Un final no feliz
«I thought I was beyond shock and horror. I find I’m not»
Llegamos al fin del camino (editorial al menos) de este revitalizado Question que nos ofrecieron O’Neil y Cowan en los 80. Hemos disfrutado de unos comienzos prometedores, un crescendo narrativo y una meseta de violencia y corrupción. Siguiendo con el símil, tocaría la bajada… tranquilos, la única será el descenso a los infiernos de nuestros protagonistas, porque la calidad se eleva, si cabe, a su máximo.
Parecería que no tras un comienzo renqueante, en el que concluimos la pequeña historia del enfrentamiento de bandas con Shiva de por medio. Ésta se basaba en papeles muy simplones para las facciones enfrentadas y se salva por un final sin moraleja al estilo del autor. Pero si mejora con el interesante ejercicio de “¡Boom! fin”, que incluso se permite un atisbo de esperanza, a partir de ahí el salto de calidad es abismal.
Sin embargo, antes hay que pagar el peaje de los segundos anuales de Question y Green Arrow.
Los que opinen que un gran guion puede solventar un mal dibujo debería repasar la primera parte. Bill Wray y Shea Anton Pensa se ocupan de destrozar las ideas de O’Neil a través de una narrativa confusa que provoca aparentes incongruencias. Menos mal que en la segunda parte, el maravilloso Ed Hannigan nos confirma que el problema no era el escritor.
Wray y Anton Pensa no sólo dibujan mal (lo siento, eso no es feísta o sucio, es directamente malo), si no que no entienden los tiempos del guionista. Los que habéis ido recorriendo estos tomos ya habréis notado que O’Neil optó por un guion cortante y áspero, en el que las transiciones son bruscas en busca de un cierto humor negro característico. Sin embargo, en malas manos, provoca saltos y confusión. Alabemos pues aún más, si cabe, el buen hacer de Cowan en la serie regular.
Una pena porque el origen del personaje que ofrece la historia era, además de curioso, necesario, ya que, recordemos, la serie comenzaba con el renacimiento del personaje, pero éste ya recorría las calles como vengador enmascarado. Este origen se liga con un secundario relacionado con el pasado de Vic y Rodor, y que hace de malévolo doctor chiflado provocando el argumento de la segunda parte.
Este segundo especial de Green Arrow impresiona por el conocimiento y respeto de O’Neil con el trabajo de Mike Grell. Curiosamente, como mencioné en la reseña del segundo tomo, ambos no estaban especialmente unidos y el propio O’Neil destacaba que éste no era su Flecha Verde. Aun así, como exquisito profesional que es, comprende y mima la versión de Grell de manera ejemplar.
Y qué decir del disfrute de ver al equipo habitual de aquella etapa del arquero bajo los mandos de nuestro guionista. Empezando por el desaparecido Hannigan derrochando talento, dominio de la composición, delicadeza… acompañado además de un entintador mimetizado a su estilo, el maravilloso Dick Giordano, y de la elegante colorista Julia Lacquement.
Recuperados los ojos pues, afrontemos la última etapa de la serie regular. El número que da nombre al tomo es de los que dejan poso. O’Neil lleva su dominio de la moraleja disimulada y de difícil digestión a uno de sus máximos, pero no será el último. Cierto que historias similares sobre los veteranos de Vietnam se han contado una y mil veces, pero ese seco y abrupto final no permite comparación.
Después, tras un número más a la usanza de los que pueblan la serie, auto-conclusivo, duro y con una victoria que reclama el mayor esfuerzo de todos los implicados (y que por cierto sirve de presentación para un personaje, Harold, que cobraría protagonismo en las series del murciélago), comienza la traca final.
Nuestros protagonistas, ya claramente no sólo Vic, sino Myra, comienzan a experimentar pesadillas provocadas por el cansancio y presión acumulados. Mientras al primero le supondrán ser víctima de la violencia que tanto se empeña en combatir con la misma moneda, para la alcaldesa no serán más que otra barrera que superar para alcanzar los objetivos que se ha propuesto. Entre medias llega un Richard Dragon, más zen y clarividente que nunca, que ayudará tanto a una como a otro, a aclarar su camino.
El problema de ese párrafo descriptivo de la trama es que no alcanza a expresaros el desolador paisaje que han de recorrer estos ciudadanos ejemplares. Hub City se despliega ante nosotros acumulando todas las posibles muestras de desesperanza que se puedan imaginar. Nos va hundiendo en una miseria para el alma que explicará tanto la decisión final de nuestro héroe como la de nuestra heroína.
Un final que nos desgarra por su simpleza, su lógica interna y, cómo no, por su falta de explicaciones, moraleja o cualquier tono aleccionador que aún pudiera quedarle a O’Neil. Y qué duda cabe que, si lo que se cuenta nos afecta, cómo se cuenta nos desborda. Un sentimiento admirablemente transmitido, resultado de un entendimiento ya perfecto del guionista con Cowan, y de éste a su vez con las tintas de Jones III (y si no, mirad el capítulo en el que le substituye Carlos Garzón y me decís).
Después de este culmen, el tercer anual de Green Arrow, aunque se sitúa temporalmente después del fin de la colección, se nos antoja fuera de lugar. Sin embargo, con un guion algo retorcido, pero bien hilvanado por O’Neil, y unos dibujos de Tom Artis algo caricaturescos para el tono de la serie, pero muy frescos y dinámicos (parece que Wray como entintador si se salva), también vale la pena su inclusión. Sobre todo, porque explica el cambio de ambiente de Question, que lo dejaba listo para la serie The Question Quaterly.
Esta mini, no incluida en el tomo, sí que sería el verdadero final de la etapa de O’Neil y Cowan con el personaje. Cierto que es independiente tanto argumental como editorialmente, pero es desde luego una oportunidad perdida por parte de ECC para haber publicado toda la etapa completa y con dicho broche de oro (al menos para todos los públicos, como hizo Planeta).
Cierto que hay un texto final de prolífico Fran San Rafael en el que comenta de esta obra y otras posteriores del propio O’Neil y del personaje ya sin su mejor, al menos para el que escribe, guionista. Quizá cuando haya pasado un tiempo prudencial de respeto a los que sufragaron el crowfunding, podamos disfrutar todos de dicho material y alguna sorpresita más.
En todo caso, termina nuestra epopeya como no podía ser de otra manera, con amargo final. Ya lo avisé al principio de estas reseñas y nadie puede arrepentirse de haberse sumergido en semejante viaje por los infiernos. Otra muesca de genialidad en la gran carrera de Dennis O’Neil, una que duele tanto como el placer que da leerla… una y otra vez, y las que hagan falta.
La pregunta es ¿Te atreves?
Lo mejor
• Probablemente el mejor tomo de todos.
• Un final duro y necesario.
Lo peor
• Los anuales incluidos.
El final
Guión - 9
Dibujo - 7
Interés - 9
8.3
Broche de oro
Con la caña que le dieron a Cowan en su momento, y ahora ahí lo tienes, convertido en clásico.
El tiempo pone a todo el mundo en su sitio, Batm… esto, Malone
Acabo de terminarme el relato de Batman escrito por Asimov que os comenté. Me ha gustado, es como un Dark Knight amable hahah, en plan “what if the Batman would get retired?”
Muy Detective Comics.
“Baja los brazos, la lucha a terminado“. Deberías pasar el corrector “a” se escribe con h
Uyuyuy. El cansancio, Alfonso, gracias!
Impresionante el tramo final de la serie. Me impacto el pesimismo del último número con secuencias tan desgarradoras como la del bebé muerto o la visita al orfanato. Desde luego, la segunda mitad de los años 80 fueron muy buenos para el cómic USA y creo que esta The Question entendió muy bien esa corriente oscura y madura que impregnó a algunas de las mejores obras de la época.
Buff lo del orfanato. Me acabo d leer La Espera y, siendo tan diferentes a tantas escalas, es curioso q compartan una escena tan parecida. Creo q dice mucho del nivel q alcanzó esta obra mainstream
No entiendo esto de ecc del trueque de portadas, en el primer tomo ponen una perteneciente al cuarto y en este cuarto una del primero. En aquel caso vale al ser genérica pero la elegida para este no encaja. Y tampoco lo del título elegido, «Pacificador», que se refiere a un solo número y a otro personaje, mejor habría quedado «O quizás Gomorrah» que también es de un solo número pero sirve mejor para englobar la saga final, 34 al 36.
El tomo con los quarterly y otros es seguro que lo sacarán ya que así lo dijeron, además que en el crowdfunding ya llevaba el diseño de la edición normal y traía el precio marcado de 35 euros.
Por otra parte ya se ha anunciado en USA el segundo ómnibus y sus contenidos. Yo pensaba que incluiría el 37 pero no va a ser así, no sé si es que está muy conectado con Blackest night o es que aparece más Montoya que Sage, no sé, algún motivo debe haber. Si alguien lo ha leído y se imagina por qué le agradecería que me lo dijera.
Lo único que se incluye en USA y aquí no es la mini de 6 con Green arrow y Butcher. Esta solo la veremos si ecc se decide a sacar el Green arrow de Grell.