Por fin, tras años de espera, ha llegado a nuestro país la cuarta y última entrega de Prophet, la saga apocalíptica iniciada en el año 2000 por el guionista
En el mundo de la bande dessinee es habitual que pase bastante tiempo entre la aparición de los álbumes de una serie. La forma de trabajo en el mercado francés y la meticulosidad de algunos artistas hace que se dedica bastante más tiempo a un álbum de BD que no ha comic USA, por poner un ejemplo. A pesar de esto, que pasen nueve años entre dos álbumes de una serie no es habitual y las razones para ello en este caso pueden ser variadas. Entrando en el terreno de la especulación, podríamos atribuir el retraso al abandono de la serie por parte de Xavier Dorison dejando a Lauffray las labores de guionista. También se podría justificar como un parón que aprovecharon los artistas para realizar conjuntamente otra serie de género bien diferente como fue Long John Silver cuyos cuatro números aparecieron entre el 2007 y el 2013. Otra posible explicación del retraso podría ser que Lauffray no sabía cómo acabar la historia después de las vueltas que le habían dado al argumento en los álbumes anteriores y que era difícil encontrar una justificación que diera sentido a todo lo que se había planteado hasta el momento en la historia. Quizás la auténtica razón sea una combinación de las anteriores, pero a la vista del resultado final, se puede decir que, a veces, una larga espera no merece la pena.
Haciendo resumen de lo narrado en los tomos anteriores, nos encontramos con Jack Stanton, un arqueólogo joven que realiza un descubrimiento en las cumbres del Himalaya que puede cambiar para siempre la perspectiva que se tiene de la historia de la humanidad. Pero justo cuando va a hacer públicos sus descubrimientos un fanático religioso intenta asesinarle y esa misma noche el apocalipsis se desata en la ciudad de Nueva York y Jack acaba transportado a un misterioso mundo poblado por criaturas de aspecto infernal. Sólo y sin recursos, vagará por este mundo terrible hasta descubrir que realmente no ha dejado la ciudad de Nueva York sino que se ha desplazado varios años al futuro. A punto de ser cazado por un demonio, Jack será salvado por un grupo de personas, los últimos supervivientes de la raza humana, que han mutado y ahora poseen poderes similares a los de los demonios contra los que luchan. Estos humanos tomarán a Jack como el profeta anunciado cuyo destino es localizar al mesías que derrotará a los demonios y salvará la raza humana. A pesar de sus reticencias iniciales, Jack aceptará su condición de profeta aunque muy pocos de los humanos supervivientes aceptarán seguirle hasta el centro de Manhattan, corazón del reino de los demonios y lugar donde supuestamente encontrarán el Mesías. El viaje al centro de la ciudad estará lleno de peligros y el grupo de Jack estará a punto de sucumbir ante el ataque de los demonios más poderosos pero todo parece cambiar cuando Jack libera todo el poder que hasta el momento había estado reprimiendo.
El presente álbum comienza con un flashback en el que se dan más detalles sobre el día en el que los demonios irrumpieron en Nueva York e inmediatamente después nos lleva hasta el futuro donde Jack ha liberado su poder y ha conseguido retrasar el ataque de los demonios pero el peligro continúa y la lucha definitiva se desarrollará en la mente de Jack, donde ha residido el auténtico poder para cambiar el mundo desde el momento en que Jack entró en la ruinas del Himalaya e inició la cadena de acontecimientos que amenazan con destruir el mundo. Una lucha contra si mismo que determinará el destino de la humanidad.
A nivel de guion, la serie había pecado desde sus inicios de un desarrollo demasiado vago y con una acción a la que le costaba arrancar. Los autores iban mostrando conceptos interesantes y llamativos pero no los justificaban o simplemente quedaban como un elemento visual con el que explotar el impactante dibujo de Lauffray. Cada álbum iba añadiendo nuevos elementos que daban giros inesperados en el guion y hacían avanzar la trama a trompicones alternando brillantes escenas de acción con diálogos que no parecían llevar a ninguna parte. En el tercer tomo, la historia pareció concretarse y la acción alcanzó los mejores momentos de toda la serie pero en este último tomo
Donde no defrauda la obra es en el apartado gráfico y eso que en esta ocasión
Este cuarto tomo cierra una saga de BD que prometía más de lo que finalmente ha dado, quedando en un ejercicio más estético que otra cosa en la que destaca por encima de todo el arte de su dibujante,
Hablando desde el desconocimiento de no haber leido lo anterior. Por lo visto en este articulo, a mi parecer la «inspiracion» en el manga/anime Devilman es mas que evidente. El dibujo como siempre espectacular.
(Siento la falta de acentos, movil)
Ya era hora…..No pensaba leer el final de esta obra por estos lares.
Y si Norma edita el último número del primer ciclo de Leyenda puede que vuelva a confiar en ellos 🙂
Buena reseña.