Prophecy

 

Editorial: Planeta Cómic.
Autor: Tetsuya Tsutsui
Formato: Rústica con sobrecubiertas. 224 páginas B/N.
Precio: 8.95€

 

Prophecy es un manga que ha salido un poco de la nada; un fenómeno, en realidad, bastante común en el mundo del manga: de repente, una obra que apenas se conoce por aquí acaba traducida al francés, al inglés, al italiano, al español; se anuncia un spin-off, una película de imagen real, un anime; se escriben novelas. Lo hemos visto con cómics tan punteros como Ataque a los titanes, que de la noche a la mañana dejó de ser solo un cómic para convertirse en un fenómeno complementa masivo. Prophecy, de Tetsuya Tsutsui, es el siguiente en la cola. ¿Por qué? Sin duda, no está al alcance de cualquier manga convertirse en algo así, de explotar y llegar a más de medio mundo, pero Prophecy está en ese proceso de conversión, el camino hacia el éxito total, uno que no todos consiguen completar. En este caso, debe su potencial comercial al gancho que tiene un tema tan vigente como la importancia de Internet en la opinión publica.

Prophecy va de terrorismo en la época de Internet, del populismo que se puede alcanzar a través de la red, de su importancia como nexo de unión entre millones de personas. Un enmascarado anuncia actos de venganza, tomará la justicia por su mano y actuará a favor de aquellos que fueron humillados por un capitalismo egoísta. A primera vista, sus actos son salvajes, crueles y despiadados, y el público considera al enmascarado un mero chiflado, pero poco a poco su público crece y la empatía que este siente por él incrementa: la necesidad de una justicia social que vaya de lado del trabajador, del desfavorecido; el encapuchado se vale de su poder social para poner al mundo de su lado.

Creo que hay tres roles muy importantes que analizar en el planteamiento del cómic: primero, el del justiciero; segundo, la policía, y por último, el pueblo. El primero es obvio, está mil veces visto y este cómic no añade mucho a lo ya visto: un hombre decide tomarse la justicia por su mano, y actúe bien o mal, según se mire, va a tener que enfrentarse a lo inevitable: la policía, que hará, como mera herramienta gubernamental, lo que ha de hacer: detener a aquel que se salta la ley. Sin duda, donde este manga acierta es en la incorporación de esa la opinión pública, y es inevitable que, en la época que vivimos, la supuesta época de la información, se ignore la importancia del pueblo. Prophecy va, en resumidas cuentas, de la importancia de las masas a la hora de impartir venganza.

Y aunque esta nueva revisitación del género de venganza podría haber sido de gran interés, el manga de Tsutsui se queda corto, tanto argumentalmente como a nivel técnico. Por un lado, gran parte de este primer tomo es introductorio y hay una gran cantidad de escenas en las que se presentan datos bastante obvios e innecesarios (la detención del pirata, por ejemplo) y, por otro lado, la narración es puramente textual, con lo que la lectura es pesada y hasta aburrida en algunas escenas. (Fijaos en esas largas conversaciones entre la detective y sus compañeros. Si leemos únicamente los diálogos sin prestar atención a los dibujos la escena es entiende perfectamente y se desarrolla con normalidad. Es, en mi opinión, un ejercicio de narración muy pobre que desaprovecha las posibilidades que le presta el formato). La historia tiene algunos buenos golpes, como el de la página 52, pero Tsutsui no profundiza en sus personajes y el retrato que ofrece de ellos es muy superficial y aburrido.

Veo una moraleja muy clara; veo que, y espero equivocarme, el manga acabará caminando por los derroteros de otras obras como Death Note, del fracaso de una utopía imposible; y aunque me equivocase, los actos terroristas del protagonista no son ni sutiles ni inteligentes, los policías son demasiado tontos y el resultado es un manga burdo y que tiene toda la pinta de conducirnos por un camino muchas veces transitado como para prestarle atención alguna.