¡Hemos sobrevivido al primer día! Después de una larga jornada, rodeados de cómics y otras cosas bonitas, no podemos evitar pensar así después de acabado el primer trayecto del viaje y regresar a la batcueva. Esta edición del Salón Internacional del Cómic de Barcelona rezuma historia por todos sus poros, el ambiente bélico del evento -del tamaño de un tanque- no pasa desapercibido y eso podemos comprobarlo echando un un simple vistazo al planning de actividades preparadas para estos días. Después de eso uno acaba sintiendo la necesidad de alistarse en algún cuerpo paramilitar, enfundarse el casco y tomar el fusil. Por nuestra parte ningún problema, desde la redacción estamos acostumbrados a estar situados en la primera línea de fuego, a pernoctar en las trincheras para aguantar los cuatro días (y las noches, pero ese es otro tema) de actividades y emociones que nos quedan por delante en este Salón del Cómic. Pero antes de irnos a dormir unas primeras impresiones… aunque si nos quedamos dormidos sobre el teclado discuuuuulpaaad… las molestias.
El tema entradas, si no las habéis conseguido por otras medios, por internet en la página web de Ficomic o en la del Corte Inglés, tendréis que hacer colar y adquirirlas en el mismo lugar de siempre. La entrada general son 7€ y como estamos en crisis sobra decir que aprovechéis bien cada euro. Si tenéis el Carnet Jove o algún carnet de titular de alguna de las bibliotecas de Catalunya la entrada se queda en uno más asequibles 5€. Conclusión: si no sois residentes de la comunidad lo primero que debéis hacer al llegar a la ciudad es demostrar ser gente con cultura y buscar una biblioteca. Y ese pequeño ahorro que os embolsáis para un café, una birra o lo que se tercie porque ni para un cómic de grapa llegaría…
En fin, vamos allá, dos de nuestros intrépidos redactores se han atrevido a lanzarse a lo loco a las trincheras del primer día del Saló… aunque tampoco tiene tanto mérito, ya que es el día en la que menos gente hay, y en la que mejor se puede pasear y comprar. Pero que nos lo cuenten ellos mismos.
Aviso para navegantes, este año el Saló se ha cambiado de acera. No, no es que Ralf König vaya a ser el invitado estrella, simplemente que el evento ha cambiado de pabellón, aunque solo hay que cruzar la avenida Maria Cristina para llegar a la nueva ubicación. Para aquellos que no huís despavoridos cuando se celebra el Saló del Manga, el sitio os resultará familiar, ya que allí es donde se han vivido las escenas dramáticas de los últimos años, con gente haciendo colas de cuatro horas para entrar, y aún así quedándose fuera. Siendo sincero, no tengo muy claro en qué ganamos con el cambio, ya que aunque parece que metros cuadrados hay más, esos dos pabellones me siguen pareciendo demasiado oscuros y mal aprovechados. Hasta ahora, el Saló del Cómic era un espacio bastante más luminoso, con techos más altos, y la sensación era de más espacio, aire (algo muy necesario por culpa de ciertas cuestiones hormonales, aunque eso pasa mucho más en el del manga). Cierto es que con la nueva ubicación se gana un espacio que, a diferencia de lo que pasó con el Saló del Manga, se ha aprovechado bastante bien para la exposición principal (algo que ya os contaremos con más detalle en el post dedicado a las exposiciones), y también debo reconocer que la zona de estands queda algo más espaciosa, y ya casi se han eliminado esos estrechos pasillos que se solían formar alrededor de las tiendas de merchandising y cómics. Y todo hay que decirlo, ya que habrá menos gente que en un salón del manga, y además tengo la sensación de que hay menos estands, es posible que en esta edición se puede pasear con más tranquilidad de lo habitual en las horas punta. Visto así, parece que ganan las ventajas de la nueva ubicación, pero es que me sigue pareciendo un sitio muy oscuro y algo claustrofóbico.
Hay otra cosa que no tengo muy clara, y es la cuidada diferenciación de los espacios de estos años. Aunque siempre se ha procurado englobar los estands de una forma más o menos coherente, lo cierto es que siempre era posible encontrar algunas variaciones, pero este año parece que se ha hecho a conciencia. Así pues, en el pabellón de la exposición principal uno se encontrará con los estands relacionados con el tema militar, ya sea de asociaciones o incluso alguno comercial. Cuando se entre al que podríamos llamar «pabellón comercial», uno va encontrarse entrando a la derecha, después de la exposición de Batman, la «isla de librerías», en las que se han reunido todas aquellos estands que hace unos cuantos años eran los que realmente dominaban el Saló del Còmic (y que ahora, y ya es la crítica de siempre, son un pequeño porcentaje del total). Ahora ya sabemos que quien pone pasta y se lleva el protagonismo son las grandes distribuidoras cinematográficas con sus monstruosos estand, y una desproporcionada pequeña televisión con los tráilers de la peli que promocionan (por cierto, tenéis más que suficiente con el tráiler de Godzilla, el resto no hace falta ir a verlo). Cerca de la zona de cine, como es habitual, tenéis los estands de las editoriales, que ocupan la parte más espaciosa de la zona; aunque ahí también encontraréis algo de variedad, como los estands de autoeditores, alguna que otra librería, o asociaciones y organizaciones de carácter cultural. Volviendo a la zona de las librerías, algo más a la derecha se puede encontrar la carpa de autores, donde encontraréis a algunos ídem vendiendo originales de sus obras (con nombres como Nacho Fernández y David Baldeón entre muchos otros). Justo al lado, ahí está la zona de fanzines, que este año parece que está en un sitio ligeramente más visible que en años anteriores. Y es que al ocupar un pasillo que lleva a algunas exposiciones quizás se transite más, y no sea aquel sitio que quedaba tapado y que prácticamente te dabas cuenta de que estaba ahí cuando ya te marchabas. En definitiva, todo muy bien ordenado. ¿Cuál es el dilema entonces? Pues que ciertamente lo de ordenarlo todo tiene su lógica, pero aunque no tengo ni idea de organizar un evento de este tipo, sigo teniendo la sensación de que es una forma más de marginar cierto tipo de estands. Quizás mezclarlos mucho más tendría más sentido para mí.
A grosso modo, ya que no queremos solaparnos con el post dedicado al tema, puedo decir que la exposición de Cómics en Guerra será probablemente una de las que más se recordará en mucho tiempo, por el tamaño y toda la escenificación. Pero también interesarán bastante la de los 75 años de Batman, los 40 de Lobezno, o incluso, la de los 85 años de Popeye (aunque sea de las más modestas). A estas hay que sumarle la de Ardalén de Miguelanxo Prado, uno de los cómics ganadores del año pasado, la de Oriol Hernández con su «retrato de la mafia», la exposición dedicada a Purita Campos, las viñetas autobiográficas, la de solo para adultos del fanzine Adobo, y algunas otras más modestas. En definitiva, da la sensación de que hay mucho por ver y leer a nivel de exposiciones este año. Sobre charlas y otras presentaciones es algo que ya os iremos hablando, y es que al ser el primer día, había poca cosa, y lo más importante era dar un buen voltio para ver qué tal había quedado la cosa.
En definitiva, aunque el cambio de ubicación le da cierto aire distinto al Saló, y eso les ha permitido probar cosas nuevas, en el fondo sigue siendo el de siempre. Pero os seré sincero, yo ya hace muchos años que voy al Saló del Còmic por una cuestión más social que otra cosa. Por supuesto que me gusta pasearme por estands y ver algunas de las exposiciones o asistir a las charlas (algo de lo que se habla demasiado poco), también creo que aunque siempre hay cosas que mejorar sigue siendo un evento que tiene su importancia e impacto, pero si no fuese por la compañía que uno se encuentra por ahí, no llegaría a pasarme tantas horas encerrado con todo el fandom; y sí, algo de mérito en ello también tiene el Saló.
El año pasado escribía en este mismo post anual sobre las primeras impresiones del salón de 2013 y, bueno… ¿como decirlo? Ah, sí: Boff.
Para un aficionado acostumbrado a estos eventos, la sensación de saturación era TAN evidente nada más entrar por la puerta en la actual edición que tiraba para atrás y casi casi tenías ganas de volver a casa o al menos parar antes por el bar y tomarte una clara. Podría hacer aquí ‘un Ramón de España‘ y decir que todo es mierda menos alguna cosa o bien puedo pensar en el público que no es habitual de Salones de cómic y verle el lado positivo. Voy a optar por lo segundo porque me gusta el medio, me gustan los cómics y me gusta que lleguen a cuanta más gente mejor. Pero que me aspen si hoy no me hubiese ciscado en la madre de más de uno a los diez minutos de estar en el recinto.
Habrá quien visite el Salón por vez primera y le gustará lo que vea. Esos escolares que reciben impactos visuales allá donde miran… y un tebeo; esos jóvenes aficionados que vienen por primera vez al salón sin conocer a nadie ni a nada pero que con vislumbrar la calva de Azzarelo o la sonrisa de Paco Roca ya se dan por satisfechos; esas gentes trajeadas, gerifaltes sin duda de medios de comunicación, grandes superficies y/o plazas políticas que se dan el paseo de rigor para darse un baño de peloteo y que en el fondo no saben ni cuantas páginas tiene habitualmente un comic-book; esos nuevos expositores que van con la ilusión de recuperar la pasta invertida en el stand…
El salón és, ya lo vemos cada año desde hace siete, IGUAL que siempre. Ni bien ni mal ni regular. Es así. Esto es el #SalonComicBCN (Por cierto, nota al que lleve la recién estrenada cuenta de twitter del salón: usad el hashtag, puñeta. Que para algo está) y se ven intentos de mejorar (¡carpa de autores!) pero por otro lado hay monumentales errores: Me perdonarán, pero es excesivo tener todo el pabellón 1 (donde cabrían cinco Quintets, un Pájaro Negro y hasta el avión de Coulson y sobraría la mitad) para exposiciones de guerra, el tanque, el 1714 y whatever…
Peeeero como el salón, este texto olvida que lo importante aquí es otra cosa: Tebeos anyone? Sí, joder. Y muy buenos. Que el árbol no os impida ver el bosque. Esto va, o debería ir, de tebeos, de autores, de editoriales, de tiendas, de aficionados, de exposiciones, sí (ojo a algunos originales de la expo de Batman, por ejemplo), pero sobre todo de los malditos tebeos. A todo esto… ¿ya habéis visto nuestras recomendaciones?
Yo fuí ayer por la mañana… y no recuerdo un Salón del Cómic tan decepcionante en años.
No me quejo de la nueva ubicación, la cual es necesaria para la afluencia de gente que tiene, sino de lo frío que es el evento, de la poca calidez que se respira en el ambiente y de lo aséptico que son las actividades del Salón.
Llegar al nivel del Salón del Manga lo veo a años luz, por no decir que es imposible, un evento que vas por el buen ambiente que hay, la fiesta y ánimos que se respiran, la calidez de muchos stands y exposiciones, la ambientación musicale, etc…
Y otra cosa que juega en contra del Salón del Cómic en éste año es el tema de ofertas de los cómics y me explicaré:
El año pasado Planeta y Panini se quejaron de que algunos expositores vendían cómics y mangas con descuentos muy altos cuando ellos por ley sólo pueden hacer el 5% de descuento. Los cómics y mangas que venden estas tiendas son de 2ª mano y el margen que tienen es más amplio que si son nuevos, pero Planeta y Panini se quejaron porque creen que es «competencia desleal». Ante la queja de las 2 grandes, Ficomic pidió a la gente de las tiendas que retirasen los productos que aún estaban en catálogo de los mostradores si el precio final superaba ese 5% de dto que marca la ley. En cambio los cómics descatalogados por la misma editorial no había problemas y podían seguir vendiéndolos al precio que quisieran.
Y muchos libreros montaron en cólera… y algunos no han vuelto a ésta edición del Salón del Cómic por este motivo, ya que par ellos supone un recorte en margenes de beneficios y de no recuperar la inversión del stand.
Así que la consecuencia de este año es que te encuentras menos stands que el año pasado, más o menos con todos exponiendo lo mismo -descatalogados de Norma, Planeta, Vértice ,La Cúpula, Astiberri, Forum, Zinco y Glenat/EDT- y que son títulos que la mayoría de gente ya tenemos o no nos interesan.
Para mí y para muchos, uno de los puntos fuertes del salón eran encontrar una oferta buena de cómics «actuales de Panini, Norma y ECC con descuentos del 25% o incluso más. O incluso alguna promoción de con compra mínima de «X» euros te regalamos una camiseta, un pin o un bolígrafo (por decir algo).
Pero no, el Salón del Cómic se ha convertido en poco más que ir al Fnac o al Corte Inglés a comprar cómics, donde no encuentras ya apenas promociones ni rebajas buenas, donde las actividades son las mismas de siempre y muy pocas… y por qué no decirlo: aburridas.
Sí, hay presentaciones y firmas de autores, pero faltan más cosas para atraer a más público nuevo y más generalista, y en eso es donde el Salón del Manga le gana por goleada.
El Salón del Cómic de Barcelona será el más importante de España y el más famoso, pero también le falta un toque de personalidad y calidez. Más luz y color. Más actividades para gente joven y no tan joven con ganas de pasarlo bien.
Al SAlón del Manga iré seguro, porque aunque no compre nada es una fiesta en la que te lo pasas bien, hacen exposiciones de diferentes tipo y naturaleza, pases de películas, comida japonesa, cultura, gente disfrazada, karaoke, concursos, etc…
El Salón del Cómic de Barcelona con su «grandeza y fama» se ha vuelto seria, aburrida y predecible. Ya veremos si vuelvo a ir el año que viene.
Elokoyo, ni llegará, sobre todo porque se han puesto a decir que no hay espacio para que la gente vaya de cosplay y han dicho a última hora que no hay concurso, ni genérico ni especifico -sería un año cojonudo para hacer algo de Batman. Vale que mucha gente se ha quejado otros años de que eso era cada vez más parecido a un Salón del Manga, pero es que en todo el mundo, las más importantes mezclan la actividad de tiendas con otras actividades. Pagar 7 euros para mirar tiendas no te merece la pena, para eso te vas como bien has dicho al Fnac que es gratis.
Totalmente de acuerdo contigo Isabel, ha dejado de ser un evento divertido a ser un evento soporífero y sin imaginación.
Yo tampoco veo el problema de que el Salón del Cómic cogiera algo del «espiritú» de celebración del Salón del Manga. Y coincido contigo de que este año tratándose del 75 Aniversario de Batman podían haber hecho un concurso de disfrazes, de actividades, ambientar el Salón en Gotham City y la Batcueva, hacer algún tipo de promoción en los cómics de Batman o relacionado con él, pases de películas, de la serie de TV, etc…
Pero no, es un evento a la que se va en plan «serio y adulto», como si eso fuera incompatible con hacer cosas divertidas y promociones para atraer a más público. Los cómics son colores e imaginación. Aventuras y acción. Épica y majestuosidad. Y El Salón del Cómic de Barcelona hace tiempo que no tiene de esto.
Recuerdo aún las que se celebraban en L’Estació de França en las que eran más modestas en espacio y recursos, pero eran más ricas en acciones de promoción y diversión.
Y lo peor de todo es que parece que en vez de evolucionar, vamos para atrás.
Elokoyo: Totalmente de acuerdo contigo Isabel
Le das la razón para que no te acusen de machista y porque si hicieras uso de tu superioridad intelectual te acusarían de acorralar a una mujer indefensa.
Ocioso, totalmente de acuerdo contigo… a lo mejor al que quiero acorralar con mi intelecto es a tí… ¡ladrón, que me has robado el corazón! 😉
XD
Como nosotros somos hombres podemos debatir soltando barbaridades. Y entrar a matar.
Yo no, que soy delicada y me ofendo. Ahora me voy a llorar mientras como helado. O eso o me voy yendo a hacer pesas, como dulce flor de invernadero y a farmear en el Skyrim como toda una dama. Besis XD
Yo fui el jueves.
He de decir que para mi, uno de los alicientes de ir al salón es ir en busca de ofertas, saldos, tebeos rarunos, viejunos y demás. Y es algo absurdo, porque aquí en Barcelona no sólo tenemos el mercado de san Antonio los domingos, sino una nutrida red de librerías y lugares de mala muerte que lo ofrecen. Pero bueno; por el precio de 5 euros (yo tengo el carnet de las bibliotecas porque soy un tipo culto) pues se va a probar…
He de decir que, en ese sentido, para mí también fue decepcionante. No sólo ví que la zona de librerías de ese estilo era menor sino que las mismas tenían menos ofertas que en años anteriores. Sigue siendo un buen espacio, justo es decirlo, pero también es justo decir que no al nivel de antaño ni en cantidad ni en variedad de ofertas. Y lo cierto es que desconocía el motivo, y lo atribuí a la consabida crisis económica, del tipo que bastante hacían con ir tirando para encima gastarse un pastizal en el salón.
Pero leído el comentario del amigo Elokoyo y demás, veo la cosa con otros ojos; a fin de contentar a las grandes han obligado a las pequeñas a pasar por el aro. Y con ello hemos salido perjudicados nosotros los coleccionistas- lectores; tenemos menos ofertas, han venido menos librerías, las que han venido han contratado menos metros. Y con ello los que buscamos tebeos rarunos tenemos menos variedad.
No me parece justo; igual que las grandes venden de forma directa sin darle su parte al librero ni a la distribuidora, no veo porque han de restringir a los pobres libreros lo que a bien tengan a ofertar.
Por lo demás, yo también lo ví algo frío, y es cierto que no promueven temas disfraces y demás (creo que hubo un año, el dedicado a los muertos vivientes, que aún no fomentándolo era increíble la peña disfrazada que iba), pero vamos, yo es que voy a lo mío…
Pese a ello, pillé un almanaque del ddt del 59 por diez euros y algunos números de tótem…pero vamos, nada que no hubiera pillado en el mercat de san Antoni un domingo afortunado.
Spirit: aquí en Barcelona no sólo tenemos el mercado de san Antonio los domingos, sino una nutrida red de librerías y lugares de mala muerte que lo ofrecen
Que envidia. Que grandísima envidia.
Ocioso; pero a cambio no te sirven ningún tipo de tapa cuando pides una cerveza en un bar…no se puede tener todo!
Yo también me pasé ayer por el Saló y fue del todo decepcionante. Las ofertas brillaban por su ausencia y ver stands del corte inglés y Fnac con su 5% de descuento lo dice todo. Único aliciente que le veo, pues que algún autor te firme uno de sus tebeos como fue en mi caso que me lleve un dibujado de David Rubin en mi Beowulf (que compré hace tres meses). Fui al Saló a fundir la tarjeta y me gasté 33 euros!!! jaja!! En fin, por no llorar. Nada que no puedas comprar en la librería o pedir a la Sra. Amazon.
Oye Spirit, en Sant Antoni es todo «segunda mano» o se puede pillar algún saldo de librerías?
mathieu; pues muchos puestos tienen material en oferta de primera mano, especialmente librerías que pasado un tiempo no han vendido los ejemplares que se quedaron y que en vez de dejarlos criando polvo en el almacén prefieren ofertarlos. También hay segundas manos que no lo parecen de lo bien que están. Lo que más priva es segunda mano, es verdad, pero hay de todo en cantidad para todo el mundo. En todo caso, yo te recomiendo, si eres de Barcelona y aficionado al cómic o a la lectura en general, que te pases cualquier mañana de domingo con tiempo y dinero, porque es una verdadera maravilla el ver trillones de libros, tebeos, revistas, cromos y demás frikadas a granel…
Pues no soy de Barna pero ahora estoy trabajando allí y voy a quedarme algún finde para ir. Merci!!
O sea, que Sant Antoni es como era la plaza del mundillo en el Rastro madrileño antes de que se lo cargara Manzano.
La verdad es que las 4 veces que he ido a Madrid he ido al rastro, y aunque no tengo un histórico muy exacto para comparar lo cierto es que la primera vez que fui tengo la impresión de que había muchos más puestos de tebeos que la última, habiendo entre ambas una diferencia de unos diez años. La verdad es que todo se pierde…
Coincido con vosotros, este año muy decepcionante. Y ya van unos cuantos. El nuevo espacio no le sienta nada bien y la novedad del área de autores es una iniciativa de los mismos; q por un lado mola pero por otro da miedo no vaya a ser q acabemos como los americanos y tengamos q pagar hasta por la firma de nuestros autores.
Resumiendo: llevaba pasta para gastar y darme algún caprichito y acabe comprando el último de Hora de Aventuras para mis dos fieras. Eso si después fui a la impresionante nueva Gigamesh y me gaste 30€ en libros ☺️
El rastro se lo cargó Manzano? ? Hay que ver… la verdad es que iría a Bcn sólo por ver el mercado este de San Antoni y La Sagrada Familia, pero nunca me animo.