¿Qué está pasando en el cómic americano? (Season 19)

El pasado mes de Julio, Axel Alonso y sus chicos anunciaron a bombo y platillo Marvel NOW!. Entre toda la algalabria, optimista y apocalíptica a partes iguales, una de las intrigas más misteriosas que nos dejó la imagen promocional de Joe Quesada (pinchad en el link) estaba relacionada con el mini-robot volador que, logotipo de SHIELD en frente, orbitaba entre una rejuvenecida Jean Grey, el nuevo Nova y un Hulk con armadura. Al poco tiempo supimos que esta tostadora robótica de nombre desconocido iba a aparecer en la serie del Coloso Esmeralda que iban a relanzar Mark Waid y Leinil Francis Yu. Sin embargo, toda la curiosidad en torno a semejante bicho robótico (los nostálgicos de los tiempos de H.E.R.B.I.E. eramos los más ansiosos) se transformó en dudas cuando no había ni rastro de él ni en la primera ni en la segunda entrega de Hulk. ¿Qué había pasado? ¿Se trataba de un cambio de planes de última hora tan usuales últimamente en DC? ¿No ibamos a poder disfrutar de las aventuras de este microondas flotante?

Calma. Hemos tenido que esperar hasta la tercera entrega de Indestructible Hulk para dar la bienvenida a tan increible personaje. Por órdenes de Maria Hill, a partir de ahora esta cafetera voladora acompañará en sus misiones al bueno de Bruce Banner? Pero, ¿con qué nombre habrán bautizado al robotito en cuestión?

R.O.B. (Recording Observation Bot)

Brillante, Mark Waid, brillante. Y además, mira, es como un perrito que nos hace caso. A ver, Rob! R.O.B. saludanos:

Si es que… ¿Quién no va a querer tener un ROB! en sus vidas? Mirad que ojitos más bonitos tiene…

Y ahora, en una bella metáfora autorreferencial y que atraviesa el cuarto muro, veamos que tiene que decir el fandom Hulk ante semejante personaje:

Bra-vo, Mark Waid.

Oh. Y no, R.O.B. no tiene ni pies ni manos, of course.

El crossover «Trono de Atlantis» nos está dejando muchas cosas buenas, tanto a nivel de historia como a nivel artístico. Y es que aunque Ivan Reis es alguien muy complicado de ocupar su lugar, Paul Pelletier lo está haciendo muy bien, y con las tintas de Sean Parsons se nota más aún. El número no sólo nos muestra un paso más en el conflicto entre la gente de la superficie y Atlantis, sino que es la primera vez que vemos a los «reservas» de la Justice League, después que meter a Martian Manhunter años atrás no acabara bien. Aunque más importante es a quien no vemos, dado su tamaño. Parece del género femenino, así que asumiríamos que no es Ryan Choi… si no fuera por la manía que le han cogido últimamente a los wtfs en las oficinas de DC Comics. En fin, a falta de saber en que gremio está/estaba para intentar conocer a una super-heroína, sigamos avanzando en la historia. Una historia que comenzó cuando alguien manipuló unos misiles para acabar con la vida de unos habitantes de Atlantis y desatar toda esta guerra. Pero pese a que todo el mundo creía que había sido Orm quien había robado el Cetro y quien había liberado a los monstruos de La Fosa, ha resultado ser alguien más viejo y rencoroso. ¿El Dr.Shin? Casi pero no…

Que Tierra 2 es algo así como la versión buena de la Justice League de Jim Lee y el otro es algo que ya sabíamos desde los primeros números de la misma. La serie de James Robinson, la familia Scott e Yildirail –uhu– Cynar siguen haciendo méritos para dicho honor, y tras sorprendernos con un contundente arranque y la presentación de las diferentes versiones de la Liga de la Justicia en su primer arco continúa manteniéndonos en vilos con jugosas novedades.

En su última entrga americana parecía que esto se iba a acabar y que el guionista iba a empezar a tratar aspectos del pasado de este mundo dedicándole algo de tiempo a la Wonder Woman alternativa que pretende explorar Morrison en el futuro para recuperar los aspectos fetichistas del personaje original (o algo así). Nada más lejos de la verdad, pues la chica de la portada no es otra que…

Greg Rucka es un genio. Hay que serlo para que de una idea tan peregrina como un improbable cruce de caminos entre Punisher y Thor no acabe en un desastre noventero, ni en el décimo homenaje al famoso Batman Vs Superman. Dada la abrumadora diferencia de poder y lo poco que parecen encajar el uno con el otro lo fácil era pensar que el experimento dira como resultado cualquiera de estas dos posibilidades.

Sin embargo, el guionista de Gotham Central y un siempre irresisble Carmine DiGiandomenico consiguen hacerlo de tal forma que uno se pregunta como es posible que a nadie se le ocurriera antes o porque han tardado tanto en llevarlo a cabo. Por ponernos algo en situación, los Vengadores buscan a Castle mientras una vida se aproxima a su aciago final en el corredor de la muerte, siendo el dios del trueno la última esperanza para dar con el justiciero de la calavera antes de que sea demasiado tarde.

¿Otra vez por aquí? Pues si, tanto Scott Snyder como Yanick Paquette quieren intentar irse por todo lo alto, o al menos que su cierre de etapa sea lo más sonoro posible. Pero claro, hacer cosas en un futuro, aunque sea a un año vista y se suponga que es real y toda la pesca, todos sabemos que «algo» pasará para evitar que este futuro a lo Marvel Zombies no se haga realidad. Pero además de las historias de Alec Holland y Buddy Baker en sus respectivas series, también vemos que ocurrió que diera inicio a este «Mundo Putrefacto«. Y ahí reside lo interesante, puesto que eso si se supone que es un presente menos modificable. Y aunque la situación dejada en la serie de Jeff Lemire es jodida, no tiene ni punto de comparación con lo ocurrido en este número. Porque por más lacayos bastardos que uno tenga, nadie jode tanto las cosas como el jefe. Y aquí el jefe cabrón se llama Anton Arcane y tiene algo que deciros…

Empezamos este quinto puesto con un pensamiento aleatorio que me gustaría dejar bien claro. David Lopez dibuja a la mejor Tormenta desde los primeros tiempos de Alan Davis. Ejemplo aquí.

Dicho lo cual, toca hablar de besos. Y es que, a pesar de que la celebración más romántica del año está a diez días vista, en Marvel han preferido enseñarnos todo su amor durante el mes de Enero. Por eso, hemos visto a dos jovenzuelos como Wiccan y Hulkling dándose el lote en Young Avengers, la Bestia disfrutando de las bondades felinas de una potencial descendiente suya (no pregunteis más detalles, por favor) o un más que perturbador beso entre Fantomex y… ¿Fantomex?. Pero no han sido estas parejas las que han disfrutado de la sinhueso ajena, ya que dos antiguos amigos también han sido afectados por la gracia de San Valentín. Por si la portada no fuera suficiente indicativo de ello, aquí va una prueba de lo que Tormenta y Lobezno han hecho en el último número de Wolverine & X-Men:

¡Aibá! Me he equivocado de imagen. Lo siento mucho. No volverá a pasar (Juancar dixit).

Meeeeeeec. Error. Esa no era la imagen a la que me refería. Es la siguiente.

Oooooops. Lapsus mental. Wrong image. A ver si ahora acierto…

Cachis la mar, me he vuelto a liar con las imágenes. Aunque esa última me reconoceréis que tenía su gracia…

Ups. Me he vuelto a equivocar de imagen. Ahora va la buena de verdad…

Grant Morrison ha cumplido 53 años este mes y lo ha celebrado llevando su andadura al frente del Hombre Murciélago hasta un vibrante clímax en el que ha congregado a toda la batfamilia sin darnos hueco para el descansos. Es más, mientras la inmensa mayoría del gran público solo parece tener ojos para el bizarro carnaval que parece estar montando Joker en la serie de Snyder, al férreo feudo de los que seguimos fieles a la versión del escocés nos cuesta horrores despegarnos del sillón de lectura o dejar de contar los minutos hasta la llegada de la nueva entrega.

Y es que no es para menos, porque la mastodóntica trama que ha orquestado en torno al asalto final de Leviathan puede ser una de las más colosales y apocalípticas tramas que se hayan publicado nunca en la cabecera del hombre murciélago. Sin destripar demasiado fuera del botón de SPOILER, resumámoslo en que es la saga más ambiciosa que se haya escrito en mucho -mucho- tiempo sobre cierto miembro de la galería de villanos del personaje, y quee deja en pañales a lo hecho por Christopher Nolan en su último acercamiento a la franquicia fílmica.

Sobra decir que Gotham se encuentra al borde del colapso después de que Leviathan se extendiese por todos los niveles de la ciudad como un virulento cáncer que emponzoña todo lo que toca. Ahora, las fuerzas del orden se ven desbordados frente a una crisis imposible de detener, poniendo en jaque mate a la liga de vigilantes enmascarados dirigida por Batman. Camelot cae como un castillo de naipes cobrándose en el camino una dolorosa víctima por la que creo que voy a ser incapaz de perdonar al escritor:

¿Un cómic digital? ¿Y de un videojuego? ¿En serio? Pues ya veis que si. Aunque cuesta crear una historia desde cero, y más cuando los personajes ya te vienen «inventados», así que lo mejor es buscar una buena inspiración. Y aunque no tienen tanta limitación de presupuesto como el cine o las series de televisión para meter a muchos personajes en una historia «corta», los puestos son codiciados y difícilmente pueden poner relleno. Para eso está el cómic, para mostrar a los personajes que tienen una importancia en la historia pero que los programadores no están para meterlos dentro del juego, como el Espantapájaros. Pero claro, los momentos claves los han de protagonizar personajes con los que puedas jugar, que si no le quita la gracia. Así que algunos personajes tienen que cumplir varios papeles. Uy, perdón, casi se me olvida decir cual es la fuente de inspiración en todo esto. «Kingdom Come«, esa obra atemporal de Mark Waid y Alex Ross. Y como no está ambientada en el futuro, no han metido a Magog. Ni tampoco al Capitán Átomo. Así que como os digo, hay personajes en la trama que han de hacer funciones dobles, como por ejemplo…

Pongámonos en situación: Superman y Lois Lane pusieron fin a su larga relación amorosa cuando esta se enteró de que este mantenía un tórrido affair sexual con la villana Emma Frost. Sobra decir que la periodista no se tomo aquel descubrimiento nada bien, dando pie a una acalorada discusión sobre su completa irresponsabilidad al no dignarse siquiera a comunicarle la situación para que pudiera tomar medidas profilácticas contra enfermedades venéreas y similares.

A Superman aquellas frivolidades sobre las vidas humanas le importaban un carajo, por lo que sobra decir que aquella discusión tuvo como resultado la ruptura definitiva de la mítica pareja. Desde entonces, el Hombre de Acero y su amante han estado llevando en secreto una feliz vida llena de placer y desenfreno en la alcoba sin que la periodista pudiera perdonarles nunca lo que le habían hecho.

No. Antes de que lo preguntéis, no se trata de una bizarra reinvención fruto del Nuevo Universo DC o de un cruce entre este y Marvel NOW!, sino de la particular visión del lado más cotidiano de los arquetipos superheroicos de Grace Randolph en Supurbia. Valiéndose de los iconos del género, la escritora y periodista nos muestra las intimidades de una suerte de «Liga de la Justicia» y como poner en orden sus vidas privadas puede ser en ocasiones un reto más complicado que enfrentarse a la enésima amenaza metahumana.

En la última entrega, nuestra atribulada periodista decidiría zanjar las cuentas con su rival de una vez por todas irrumpiendo en su hogar para exponerla ante el público y arrastrar con ella al Hombre de Acero que han compartido entre ambas. La ex-villana todavía estaba bajo el cargo de haber asesinado a cerca de un centenar de personas y convertirse en el juguete sexual de un émulo de Superman no es algo que puedas alegar para limpiar tus deudas frente a la sociedad.

Sobra decir por tanto que nuestra «Emma Frost» se apresuraría en intentar detener a la periodista, resultado es un dolor de cabeza con la forma de un ladrillo de hormigón estampado contra su zona parietal izquierda. Fin del primer acto.

Roberk Kirkman lo ha vuelto a hacer. El rey del gore y del mambo nos ha vuelto a dejar con la mandíbula en los tobillos. Y no podemos quejarnos, porque no se puede decir que no estuvieramos avisados con antelación. Este mes se ponía a la venta el número 100 de Invincible y, por supuesto, todas las miradas estaban puestas en el triple tirabuzón y medio que R. Kirkman nos había prometido. Para encuadrar el tema y ponernos en situación, debemos acudir a la última página del número previo: Invincible 99. Tras una espectacular pelea a base de splash-pages (¿Muerte de Superman? ¿Anyone?) entre Mark Grayson y Dinosaurus, el número concluía de la siguiente forma:

¿En serio? ¿En serio? ¿Será capaz de echarle huevos Kirkman y…?

Y por si había alguna duda, aquí hay una prueba más que riete tu de cuando Geoff Superboy Johns le arracó un brazo dos brazos al personajillo aquel de los Titanes…

Oh, por cierto, y para concluir el número de aniversario nos regala otro final de infarto. Pero eso es una historia para otro día…