades bancarias, de los fondos especulativos y de los entes reguladores para salvarse de una ruina que acabó impactando de lleno a pequeños inversores, la mayoría mal aconsejados por empleados bancarios o asesores financieros “de toda confianza”, “de toda la vida” y en algunos casos hasta por sus propios parientes que trabajaban en el gremio. El resultado fue la pérdida de los ahorros de toda una vida de miles de clientes indefensos y fue también la constatación de que el sistema occidental (judicial, político, empresarial, mediático…) protege siempre a los poderosos y se ceba con los más débiles.
La segunda trama aborda el tenebroso mundo de la pornografía infantil y su difusión en las redes sociales y medios de comunicación online.
Una adolescente adoptada tiene unas terribles lagunas de memoria y al mismo tiempo empieza a descubrir unas fotos pornográficas suyas de las que no sabe ni quien las ha hecho ni como se han colgado en la red. Cuando se suicida, la policía piensa que es un caso sencillo hasta que descubren que el material pornográfico proviene de un entorno bastante sorprendente… A través de la terrible experiencia de una desconcertada víctima adolescente, Prado nos muestra este universo tenebroso en su vertiente más cotidiana, menos “industrial”.
El autor de Trazo de tiza utiliza a una pareja de inspectores de la policía, Olga Tabares y Carlos Sotillo, para introducirnos en los entresijos de estas dos investigaciones criminales que suelen ser una nota breve en la prensa generalista.
Las tramas están bien hilvanadas, los casos son verosímiles y el entorno está bien delimitado. Los personajes inmersos en las dos investigaciones; víctimas, criminales, cómplices, policías secundarios y testigos son creíbles. Sólo la pareja protagonista presenta un aspecto demasiado esquemático que nos distancia un poco de cada historia, aunque en el segundo relato hay un esfuerzo, algo insuficiente, para dotarlos de humanidad y algo de vida privada, para que los inspectores no sean meros conductores de la narración.
En la parte gráfica, Miguelanxo Prado hace un extraordinario ejercicio de contención narrativa que permite al lector situarse perfectamente en cada momento del relato y entender los entresijos de cada caso policial. El artista coruñés divide cada una de sus páginas en un esquema mayoritario de tres tiras con un número variable de viñetas. La retícula no es uniforme sino que va variado dependiendo de cada escena y el tamaño de los cuadros es variable, a veces son más rectangulares, otras más regulares.
Los personajes están bien caracterizados, son muy reconocibles y muchas veces nos guían en la trama con sus expresiones de sorpresa, rabia o temor, perfectamente delimitadas por Prado. La narrativa es fluida, elegante y casi invisible. El uso del color es funcional, muy adecuado para la mejor lectura del contenido y destaca el trabajo de coloreado del primer relato – inicialmente en blanco y negro – que presenta un aspecto completamente uniforme con el segundo.
La realización técnica y física del volumen unitario a cargo de Norma Editorial es bastante buena. El tomo es en cartoné, tiene un tamaño apreciable, está bien impreso y el papel es excelente. El álbum no contiene ningún artículo de contextualización, salvo una breve introducción del propio autor y una nota final, también a cargo de Miguelanxo Prado, pero si incluye un breve cuaderno gráfico con bocetos e ilustraciones. El precio es perfectamente asumible si tenemos en cuenta que el libro contiene dos historias largas.
Presas fáciles. Edición integral de Miguelanxo Prado es la recopilación de un díptico tan rabioso como bien elaborado. El autor de Fragmentos de la Enciclopedia Délfica ha invertido más de tres años de su carrera en crear dos historias policiacas de fuerte contenido social y de airada denuncia, alejándose de sus registros más fantásticos y poéticos, primando la necesidad crítica y la urgencia ciudadana. Si por el camino nos regala dos relatos policiales tan notables como estos, la ocasión no puede ser más afortunada. Ahora solo nos queda esperar por donde nos va a sorprender el maestro… Y que la espera no sea muy larga.
Salut!
Lo mejor
• La rabia contenida con la que están escritas las historias.
• La narrativa de clara, elegante y limpia.
• Tener las dos historias en un mismo álbum.
Lo peor
• La poca entidad personal que tienen los dos protagonistas.
Guion - 8
Dibujo - 9
Interés - 8.5
8.5
Predadores
Un díptico necesario, urgente y rabioso que nos introduce en dos mundos despiadados que aniquilan a los más débiles para beneficiar a los poderosos
Discrepo en «LO PEOR».
Para mi lo peor es que para comprar Buitres te tengas que volver a comprar Hienas, por muy coloreado que esté. Y tener que tirar Hienas a la basura o ser el sexagésimo usuario de Wallapop que lo sube para intentar recuperar algo del dinero perdido.
Cada vez son más habituales este tipo de jugaditas de no sacar segundas partes por separado en su primera edición, sino directamente en integral. Ahora mismo me estoy acordando de Black Kiss 2.
Y conste que acabaré pasando por caja. Disculpen que me enerve.
Dos obras muy interesantes y, por momentos, muy dura. Miguelanxo no defrauda.
Del primer Presas fáciles guardo muy buen recuerdo. A ver si me pillo el segundo, que pinta muy bien. Y sí, digo «pillar el segundo» porque hay edición en galego de Buitres (Voitres en este caso), sin el primer Hienas. Para quien no quiera pasar por el aro, con un esfuerzo mínimo lo tiene arreglado.
Por cierto, que hay una expo de los originales de estas dos obras durante este mes en Pontevedra, en la Fundación Manuel Moldes. A quien le pille por la zona, ya sabe, que no lo dude.