Presentación de Barcelona. Alma negra. Resumen

Los tres autores que asistieron a la presentación del álbum, destacan la implicación de todos los componentes del equipo a la hora de confeccionar este thriller histórico que abarca casi cuatro décadas del siglo pasado.

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En el número 13 del Passeig de Sant Joan, en la tienda de Norma dedicada al merchandising que está situada muy cerca de la tienda de cómics habitual, el 11 de abril se celebró la rueda de prensa de presentación del álbum Barcelona. Alma negra a cargo de tres de los cinco autores de la obra. Asistieron el guionista Gani Jakupi y los artistas Rubén Pellejero y Martín Pardo. Los tres respondieron con buen ánimo todas las preguntas que una quincena de periodistas y divulgadores les hicieron, en un acto muy esclarecedor que por su interés resumimos a continuación.

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Izquierda a derecha: Rubén Pellejero, Martín Pardo y Gani Jakupi (fotos Tristan Cardona)

La primera pregunta fue sobre la forma de plantear y trabajar una obra en colaboración.

Gani Jakupi:
Con respecto al guion; fue muy bien. Denis [Lapière] hizo el esquema general, yo llegué algo mas tarde y lo que hacíamos era dividir el proyecto secuencia por secuencia, nos las distribuíamos, trabajábamos en ello y luego, por correo o nos volvíamos a ver, cada uno revisaba las secuencias del otro. Es decir, que ya estaban apalabradas, ya sabíamos a donde íbamos, ya sabíamos que íbamos a hacer con los personajes, qué espíritu queríamos sacar… y entonces, pues sí, pisábamos el terreno del otro, pero ha habido una armonía tan grande con Denis que yo aspiro a volver a trabajar con él, porque no era como trabajar con otra persona, si no con uno mismo aumentado. Ha sido un trabajo perfecto.

La segunda pregunta fue sobre el proceso de documentación.

Gani Jakupi:
Bueno, yo empiezo por la parte de la documentación narrativa. Digamos que yo he vivido 32 años en Barcelona, la conozco bastante bien, me he documentado leyendo, me he documentado hablando con las personas mayores que han vivido la dictadura. La documentación, como decir, factual, eso se encuentra hoy en día, no es un problema. He leído bastante literatura sobre el tema, pero quería saber cómo lo han vivido la gente.
Y después está la documentación iconográfica, que eso lo han hecho ellos dos, complementándose. Rubén [Pellejero] ha vivido el franquismo. El franquismo, pero él [señalando a Martín Pardo] es un obseso de los detalles de los barrios, de los elementos arquitectónicos…. Bueno, que comenten ellos cómo ha sido.

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Rubén Pellejero:
Hola, buenos días a todos.
Cuando nos metemos en la parte, digamos, narrativa y gráfica, y también en la documentación que todos vemos, que puede ser evidente, que está en el libro… Sí que conviene resaltar que nuestro interés ha sido en no realizar una Barcelona, que podríamos decir, bonita y turística, que es lo que se podría pensar en principio. El hecho de que en su base, la historia es un thriller, eso también ayuda. Queríamos una Barcelona de fondo, a nivel visual, que quien es de Barcelona pudiera reconocerla, pero que se la pudiera reconocer desde cualquier sitio. O sea, piensa que es un libro que se hizo en primer lugar para el mercado francés. Entonces, la lectura tenía que ser, digamos, de varios países. Esto, a nivel gráfico, es lo que yo tenía en cuenta.
Yo he sido el encargado de hacer, pues, la labor normal y habitual en los cómics, hacer el storyboard, el aspecto narrativo, la creación de los personajes… Lo comento, porque este libro… a muchas personas les ha sorprendido tantos nombres en la cabecera, ¿no? Pero es que todos hemos tenido un comportamiento, digamos, de autores, ¿no? Y eso es importantísimo dejarlo claro, porque cada uno de nosotros ha hecho, incluso ha hecho mucho más si hubiéramos sido tan solo el que realiza los lápices, el que realiza el entintado y el que realiza el color, ¿no? Que puede ser lo más habitual. Aquí todos, por eso el equipo es tan grande, todos hemos participado en esta labor autoral, ¿no?

En cuanto a documentación, tanto Martín como yo, en base al guión buscábamos esas situaciones… Tú [a Martín Pardo] vives en Sants [un barrio de Barcelona], ¿no? Si. Yo sabía un poco por dónde se ubicaba, en qué lugar. Y si veíamos algunos elementos que no acababan de cuadrar en el guión, porque siendo de aquí, íbamos con ventaja, campo nuestro… Entonces, sí que intentábamos hablar con los guionistas. Sobre si esto tendría que estar un poco más separado, o no puede ser que este autobús llegue aquí en un plazo de 10 minutos. Tiene que coger ese autobús, porque si no, no cuadra. Cositas de estas que son matices. Es la ventaja que tenemos nosotros, ¿no? Y luego, pues, en cuanto al entintado, lo mismo. Es decir, Eduard [Torrents] es ingeniero de profesión y es un dibujante que está muy acostumbrado a trabajar en una auténtica línea clara. Cuando digo línea clara, quiero decir que todo esté bien conformado, que el dibujo sea muy limpio y el trazo sea muy limpio. Ese trazo nos interesó ya de entrada, en principio, con el trazo de Eduard Torrents, porque le daba como… Situaba muy bien todos los aspectos. Eso incluso siendo un thriller que puedes pensar que funcione mejor un trazo oscuro, un trazo un poco delimitado… Queríamos conseguir este ambiente de realidad, más que ir al tópico de hacer un thriller muy manchado de negro. Y esto lo hemos tenido presente tanto en el entintado, ayudados por el trazo peculiar de Eduard, y además en el color.
Mi labor en los escenarios era tan solo de indicar, en base a fotografías que escogía, o en base a lo que yo hacía en Barcelona, en los lugares que se mantenían todavía más o menos como la época, que yo le pasaba a Martín, tan solo esbozados y él se encargaba de darle todo su valor…
Además, Martín, eso [mostrando el micrófono] te lo paso ahora a ti porque, si no, me enrollo con una persiana. [Risas]

Martín Pardo:
Pues nada, yo solo incidir en el hecho de este. No queríamos una Barcelona de postal, no queríamos que el lector diga, ah, están pasando por esta calle que hay un monumento, lo que queríamos era que quien viera esto, pudiera ver, más o menos, que es Barcelona, porque hay el típico edificio del Eixample, que puede ser del Eixample, pero no sabes de qué lugar, la típica calle… Entonces, eso es lo que queríamos, construir una Barcelona que no fuera concreta, pero que estuviera todo el rato sobrevolando.
Luego también, en la parte práctica, ha ayudado muchísimo vivir aquí y conocer la ciudad, porque pues a veces sabes de aquella plaza que se ha mantenido como era en los años 50, aquella calle donde hay todavía casitas pequeñas… pues eso ayuda mucho a conseguir la documentación y a que sea creíble.

Gani Jakupi:
Yo solo querría añadir una cosa, porque es verdad, lo que mencionó Rubén al principio, aquello que trabajábamos para el mercado franco-belga… no fue un problema, era más bien lo que llaman los hermanos anglosajones blessing in disguise, porque yo pasado por esto antes, cuando hablaba de mi país de origen Kosovo, saber que estás hablando a la gente que no lo van a entender a la primera. Es más difícil, pero es también más exigente. Es una obra que para los españoles era leíble en primer grado,
pero tenías que ser explícito… Igual un franco-belga hay algún detalle, hay algún matiz que se lo perderá, pero el ambiente total lo capta.

La siguiente pregunta va sobre la literatura que han leído para la obra. Comparan este álbum con La ciudad de los prodigios de Eduardo Mendoza. Y preguntan si la han leído.

Gani Jakupi:
No, no, no. Y de hecho cuando digo documentarme… yo vivo aquí. No, no, no me quería documentar de ficción, leía informes que se habían hecho antes de gente que escribía sobre cómo se vivía, no me acuerdo de los nombres, pero gente que han escrito hace décadas sobre la época del franquismo, y me interesaba, cómo se ha descrito… Bueno, sí es verdad que tengo que reconocer que yo le dije hace poco a un periodista que para el personaje de la chica que va al piso de Santos en un momento de la narración, me inspiré… para mí eso era el espíritu de [Luis García] Berlanga. No he cogido nada concreto de Berlanga, pero era este espíritu y la mentalidad de la época.
Y bueno, mi esposa era de un pueblo de Castilla, colindando con Teruel, con Aragón, y era de lo que me comentaban los viejos. Era de la manera de comportarse. Cuando digo documentarme, era eso.
No necesitaba ni quería inspirarme en las ficciones.

Martín Pardo:
Sobre lo de La ciudad de los prodigios, que yo sí que la leí hace ya muchos años, pero bueno, yo creo que la diferencia está en que en La ciudad de los prodigios es una Barcelona mucho más antigua, mucho más histórica. Es una historia que pasa entre las dos exposiciones universales, y es una Barcelona que nos queda mucho más lejos. O sea, esta Barcelona, yo creo que es que, claro, la Guerra Civil y el franquismo, aunque hace muchos años, nos sigue marcando todavía. Es una Barcelona, aunque sea histórica, está como mucho más presente.
Pero sí, bueno, la conexión está.

La siguiente pregunta es sobre si el hecho de ser riguroso con los hechos históricos limita la creatividad o es estimulante.

Gani Jakupi:
Vamos, yo creo que lo resumí en una entrevista anterior, había aquí, diría, dos barandillas. La primera era la diferencia que hay en yo mismo respecto a un lector belga tradicional; porque yo vivo aquí, he vivido aquí, conozco cosas, he vivido la mentalidad española, para mí no es literatura.
Pero también había lo que ha comentado Rubén respecto al tranvía aquel… Hay un momento con una discoteca, y nos dijo; No, tío, ¿dónde la ponéis? Ahí nunca ha habido, pero aportó otro detalle más.
Pero digamos que era un trabajo constante con Denis de decidir si esto era creíble o por si lo contrario; no pega.
Alguien nos preguntó por los personajes femeninos. Ahí tiene mucho mérito Denis con su arte franco-belga del trato de las mujeres. Yo estaba solo diciéndome de vez en cuando, hombre, en España, quizás las mujeres no se comportarían así. Pero le dejaba también rienda suelta, porque eso traía, creaba unos personajes femeninos más fuertes. Y en el fondo es una burrada decir que en este país no se comportan así, porque son personalidades y yo no me comporto como un kosovar, alguien no se comporta como un español forzosamente.
A parte de que no pegue con el país o que no pegue con la época o algo así, no nos hemos limitado por nada. Y la ventaja de eso es que era, yo también lo agradecido, el hecho de que Denis trajo el proyecto como un thriller. Yo al principio era un poco reticente, porque habíamos hablado mucho con Rubén para escribir algo y realizar algo sobre la Guerra Civil. Y a mí me daba miedo porque es mucho más compleja que la guerra misma. Por eso de tratarlo desde, partiendo de un thriller, pues, ampliaba más el horizonte y las posibilidades. Así que no hemos estado encorsetados para nada.

Rubén Pellejero:
Yo añadiría la pregunta en concreto al principio, de la libertad. Si nos limitaba la creatividad. Yo creo que, al contrario, creo que nosotros, al menos yo y guionistas también lo hicieron, que lo importante es que estamos haciendo cómic, ¿no? Y hay una narrativa. Esto, creativamente, a mí, es lo que prefiero. O sea, yo no quiero hacer un libro que estuviera encorsetado por una rigurosidad histórica. Esto, claro, eso me impediría jugar con todos los elementos narrativos que dispone la historieta. Y el factor libertad, precisamente en este libro, es total.
Porque si tienes la base, que está ocurriendo en varias épocas, que sí que hay una documentación básica. Es lo que queríamos, básica. Evidentemente, que crea una ambientación. El ambiente nos interesa. Pero nos interesaba que los personajes sean creíbles en un ambiente. Que no se detenga el lector mirando, lo comentaba también Martín, un monumento característico. Aquí no salen apenas monumentos característicos, pero sí que se respira esa atmósfera barcelonesa. Y esto es lo que nos interesa. Y esto es libertad. Libertad porque estamos haciendo un cómic en los esquemas narrativos para que el lector lo lea. Para que lo lea con agilidad. Lo lea con… que se meta con los personajes. Hay una caracterización de los personajes. Para mí, antes lo comentamos, unos factores de Denis Lapière, yo también, pero Denis lo tiene muy marcado, es el hecho de que cuida mucho a los personajes femeninos. Las mujeres de Denis Lapière son reales. ¿Por qué? Porque las sitúa en contextos que son duros muchas veces, pero que hay esa personalidad que se tiene que ver, que va más allá de lo que es un personaje dibujado. A mí particularmente es lo que me interesa. Tanto las mujeres como los hombres, que tengan ese aspecto de creíbles. Yo creo que lo importante de este libro es que tenga una credibilidad. Al margen de que haya algún error, que seguro que hay, que somos humanos, qué le vamos a hacer… pero todo que sea verosímil. Que sea verosímil.

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Preguntan por si volverán a colaborar ya que han trabajado muy cómodos juntos.

Gani Jakupi:
Hombre, un buen matrimonio, por muy bueno que haya sido, no hace falta repetirlo. [Risas]

Preguntan sobre las miradas de los personajes que cambian según pasa el tiempo y las situaciones. Sobre todo del protagonista que pasa de víctima a verdugo. ¿Era algo premeditado desde el inicio?

Martín Pardo:
Yo creo que ahí está la maestría de Rubén. En hacer ese cambio que es del dibujo pero que llegas a verlo. Que no es muy exagerado, pero va matizando, va matizando… Igual que, por ejemplo, como envejecen los personajes. Es algo que es difícil. Es decir, que hay que hacerlo sin exagerar. Pero hay que ir como poco a poco. Además con un dibujo que tampoco es un dibujo muy realista ni muy trabajado, sino con cuatro líneas. Ahí es algo que se tiene o no se tiene.

Rubén Pellejero:
Tan solo un pequeño inciso a bonitas palabras de Martín. De hecho, a mí lo que me importa es los rostros y las miradas. Es lo que hace que el lector comunique. Porque si tú haces un rostro que la mirada no te llega, vas pasando y no te llega emocionalmente. Entonces esto es básico. No es que lo tuviera en cuenta o no; es que forma parte de mi modo de trabajar. De mi modo de ver la historieta. Entonces ahí, sí es verdad, había ese aspecto de dificultad. Porque estamos hablando de tres o cuatro periodos de la evolución de la persona. De los personajes que van envejeciendo. Son niños, críos, van a ser mayores. La adolescencia, la juventud. Primeros amores, la evolución de mayores. Y aquí está el reto, ¿no? Conservar la mirada, sobre todo. Que es lo que puedo decir que no cambia tanto en una persona. Conservar esta evolución. Esto ya lo tenían. Esto los guionistas ya no lo indican de por sí. Porque ellos están por otras cosas dentro del guion. Entonces el trabajo nuestro de los dibujantes es que nos metamos en la historia y luego vayamos poco a poco teniendo en cuenta estos elementos. Porque si no, te puedes quedar muy frío en las historias. De hecho, la calidez en una historia, por dura que sea o por lo exótica que sea, por lo de ficción que sea, tiene que haber este elemento de la mirada que para mí es imprescindible.

Las miradas de Pellejero

Gani Jakupi:
Voy a subir un poco más el nivel de peloteo. Este proyecto se ha configurado alrededor de Rubén Pellejero. Por lo tanto, de las miradas ya no nos preocupábamos. Sabíamos que él iba a transmitir lo que hacía falta. Sin decir con eso que ninguno de nosotros renuncia a su parte de autoría.
Que Rubén, pero con Martín, con Eduard eran responsables del aspecto gráfico. Pero se hacía alrededor, envolviendo la obra de Rubén Pellejero, con él contábamos. Y nuestro guión también se hacía para Rubén Pellejero. Porque Denis venía con el primer esbozo sobre un hijo de un asesino en serie que después lo ubica en la posguerra, porque Rubén quería trabajar sobre eso. Y teníamos siempre presente eso.
Y en cuanto a algo que no es mirada gráfica. El personaje de Carlos, es alguien que tiene otra dimensión. Es alguien que es víctima, por eso que nos encariñamos con él, por eso vemos el amor de Paula y nos arrastra a nosotros también… Es alguien que se vuelve duro y que se vuelve dictatorial. Y porque sigue estando con Paula, casi que le perdonamos. Porque ha sido una víctima. Eso ocurre en la vida real. A menudo decimos de alguien que ha sido víctima, que hay que comprenderlo…
Pero luego, no sé si el lector se da cuenta que hay un momento, cuando el tío se está pasando ya. Que no se puede justificar todo eso por victimismo. Pero es algo que ocurre en la vida real.
Y entonces nuestra preocupación era qué vamos a hacer al final con él. Habría una bajada. Pero no queríamos que eso sea… Hay una bajada en el concepto social y en el de poder, pero queríamos elevarlo humanamente. Que sea alguien que toma conciencia de lo que está viviendo. Sin hacer spoilers, por los que eventualmente han venido sin leer el libro, pero para nosotros las secuencias finales, las dos o tres secuencias finales han sido fundamentales en la escritura de esta historia. Porque el personaje nos importaba. Sí, el tío es un… – ponéis un pip ahí si queréis – y lo es realmente. Pero él mismo lo asume. Lo asume y no está conforme con eso. Y rehace su… De cierto modo rehace su vida. Pero no se cae de rodillas. No pide perdón. Bueno, se cae de rodillas. Lo tiran de rodillas, pero era más bien de una toma de conciencia. Queríamos a alguien que tenga sus luces. Y sus sombras. No lo excusamos en ningún momento. Porque mostramos abiertamente lo que hace. Pero es eso. La persona que es capaz de asumir. De reconocer. Yo creo que con eso se engrandece. Yo no soy católico. No será por la religión. Pero humanamente creo que es así.

Les preguntan si el personaje principal está basado en una persona real.

Gani Jakupi:
En mi hermano, pero no quería decirlo… [Risas] No, no tengo hermanos, en primer lugar. [Más risas]

No, no… son todos de ficción. Yo llegué a mesa puesta respecto al planteamiento inicial sobre que el protagonista es un hijo de asesino en serie y la verdad es que… Inicialmente la idea era que hiciéramos una colección de seis álbumes. Y para mí, a mí me parecía frívolo como detalle tratar así la posguerra, porque a mí es algo que me daba mucho respeto. Ahora reconozco que Denis ha tenido una idea genial porque nos ha permitido, justamente, de tomar una cierta distancia. Y, puede parecer superficial, pero en el fondo hay siempre unas pinceladas históricas que son, creo, más efectivas que si hubiéramos hecho, como dijo Rubén, un estudio sociológico o político, no sé qué…

Gani Jakupi:
La idea de este personaje lo tuvimos… digamos que llegué a mesa puesta, pero después aporté de mi parte porque cambié los nombres, aporté cosas mías, colaboramos, pero sabíamos que íbamos en una dirección. Después juntos veíamos, en cierto modo, veíamos cómo evolucionaban nuestros personajes, luego decíamos; ¿Qué hacemos después con ellos? ¿Humanamente que sentimos?.
Incluso la relación con Paula, gradualmente llegamos a lo que tiene que ser, no es que algo que haya sido decidido determinado desde el principio, pero decíamos bueno lo hemos llevado hasta aquí, ¿Qué sentimos? ¿Qué podemos hacer con él? Y se creaba. La verdad es que no nos inspiramos en nadie.

La siguiente pregunta es sobre cual es el alma negra de Barcelona.

Gani Jakupi:
Esto, quizás, lo tendría que responder un juez…

Rubén Pellejero:
De hecho, yo volvería un poco a la pregunta anterior, porque no hay nadie, evidentemente, que podamos decir que este personaje es este y este es el otro, pero sí creo que los personajes, sin ser nadie en concreto, existieron. Son representaciones, que tú mismo puedes buscar de alguien que en la época se aprovechaba de las ventajas del régimen, funcionó y creó negocios, empresas… Hay alguien que torturaba en lugares que todos conocemos. Todo esto está puesto allí de un modo u otro. No es nadie en concreto, el propio rostro de un funcionario que aparece en el álbum está basado en una fotografía de la época, sin ser nadie en concreto, pero sí que tenía en mente ese tipo de personas, personas que trabajaron, que vivieron, que hicieron quizás, más bien mal que bien, pero y si hicieron bien, evolucionaron, quizás cambiaron, si no hicieron mal. Esto estaba muy dentro de esa época de transición que hubo en España y que pienso que es una de las lecturas que se pueden releer detrás de este thriller, que es la propuesta inicial, como comentaba Gani.
Hay todo un factor que enriquece esta historia, que no está servido de entrada y que cada uno puede sacar sus propias conclusiones. El mismo interés que se puede tener en si quieres conocer más Barcelona. Si quieres conocer la Barcelona negra, es verdad que el título viene por… Barcelona ha tenido fama de ser una ciudad negra, oscura, hablando en los términos de que durante bastante tiempo, y no me quiero meter actualmente en hechos de ahora, pero sí que ha tenido sus barrios problemáticos, su lado más underground, digamos, más oscuro, que en este álbum aparece de un modo, de un tímido modo, podríamos decir. No es lo que… La intencionalidad no era crear esto, pero sí que este… La alma negra de Barcelona, en el libro, la alma negra creo que es evidentemente el personaje, un poco su evolución. Pienso que va por aquí.
El título nos costó bastante de encontrar, pero bueno, teníamos varios. Barcelona estaba ahí fijo, pero ¿Qué le ponemos detrás de la coletilla en el título? Y la Barcelona negra es un poco… Este lado incluso casi mitológico. El título tiene Barcelona, una ciudad que ha conocido muchos colores en su historia. Y lo mismo, cada uno puede darle su propia interpretación.

Gani Jakupi:
Bueno, un poco off topic, pero es verdad que cuando hablamos de los personajes, recuerdo que a Santos… es algo penalizante cuando escribes y eres también dibujante, porque yo imagino siempre lo que escribo. Veo imágenes y a Santos yo lo veía, pero tenía claro que no le diría nada, no se le dice a Rubén cómo dibujarlo. Y cuando lo vi, recuerdo cuando lo descubrí, en día de los primeros bocetos, me dije: ¡Ah, entonces tiene esta pinta! Entonces había que escribir un personaje que reaccionaría de determinada manera, porque los rasgos de la cara casi que determinan un poco la manera como te vas a expresar, qué construcciones verbales vas a emplear. Y, de cierto modo, inconscientemente, los dibujantes participaban en nuestra escritura.

La siguiente pregunta es como se gestó y se escogió la portada del álbum.

Rubén Pellejero:
Siempre, escoger la portada es uno de los mayores problemas cuando dibujas un álbum. Porque tiene que haber una relación con los editores, de esto me gusta, esto no me gusta, cambia esto, cambia lo otro. Tienes que llegar al punto justo en que tú haces lo que quieres y a la vez también ellos estén contentos, ¿no? Y en esta hubo una serie, un proceso realizado.
Las portadas las realicé yo solo, porque estábamos en un tiempo muy corto. Pensé que lo iba a hacer todo yo, porque si, que entre que nos tenemos que reunir, cada uno a su tiempo, que cuando pueda aplicarse en la portada y tal. Al final decidimos con los editores que yo me ocupara de la portada. Y bueno, se plantearon muchos bocetos. Unos eran mucho más salvajes que la portada que habéis visto, porque yo los tenía más ubicados en el personaje de la primera parte, digamos, ¿no? La parte más thriller, más dura. Y se fue decantando… pasó por una etapa que no me interesaba que era más turística, un elemento característico de Barcelona en el fondo y tal, hubo varias. Y al final como que me parece que ya se había hablado… como habéis comentado, Gani, al principio el proyecto era como una serie y fue evolucionando con el tiempo – es otro tema complicado de hablar – y entonces se habló de dos libros, uno y después la segunda parte. Pero cuando se supo que todo sería un one shot, o sea, un libro unitario, entonces me permití ya poner una especie… como un spoiler, del final de la primera etapa, digamos, ¿no? Entonces ahí yo le veía muchas posibilidades. Y esta es la que fue funcionando. Y para el libro deluxe, que es un libro solo para el mercado franco-belga, que es mucho más apaisado, es una escena de la discoteca.

Se pregunta porque se decide terminar el álbum justo en el momento en que se produce la muerte de Franco.

Gani Jakupi:
Porque con esto todo estaba dicho. Digamos que se produce la caída de un régimen, se produce la caída de un personaje, pero como dije antes, también hay una elevación de la persona y esto representa el futuro… Desde el principio yo lo tenía claro que el final sería: Españoles, Franco ha muerto… Y muerto el perro, muerta la rabia.

Rubén Pellejero:
Yo solo quiero decir, y esto creo que no lo había hablado con vosotros, [se dirige a los otros dos autores] pero en la última página, la sonrisa del personaje me costó mucho. No estaba indicado en el guion, entonces, sabiendo esto que estabas contando, lo del cambio de era y todo esto… ¿Qué cara le ponemos a este individuo? Porque claro, podía cambiar mucho de sí lo ponías muy serio o muy divertido. Tenía que ser de una manera que el lector lo interpretase un poco. Cada uno interpreta a su modo ese cambio que hubo tras la muerte del dictador… Entonces esa imagen era para mí importantísima, era un poco la clave de muchas cosas ¿no? Pero en esta sonrisa, o no sonrisa porque no estaba indicado… hay horas de trabajo, para acabar tomando una decisión. Porque creo que era muy importante, muy importante.

Gani Jakupi:
Hay una frase en el libro que el protagonista dice que ya no le da miedo la soledad si no la compañía de personas que lo hacen sentirse solo. Porque el personaje se prepara para emprender un viaje ya con una edad avanzada.

Le vuelven a preguntar a Rubén Pellejero sobre el proceso de documentación y cuanto tiempo ha tardado en ello.

Rubén Pellejero:
El proceso de documentación se ha ido haciendo sobre la marcha, porque es un libro que se preparó de un tirón al principio, pero yo luego iba documentándome a rachas, me miraba una 15 páginas e iba buscando. Ahora lo encuentras casi todo por Internet. Yo iba buscando, pero con Martín Pardo íbamos trabajando mucho junto en este aspecto, porque yo le subministraba imágenes para que el las incorporara y él también se encargaba de buscar otras cosas… Y cada uno añadía documentación de su propia búsqueda particular. Pero siempre por partes. Martín, quizás, te puede comentar más sobre el tema porque él siempre iba mucho más allá.

Martín Pardo:
Yo te contestaré sobre la parte de antes de empezar a realizar el álbum. Porque siempre que empiezas un proyecto histórico hay un proceso previo de empaparte un poco de la época, porque no puedes empezar directamente a dibujarlo. Esta claro que si es Barcelona y has vivido una parte de la historia, esto ya lo tienes ¿no? En el caso de Rubén, ya lo tenía.
Concretamente era un equilibrio entre buscar documentación que funcionase, pero que no cobrara demasiado protagonismo. Dar dos o tres detallitos que no robasen protagonismo a la historia. Siempre en segundo plano.

Y la pregunta final es como ha influido el hecho de encargarse de la serie Corto Maltés a la hora de abordar esta historia.

Rubén Pellejero:
De hecho, Corto Maltés no me ha influido para nada, es como cambiar de chip, totalmente. El problema de este proyecto, ya lo he comentado en alguna ocasión, es que ha durado unos 7 u 8 años. Pero no en la elaboración, esto ha durado algo más de un año o año y medio que es lo normal en un álbum de este número de páginas, si no en que cuando acepté hacer Barcelona. Alma negra yo desconocía que haría el proyecto de Corto Maltés. Y tuve que escoger y escogí a Corto, naturalmente, porque me interesaba entrar en un proyecto como el de Corto Maltés. Y la editorial lo entendió, buscó nuevas fórmulas como reducir las pretensiones del proyecto, como ya lo hemos comentado… Claro, mientras estábamos haciendo esta historia yo he acabado haciendo 4 álbumes de Corto y esto acabó configurando lo que ha sido este libro. Esta historia tiene su propia historia…

Y con esta respuesta concluye la rueda de prensa que han ofrecido los 3 autores de Barcelona. Alma negra.

Reseña de la obra a cargo de Tristan Cardona.

Más información aquí.

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