¿Qué está pasando en el cómic americano? (Season 24)

Empezamos nuestra sección haciendo mención al regreso del Empowered de Adam Warren y -como de costumbre- el incorregible autor continúa dando caña al sexismo intrínseco del cómic de superhéroes sin tomarse nunca en serio a si mismo en esta comedia sexy de superhéroes como a él mismo le gusta definirla. Como de costumbre la protagonista que da nombre a la serie expone sus pensamientos sobre los clichés del género y cómo por mucha tendencia igualitaria de la que se presuma estos continúan igual.

¿Que los superhéroes de sexo masculino son capturados de forma tan habitual como las chicas con traje de spandex y superpoderes? Sí, eso es cierto. Pero la probabilidad de que si una superheroína es capturada por un supervillano este le rasgue el uniforme, ate de manera provocativa o incluso la desnude es mucho mayor. Dentro de este aspecto es especialmente destacable el tema de la mordaza. ¿Por qué los supervillanos generalmente solo amordazan a las superheroínas? ¿Es una muestra de misoginia en la que se tiende a querer quitarles la voz a las mujeres con poder o es una especie de fetiche sexual por el que se ven satisfechos al introducir un objeto en la boca de sus enemigas?

La chica expone todos estas inquietudes durante un cómic en el que no faltan mofas a costa del género como el que el piloto de una armadura con forma de chica sexy y prominentes placas pectorales y en las nalgas resulte ser ¡un tío! Y al final la prota acaba… pues como acaba en todos los cómics de Empowered.

El nuevo Universo DC trajo grandes mejorías a varios personajes necesitados de ellos. Otros, simplemente, les ha traído por el momento el olvido de la editorial. Pero algunos menos afortunados, les ha tocado un desbarajuste innecesario que poco menos han echado por tierra décadas de buen personaje. Ese fue el caso de Oliver Queen, en una versión Smallvillelizada que haría llorar hasta el protagonista de Arrow. Afortunadamente, alguien se dio cuenta que uno de los héroes más emblemáticos de la compañía no podía seguir dando tumbos, y hace unos meses pusieron a Lemire & Sorrentino a arreglar el desaguisado. Que es mucho, y por lo tanto les llevará tiempo – especialmente si como baremo comparamos las ventas con las de Hawkguy. Y copiar a la Casa de las Ideas nunca suele salir bien, incluso cuando ahora el personaje de la competencia se mueve en los ámbitos que más famoso hicieron al tuyo. Así pues, mientras recuperamos al izquierdista con perilla, han decidido aplicar el concepto de Nuevo más en serio. Juntamente con Nocenti, en posiblemente lo único bueno que ha dejado en su paso por la serie, han reformulado el concepto de uno de los grupos míticos de DC, los Outsiders. Y es que en un mundo de ficción, si no puedes derrotar – ahora mismo – a tu rival en la vertiente más humana y realística, hay que optar por hacer todo lo contrario…

La vida de Mariposa Mental no ha sido fácil. Fetiche sadomasoquista favorito de Claremont, la británica rara vez ha servido para algo más que para que el escritor la sometiese a un linchamiento emocional que habría vuelto loco a cualquiera. A Betsy le han matado al novio mientras estaba dentro de su cabeza, le ha intentado violar su propio hermano, le arrancaron los ojos, se los sustituyeron por cámaras del Mojoverso convirtiéndola en una marioneta del sin espina, le cambiaron de cuerpo para convertirla en una letal máquina de matar, ultrajaron su cuerpo original en varias ocasiones similares, la emparejaron con un emo de libro, fue destripada por Dientes de Sable, asesinada por Vargas, emparejada con el mismo tipo que en el universo tradicional la había destripado, obligada a matar a su último gran amor…

Ya está bien, hostia. Ya era hora de que alguien le diese un poco de paz a la ninja de la Patrulla-X, y menos mal que vino Remender para ello. Sin embargo, era imposible que aquel final feliz durase para siempre, y en cuanto Uncanny X-Force se relanzó, lo primero que hizo su sustituto fue pegarle con la ironía en los morros. Si todavía no estáis al día con el volumen anterior, pasad inmediatamente a la siguiente entrada porque a partir de aquí comienzan los SPOILERS. Como recordaréis, la serie de Rick Remender concluyó con la resurrección de Fantomex y Betsy marchándose junto a él para dejar atrás tanta muerte y asesinato, y entregarse al apasionado romance con el que habían estado flirteando durante toda la serie.

Había una pequeña pega, y era que –en un incidente durante la recreación de su cuerpo- cada uno de los cerebros de Fantomex cobró independencia propia (encontrándonos con tres Fantomexs, uno con el aspecto del original, otro con cuerpo de mujer, y un tercero al que vamos a llamar Fantomex malo). La cuestión es que cuando empezó la serie había pasado un tiempo considerable desde aquel final, y Betsy aparecía cabreada con todo el mundo sin que hubiera rastro alguno de Fantomex. ¿Dónde estaba el ladrón? Digamos que practicando algo que vamos a describir como una forma enrevesada de onanismo.

El último número de Uncanny X-Force ha ofrecido algo más de luz a como se ha llegado a esa situación, dejándonos meter el ojo en la alcoba de los dos posturistas británicos, el falso ladrón francés y la falsa ninja asiática:

La re-imaginación de la Tierra 2 clásica por parte de James Robinson sólo parece tener límites en la propia editorial y el número de páginas… aunque esto último algunos podrían discutirlo, ya que muchas veces no es tener menos páginas si no saber aprovechar mejor las que tienes. En cualquier caso, tras el cierre del segundo arco contra Wotan, y terminando de ultimar el terreno frente a la amenaza de Steppenwolf, James le da descanso a Nicola Scott para este one-shot centrado en otro de los miembros de la World Army. Si en en el anual se centraba en Atom, en este número se centra en el Captain Steel. Mientras vemos al nuevo Batman, de identidad aún desconocida, haciendo nuevamente un cameo alejado de la acción principal – aunque esta vez, encontrándose con Hawkgirl, quien James la definió como la detective de la nueva trilogía. Y es que hay varios asuntos aún pendientes desde la última batalla contra las fuerzas de Apokolips, como los Hoyos de Fuego creados por Terry Sloan. Así que envían al superhéroe filipino a investigar por si en el hoy de Rio de Janeiro hay algo más, una trampa preparada cuando el resto de fuerzas invadan Dherain. Y claro, si se ponen a hablar que si Red Tornado por aquí, Red Arrow por allá, que si el Captain Steel usa el Red Torpedo para sumergirse en lo desconocido, que la cosa no podía terminar de otra forma…

La tradición nos advierte que tengamos cuidado con lo que deseamos, no sea que lo que anhelamos acabe convirtiéndose en realidad. Vengadores Arena es un buen ejemplo de ello, y si cuando Marvel presentó la nueva serie de Dennis Hopeless y Kevin Walker la mayoría de las críticas eran hacia la misma idea de escribir una serie basada en obligar a un puñado de jóvenes superhéroes adolescentes obligados a enfrentarse a muerte en una isla controlada por Arcade, últimamente no eran pocos los que se quejaban de que no estaba muriendo suficiente gente.

Así que si queríamos caldo, Hopeless nos regala dos tazas con un número de los que duelen, de los que se arrastran agónicamente con miedo a pasar página tras página hasta llegar a su única conclusión posible. Un rostro ensangrentado, un traje hecho jirones. El cuerpo magullado y las extremidades que todavía siguen intactas clavando las uñas en la nieve mientras se aferran a una lejana esperanza. Apenas unos metros se convierten en una terrible distancia mientras la vida se escapa a cada bocanada de aire entre la perdida de sangre y los órganos internos destrozados. Una figura a la que hemos visto enfrentarse a infinidad de retos enemigos y que ahora apenas es capaz de sobreponerse a una distancia irrisoria.

Pelea y resiste todo lo que sus últimas fuerzas le permiten, pero al final…

Con la publicación del vigesimo primer número de la Liga de la Justicia, en vísperas del comienzo de la esperadísima Trinity War, Geoff Johns y Gary Frank han puesto punto y aparte al que podríamos catalogar como el Primer Acto de las nuevas aventuras del Capitán Marvel Shazam. En un apoteósitco número final donde todos los chicos de la pandilla (mascota incluida) adquieren poderes y vestimentas por igual, el desenlace definitivo y el destino de Black Adam están a la altura de las expectativas, aunque todavía no consigo adivinar cómo va a poder Black Adam protagonizar el especial Forever Evil de Septiembre, si el hombre tiene que estar hecho polvo…

Juegos de palabras mega-elaborados aparte, el motivo por el que hemos elegido este número para formar parte de este particular recopilatorio mensual es la última viñeta de dicho cómic, protagonizada por un pequeño enemigo que hacía tiempo que no veíamos y cuyas últimas apariciones siempre han causado multiples polémicas. ¿Será este villano, tradicional de la mitología de Shazam, el causante de un regreso a la continuidad anterior? Hablamos de…

Quizás la serie se acerca a su fin, pero a diferencia de otras series canceladas donde sufrían de cambios de dibujantes y/o bajonazos del guionista que deslucían el producto final, aquí parece que la cosa no va a desfallecer – aunque algunos sigan echando de menos a Mateus Santolocuo. Tras ser rescatados Nelson y Roxie por el grupo encabezado por Open-Windows Man, intentan detener la amenaza de Fixer en un mundo donde los personajes están dibujados con tiza en las paredes. Y mientras el resto buscan distintas soluciones, Open-Windows Man habla con un niño que también ha quedado huérfano en un callejón oscuro. Un niño al cual nuestro héroe le prepara como a cierto superhéroe huérfano mundialmente conocido. Y es que como dice nuestro protagonista de la historia, en todo mundo siempre hay un callejón oscuro, un disparo entre las sombras, un huérfano. Pero si todos los universos fueran iguales, no serían universos distintos. Y por ello, nuestro protagonista nos responde a una de las preguntas más recurrentes de este nuestro universo…

Posiblemente si analizaramos en detalle y uno a uno a los personajes Marvel más importantes del siglo XXI deduciríamos que Tony Stark es aquel que ha sufrido una mayor transformación, convirtiéndose en un personaje público de primera fila y compitiendo en popularidad mano a mano con los otrora invencibles Spiderman, Lobezno y/o Hulk. Es cierto que una gran parte de este éxito creiente se debe a la arrolladora figura pública y fílmica de Robert Downy Jr., pero no es menos cierto que eventos como los narrados en New Avengers: Illuminati, Dark Reign, Iron Man: Director de SHIELD, Asedio o, sobre todo, Civil War. El trabajo que han hecho autores como Warren Ellis, Matt Fraction o Brian Michael Bendis explorando la personalidad de Tony Stark, los poderes de Iron Man o las circustancias vitales de su trayectoria nos han hecho ver al personaje en todas las situaciones imaginables a las que podía enfrentarse, superar a todos los peligros que le podían hacer frente y una vez tras consagrandose como el héroe que es, infalible en cualquier circustancia.

Tony Stark nunca falla.

¿O si?

Que el Furia MAX de Garth Ennis y Goran Parlov haya vendido tan poco es para coger a todos los aficionados del cómic, meterlos en un cuarto, y darle la llave a Frank Castle. Después de llevarnos de viaje a través de los diferentes conflictos bélicos de la segunda mitad del siglo XX, los responsables de la mejor etapa de Punisher se despiden tras dibujar un complejo tapiz con varias piezas sobre el tablero.

Hemos estado en Indochina durante la caída del gobierno francés, en la Cuba de la revolución castrista, en la guerra del Vietnam y en el desastre de Nicaragua. El útlimo arco argumental con Barracuda como invitado ya había puesto bien altas las apuestas tanto con la forma de reflejar la intervención de los americanos en el país centroamericano, y un último número en el que Furia dejó bastante clara su disconformidad respecto a lo que se estaba convirtiendo el uniforme.

Ahora la gran duda era como terminarían Ennis y Parlov en esta serie que parece condenada a convertirse en un clásico contemporáneo dentro del cómic encuadrado en el género bélico. ¿Alguna serie de la actual década que pueda hacer sombra a lo que ha montado Furia MAX dentro de este territorio? Todavía está por llegar.

La última entrega de Furia MAX nos traslada a 1999 en una historia que comenzó hace 50 años. El siglo XX está a punto de llegar a su final, y los rostros de los protagonistas llenos de arrugas tras una larga vida marcada por la guerra. La muerte se lleva a aquellos que prefieren marcharse antes de ver como todo por lo que han luchado se va a la @#$%& un poco más, otros intentan desesperadamente buscar una salida al infierno que se han labrado ellos mismos rezando al cielo para que no sea demasiado tarde, e incluso hay espacio para firmar una inesperada tregua ahora que su guerra se ha convertido en una trivialidad intrascendente.

Experto en brindarnos finales que se aferran en nuestra memoria como una lacerante herida que se niega a cicatrizar, Ennis podía haber cerrado la serie de Nick Furia con un estallido o un lamento. No elige ni una ni otra, sino dejar que el silencio hable.

All-Star Western es una de esas series que por ventas podría haber caído fácilmente hace meses, pero afortunadamente se mantiene. Además, es la única serie sin un nombre superventas detrás con back-up que logra sobrevivir, mientras el resto de series clásicas o nuevas caen sin remedio tras 8 números. Aunque este mes no vamos a hablar de la serie principal, donde Jonah Hex parte la pana número tras número con el arte de Moritat. Quizás tras las consecuencias sufridas al cruzar su camino con un desmemoriado rubio de otro siglo la haga aparecer por aquí. Pero no, vamos a centrarnos en esta ocasión la historia complementaria. Lo cual es hasta cierto punto curioso, porque objetivamente sea el número más flojo en conjunto de los últimos habidos en la serie, presentando al Stormwatch del Siglo XIX. Y lo interesante no deriva de una ciudad de oro, o unas calaveras de cristal. No, en un giro del clásico vampiro-virgencita, aquí tenemos a una vampiresa, por lo tanto esta se alimenta de un virgen madurito. En este caso, del incrédulo Doctor 13. Sabemos que su descendiente contemporáneo es cualquier cosa menos incrédulo respecto a lo sobrenatural y que tiene una encantadora hijita. ¿Pero como su antepasado empezó a corregir estos fallos?

2012. Que tiempos aquellos en los que comenzábamos a leer el Capitán América de Remender y todas las discusiones eran sobre si Romita era héroe o villano, o si la serie era cronenbergiana o no. ¿Cuánto ha pasado desde entonces? Para nosotros y los autores seguramente no demasiado, pero para Rogers un huevo de años en los que el recuerdo de aquel último instante en la Tierra –hablando del matrimonio y de la posibilidad de formar una familia con Sharon Carter antes de ser abducido- es ya algo lejano.

Ahora estás en la Dimensión Z, un monstruoso mundo poblado por mortales criaturas genéticas creadas a por el capricho de Arnim Zola. Escapaste de su laboratorio sin más compañía que la de un bebé que pudiste rescatar de sus tubos de ensayo y –desde entonces- has estado vagando sin más objetivo que el de sobrevivir, mientras te enfrentabas a extraños monstruos y buscabas algún modo de encontrar una salida. Aferrándote al recuerdo del mundo que dejaste atrás, viste a Ian crecer como a un hijo e intentaste mantenerte fiel a tus ideales mientras un siniestro mal crecía dentro de tu pecho.

Los años continuaron pasando y un nuevo enfrentamiento contra las hordas de Zola te arrebató aquello que te quedaba. Tu orgullo, tu dignidad, tu integridad física… tu hijo. Desesperado, decidiste poner fin a aquella pesadilla irrumpiendo en la fortaleza de Zola para recuperar a Ian y obligarle a enviarte de regreso a tu mundo junto a él. La fortuna querría que llegases a tiempo cuando Zola se disponía a invadir la Tierra con sus interminables tropas de mutados y que contases con una jamonísima inesperada ayuda desde dentro de sus filas.

Sin embargo, ahí terminaría tu suerte, y mientras te preparas para la carga final contra Zola, recibes la herida más dolorosa que te podrían haber inflingido.