Qué está pasando en el cómic americano (+4)

«Hoy, lo que pudo ser una tragedia para todos -nosotros destruyéndole a él, él destruyéndonos a nosotros- se ha convertido en una oportunidad para aprender los unos de los otros»
(Ultimates, #9)

Pues sí, aquí estamos de vuelta. Lo creáis o no hemos conseguido -de momento- sobrevivir a la San Diego Comic Con. No es que hayamos cruzado el charco para codearnos con las estrellas del mundillo, pero el seguimiento exige un tiempo y el teclear hora tras hora a velocidades de crucero también quema lo suyo, por lo que esperamos que ante todo lo estéis disfrutando. Sin embargo, no todo son anuncios de nuevas series y adaptaciones para la pequeña y gran pantalla, y como cada domingo esta humilde sección para repasar la actualidad al otro lado del Atlántico vuelve a la carga con Qué está pasando en el cómic americano 4.

Por si algún despistado se ha visto desbordado entre tanto trailer, poster y actores vestidos de cosplay, si nos ceñimos al cómic la Comic Con de San Diego de este año no ha ofrecido una conferencia de prensa de Dan DiDio y Jim Lee sobre el presente, pasado y futuro de DC, así como lo mismo en lo que respecta a las línea Vertigo Comics y Young Animals de la compañía (y hasta una conferencia sobre Superman, para que no se queje nadie). Con una serie de Pier Nodoyuna a cargo de Garth Ennis, el regreso de Tom Taylor a Injustice para realizar una precuela del nuevo videojuego, la inminente apuesta por los personajes de Wildstorm o el incierto futuro de los tres Jokers y Tim Drake entre las diferentes novedades presentadas, tanto la compañía de Batman y Superman como su directa competencia ya habían dado a conocer la práctica totalidad de catálogo para los próximos años, por lo que realmente tampoco había demasiado que añadir en esos territorios.

Alguna cosa ha habido como es el anuncio de un futuro crossover entre X-Men e Inhumanos para los que disfrutéis de los blockbusters de temporada, así como la colección Mundo de Wakanda de la ensayista Roxane Gay y la poeta Yona Harvey junto a las dibujantes Alitha Martinez y Afua Rirchardson para los que prefieran las series de prestigio. Cubriendo la necesidad de apostar de forma más visible por publicaciones de carácter LGTB que se le venía achacando desde hace tiempo a la editorial, estas dos propuestas son junto a Doctor Extraño / Punisher: Balas Mágicas de John Barber, dos nuevos libros de Mapache Cohete y Miles Morales, así como la nueva hornada de series Marvel -ofrecida por nuestro compañero Jose María Vicente- lo más importante que ha dado de si ls Comic Con de este año en cuanto a las dos grandes.

Para cualquier cosa que tenga que ver con el resto de editoriales no olvidéis de consultar el Servicio Informativo de Editoriales Independientes #196, donde Mariano Abrach y Sergio Aguirre seguramente lo expliquen todo mejor que aquí, donde -en lo que respecta a noticias-, ya os hemos enseñado todo lo nuestro.

Así que para no hacer la recopilación de esta semana más larga de la cuenta, saltemos directamente al tema con lo mejor que nos ha ofrecido esta semana las grandes compañías USA con este Que está pasando con el cómic americano 4:

Hay regresos tan esperados y que se prolongan durante tanto tiempo, que cuando finalmente se producen consiguen atraparnos por sorpresa, logrando que nos sintamos atrapados en ese subidón de alegría y nostalgia, similar a cuando te recuentras con ese amigo que te hace revivir infinitos grandes momentos de tu pasado. Regresos de que de alguna forma sabías que eran necesarios y que más tarde o más temprano debían de producirse por verse llevado demasiado pronto un personaje al que todavía le quedaba todavía mucho por ofrecer. Regresos que en el fondo queríamos, ya que la despedida se produjo de forma violenta y sin darnos tiempo para prepararnos para ella, necesitando que alguien hiciera justicia recuperando aquello que nos fue arrebatado. Regresos tan necesarios, tan capaces de tocarnos en lo más profundo de nuestro sentimiento cómo lector de cómics y obligatorios para devolver las cosas a su orden natural como el de…

Da igual lo mucho que creas molar. Nunca molarás tanto como Wonder Woman cayendo sobre el enemigo a lomos de un relámpago.

En nuestra labor cotidiana para velar por la salud de nuestros lectores en estos días estivales de flama y bochorno, recordaros que si decidís recurrir a los siempre socorrridos helados, granizadas y similares para combatir la temperatura, que lo hagáis siempre con moderación, que luego vienen los famosos brain freeze:

En 1980, Chris Claremont y John Byrne homenajeaban Alien, El Octavo Pasajero, en un mítico número en el que Kitty Pryde debía de poner a prueba para sobrevivir a la navidad, cuando un demonio N’garai se colaba en el Instituto Xavier aprovechando que la Patrulla había salido a celebrar la festividad. Era solo cuestión de tiempo que alguien se diera cuenta de que después de Alien venía Aliens, Aliens 3, Alien Resurrección y demás, aprovechando la despedida de Dan Abnett de la franquicia cósmica para atender los compromisos de su contrato en exclusiva con DC, y marcarse este enésimo homenaje entre las hermanas Soska y Juanan Ramírez:

Hablando de homenajes cinematográficos, Atrócitus debió consultar alguna guía de viaje antes de decidir convertir La Tierra en el objetivo de sus Amanecer Rojo. Nunca falta un ciudadano de la América profunda fan de John Milius dispuesto a tener unas palabras sobre tales menesteres.

Si bien es probable que no seais pocos los que conozcáis el trabajo de Adam Hughes, si alguien os pregunta cuanto hace que no leéis un cómic dibujado integramente por él, es muy probable que os tengáis que remontar muy, muy atrás. Tan atrás, que estaba claro que ahora que estaba de vuelta, en algún momento que otro iba a tenerse que marcar algún truquito a lo John Byrne. Aunque sea en el primer número:

Volviendo a los regresos en territorio Marvel, habría que comenzar a hacer una lista de los personajes que habían desaparecido por una razón u otra, y que han regresado sin demasiadas explicaciones con la excusa de la Secret Wars. Una cada vez más amplia lista en la que podríamos incluir a Tecno, la Avispa, Leonard Samson, Elixir, la identidad secreta de Daredevil, Tony Stark a su estado no Superior, El Hombre Demolición y un larguísimo etcétera de personajes. Eso sin entrar todos los que murieron en los últimos días previos a la última incursión, que entre Masacre y familia, Magneto, el Capitán América, Punisher y compañía, la suma sería interminable. Tan interminable, que ahora que sumar una más, por medio de una de esas adiciones que los enemigos a la retroalimentación entre cómic y cine tanto temen. Dad la bienvenida de vuelta a

Sin dejar de lado los regresos, activemos el modo purista online: No me termina de convencer que conecten al Erradicador al General Zod, reduciéndolo todo a los cuatro villanos de siempre, cargándose de paso la interesantísima figura de Kem-L. Lo que no se puede negar es que el dibujo de Jorge Jimenez es para ponerle un altar.

Tras introducir en la serie a su propio Adam Warlock con el personaje de El Hombre Roto y potenciar al máximo sus similitudes con David Bowie -de Ziggy Stardust al Rey Duende de Dentro del Laberinto-, Kurt Busiek y Brent Anderson le endosan lo que a una entidad metafísica de su naturaleza le hacía falta: Una banda a la altura.

Pero si el que los difuntos vuelvan de sus tumbas como si fuera lo más normal del mundo se ha convertido en algo habitual en el cómic de superhéroes, tampoco lo es menos una muy loca heterogeneidad en lo que a estructuras familiares se refiere. Tanto dar la brasa determinados colectivos a favor de la familia tradicional por prejuicios que deberían haber desaparecido hace medio siglo, a ver como lidiaban con interminables posibilidades de ficción como las del universo Marvel. Clon femenina. Gabby, la clon de la clon. Y un abuelo llegado del futuro. Va ir tocando actualizar el libro de familia.

La serie del arquero de DC Comics está aspirando muy fuerte para asegurarse el título a la colección más mimamda en lo que apartado gráfico se refiere. Si ya el dibujo de los primeros números a cargo de Otto Schmidt era superlativo, que tras el final de los números de este nos llegue Juan Ferreyra es para que el resto del staff de DC Comics no pueda evitar tener envidia de lo bien cuidado que tiene la editorial a Benjamin Percy:

Y si con esta muestra no os basta, tenéis su portada para el Nuevo Escuadrón Suicida

Hablando de arqueros, no le perdáis la vista al número del Escuadrón Supremo de esta semana. No porque haya reaparecido el Golden Archer -que no es el caso- ni porque James Robinson haya firmado uno de los mejores números para la serie (que sí lo es). Sino porque en el podemos disfrutar de los lápices del responsable de la próxima serie de Ojo de Halcón Leonardo Romero, obligando a mirar los créditos dos veces para asegurarse de que no se nos ha colado Chris Samnee. Tras David Aja, Amy Chu, Ramon Perez y Gabriel Hernández Walta, los arqueros Marvel siguen sin estar dispuestos a que el renovado gusto de Oliver Queen por el despliegue gráfico les arrebate su merecido trono.

Si abandonar del toro el arco ni las flechas, siempre se supo que Robin Hood y sus Merry Men fueron uno de los primeros iconos contraculturales de la historia -con permiso de Mosiés, Espartaco, Jesucristo y otros tantos-, poniéndose del lado de los desfavorecidos para luchar contra la injusticia de los señores de Inglaterra. Robert Rodi y Jackie Lewis se atreven a llevar este aspecto un paso más allá, haciéndolos un poco más Merry para echar un vistazo del pasado LGBT de la Gran Bretaña, tan necesario para estos tiempos. Entre sus hallazgos, revelar que la relación entre el imbatible arquero que donde ponía el ojo ponía la flecha y el Rey Ricardo Corazón de León iba más allá de la mera camaradería:

No son los únicos sin embargo en reivindicar la lucha por el amor en el pasado remoto, aunque esto suponga enfrentrarse a las convenciones sociales. Ahí tenemos si no la magnética historia de Rosalind, la discípula del doctor John Dee en la Inglaterra a caballo entre la modernidad de Elizabeth I y la severidad jacobina, y la criatura sobrenatural Madimi en The Shadow Glass de Aly Fell.

Y es que el amor realmente lo puede todo. Si no, que se lo digan a Alison Blaire y sus compañeras de parranda, marcándose un Jem y los Hologramas al demostrar que en ocasiones para enfrentarse a una rival ultrapoderosa como la Condesa, una buena canción puede ser más efectiva que los puños. Sobre todo si dicha canción nos invita a creer en The Power of Love.

Amor como -volviéndo a los dibujantes de DC Comics a los que deberíamos subir a hombros- habría que tener por el trabajo de Ronan Cliquet en el último número del Escuadrón Suicida. Junto a Sean Ryan, nos regala este absorbente viaje gráfico al pasado de Harley Quinn, para conocer algo más de lo que ya descubrieramos sobre ella con Amor Loco.

Toda editorial tiene una pareja de superhéroes mítica. Alguna incluso más. Personajes que por separado ya contaban con nuestro aprecio, pero que por aquella costumbre tan arraigada en nuestro fandom como es el shippear se diparan hasta cotas nunca antes alcanzadas en el devoto-metro. Ahí están Batman y Catwoman. La Avispa y Hank Pym durante los sesenta. La Bruja Escarlata y la Visión. Jean Grey y Cíclope. Green Arrow y Canario Negro. Hawkman y Hawkgirl. Kitty Pryde y Coloso. Wonder Woman y la Liga de la Justicia. Luke Cage y Jessica Jones. Wiccan y Hulkling. Tormenta y Lobenzo. Batwoman y The Question. Para los que no estén del todo al día con la actualidad de Valiant en su edición original, recordad que hay que añadir otros dos nombres a esa lista

Demonios, esto se está volviendo un tanto empalagoso. ¿No te has pasado con la cancioncita de marras, Dazzler? Vale, sí, entendido y completamente de acuerdo. Así que continuamos con lo que ya se ha convertido en una tradición dentro de la sección: La parte dedicada a repasar todo ese bestiario de monstruos, criaturas de pesadilla y otros engendros con los que no pegar el ojo por las noches, de tantos como nos ofrecen nuestros autores favoritos de cómics. Para empezar, el mundo de seres post-Kirby de James Harren en Rumble. Como para dormir plácidamente dice.

Image parece decidida a arrebatarle el puesto como reyes del horror a Dark Horse, y de paso nos traen a Colin Lorimer desatado en el primer número de The Hunt. ¿Aquel refugio de nuestra infancia en el que cuando nos desvelábamos en plena noche íbamos en busca de auxilio al dormitorio de nuestros padres? Poned este cómic en manos de un puñado de críos, y eso se acabó.

Pero si alguien se lleva el ilustre premio a ¿pero a vosotros qué @#$%& os pasa en la cabeza?, a.k.a. los perturbados de la semana, son sin duda Gail Simone y Jon Davis-Hunt. Está ese tópico tan de serie americana, según el cual todas las niñas pequeñas quieren un pony. Pues bien, la Simone ya tiene el suyo

Por mucho que en ocasiones mole darle caña a Bendis, tampoco se le puede negar que a la hora de caracterizar personajes adolescentes y abordar las preocupaciones y gestas cotidianas a las que tienen que enfrentarse hay muy pocos que le superen. De hecho cada uno de los momentos de interacción y convivencia entre aventura y aventura son oro puro. Tanto, que casi extraña que él esté manejando a los Guardianes de la Galaxia y Mark Waid -a quien ya se le notan más los años- a los joviales Campeones, cuando casi debería ser al revés. Más peligroso que el Doctor Octupus, más perverso que el Duende Verde, más inamovible que Kingpin, más letal que Kraven y Veneno y más mortal que Matanza y Morlun, en el último número Miles y Ganke se enfrentan a uno de los mayores retos con los que ha lidiado la humidad: La friendzone. ¿Plaga bíblica? ¿Mito bajo el que esconder las frustraciones propias? De lo que ocurra en esta batalla se decidirá el futuro del mundo.

Estatus de La Broma Asesina esta semana: Dentro de continuidad. Como prácticamente toda la historia de Batgirl.

Y aunque (sí), siempre se agradece que reivindiquen las historias clásicas, sobre todo si son tan importantes como la de Alan Moore y David Gibbons, si es para añadir originalidades como las de la película animada de Batman: La Broma Asesina de Bruce Timm y Brian Azzarello (ver aquí) que mientras menos lo toquen mejor será.

¿Recordáis a Brandon Graham? Si claro. El autor de Multiple Warheads, a quien Rob Liefeld le dejó en su poder su personaje de Prophen para que hiciera básicamente lo que le diese la gana, marcándose esta desbordante pom de ciencia ficción junto a una larga lista de artistas. Pues bien, aunque actualmente no se habla de él tanto como se debiera, su saga todavía continúa adelante con la mini-serie de La Guerra en la Tierra, donde Prophet además cruza su camino con la Glory de Joe Keatinge y Sophie Campbell. Para quien no la conozca, aqueí tiene toda una lección de narrativa con la que revisitar su historias.

En su team up con la Chica Ardilla, el mercenario bocazas nos recuerda que todo lo que aprendimos con David Cronenberg sobre la teleportación es muy cierto. Dadle la bienvenida al nuevo gran icono 2 en 1 de Marve, con el que la editorial conseguirá unificar los dos principales núcleos del target juvenil. Dadle la bienvenida a

Durante la exploración y colonización de america del norte, los aguerridos viajeros europeos llevaron a cabo el práctico exterminio del bisonte con su explotación desmedida de los recursos del nuevo mundo que acabábamos de descubrir. Un funesto episodio de nuestra historia reciente que Chris Dingess y Matthew Roberts no han querido pasar por alto en su reinvención de la Historia de ocupación de lo que hoy se conoce como los Estados Unidos y Canada como una suerte de saga de ciencia ficción más próxima a los relatos de Asimov que al pasado que conocemos.

Para hacerlo los autores de Destino Manifiesto se mueven entre lo sucedido en la realidad y los mitos del Sasquatch y el Wendigo, sustituyendo los lanudos bisontes por unos homínidos de gran tamaño que perfectamente podrían pasar por nuestros propios antepasados. Sin embargo, esto no hace la convivencia más fácil, y al final…

… el hambre sigue siendo el hambre.

Fue toda una sorpresa llegar al primer número de la nueva serie de Lucifer sin saber nada de ella, y descubrir que no solo era un reinicio con el que ofrecer fanservice a los espectadores de la catastrófica serie de Tom Kapinos, sino que era continuación directa de la colección de Mike Carey. Así que ahí teníamos a Lucifer exactamente donde lo dejamos, con la cicatriz marcando su rostro y todo lo aquello implicaba. Tampoco faltaban los viejos conocidos y lugares recurrentes, entre el apellido Presto o bajeles escandinavos encallados en mitad de la nada, aunque esto implicase tener a ciertas figuras encadenadas en su trono. O al menos así venía siendo hasta el momento, ya que

Otra semana más de la sección, y otra más en la que nos toca hablar de Tom King. En esta caso cambiando a Marvel por DC y a Visión por Batman. ¿Por qué? Por la finísima mala leche que subyace tras la trama de los nuevos superhéroes de Gotham, a la que ahora se le añade una nueva capa haciendo que nos replanteemos la influencia que puede tener una figura como Batman. Especialmente cuando hay infantes de por medio y comienza a aflorar la duda de todo lo bueno y malo que puede resultar de una fijación obsesiva en sus tiernas mentes.

Obviamente, el villano de esta historia solo podría ser

La aproximación de Brian Lee O’Malley al mundo del Vídeo Blog, YouTube, Instagram o cualquiera de las muchas formas de postureo a las que nos llevamos entregando más ahora que nunca es francamente interesante. Sobre todo por su habilidad para ni ridiculizar ni adular, siguiendo una línea tragicómica con la que cuenta conectar tan fácilmente como es el reconocerse con parte de las dudas, miedos y miserias cotidianas de sus protagonistas. Pero por mucho que pueda atrapar esta historia del contraste entre las dos caras de esta chica que por un lado es una sofisticada vlogger de moda con miles de seguidores -mientras que en la vida vive terriblemente acomplejada por un caso crónico de exceso de fluidos corporales entre mocos, sudoración y similares-, también se le podría decir que no se puede ir de moderno haciendo que uno de los personajes hable con las deformidades de lenguaje heredadas de la era msn…

… para después querer ponerlo fácil con una piedra Rosetta con la que traducirlo, no sea que alguien se pierda. Peccata minuta sin embargo para un cómic que, por otro lado, presenta unas muy excelentes maneras.

Aunque se ha llevado su tiempo, tenía que ocurrir tarde o temprano que alguien le pusiera las cosas claras a Frank Castle. Que haya sido su versión británica Nigel Higgins (Outlaw) le otorga mayor grado de ironía. Pero que vivamos en un mundo en el que se mire al objetor que se niega a usar las armas contra terceros como lo raro, como lo extraño y diferente, deja bien claro lo mucho que hemos perdido el norte y sobrepuesto la consideración que tenemos -ya no a nuestras vidas, sino a nuestra falta de reparos a la hora de imponer nuestra voluntad de forma letal y catastrófica contra terceros- a años luz por encima del prójimo.

«Todo el mundo sigue preguntándome eso. Porqué deje la pistola. Matar gente me ponía enfermo, Frank. Eso es todo. Y también me sentía enfermo de que la gente se viera obligada a decirme que aquello estaba "bien". Como si lo normal fuera que hubiera gente que solo fuera basura y mereciera ser ejecutada. Como si solo el necesitar ayuda fuera razón suficiente para matar a alguien»

Pero como además es el último número de la serie, hablemos un poco de sus consecuencias de su final

Advertencia para los seguidores de la creación de Joss Whedon que estéis algo despistados respecto a los derroteros por donde han continuado las aventuras de Buffy Summers desde que abandonó la televisión para pasar al cómic: Los eventos que ocurren en este número son de los que duelen. Mucho. Aclarado esto, si además añado que la serie de televisión tuvo un buen final, seguramente no sorprenda a nadie. No fue perfecto, ya que quedaron varios cabos sueltos, pero tampoco es que fueran tan graves. Todo lo importante fue resuelto en el clímax final de la serie, y lo que no, sería retomado tanto en ‘Angel’ como en su continuación en entre viñetas.

De entre ellos, hay uno que muy probablemente dolería de forma especial a mucho, y que ahora Christos Gage ha tenido el buen gusto -o no- de retomar. Me refiero a

Hoy en la categoría de metámonos con Donald Trump, el Constantine de Simon Oliver y Moritat del que nos hablaba el compañero Gustavo Higuero deja muy claro que -a pesar de ser de Liverpool- tiene sangre escocesa:

Eso sí, no tenemos demasiado claro que, tal y como está el patio, lo que encuentre en casa sea mejor. Mucho ánimo John, y que te sonría la fortuna.

Para terminar con la selección de la semana, nada mejor que hacerlo con uno de los mejores clifhangers de la historia de Marvel, por medio de uno de esos cómics del Masacre de Duggan ambientado en un pasado remoto (y con Spider-Man para más inri). ¿Que creéis que eso es exagerar mucho? Vosotros valoráis, porque aquí la única pega que le podemos poner es que en realidad es un número autoconclusivo:

Mención especial al final de la primera gran historia de la aproximación de Ed Brubaker y Sean Philips a la saga Bond con Moneypenny como protagonista en Velvet, a Ultimates reclamando su condición como mejor serie de grupo actual, la nueva vuelta de tuerca de I Hate Fairytales de Skottie Young o la nueva serie de Faith para Valiant. Mención a que Kyle Higgins haya encontrado un lugar en el que seguir demostrar ndoue los cómics de superhéroes no se le dan nada mal con los cómics de los Power Rangers, y al Sicario que Justin Jordan se está marcando en Sombra. Y con esto ya terminamos, que parece que se está marchando el calor.

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