Guión: Darryl Cunningham
Dibujo: Darryl Cunningham
Edición España: Léeme Libros (2014)
Contiene: Science Tales. Lies, Hoaxes and Scams UK (Myriad Editions, 2012)
Formato: Libro tapa dura de 208 páginas
Precio: 17,90€
La ciencia suele asociarse con razón a conceptos como el conocimiento y la lógica, al progreso y la evolución. Es el mejor medio que tenemos para analizar y comprender nuestra realidad frente la superstición, la ignorancia y el inmovilismo y fundamentalismo de ciertas creencias y religiones. Las aportaciones realizadas por la ciencia a lo largo de la historia a nuestro concepto de la civilización han sido básicas y decisivas y han condicionada cualquier aspecto de nuestras vidas en el que podamos pensar, desde los más tangibles y materiales a los puramente metafísicos y filosóficos. Pero el ser humano no siempre ha aceptado esto de manera fácil, el famoso físico alemán Albert Einstein era consciente como «el hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir» y el científico y popular escritor ruso de ciencia ficción Isaac Asimov llegó a declarar con resignación como «la ciencia gana en conocimiento más rápidamente que la sociedad en sabiduría». La ciencia tiene un lado oscuro, como comentábamos el otro día a propósito de Nowhere Men de Eric Stephenson, Nate Bellegarde y Jordi Bellaire, mal empleada puede servir para cometer atrocidades y en manos interesadas puede convertirse en una auténtica religión basada en hipótesis falsas. Este es el interesante y polémico tema al que se acerca el autor británico Darryl Cunningham en Pseudociencia. Mentiras, fraudes y otros timos.
Esta propuesta sigue la línea de otros libros suyos de corte divulgativo como Psychiatric Tales o el más reciente Supercrash. How to Hijack the Global Economy que recopilan su trabajo en internet y en el mundo del webcómic que ha explorado en su blog Darryl Cunningham Investigates. El éxito de sus historias en Reino Unido y Estados Unidos y el reconocimiento a su trabajo que le ha llevado a ser finalista al Mejor Libro en los British Comic Awards en 2012, ha llamado suficientemente la atención para que la editorial Léeme Libros haya decidido arriesgarse a publicar en una edición muy cuidada la presente Pseudociencia. Mentiras, fraudes y otros timos con prólogo de Luis Alfonso Gámez en el que describe a su autor como «un escéptico honrado» que no elude el conflicto y se permite dudar de todo. Esto le permite abordar cuestiones como la terapia electroconvulsiva, la homeopatía, la quiropraxis, el fracking o el cambio climático intentando desmentir mitos y leyendas urbanas y siendo muy crítico con las falsas verdades extendidas por los medios de comunicación. Esto lo hace de manera amena, accesible y siempre rigurosa utilizando datos y, en otras ocasiones, apelando al simple sentido común y la lógica.
En el discurso de Darryl Cunningham no hay ninguna imposición, en los temas que trata expone la cuestión de forma limpia y clara y cuando no existen pruebas irrefutables para desmontar una idea o teoría deja abierta la puerta para que el lector se forme su propia opinión. Para no distraernos de las cuestiones fundamentales la obra se sirve de un dibujo de mínimos, prácticamente esquemático, en la que también suele insertar recortes fotográficos convenientemente retocados, utilizándolos como material para una exposición propia de la escuela Scott McCloud -no por casualidad su nombre aparece en los agradecimientos finales del libro- aunque sin su narrativa y voluntad de jugar y trascender el medio. La intención de Darryl Cunningham en Pseudociencia solo busca realizar un ejercicio divulgativo, la ciencia es la protagonista y la viñeta el recurso, o la excusa, para llegar a esa finalidad por lo que resulta difícil valorar este trabajo con los parámetros clásicos que utilizaríamos para hacerlo con cualquier otra obra o publicación. Porque no es la pretensión ni el objetivo de Darryl Cunningham contarnos una historia o relato sino adaptar el artículo científico al arte secuencial y utilizarlo como medio de difusión y aprendizaje para llegar así de manera más fácil y natural a su potencial audiencia.
El anhelo final de Darryl Cunningham pasa por intentar despertar nuestro espíritu critico, nuestra curiosidad por mundo que nos rodea y, por supuesto, la ciencia, porque, en sus propias palabras, «no es necesario creer en la fantasía para darse cuenta de todo lo extraordinario que hay en nuestro mundo, para percibir que la realidad nos ofrece un increíble número de cosas auténticamente fantásticas». Ese empeño le lleva a intentar despejar cualquier tipo de duda sobre temas como la oposición a las vacunas o la negación de la evolución e incluso dedica un capítulo a desmontar la teoría de la conspiración y las leyendas urbanas sobre la llegada del hombre a la Luna. En estas cuestiones donde se muestra más duro su autor pues los considera hechos que no deberían sostener discusión a estas alturas y, por ello, se muestra bastante beligerante con la actitud de los medios de comunicación que se empeñan en alimentar su sensacionalismo trasladando a su público hipótesis no contrastadas para fomentar un debate que realmente no debería existir. En definitiva, Darryl Cunningham nos transmite su pasión por la ciencia, por el conocimiento y su inquietud por la investigación científica, y lo consigue de forma humilde y sin intentar sentar cátedra, dejándonos nuestro espacio para lidiar con nuestras propias ideas.
Review Overview
Guión y argumento - 7
Apartado gráfico - 5
Interés - 8
6.7
Valoración Global
El trabajo de Darryl Cunningham en Pseudociencia va destinados a aquellas personas con espíritu critico e interesados por la ciencia a un nivel amateur. Estos descubrirán una obra amena, prevacida y rigurosa con la que siempre podremos aprender algo nuevo.
Interesante. Confieso que de un tiempo a esta parte me voy volviendo cada vez más intolerante con el tipo de cosas que critica este libro: anti vaxxers, homeópatas, defensores de las teorías conspiratorias varias…
Habrá que echarle un ojo.
Siempre puedes echar un vistazo al trabajo online de Darryl Cunningham por si te convence o no, Ultrón. Y también hay que tener en cuenta que es posible que no lo encuentres en las tiendas de cómics, yo al menos me lo tuve que comprar en FNAC.