Si nos pusiéramos a enumerar editoriales de cómics que hayan centrado su producción en los cómics de creación propia en los Estados Unidos tendríamos una lista demasiado larga como para incluir a todas las editoriales relevantes. Entre editoriales, sellos, subsellos y aventuras en solitario podemos encontrar ejemplos de todo tipo. Podríamos retrotaernos a finales de los años ochenta, donde en Canada uno de los padres del cómic propio,
Esta nueva editorial ha comenzado con la publicación de siete nuevas series en su primer trimestre de vida, con autores de primera fila, dibujantes contrastados e ideas y planteamientos diversos e interesantes. Para analizar como es debido esta nueva editorial, hemos querido ponernos en contacto con todos los autores de AfterShock Comics. A continuación, os ofrecemos las entrevistas con los autores (además del editor jefe Mike Marts), biografías de sus carreras y las reseñas de los primeros de las series AfterShocks. Las series son:
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Dreaming Eagles, de Garth Ennis, con dibujo de Simon Coleby.
American Monster, de Brian Azzarello, con dibujo de Juan Doe.
Superzero, de Amanda Conner y Jimmy Palmiotti, con dibujo de Rafael de Latorre.
Replica, de Paul Jenkins, con dibujo de Andy Clarke.
Strayer, de Justin Jordan, con dibujo de Juan Gedeon.
Insexts, de Marguerite Bennett, con dibujo de Ariela Kristantina.
Second Sight, de David Hine con dibujo Alberto Pontincelli.
Durante el primer trimestre del año pasado, saltaba la noticia de que
En DC Comics, con todo un horizonte de nuevas oportunidades gracias a el por entonces último reboot, su primera misión fue editar el Batman de Grant Morrison (que tiene mérito…) y con Paul Dini en Detective Comics. Retrasos, cabeceras nostálgicas (Confindencial), La Le Legion de Superhéroes de Mark Waid y Jim Shooter y algunas cosillas en Cuenta Atrás a la Crisi Final con La Muerte de los Nuevos Dioses fueron algunas de sus producciones. Mientras Morrison tejía la Resurrección de R’ash Al Ghul, Batman R.I.P, la Crisis Final y La Batalla Por la Capucha, además de las posteriores Batman y Robin y Batman Incorporated,
Tras su salida de Marvel,
M.M.: Jejeje, sí, de momento no hay crossovers, no. Mis funciones como editor en jefe son muy similiares a lo que hacía en Marvel o DC, pero ahora a mayor escala. En esas editoriales era el responsable de una line específica de cómics, ya fuera Batman o X-Men. En AfterShock, soy el responsable de toda la línea de pulblicación de la editorial, trabajando como editor de guiones, reclutador de talento, enlace con los autores, editor artístico, representante editorial y muchas más cosas. Quizá sea demasiado para una sola persona, pero no me gustaría estar haciendo una cosa distinta en mi vida a lo que estoy haciendo. Es donde más cómodo estoy y donde mejor me lo paso.
M.M: Uno de los pilares de AftersShock es la calidad. Nuestrro objetivo es que los lectores y los distribuidores de la industria equiparen la marca de AfterShock a comics de calidad, tanto en cuanto a las historias que se publican como a los autores involucrados. Nuestra creencia es que ese va a ser el elemento diferenciador y la razón de comprar nuestros comics en una industria que cada día va a más.
M.M.: Estoy encantado de todos los autores que se han involucrado con AfterShock este primer año. Nosotros hemos reclutado a algunos de ellos, pero otros han venido por recomendación de algunos de nuestros amigos y también los hay que se han subido a bordo ellos solos. Uno de los primeros en venir fue
M.M.: Cualquier cosa es posible, pero por el momento la mayoría de nuestros guionistas en AfterShock son nombres de peso en la industria. Ese es nuestro objetivo. Reunir a los mejores para contar las mejores historias dentro de nuestra línea editorial. Y hasta el momento, las mejores ideas han venido de aquellos autores más experimentados y populares.
M.M.: Lo mejor de trabajar con artistas es que cada vez que te despistas un poco, hay un nuevo gran artista en la industria, algún dibujante que ha subido como la espuma y es el favorito de la industria. Reclutar al arsenal artístico de AfterShock ha sido un proceso muy divertido. Algunos dibujantes como Andy Clarke era gente experimentada con la que ya había trabajado durante años. Otros como Ariela Kristantina o Rafael de Latorre son jóvenes brillantes al comienzo de su carrera. La diversidad de nuestros dibujantes en estilo y experiencia es otra de las razones por las que nuestra editorial sobresale. Todo depende de la calidad de la artesanía.
M.M.: El número de series regulares no es algo que nos preocupe en excesivo. Estamos más preocupados en encontrar un sitio en el mercado y posicionarnos entre los lectores y los distribuidores. Todo ello creando series de calidad para satisfacer el apetito de los lectores a la vez que hacernos un nombre en la industria.
M.M.: Cada uno de los títulos sorprenderá a los lectores de una manera distinta. Los que lean ‘Replica’, quedarán sorprendidos por la gran cantidad de humor que ha vertido en esta serie
Lo que inicialmente parece un cúmulo de historias sueltas conectadas solo por la figura del Agente Graves, “100 Balas” acabará siendo una grandísima obra que mezcla el género negro con acción y conspiraciones urdidas por una serie de poderosas familias. La trama está llena de giros y personajes muy carismáticos, con un gran final que llega en el número 100, diez años después de su inicio. Junto a Eduardo Risso, volverá al universo de 100 Balas para contarlos lo que le pasa después a uno de sus personajes más importantes, en una miniserie de ocho números editada también por Vertigo bajo el título “Hermano Lono”. De sus otros trabajos para este sello destacan su Western “Loveless”, de 2006 a 2008, que mantiene una linea similar a la que venía mostrando, “Spaceman”, serie de nueve números en el que cambia de registro para pasar a la ciencia-ficción, y su polémico trabajo en una de las grandes series de Vertigo “Hellblazer”, por donde pasaron algunos de los mejores autores del sello. Azzarello se encarga de los números 146 a 174 moviendo a John Constantine a Estados Unidos donde le llevará a lugares algo diferentes de los que había estado, empezando por una prisión. La serie tuvo tantas críticas positivas como negativas. Llama la atención que
No tan afortunados fueron sus trabajos para otro sello de DC, Wildstorm, donde se ocupa del personaje de Deathblow en dos ocasiones, una serie de especiales en el que se encontraba con Batman y un tercer volumen de su propia serie de 2006 a 2008. Pero
Más recientemente, de 2011 a 2014, se ocupa de Wonder Woman en el famoso reboot producido por la editorial, con muy buena respuesta tanto del publico como de la crítica. Entre medias, en 2012, la editorial le confía dos miniseries de la criticada y quizás no muy necesaria precuela de Watchmen, ocupándose de los personajes de Rorschach y El Comediante. Su trabajo para otras editoriales será poco y menor, destacando en Marvel con una miniserie dedicada a Hulk llamada “Banner” y otra, más en su línea callejera/noir, sobre el personaje de Luke Cage. Actualmente sigue en DC cómics guionizando junto a Frank Miller la tercera parte de su caballero oscuro de mediana edad en “The Dark Knight III: The Master Race”.
De vez en cuando, a lo largo y ancho de la cultura popular actual, uno se encuentra algunas de esas escenas que le marcan para siempre por su brutalidad. Quién no recuerda cierto incidente con una bañera en el apogeo de Breaking Bad. Ese podría ser el mejor ejemplo, pero no el único, ya que nunca sabes donde el peligro (e indirectamente las carcajadas con la mandibula en el suelo) pueden estar esperándote. Incluso en una oficina de los años noventa alguien puede perder un pie a causa de, yo que sé, un cortador de césped marca John Deere. Pues bien, Brian Azzarello, con toda la libertad que te concede ser el dueño único de tu creación, nos ofrece en el primer número de American Monster una escena de esas que tardaré en olvidar, por su crueldad. Dos sillas, dos máscaras y dos pistolas. No hace falta nada más. American Monster es la obra más parecida, dentro de lo que cabe, a 100 Balas que os podréis encontrar en mucho tiempo por parte del guionista de Wonder Woman y Dark Knight: The Master Race. Incluso un Juan Doe, a medio camino de Mike DelMundo y el propio Eduardo Risso, nos retrotae a la centenaria saga, siendo esta la primera comparativa de muchas que están por venir entre el antiguo sello Vértigo y la nueva AfterShock. Esta obra nos recuerda que el mundo en el que vivimos no es un mundo muy agradable, y que nunca lo fue. Un primer número introductorio, desde un pequeño pueblo americano, que establece un ritmo agradable y plantea algunas preguntas que darán que hablar durante los próximos números. No es todo lo cohesiva que uno desearía (100 Balas #1 tampoco lo era, siendo sinceros, y el arranque de la serie se hacía un poco durillo) y en la que Azzarello tendrá que trabajar todavía para conseguir hacernos empatizar con los personajes. Habrá que estar atentos para ver dónde nos lleva.
Se puede enmarcar a
Su trabajo en Estados Unidos comienza en 1991 para DC cómics con una serie que dos años después pasará a formar parte del subsello Vertigo: “Hellblazer”, esta parte de la editorial está enfocada a primar la calidad y el cómic “de autor” frente a las decisiones editoriales que los gigantes de la industria venían tomando, su estancia en ella, de 43 números, será recordada como una de las mejores épocas de John Constantine. Aun así no dejará de lado su trabajo para la DC “superheroica” donde crea a Hitman, otro personaje por el que será conocido, en un anual de la serie The Demon, para conseguirle una serie propia que durará la friolera de 61 números. Pero sin duda la obra que le convertirá en uno de los más prestigiosos guionistas de los años noventa será “Predicador”, donde se cuenta la historia de un reverendo con un inusual poder (la voluntad de Dios mediante la palabra) que le permite obligar a las personas a cumplir sus deseos lo cual le lleva a obsesionarse con buscar para “ajustar cuentas” a una deidad demasiado desvinculada de la realidad, todo ello aderezado con grandes dosis de humor y violencia, sin perder el tono de su discurso crítico con la religiosidad, así como una multitud de tabús, que oculta en su interior una gran historia de amor. La serie, estructurada con una numeración fija (y un final ya elaborado) es acompañada por “Especiales”, donde se ahonda en algunos de los personajes secundarios. Junto a su gran obra también encontramos otras menores, en numeración, pero que mantienen los elementos antes mencionados que le caracterizan, entre las que destacan Bloody Mary (1995-96), Diosa (1995) o su trabajo con El Soldado Desconocido (1997) para la misma editorial.
Hay que saltar a los años 2000 y 2001 para descubrir lo bien que se le da contar historias bélicas y su amor por este género, primero con “Las aventuras de la Brigada de los Fusileros” en clave de humor y luego con sus “War Stories” con una perspectiva más histórica y realista, ambas también editados por Vertigo. Será en está misma época cuando empiece a trabajar para Marvel con un personaje que parece haber nacido para él: Punisher, famoso especialmente por su versión “MAX” y al cual ya había tratado en 1995 con su “Punisher Kills the Marvel Universe”. Sus historias para el personaje se extienden hasta el 2008, pero no es el único con el que se atreve en Marvel, le tocará el turno de pasar por su pluma a Thor, Nick Furia en la línea MAX o Hulk, con un muy buen trabajo en dos miniseries del Motorista Fantasma y, más recientemente, en “Where Monsters Dwell”, uno de los cruces con el actual evento Marvel Secret Wars.
Su trabajo con DC también pasaría por Wildstorm, el estudio que fuera una parte de Image Comics. En él comenzó vinculado a The Authority, con un par de series cortas sobre Kev y seis números de Midnighter, para empezar en el 2006 su otra gran obra bajo el título de “The Boys”, cuando parecía que “Predicador” era lo más grande que iba a hacer “The Boys” se alza como digna sucesora, tomando muchos de esos elementos que le hacen único y aplicándolos esta vez al mundo de los superhéroes. Ciertas desavenencias con la editorial debido a la temática aquí tratada le hacen llevarse su serie a la editorial Dynamite donde acaba en su número 72 (más algunos especiales). Con todo ello,
Es bien conocido que Garth Ennis acaba de salir de Marvel por la puerta pequeña (con lo importante que fue este hombre en su día para la editorial de Joe Quesada) tras haber concluido con una miniserie satélite (de órbita lejana) a las Secret Wars de Hickman, con el Águila Fantasma de protagonista entre dinosaurios, enanos y mujeres de armas tomar (y miembros masculinos decapitar). Allí ha hecho y deshecho a su antojo con el destino del piloto marvelita… pero quizás tenía muchas más ideas que contar, porque sus Dreaming Eagles también está protagonizada por pilotos de avionetas de la Segunda Guerra Mundial. ¿La diferencia? Toda. Aquí no tenemos una aventura desbordante de adrenalina, sino una reflexiva clase política e histórica sobre los pilotos negros en el ejército norteamericano durante los años cuarenta. Y es que si bien era Hitler el que ponía el grito en el cielo por la presencia de los negros, esa raza inferior a su entender, al otro lado del charco los soldados negros no recibían un mejor trato por parte de los mandamases del ejercito yankie. Les consideraban de peores reflejos e inferiores en todo a sus compañeros blancos. Con esta premisa y una historia contada en base de flashbacks, Garth Ennis (y su compañero de aventuras Simon Coleby) nos hacen disfrutar y reflexionar en una historia bien cerrada y una relación paterno-filial construida en base a ausencias y recuerdos rotos. La mejor serie de AfterShock hasta el momento.
G.E.: Para mí la Segunda Guerra Mundial es un periodo histórico por varias razones. Primero, las apuestas estaban por todo lo alto, con la Democracia, el Comunismo y el Fascismo encerrados en una batalla a muerte y redefiniendo el mundo que vendría a continuación. Segundo, estoy particularmente interesado del “hardware” de la época, sobre todo en términos de aviación. Por último, y esto se aplica a todas las guerras que ha habido, encuentro que las experiencias vitales que surgen de una experiencia en la que estás pendiente de un hilo absolutamente fascinante, mucho más que cualquier historia de ficción. En cuanto a Dreaming Eagles en particular, lo que encuentro más llamativo sobre la historia de Tuskegee es que a la gente negra le daban la oportunidad de luchar, matar y morir por su país… pero se trata de un país que no había sido amables con ellos precisamente.
G.E.: Joe Pruett se puso en contacto conmigo. Conozco a Joe desde hace mucho tiempo y me fio de su criterio en lo que respecta a cosas como estas. Y, por supuesto, porque AfterShock me dejó hacer lo que quisiera. El hecho de que
G.E.: Aquella serie salió muy rápido. El editor Nick Lowe me sugirió retomar el personaje de las miniseries de Phantom Eagle que hice en su día con Howard Chaykin y ambientarla en un “mundo perdido” con dinosaurios y demás. Pensé que era una idea divertida y estaba de humor para ella en ese momento. Sabía que habría algunas restricciones a la hora de escribir pero no me suponía ningún problema en ese momento, dado que iba a ser una miniserie de cinco números. De hecho, estoy bastante sorprendido con muchas de las cosas que sí me dejaron hacer. Mi única queja sería que yo escribí una historia titulada “El Águila Fantasma Vuela los cielos salvajes” y acabó siendo publicada como “Donde acechan los monstruos”, algo que ni siquiera me consultaron. No es un gran drama, pero es el típico detalle que hace que no quieras trabajar nunca más para el mercado mainstream.
G.E.: Básicamente porque es el mejor dibujando aviones. La verdad es que trabajé con él hace veinticinco años, en mi sangrienta (y lamentable) etapa en Juez Dredd. Es uno de esos artistas de aquella etapa a los que les debo un guión mucho mejor. Espero que este lo sea.
El final del siglo le sienta muy bien al autor, se mueve a Marvel en el 98 para dedicarse a series menores, pero su trabajo en el relanzamiento de los “Inhumanos” un año después, bajo el sello “Marvel Knights” y con el estupendo Jae Lee a los lápices, le valdrá para ganarse un Eisner, sentando las bases para una prometedora carrera. Primero escribe 21 números en Hulk y luego se pasa más de tres años con la colección “Peter Parker: Spiderman” y otros tres con “Spectacular Spiderman”, encargándose de algunos de los más importantes personajes de la editorial, pero si algo llama la atención en esos años es una excelente obra llamada “Sentry”, en el que presenta a un nuevo personaje, con ese mismo nombre, trastocando las bases del universo Marvel y jugando de forma muy eficaz con los conceptos de realidad y ficción. La miniserie inicial de cinco números será continuada por él mismo con una serie de especiales en los que muestra su relación con otros personajes de mismo universo y en 2005, tras la recuperación del personaje por parte de Brian Michael Bendis para sus Nuevos Vengadores, Jenkins realiza otra serie de ocho números, esta vez con John Romita Jr.. Aunque su parte más conocida a día de hoy será por la polémica serie “Origin” en la que se atreve, junto a otros autores, a narrar el misterioso origen de uno de los personajes más importantes de la editorial, Lobezno, evidentemente algo tan importante y que se llevaba cociendo desde hace mucho, sobretodo en la mente de los lectores, iba suscitar todo tipo de críticas. Con el mismo personaje haría la serie “The End”, en una maniobra que la editorial venía usando con varias de sus colecciones para contar como podría ser un hipotético final de sus diferentes personajes, pero sin alcanzar mucha repercusión.
La presencia de
Hace un par de años entrevistábamos a Paul Jenkins en el Salón del Cómic de Barcelona, y en una de las preguntas sobre Deathmatch (aquí publicada por Aleta), nos comentaba que en este trabajo de encargo por parte de Boom! al rebufo del éxito de Los Juegos del Hambre y las películas de superhéroes no encontró ninguna dificultad en crear de la nada tropecientos personajes con poderes (todos ellos, en su mayoría, un tanto bidimensionales). Pues bien, aquí Paul Jenkins explota esa facilidad creativa para presentarnos a un cruce entre John Constantine y Star-Lord con un séquito de clones, el cada cual explota una faceta de su personalidad. Aunque esto no ocurre en el primer número, más de exposición, con las aventuras policiales de nuestro protagonista en un nexo de razas (y problemas) intergalácticos, en cuanto los clones hacen acto de aparición la serie crece en sus dosis de humor y, por tanto, disfrutabilidad. Se nota que Paul Jenkins, una de las figuras claves de AfterShock (ya veréis lo que está preparando…), está disfrutando enormemente de esta serie, la cual es dibujada por un Andy Clakre que canaliza su “Gary Frank” interior para deleite de todos nosotros.
Ahora bien. El pobre Trevor hace lo mejor para mantener la paz en The Transfer pero tiene unos compañeros de trabajo que no están a la altura y cada uno va por su lado. Es un completo caos. Hasta que un día Trevor toma la decisión (muy rápida, por cierto) de clonarse a sí mismo para tener a alguien que le ayude con el papeleo. Pero el proceso de clonación va mal… y acaba teniendo cincuenta clones de sí mismo en lugar de uno. En el momento en el que los clones toman vida, cada uno de ellos potencia un aspecto de la personalidad de Trevor y se queda con él… queriendo ser un individuo propio. Uno es un egoísta, otro es super-organizado, otro un idiota, uno es gay, etc.
P.J.: Pues sí, creo que sí que se parece en algo, al final es una combinación de su personalidad de anti-héroe y el hecho de que vista una gabardina larga. Debería decir que el personaje es una mezcla entre Constantine, Rick Deckard (de Blade Runner) y la personalidad de Michael Keaton en Multiplicity. Si hablamos de actores… Debería ser alguien con facilidad para la comedia y aunque quizás esto no sea obvio para más de uno, yo creo que el candidato más acertado sería Brad Bitt. Es el tio perfecto para esto. Ha hecho papeles desternillantes muchas veces, como en Doce Monos o como Pikey en Snatch. Es él.
P.J.: Conozco a Joe Pruett, uno de los jefes de AfterShock, desde hace muchos años. Es un tipo estupendo que ha hecho muchas cosas buenas en la industria estos años. Ambos vivimos en Atlanta y he estado al tanto de esta nueva editorial desde ya hace bastante tiempo. Así que os puedo garantizar, a todos los lectores, que la calidad de los autores involucrados y su implicación para sacar adelante historias de calidad es algo que se está trabajando desde hace tiempo. De todas las editoriales con las que he trabajado, AfterShock es la que más posibilidades tiene de cambiar el curso de la historia. Todos sus socios están metidos en la industria del entretenimiento, han contratado a un editor experimentado como
P.J.: Andy fue elección de
En Marvel participó en títulos menores como Suburban Jersey Ninja She-Devils, un one-shot con Steve Gerber, o Barbie, el cómic basado en la licencia de la famosa muñeca de Mattel. También trabajó para Archie Comics, concretamente en la adaptación a las viñetas del videojuego de NES The Adventures of Bayou Billy. Durante esta época trabajó con el artista y editor de Marvel
En 1997 se encargó de ilustrar el crossover Painkiller Jane vs. The Darkness para Event Comics. Según ella misma, fue trabajando en ese proyecto donde encontró al fin su nicho dentro de la industria, al darse cuenta de que su estilo podía conjugar el material más oscuro con el humor negro que le gustaba. Más tarde retomó al personaje en Painkiller Jane #0, donde se revisaba su origen. Entre sus primeros trabajos para DC destacan la serie de espionaje Codename: Knockout y Birds of Prey. Posteriormente se encargó del arte de JSA Classified #1-4, en donde se abordó el siempre complicado tema del origen de Power Girl. Esta historia daría pie a una serie regular del personaje, de nuevo dibujada por Conner y con guiones de Jimmy y Justin Gray. La serie se extendió un total de doce números, momento en el que la dibujante tuvo que atender a otros compromisos.
También para DC se encargó de la historia de Supergirl para la antología Wednesday Comics y una historia escrita y dibujada por ella misma para Wonder Woman #600 en el que se producía un team-up entre la amazona y Power Girl. Más recientemente participó en Before Watchmen, encargándose del arte y co-guionizando junto a Darwyn Cooke la miniserie Silk Spectre. Desde 2013 se encarga junto a
En la mente de cualquier lector que lleve tiempo en este medio, el nombre de
Lo primero que publican en su editorial es un personaje de creación propia llamado “Ash”, un bombero convertido en superhéroe al adquirir poderes que le dan la capacidad de modificar y manejar el fuego, pudiendo crear armas con él. Ash llegaría a tener cuatro miniseries así como diversos cruces con otros personajes, lanzándose su último número en el año 1999. Varias series son publicadas en este mismo lapso de tiempo pero la que llega a adquirir más relevancia y que más números consigue es Painkiller Jane, originalmente creada en la serie “22 Brides”, llega a tener solo una miniserie de seis números bajo esta editorial, pero el número de one-shots en los que se cruza con personajes de diversas editoriales es muy elevado. Tras el cierre de Event Comics en 1999, Painkiller Jane continuará sus andanzas en la editorial Dynamite siete años después. El personaje llegó a tener película propia lanzada directamente para televisión, en la cual participaron ambos autores, e incluso una serie de televisión en Sci Fi Channel de 22 episodios. Por Event Comics pasaron autores de renombre como George Pérez, Humberto Ramos,
La paralización del trabajo de esta editorial en 1999 que desembocaría en su cierre viene dado por una petición de Marvel a ambos autores para lanzar una línea que posteriormente sería más que conocida, la llamada “Marvel Knights”, ambos entrarían como editores de la línea y Quesada además pasa a ser dibujante de Daredevil acompañado por Palmiotti a las tintas como viene siendo habitual. Pero será en esta época cuando
Tras el famoso reboot de la editorial en el 2011, Palmiotti y Jordan trabajan en series limitadas, G.I. Combat o Human Bomb, aunque el grueso de sus historias se encuentra de nuevo en el personaje de Jonah Hex, esta vez bajo el título “All Star Western”, en el que se quedarían hasta su cancelación en el número 34. En la actualidad
Con Superzero, la última obra de los omnipresentes Amanda Conner y Jimmy Palmiotti, debemos tener mucha precaución antes de ponerla por las nubes, porque tampoco descartaría que estemos ante el próximo Kick-Ass. Las similitudes con la obra de Mark Millar y John Romita Jr. no acaban con el hecho de que esté basada en nuestro mundo real y las referencias de superhéroes desfilen por la serie a la orden del día en torno a una protagonista fácilmente impresionable por el noveno arte. Con un excelente dibujo de Rafael de Latorre y quizás una sobreexposición en lo que se refiere a los diálogos, Conner y Palmiotti construyen enseguida a Dru Dragowski y hacen que empaticemos con ella (aunque a veces tengamos que cerrar los ojos ante lo que está por llegar). Si el cliffhanger del segundo número no es un aviso de que lo que está por llegar nos va a gustar mucho (ya veo adaptaciones cinematográficas a la vista…), es que estoy muy equivocado. Humor, acción y pasajes mentales de lo más divertidos intercalados con una espiral de locura adolescente de lo más divertida. No es la mejor serie de AfterShock en el arranque (ese lugar le corresponde a Dreaming Eagles) pero tiene todo el potencial para serlo a corto plazo.
A.C.: Es una chavala extremadamente inteligente y curiosa de 19 años que piensa que el mundo alrededor suyo le está enviando señales a ella de forma exclusiva, y eso es lo que intenta explorar. Dru mira a la cultura pop, los cómics, videojuegos y películas como si dentro de ellos hubiera un mensaje que debe decodificar para convertirse en una superheroina. Esto le ocupa la práctica totalidad de su vida y está completamente dedicada a ello. A causa de esta obsesión, sus notas y su vida escolar han sufrido y ha repetido varios cursos, siendo ahora la mayor de todas las estudiantes de su escuela, lo cual la convierte un poco en una excluida social, lo cual sirve para que de alguna manera podamos empatizar con ella.
A.C.: Bueno, cada uno de esos personajes tiene su propio espacio para expandirse y no se parecen en nada uno a otro, lo cual siempre convierte guionizarles en un verdadero reto. Con Dru, hay que tener en cuenta que ella es completamente diferente ya que es una adolescente y no vive en un verdadero mundo de superhéroes. La serie está basada en el mundo real, y lo mismo ocurre con las localizaciones y los hechos. Dru está buscando algo que es más grande que ella misma mientras que el resto de personajes que he escrito lo que hacen es adaptarse a sus situaciones.
A.C.: Simplemente ellos se pusieron en contacto con nosotros. Y son amigos, así que la conversación fue bastante natural, os aceptaron la propuesta y llegamos a un acuerdo bastante rápido, así que estamos contentos. Tras haber trabajado en tantos proyectos, tiendes a querer trabajar con gente en la que confíes. Y al contrario que otras colaboraciones que hemos tenido en el pasado, esta está funcionando muy bien para nosotros.
A.C.: Nos dieron a elegir entre un montón de dibujantes, pero sus dibujos nos llamaron la atención como los de ningún otro. Queríamos alguien con un estilo realista y, lo más importante, con habilides narrativas buenas. Rafael tenía todos esos requisitos y muchos más, así que por lo que llevamos de serie y con el tercer número ya acabado, estamos seguros de que hicimos la elección correcta.
Strayer es la última obra de Justin Jordan, autor de Shadowman para Valiant, Green Lantern: New Guardians para DC, Dead Body Road para Image y, sobre todo (siendo su obra más reconocible) El Extraño Talento de Luther Strode. Se trata de un autor que todavía no tiene una base sólida de aficionados dentro de nuestro país, pero es uno de los más versátiles y con un mayor catálogo de registros de todos cuantos trabajan actualmente dentro del mercado independiente americano. En Strayer, acompañado de Juan Gedeon (a quien descubrí en Ghost Racers durante las Secret Wars y fue un verdadero descubrimiento) nos ofrece una historia a medio camino entre Juego de Tronos y Piratas del Caribe con dos personajes principales de armas tomar (uno de ellos literalmente, ya que la otra es más dada a la magia, o ciencia, oscura) y un intento por regresar a una humanidad mucho más avanzada tecnológicamente que hace tiempo que desapareció. El guión, en momentos al servicio de un dibujo dinámico y vertiginoso, y los diálogos sacados del Clint Eastwood más inspirado, son dos de los mejores apartados de esta obra a la cual tan solo un ritmo demasiado rápido y con poco contenido puede jugar en su contra. Habrá que estar atentos porque puede ser uno de los sleeper de la temporada.
J.J.: Fafhrd y el Ratonero Gris. Es decir, es difícil para mí señalar las exactas influencias de cada uno de los proyectos que hago, dado que mi cabeza es un hervidero de cultura popular que crece en todas las direcciones en cualquier momento, pero esa es la que diría que es mi mayor influencia en la serie. Pero también la idea de las cosas que estamos dejando detrás nuestro. Hoy en día estamos usando todo el carbón y petróleo de nuestro mundo. ¿Qué ocurre si usamos todo eso y convertimos nuestro mundo en inaccesible? Esto es lo que ocurrió en Strayer. Los recursos del planeta se han acabado. Tienes árboles, tienes rocas… y ya está. No hay más. Lo que además me permite ambientar la historia en un entorno medieval, donde el mundo nunca parece que vaya a avanzar. Y no precisamente por la falta de inteligencia, porque tu puedes tener el conocimiento de construir una máquina de vapor pero es inútil si no tienes metal para hacerlo.
J.J.: Un precio por página. Sí, sé que puede sonar como que soy un completo mercenario, pero al menos tiene parte de razón. Uno de los grandes problemas de crear y poner en marcha un proyecto de creación propia es hacer que el dinero empiece a fluir. Es decir, puede escribir un montón de series, así que el hecho de que en una de ellas no saque nada de dinero o que en varias saque muy poco, no me lleva a la ruina. Pero para un dibujante hacer una serie es algo que le ocupa todo su tiempo, así que es difícil hacer proyectos salvo que tengas el suficiente dinero para financiarlos (y yo no lo tengo) o puedas encontrar a alguien que pague las facturas. Por otro lado, me llamaba mucho la atención estar en esta aventura tan divertida desde sus principios. Si AfterShock acaba siendo un gran éxito, habré estado allí desde el comienzo y eso, te puedes imaginar, es algo chulo.
J.J.: La verdad que en esta ocasión fui yo quien aportó el equipo creativo al completo, desde Juan a Tamra y Rachel. Juan y Tamra han trabajado juntos antes. Yo les propuse a AfterShock para este tipo de comics y de momento está funcionando muy bien. Juan tiene un estilo muy dinámico, muy único que pensé que iba a ser perfecto para la serie. Por otro lado, entre los coloristas creo que Tamra es de lo mejor que puedes encontrar y he intentado que colaboremos juntos en otros proyectos (de hecho, lo he conseguido también en John Flood para Boom!). Sus colores son muy buenos y completan perfectamente la línea de Juan.
Scott Snyder, actual guionista de Batman, divide su tiempo entre los cómics y la docencia, pues imparte clases de escritura en la Universidad de Nueva York, la Universidad de Columbia y el Sarah Lawrence College. Entre sus alumnos ya han surgido nuevos talentos que se han incorporado a las grandes editoriales, como James Tynion IV (Red Hood and the Outlaws, Talon) y
Snyder la introdujo en DC Comics, donde tuvo que presentar su candidatura a los editores a base de propuestas de guión y muestras de guiones técnicos. Tras ser aprobada y contratada por los editores, su primer trabajo fue co-escribir el Batman Annual #2 junto a Snyder en julio de 2013. Desde entonces ha trabajado de forma regular para DC, Marvel y otras editoriales. Para DC escribió Lobo #1 (parte del mes de los villanos), Batgirl #25 (tie-in de Batman: Zero Year) y Batgirl #30, Batman: Joker’s Daughter, Superman: Lois Lane, Earth-2 #27-28 (co-escritos junto a Tom Taylor), la serie semanal de 26 números Earth-2:World’s End (co-escrita junto a Daniel H. Wilson y Mike Johnson) y Earth-2 #29-32 (de nuevo junto a Daniel H. Wilson). Para Vertigo publicó la historia corta Playthings en la antología CMYK: Yellow, con arte del legendario Bill Sienkiewicz. Actualmente se encarga de la serie regular Bombshells, que se publica primero de forma digital y que está ambientada en una historia alternativa de la Segunda Guerra Mundial protagonizada por versiones pin-up de las heroínas de la editorial.
Para Marvel escribió Angels: Asgard’s Assassin #1-6 junto a Kieron Gillen. Poco después pudimos disfrutar de su trabajo en varias miniseries relacionadas con las recientes Secret Wars, como A-Force (co-escrita con G. Wilson Wilson), 1602: Witch Hunter Angela y Years of Future Past. Actualmente se encarga de los guiones de la serie regular Angela: Queen of Hel, en la que este personaje acude al reino de los muertos para rescatar a su novia, Sera. Para BOOM Studios publicó una miniserie de cuatro números basada en la serie de televisión Sleepy Hollow. Para Dynamite se encargó de los guiones de los tres números de Red Sonja vs Jungle Girl, que formaron parte del evento Swords of Sorrow concebido por Gail Simone. Tras la marcha de Simone de la serie regular de Red Sonja, Benett se convirtió en la nueva guionista, coincidiendo con el relanzamiento de los títulos protagonizados por mujeres de la editorial (además de Red Sonja, tanto Dejah Thoris como Vampirella recibieron nuevos equipos creativos y un cambio de imagen).
Yo no soy precisamente el mayor aficionado de Marguerite Bennet. Considero que a veces se mueve más a golpe de polémica, provocación o, siendo muy mal pensado, oportunismo y ventajismo. No sería la primera, pero tampoco la última. La polémica la rodea, a veces sin que ella lo desee (el caso del nuevo diseño de Lobo que a ella le tocó guionizar es un ejemplo muy claro de ello) y otras veces de forma completamente premeditada, presentando personajes a los que, sobre todo en norteamerica, todavía hay cierta sensibilidad que tocar. No he encontrado todavía ninguna obra suya que me haya gustado mucho, y eso que ha diversificado su obra a través de varias editoriales como veíamos en su biografía. Con Insexts, Marguerite Bennet presenta a una pareja de lesbianas en la época victoriana con poderes insectoides. Toma ya. Y aunque la premisa ya de por sí sola puede servir para rellenar titulares, consigue sacarle bastante partido, haciendo que por momentos nos recuerde a las escenas mejor grabadas de Eva Green durante la primera temporada de Penny Dreadful (serie sobre la cual todavía no me he hecho una opinión del todo). Escenas sexuales completamente explicitas, asesinatos, jardines laberinto, monstruos, vendettas, bebes y, sobre todo, giros de guión bastante bien construidos que me han acabado por convencer. No es una serie de mi estilo, pero de momento… compro.
Está claro que la antología británica que recopilaba historias en formato cómic y principalmente vinculadas a la ciencia-ficción 2000 AD fue caldo de cultivo para un número importante de artistas que poco después revolucionarían el medio.
Hay que saltar hasta el año 2004 para verlo en la Marvel Comics norteamericana, esta vez ya como escritor de un número de X-Men Unlimited en el que sentaría las bases para la colección que saldría ese mismo año “Distrito-X”, una excelente visión del mundo de los mutantes tomando como base el clásico punto de vista de un cuerpo de policía en un barrio marginal y poniendo como protagonista a un X-Men que llevaba un tiempo algo perdido, Bishop, a la vez que consigue ser consecuente con el pasado del mismo. Por este trabajo obtuvo buenas críticas, lo que le sirvió para pasearse por diversas series de la franquicia mutante como X-Men: Los 198, Diezmados, Dinastía de M o el cruce de estos con el macro-evento “Civil War”. Destaca también, fuera de los mutantes, en el año 2005 con una muy buena serie limitada sobre Daredevil (Redención), en el 2008 otra que merece la pena leer “Inhumanos: Guerra Silenciosa” y más tarde la versión “Noir” de Spiderman.
Tres años pasaría Hine, desde el 2005 hasta 2008, escribiendo Spawn, la colección con la que Todd McFarlane inicia Image. Es en esta misma editorial donde publica su serie propia “The Bulletproof Coffin’” y más tarde trabaja como escritor de la serie de Top Cow “The Darkness”.
La última en estrenarse (todavía no lo ha hecho), pero hemos querido entrevistar al autor antes de su debut.
Respecto a la historia en el presente, Ray está intentándolo todo para conectar con su hija, Toni. Se ha pasado años evitando la publicidad pero Toni ha heredado su vocación de atrapar el mal. En su caso, está usando Internet para exponer públicamente a un grupo de pederastas entre los que se encuentran varios miembros influyentes de la política británica. Según la historia avanza, nos daremos cuenta de la relación entre ambas líneas argumentales. Un elemento clave en la historia será el contraste entre la generación de chavales de hoy en día, tan sumergidos en la tecnología, redes sociales, móviles y flujo constante de finromación, y la de los años noventa, cuando Ray tenía que andar hasta la esquina para poder usar una cabina de teléfonos y todas las noticias venían solo de la televisión de los periódicos. Ray en los noventa era mayor de lo que Toni es ahora y acabaremos viendo que pese a todos sus conflictos, tienen muchas cosas en común. Listos, inteligentes y poco convencionales. Y con mucho gusto por vestir de negro…
D.H.: Siempre he escrito material que me rete a redefinir nuestros conceptos de bien y mal. The Darkness fue de hecho una metáfora perfecta de las fuerzas oscuras que todos tenemos dentro de nosotros y la lucha que mantenemos para seguir siendo humanos. Aquí continuaré por esa senda. Los horrores son normalmente físicos en este caso (si, tendremos sangre de vez en cuando) pero también de abusos psicológicos. Nadie saldrá con la conciencia tranquila de esta historia.
Y sí, está bien haber podido ambientar esta historia en mi Londres, mi propio territorio. La mayoría de los cómics que he hecho para el mercado americano han estado ambientados en aquellos escenarios: desde New York a Los Angeles pasando por Las Vegas. Fue muy agradable recibir una respuesta positiva de mi editor,
D.H.: Pues debería decir que El Silencio de los Corderos o Red Dragon, de Thomas Harris. Tras esas dos, diría que Killer Inside Me de Jim Thompson e incluso Crime and Punishment de Dostoevsky, así como The Stranger, de Albert Camus. Todos esos libros trataban sobre meterse en la cabeza de asesinos en serie e intentar no solo entender sino sentir cómo es perder tu baremo moral y ser consumido por el mal. Esos ejemplos que he comentado son todo novelas, porque creo que la literatura es la mayor fuente de ideas que tenemos. En cuando a narrativa y estilo gráfico, diría que José Muñoz es una de mis grandes influencias, así como Richard Corben. También me gustó el trabajo de Eduardo Risso en 100 Balas y, por supuesto, el guión hardcore de
D.H.: He sacado un par de series de creación propia dede The Bulletproof Coffin. Hice Storm Dogs, una historia de ciencia ficción con Doug Braithwaite que se publicó en Image. Y una historia de terror llamada The Bad, Bad Place, dibujada por Mark Stafford, que se está publicando actualmente en la revista británica bimensual Meanwhile. Pero Second Sight es en realidad una serie que llevo preparando desde hace mucho tiempo. Además tengo tres o cuatro nuevas propuestas que estoy desarrollando en este momento y que llevaba tiempo queriendo ofrecer a las editoriales, como Boom! Studios, por ejemplo. Así que
D.H.: Tengo una gran relación con Mike. La primera vez que me ofrecieron trabajar con Marvel, Joe Quesada dio mi serie de terror Strange Embrace a un par de editores y Mike fue uno de los que primeros que me llamó para escribir una serie que se pareciera a la mía. El trabajo que he hecho desde entonces ha sido lo mejor que he hecho en cómic mainstream. Primero District X y luego varios de los proyectos de Batman para él, incluyendo la serie Arkham Reborn. Tuvieron éxito a su manera, pero Second Sight creo que es la serie perfecta que debíamos hacer juntos. Hay cosas que se parecen a Strange Embrace. Es muy divertido hacer una serie que no tenga las limitaciones de un personaje pre-existente. Hay veces que no sé si les parecerá bien que incluya algunas cosas en la historia y Mike siempre me recuerda que esta es mi serie. Ahora jugamos en el territorio indy y todo depende de Alberto y de mí.
D.H.: Antes de enviarles mi propuesta a AfterShock, había estado en contacto con Peter Snejbjerb, a quien le gustaba la idea que tenía para la serie, pero no pudo colaborar conmigo porque tenía otros compromisos. Mike tenía una agenda de dibujantes entre los cual elegir, en muchas ocasiones gente que ya había trabajado con él en Marvel o en DC. Y me sugirió a Alberto. Había leído la mayoría de sus ´comics en DC como Dial H y Frankenstein, Agente de S.H.A.D.E., así que ya sabía que sería una buena opción. Ha sido una gozada trabajar con él. Se ha metido en la cabeza de los personajes y en la ambientación de la serie, prestando mucha atención a los detalles. No estoy seguro si alguna vez ha estado en Londres, pero su representación de la ciudad está muy bien. También debo dar el mérito que tiene a John Kalisz, cuyo coloreado da vida al dibujo.
Estoy increíblemente contento de ser parte de AfterShock. Es un trabajo de equipo por parte de todos, desde editorial, dibujante, diseñador, rotulador, así como todos los otros guionistas del resto de series, todas ellas fantásticas. Es un catálogo muy original y creo que los aficionados estarán muy emocionados, al menos tanto como nosotros.
¿Y el futuro qué? Además de anunciar un acuerdo con
si los autores de DC se van a esta editorial se van a quedar sin nada
Desde que leí Magneto Rex he lamentado que no se haya prodigado más Joe Pruett y sabía algo de él como editor pero no le tenía nada controlado. Que salga ahora con esta editorial, reuniendo a varios de los autores que más me han gustado desde los 90 y con Marts tambié mezclado en ello me parece una muy buena noticia.
A ver si hay suerte y la cosa pita.
He podido leer las dos primeras entregas de Dreaming Eagles y por lo pronto me está gustando. Creo que Ennis está desarrollando una trama interesante, y puede que le falte algo de acción, pero no dudo de que habrá de sobra en los cuatro números restantes. Además, Coleby le está ayudando con creces, menudo crack este autor para reflejar la Segunda Guerra Mundial. Ya me encantó en The Royals Masters of War y aquí sigue a un nivel altísimo.
Entrevistas geniales de una de las editoriales que ha empezado pisando fuerte.
En el caso de Insexts, esta misma historia salió en ua antología de terror llamada In the dark, con otro dibujante, el año pasado, y son identicas, viñeta por viñeta, bastante bochornoso el asunto.
Un pedazo de reportaje señores. Magnífica lectura. Esto tiene muy buiena pinta. A ver quién se anima por estos pagos a editarlo en papel como se merece, porque la mayoría de los títulos pintan muy bien.
En este artículo hay dos errores sobre Paul Jenkins, del cuál se dice que hizo «Fairy Quest» y «Revelations» para Boom! Studios. FALSO. Ambas series, dibujadas por el mexicano Humberto Ramos, tienen una génesis distinta. FAIRY QUEST fue un proyecto cuya edición original fue gracias a una recaudación lograda en Kickstarter. Luego de ello, su primera versión impresa por una editorial fue de la francesa Glenat, que ha publicado los primeros dos álbumes de los cuatro proyectados. En EE.UU., un año más tarde, los derechos los obtuvo Boom!, que partió el primer álbum francés en dos partes para publicarlo en formato con grapa.
En cuanto a REVELATIONS, es la reedición por parte de Boom! de una miniserie publicada originalmente por Dark Horse Comics a inicios de los años 2000s, con algunas correcciones en la rotulación y mejoras en el coloreado. También fue dibujada por Ramos, cuyas series CRIMSON y OUT THERE tienen los derechos de publicación en manos de Boom! Hasta la fecha ya se publicó un tomo de CRIMSON con un nuevo coloreado digital y espero que pronto se reedite el resto.
Gracias por completar la información, pero lo que digo no es «falso», ambas han sido publicadas por Boom!, no digo que solo las haya publicado Boom! ni que sean nuevas. Ten en cuenta que es una biografía que en realidad funciona como añadido a lo importante, que es el trabajo de Pedro en las entrevistas y reseñas, y, por tanto, han de ser cortas y no entrar en detalles, aun así se agradece que lo comentes.